Niebla en el Canal: ?Gran Breta?a, aislada?
La posibilidad de que el Reino Unido se vaya de la UE sin un acuerdo de libre comercio amenaza la econom¨ªa brit¨¢nica
Una densa niebla se est¨¢ formando en el Canal de la Mancha en forma de presagios de ruptura de las negociaciones para sellar un acuerdo de libre comercio entre la Uni¨®n Europea y el Reino Unido que haga m¨¢s llevadero el Brexit. Aunque los brit¨¢nicos ya est¨¢n fuera de la UE, los verdaderos efectos de su marcha se notar¨¢n a partir del pr¨®ximo 1 de enero, cuando acabe el periodo transitorio pactado en el Acuerdo de Retirada a principios de este a?o. Sin acuerdo comercial con la UE,...
Una densa niebla se est¨¢ formando en el Canal de la Mancha en forma de presagios de ruptura de las negociaciones para sellar un acuerdo de libre comercio entre la Uni¨®n Europea y el Reino Unido que haga m¨¢s llevadero el Brexit. Aunque los brit¨¢nicos ya est¨¢n fuera de la UE, los verdaderos efectos de su marcha se notar¨¢n a partir del pr¨®ximo 1 de enero, cuando acabe el periodo transitorio pactado en el Acuerdo de Retirada a principios de este a?o. Sin acuerdo comercial con la UE, la econom¨ªa brit¨¢nica deber¨¢ comerciar con la europea bajo la reglas de la Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC), con consecuencias econ¨®micas dif¨ªciles de predecir, y efectos pol¨ªticos quiz¨¢s a¨²n peores porque puede enemistar a quienes fueron socios durante casi 50 a?os y pasaron a ser rivales desde que lleg¨® el Brexit. Sin ese acuerdo, la prensa brit¨¢nica yo no podr¨¢ escribir Fog in Channel; Continent Cut Off, porque quien puede acabar aislado por la niebla no es el continente, sino Gran Breta?a.
Las negociaciones comerciales entre Londres y Bruselas hace tiempo que no van bien, pero han empeorado desde que, hace unos d¨ªas, el primer ministro brit¨¢nico, Boris Johnson, decidiera romper de forma unilateral algunas de las cl¨¢usulas referidas a Irlanda del Norte incluidas en el Acuerdo de Retirada. Para Irlanda del Norte, las consecuencias de esa decisi¨®n no son solo pol¨ªticas (por ejemplo, poner en peligro los acuerdos de paz de 1998) sino econ¨®micas porque el comercio entre el Ulster y el resto del Reino Unido seguir¨¢ teniendo trabas (aunque moduladas por Londres) y existe el riesgo real de que se acabe instaurando una frontera f¨ªsica entre la Rep¨²blica de Irlanda y el norte de la isla, dificultando as¨ª los intercambios econ¨®micos y humanos.
El doctor Graham Gudgin, asesor econ¨®mico jefe del think tank Policy Exchange y gran defensor del Brexit, sostiene que, en el asunto norirland¨¦s, ¡°las dos partes tienen que alcanzar un compromiso¡±. A su juicio, ese compromiso deber¨ªa basarse en el respeto a la integridad del Mercado Interior europeo pero tambi¨¦n respeto a la soberan¨ªa brit¨¢nica en su territorio.
Juego duro
Frente a las acusaciones europeas de que Johnson est¨¢ siendo c¨ªnico al romper el Acuerdo de Retirada, enfatiza que ¡°en Estados Unidos dir¨ªan que las dos partes est¨¢n jugando hardball¡±. O sea, jugando duro. E insin¨²a que la parte europea incluso est¨¢ jugando sucio: ¡°Creo que Bruselas lo est¨¢ poniendo muy dif¨ªcil, con exigencias que no existen en ning¨²n otro acuerdo de libre comercio en todo el mundo. Pero Boris Johnson ha dejado absolutamente claro en diversas ocasiones que prefiere que haya un acuerdo y yo, como partidario del Brexit, no tengo la m¨¢s m¨ªnima duda sobre eso. Cualquier persona sensata prefiere que haya un acuerdo¡±.
Pero la posibilidad de que ese acuerdo no llegue nunca ya ha afectado a la libra esterlina, que cay¨® por debajo de 1,27 frente al d¨®lar al conocerse las intenciones de Johnson de saltarse el tratado firmado en enero con la UE. ¡°Si las conversaciones fracasan y no hay un acuerdo comercial, la libra caer¨¢ a 1,20 frente al d¨®lar¡±, pronostica Nigel Green, consejero delegado y fundador de la consultora deVere Group. ¡°Estaba apenas debajo de 1,50 d¨®lares cuando Gran Breta?a vot¨® a favor de abandonar la UE en junio de 2016¡±, recuerda.
A su juicio, la iniciativa de Johnson ¡°podr¨ªa desencadenar un ¨¦xodo significativo de riqueza del Reino Unido por dos razones clave¡±. ¡°En primer lugar, la ruptura de un tratado internacional comprometer¨¢ la credibilidad y la confianza en la inversi¨®n en el Reino Unido. La inversi¨®n va donde hay certeza, estabilidad y fiabilidad. Los inversores buscar¨¢n otro lugar donde seguir invirtiendo¡±, explica el ejecutivo de deVere Group. ¡°En segundo lugar¡±, a?ade, ¡°la incertidumbre har¨¢ que el Reino Unido y los inversores internacionales que ya han invertido en activos financieros del Reino Unido se pongan cada vez m¨¢s nerviosos. Y es probable que un n¨²mero creciente de ellos quiera trasladar sus activos al exterior¡±.
Curiosamente, el Gobierno de Boris Johnson nunca ha publicado estimaciones oficiales sobre el impacto econ¨®mico del Brexit. Las ¨²ltimas son de 2018, en tiempos de Theresa May, cuando se calculaba que el pa¨ªs ver¨ªa membrados sus ingresos en un 4,9% si abandonaba la UE con un acuerdo comercial de m¨ªnimos y del 7,7% si lo hac¨ªa sin ning¨²n tipo de acuerdo.
El sector del autom¨®vil es uno de los m¨¢s preocupados, no solo por los efectos sobre las ventas en la eventual imposici¨®n de tarifas bajo el r¨¦gimen de la OMC, si no por su impacto sobre las cadenas de montaje si se dificulta el flujo de componentes entre Reino Unido y el continente.
Los fabricantes europeos estiman que el sector sufrir¨¢ unas p¨¦rdidas de 110.000 millones de euros en los pr¨®ximos cinco a?os si no hay acuerdo, de los que casi 53.000 millones corresponden a la industria brit¨¢nica y el resto a la continental. ¡°Estas cifras ofrecen un retrato devastador de lo que ocurrir¨¢ con un Brexit sin acuerdo¡±, opina Mike Hawes, director ejecutivo de SMMT, la Sociedad de Productores y Vendedores de Autom¨®viles brit¨¢nica. ¡°Nuestras industrias est¨¢n profundamente integradas, por lo que instamos a todas las partes a que reconozcan las necesidades de un sector que es vital para el empleo y para la prosperidad econ¨®mica, y que hagan todo lo posible para asegurar un ambicioso acuerdo de libre comercio ahora, antes de que sea demasiado tarde¡±.
El doctor Graham Gudgin ve las cosas con mucho menos dramatismo. Aunque admite que la imposici¨®n de tarifas puede ser un problema para el Reino Unido y que eso es as¨ª sobre todo en el sector del autom¨®vil y el de la industria alimentaria (en particular para los productores de cordero), cree que ni siquiera en esos dos casos los problemas va a ser insuperable. ¡°Lo que ocurrir¨¢ es que los coches alemanes y japoneses ser¨¢n m¨¢s caros en Gran Breta?a y se vender¨¢n menos. Los brit¨¢nicos comprar¨¢n menos coches importados y m¨¢s coches fabricados aqu¨ª. No es algo que me preocupe mucho¡±, dice.
¡°Tampoco me preocupa mucho la cuesti¨®n del cordero. Es verdad que la mayor¨ªa del cordero brit¨¢nico va a la UE y que se vender¨¢ menos porque la tarifa ser¨¢ muy grande, pero eso no deber¨ªa preocupar mucho a los productores porque es un sector altamente subvencionado y ya ahora el 80% de sus ingresos proceden del Gobierno y no ser¨ªa muy dif¨ªcil aumentar las ayudas¡±.
El verdadero problema, a su juicio, es que si no hay acuerdo quede un ¡°resentimiento¡± entre las dos partes ¡°y la UE empiece a inventar problemas donde no los hay, como poner dificultades en la frontera o dificultar el acceso de los bancos londinenses en ¨¢reas como la industria de derivados¡±.
El asesor econ¨®mico jefe del think tank Policy Exchange cree que el ¨²nico problema real puede ocurrir en el tr¨¢fico de camiones entre Dover y Calais, ¡°pero el puerto de Calais ya ha dicho que lo ¨²ltimo que quiere es que haya trastornos porque no quieren perder el negocio¡± y los transportistas elijan puertos alternativos, como Rotterdam o Zeebrugge, subraya.
La lista de problemas que crear¨ªa un Brexit sin acuerdo de libre comercio es extensa. Va mucho m¨¢s all¨¢ de los coches, el cordero, o el canal de la Mancha, e incluye desde una hipot¨¦tica carencia de medicinas (la covid ha hecho mella en las reservas) y alimentos frescos a seguridad (acceso a las bases de datos policiales), manufacturas en general (tarifas, cuotas y reglas de origen) e incluso la City (las negociaciones sobre el sector financiero son paralelas pero un acuerdo comercial lo har¨ªa todo m¨¢s f¨¢cil). Por no hablar del problema que de verdad encalla las negociaciones: el recelo de Bruselas a que Londres pueda seguir de hecho en el Mercado Interior europeo y tener al mismo tiempo su propio sistema de ayudas p¨²blicas, distorsionando as¨ª la competencia con las empresas europeas.