P¨¢nico en Cushing, Oklahoma
En esta carrera desenfrenada por quitarse de encima el barril de petr¨®leo, quien manda es la empresa que cuenta con capacidad de almacenaje
Como en las m¨¢s pintorescas visiones del Apocalipsis, la recesi¨®n inducida por el coronavirus aparece nimbada por fen¨®menos extra?os, ins¨®litos no solo por su improbabilidad sino por su floraci¨®n repentina. El mercado del crudo estadounidense, el llamado West Texas Intermediate (WTI), se hundi¨® el lunes de forma catastr¨®fica. ...
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Como en las m¨¢s pintorescas visiones del Apocalipsis, la recesi¨®n inducida por el coronavirus aparece nimbada por fen¨®menos extra?os, ins¨®litos no solo por su improbabilidad sino por su floraci¨®n repentina. El mercado del crudo estadounidense, el llamado West Texas Intermediate (WTI), se hundi¨® el lunes de forma catastr¨®fica. Por primera vez en la historia cotiz¨® en negativo (-37,63 d¨®lares por barril frente a los 18,33 d¨®lares del pasado viernes) y caus¨® el p¨¢nico entre los inversores. La raz¨®n ¨²ltima de la depresi¨®n abisal del precio es bien conocida: existe en el mercado una sobreoferta de crudo debido a la ca¨ªda en picado de la demanda y nadie quiere petr¨®leo f¨ªsico para usarlo o procesarlo y solo lo acepta si puede almacenarlo para sortear el hundimiento actual de los precios y venderlo m¨¢s caro en el futuro.
Para conocer el mecanismo que ha llevado al poltergeist del WTI hay que trasladarse a Cushing (Oklahoma) y situarse en el 20 de abril, un d¨ªa antes del vencimiento de los contratos de futuro para mayo. En Cushing, un lugar estrat¨¦gico en Estados Unidos, se concentran los tanques de almacenamiento; los inversores saben que se est¨¢n llenando a un ritmo ligeramente superior a los cinco millones de barriles por semana, una cantidad inusualmente alta si se tiene en cuenta que estamos en la llamada driving season, esa muestra del folclore norteamericano que consiste en conducir sin medida, consumir gasolina sin restricciones en sus veh¨ªculos de alta cilindrada y quemar neum¨¢tico. La reacci¨®n de los inversores fue interpretar que no hay capacidad de almacenaje y, por tanto, no hay posibilidad de especular con el crudo f¨ªsico e iniciar una alocada carrera para desprenderse de ¨¦l.
En esta carrera desenfrenada por quitarse de encima el barril de petr¨®leo, quien manda es la empresa que cuenta con capacidad de almacenaje; presiona sobre el precio hasta que cobra por aceptarlo. De ah¨ª el precio negativo.
El mercado se desploma sin control porque los contratos de mayo que venc¨ªan a 21 de abril (este martes) se encuentran en una situaci¨®n sin precedentes; si, habitualmente, al vencimiento de los contratos de futuro quien tuviera crudo como activo financiero trasladaba la posici¨®n al contrato del mes siguiente (junio, en este caso) ahora se encuentra con que por falta de compradores tiene que vender a p¨¦rdida.
Y as¨ª se multiplica la depresi¨®n de los precios hasta que se produce el colapso en el mercado. A la espera de comprobar la reacci¨®n en d¨ªas sucesivos, pueden hacerse dos predicciones que, como todas en econom¨ªa, se basan casi exclusivamente en la probabilidad. La primera es, tal como sostiene el analista Antonio Merino, que el riesgo de nuevos episodios de crisis similares a la del lunes se mantiene para los ¨²ltimos d¨ªas de mayo, cuando venzan los contratos a un mes.
Como descubri¨® Hannah Arendt, cuando un hecho desastroso se produce por primera vez nada impide que vuelva a repetirse. La segunda predicci¨®n: que las condiciones objetivas del mercado de petr¨®leo seguir¨¢n empujando a la baja el precio del brent. Pero el crudo de referencia internacional est¨¢ relativamente protegido porque en su mercado las entregas f¨ªsicas son muy limitadas cuando expiran los contratos. A pesar de lo cual, hay un riesgo que nunca sufrir¨¢ el mercado de los carburantes: que los precios bajen para el consumidor, as¨ª se hunda el petr¨®leo.