La hora del liderazgo pol¨ªtico
Lo que por ahora no es tan evidente es que hayamos entendido la necesidad de dar respuestas estructurales
Muchos observadores est¨¢n viendo muy claro que el golpe asestado a sus econom¨ªas por el coronavirus es ya significativamente peor que la carnicer¨ªa provocada por la crisis financiera de 2008. Esta conmoci¨®n hist¨®rica representa nada menos que un episodio que marcar¨¢ a una generaci¨®n, y est¨¢ poniendo a prueba no solo la capacidad de gesti¨®n de crisis de nuestro sistema pol¨ªtico y nuestras instituciones, sino tambi¨¦n la capacidad b¨¢sica de recuperaci¨®n de toda la sociedad.
Lo que por ahora no es...
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Muchos observadores est¨¢n viendo muy claro que el golpe asestado a sus econom¨ªas por el coronavirus es ya significativamente peor que la carnicer¨ªa provocada por la crisis financiera de 2008. Esta conmoci¨®n hist¨®rica representa nada menos que un episodio que marcar¨¢ a una generaci¨®n, y est¨¢ poniendo a prueba no solo la capacidad de gesti¨®n de crisis de nuestro sistema pol¨ªtico y nuestras instituciones, sino tambi¨¦n la capacidad b¨¢sica de recuperaci¨®n de toda la sociedad.
Lo que por ahora no es tan evidente, aunque tenga una importancia igualmente crucial para el bienestar de las generaciones presentes y futuras, es que hayamos entendido la necesidad de dar respuestas estructurales. Tenemos que formular pol¨ªticas para que las amenazas a corto plazo no se conviertan en impedimentos a largo plazo para la prosperidad econ¨®mica inclusiva, la sostenibilidad y la estabilidad financiera. Si falta este enfoque m¨¢s amplio, como acab¨® ocurriendo en los dos anteriores periodos de crisis, el mundo avanzado se ver¨¢ atrapado en un inc¨®moda y cada vez m¨¢s inestable normalidad 2.0.
En la ¨²ltima semana se han alcanzado hitos tan alarmantes, como la p¨¦rdida de 33 millones de empleos en EE UU en tan solo siete semanas, lo que equivale a m¨¢s de una quinta parte de la poblaci¨®n activa. La Comisi¨®n Europea prev¨¦ que el PIB se contraiga un 7,5% en 2020 y el Banco de Inglaterra, que el del Reino Unido descienda un 14%. Todo, acompa?ado por un angustioso dolor y sufrimiento humano: aumentan los hogares que se enfrentan no solo a una creciente incertidumbre, sino tambi¨¦n a la inseguridad alimentaria (si no al hambre pura y dura), a la ansiedad y a la violencia dom¨¦stica.
Por desgracia, las cifras seguir¨¢n empeorando, lo cual desembocar¨¢ en un hundimiento del PIB en el segundo trimestre que puede situarse en una horquilla hist¨®rica de entre el 20% y el 40% para la mayor¨ªa de los pa¨ªses avanzados. Dada su estructura econ¨®mica, m¨¢s flexible, es probable que en EE UU el desempleo pase de m¨ªnimos hist¨®ricos a m¨¢s del 20% en solo cuatro meses y que supere el 24,9% de la Gran Depresi¨®n. Las perspectivas para los pa¨ªses en desarrollo son a¨²n m¨¢s preocupantes, a pesar de que muchos de ellos todav¨ªa no han sufrido grandes brotes (lo que Bill Gates ha calificado de uno de los mayores rompecabezas sanitarios de siempre). Varias de estas naciones ya est¨¢n en apuros.
Dadas las incertidumbres sanitarias, es dif¨ªcil concretar cu¨¢nto va a durar la emergencia econ¨®mica, incluido el riesgo cada vez mayor de que algunas de las alteraciones a corto plazo se incorporen a la estructura econ¨®mica en forma de desempleo a largo plazo, quiebras y otras disfunciones sustanciales. Si no se adoptan las medidas pol¨ªticas oportunas, la productividad no tardar¨¢ en caer. Cabe prever que se produzca una era de desglobalizaci¨®n, dada la coincidencia de unas cadenas de suministro m¨¢s locales con un aumento de las tensiones geopol¨ªticas. Es probable que aumente la concentraci¨®n industrial, as¨ª como que subsistan grandes empresas zombis que se mantendr¨¢n vivas a base de medidas excepcionales de bancos centrales y Gobiernos. Todo, en un contexto de mayor confusi¨®n por el enmara?amiento del sector p¨²blico con el privado.
El consumo, un importante motor del crecimiento en los ¨²ltimos a?os, podr¨ªa encontrarse con el viento en contra del desempleo, el descenso de los salarios y la automatizaci¨®n. M¨¢s incierta es la cuesti¨®n de en qu¨¦ medida esta crisis aumentar¨¢ el ahorro dom¨¦stico como forma de previsi¨®n. Esta combinaci¨®n de oferta y demanda menos din¨¢micas coincidir¨¢ con un mayor endeudamiento de Gobiernos, hogares y empresas.
Por fortuna, disponemos de instrumentos pol¨ªticos para contrarrestar este posible freno al crecimiento. Se necesita un liderazgo pol¨ªtico visionario que a?ada a las medidas de est¨ªmulo un importante componente de aumento de la productividad (que incluya la mejora de infraestructuras, el reciclaje de la mano de obra y unos colchones de seguridad mejorados a fin de combatir la inseguridad econ¨®mica).
Con la respuesta a la crisis financiera mundial de 2008 y a la crisis europea de la deuda de 2012, ganamos la guerra contra la amenaza de depresi¨®n, pero no logramos instituir una paz duradera de crecimiento mayor y m¨¢s inclusivo, respeto por nuestro planeta y verdadera estabilidad financiera. La consecuencia fue una nueva normalidad en la que el crecimiento econ¨®mico mediocre no solo aliment¨® el triplete de la gran desigualdad (de ingresos, riqueza y oportunidades), sino tambi¨¦n la polarizaci¨®n pol¨ªtica.
Es crucial que aprendamos de este error evitable tomando medidas a tiempo para evitar que se repita. De lo contrario, si, llegado el momento, las medidas de alivio urgentes no van acompa?adas de un giro hacia una pol¨ªtica que fomente el crecimiento y la productividad, se corre el riesgo de entrar en una nueva normalidad de crecimiento a¨²n m¨¢s d¨¦bil y menos inclusivo, aumento de las desigualdades, mayor inestabilidad pol¨ªtica y mercados financieros alborotados.
Mohamed El-Erian es jefe de asesor¨ªa econ¨®mica de Allianz
Traducci¨®n de News Clips