El fracaso ante la covid-19 es de los republicanos, no de Estados Unidos
La pandemia es como el cambio clim¨¢tico: no es el tipo de amenaza que el partido de Trump quiera reconocer
Hace unos meses, buena parte de Estados Unidos soportaba el infierno de luchar contra la covid-19. A estas alturas han muerto m¨¢s de 120.000 estadounidenses; m¨¢s de 20 millones han perdido su empleo.
Pero parece que todos esos sacrificios han sido en vano. Nunca hemos tenido realmente el coronavirus bajo control, y ahora, los contagios, aunque han ca¨ªdo a un nivel bastante bajo en la zona de Nueva York, el epicentro original de la pandemia, ...
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Hace unos meses, buena parte de Estados Unidos soportaba el infierno de luchar contra la covid-19. A estas alturas han muerto m¨¢s de 120.000 estadounidenses; m¨¢s de 20 millones han perdido su empleo.
Pero parece que todos esos sacrificios han sido en vano. Nunca hemos tenido realmente el coronavirus bajo control, y ahora, los contagios, aunque han ca¨ªdo a un nivel bastante bajo en la zona de Nueva York, el epicentro original de la pandemia, est¨¢n aumentando en buena parte del pa¨ªs.
Y la mala noticia no se debe solo al aumento de las pruebas de detecci¨®n. En los nuevos lugares m¨¢s afectados, como Arizona ¡ªdonde la capacidad de hacer pruebas se est¨¢ viendo superada¡ª y Houston, el porcentaje de pruebas que sale positivo se est¨¢ disparando, lo que demuestra que la enfermedad se expande con rapidez.
No ten¨ªa por qu¨¦ ser as¨ª. La Uni¨®n Europea, una zona enormemente diversa y con m¨¢s poblaci¨®n que Estados Unidos, ha tenido mucho m¨¢s ¨¦xito a la hora de limitar la propagaci¨®n de la covid-19 que nosotros. ?Qu¨¦ ha ido mal?
La respuesta inmediata es que muchos Estados hicieron caso omiso de las advertencias de los expertos sanitarios y se apresuraron a reabrir su econom¨ªa, y demasiada gente incumpli¨® las reglas de precauci¨®n b¨¢sicas, como llevar mascarillas y evitar las aglomeraciones. ?Pero a qu¨¦ se debe tama?a insensatez?
Bueno, yo sigo viendo declaraciones de que los estadounidenses han sido demasiado impacientes para mantener el rumbo, demasiado reacios a actuar con responsabilidad. Pero son declaraciones sumamente enga?osas, porque evitan afrontar la esencia del problema. No son los estadounidenses los que han suspendido la prueba de la covid-19, sino los republicanos.
Despu¨¦s de todo, el noreste del pa¨ªs, con una mayor¨ªa de gobernadores dem¨®cratas ha sido debidamente cauto con la reapertura, y sus cifras se parecen a las de Europa. California y Washington son estados dem¨®cratas que est¨¢n experimentando un aumento de casos, pero part¨ªan de una base relativamente baja, y sus gobernadores dem¨®cratas est¨¢n tomando medidas como exigir el uso de mascarillas y parecen dispuestos a dar marcha atr¨¢s a la desescalada.
De modo que las malas noticias proceden de los Estados controlados por los republicanos, en especial Arizona, Florida y Texas, que se apresuraron a desescalar y, aunque algunos est¨¢n ahora aminorando el ritmo, no han dado marcha atr¨¢s. Si el noreste se parece a Europa, el sur empieza a parecerse a Brasil.
Y no son solo los gobernadores y las legislaturas estatales republicanos. Seg¨²n el sondeo llevado a cabo conjuntamente por The New York Times y el Siena College, los votantes en general est¨¢n a favor de dar prioridad al control de la pandemia sobre la reapertura de la econom¨ªa, pero los votantes republicanos, presumiblemente siguiendo el ejemplo de la Casa Blanca y Fox News, adoptan la posici¨®n contraria.
Y no se trata solo de decisiones pol¨ªticas. El partidismo parece estar guiando tambi¨¦n la conducta individual, de modo que es significativamente m¨¢s probable que los que se declaran dem¨®cratas lleven mascarilla y practiquen el distanciamiento social que los que se declaran republicanos. Por tanto, la cuesti¨®n no es por qu¨¦ ¡°Estados Unidos¡± no ha logrado enfrentarse con eficacia a la pandemia, sino por qu¨¦ el Partido Republicano se ha aliado de hecho con el coronavirus.
Parte de la respuesta es la pol¨ªtica a corto plazo. A principios de este a?o, el mensaje para la reelecci¨®n de Donald Trump se basaba en el triunfalismo econ¨®mico: el desempleo se manten¨ªa bajo, las Bolsas sub¨ªan, y el presidente contaba con que las buenas cifras lo auparan en noviembre. Trump y sus funcionarios perdieron semanas cruciales neg¨¢ndose a reconocer la amenaza viral porque no quer¨ªan o¨ªr ninguna noticia mala. Y presionaron para que se produjera una apertura prematura, porque quer¨ªan que las cosas volvieran a verse como en febrero. De hecho, hace solo unos d¨ªas los mismos funcionarios de Trump salieron a descartar los riesgos de que se produzca una segunda oleada.
Me atrever¨ªa a insinuar que la negaci¨®n del coronavirus por parte de los republicanos va m¨¢s all¨¢ de Trump y sus perspectivas electorales. El aspecto clave, dir¨ªa yo, es que la covid-19 es como el cambio clim¨¢tico: no es un tipo de amenaza que el partido quiera reconocer.
No es que la derecha sea reacia al alarmismo. Pero no quiere que le tengamos miedo a amenazas impersonales que requieren una respuesta pol¨ªtica efectiva, por no hablar de incomodidades como llevar mascarilla; quiere que tengamos miedo de personas a las que podamos odiar, personas de una raza distinta o arrogantes progresistas.
De modo que en lugar de afrontar la covid-19, los l¨ªderes republicanos y los medios de derechas han intentado convertir la pandemia en el tipo de amenaza del que quieren hablar. Es la ¡°kung flu¡± [juego de palabras entre Kung Fu y ¡°flu¡±, gripe en ingl¨¦s] que nos han endilgado los malignos chinos. O una farsa perpetrada por el ¡°Estado Profundo m¨¦dico¡± contra Trump.
La buena noticia es que la pol¨ªtica de negaci¨®n del virus no parece funcionar. Esto se debe, en parte, a que el racismo no est¨¢ cumpliendo su papel como antes: los manifestantes del movimiento Black Lives Matter [Las vidas negras importan] han recibido un amplio respaldo por parte de los ciudadanos, a pesar de los esfuerzos de los sospechosos de rigor por presentarlos como hordas furiosas. Y tambi¨¦n se debe, en parte, a que el aumento de los contagios se est¨¢ volviendo demasiado evidente como para negarlo. La mala noticia es que ese partidismo ha paralizado nuestra respuesta a la covid-19. El virus est¨¢ ganando, y todo indica que los pr¨®ximos meses ser¨¢n una aterradora pesadilla de enfermedad y turbulencia econ¨®mica rampantes.
Paul Krugman es premio Nobel de Econom¨ªa. ? The New York Times, 2020. Traducci¨®n de News Clips.
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