Negocios para repoblar la Espa?a vaciada
Varias iniciativas empresariales en zonas despobladas de Castilla y Le¨®n tratan de generar actividad econ¨®mica y revitalizar los pueblos pese al ¨¦xodo a la ciudad
Seis de los ocho habitantes de Fuente Andrino (Palencia) viven de la morcilla. El aroma a este embutido embarga a quien visita esta peque?a pedan¨ªa, que solo tiene una estrecha carretera para entrar y salir. Dos r¨®tulos ilustran al viajero. Uno se?ala el nombre del pueblo y otro plasma su motor econ¨®mico: ¡°F¨¢brica de morcillas¡±. Todo comenz¨® hace 30 a?os en esta localidad cuya enorme iglesia, de 1735, comparte abandono y desmoronamiento con la situaci¨®n del sector primario nacional, que tiene en Castilla y Le¨®n uno de los principales exponentes de su ca¨ªda.
Los datos de la...
Seis de los ocho habitantes de Fuente Andrino (Palencia) viven de la morcilla. El aroma a este embutido embarga a quien visita esta peque?a pedan¨ªa, que solo tiene una estrecha carretera para entrar y salir. Dos r¨®tulos ilustran al viajero. Uno se?ala el nombre del pueblo y otro plasma su motor econ¨®mico: ¡°F¨¢brica de morcillas¡±. Todo comenz¨® hace 30 a?os en esta localidad cuya enorme iglesia, de 1735, comparte abandono y desmoronamiento con la situaci¨®n del sector primario nacional, que tiene en Castilla y Le¨®n uno de los principales exponentes de su ca¨ªda.
Los datos de la encuesta de poblaci¨®n activa (EPA), que recoge un informe de Funcas, reflejan que el gremio ha perdido dos millones de ocupados desde 1976, cuando el 20% de los espa?oles se ocupaba en este segmento econ¨®mico; ahora apenas alcanza el 4%. El descenso ya era evidente a finales de siglo: de aquellos 2,6 millones de trabajadores quedaba la mitad en 1991. El a?o 2019 cerr¨® con apenas 734.000 ocupados. Entre ellos no figuran los jubilados Pablo Abia y Purificaci¨®n Castrillo, que pasaron de la agricultura a la ganader¨ªa hace 30 a?os. Y funcion¨®.
Este matrimonio opt¨® por la producci¨®n alimentaria, concretamente la morcilla. Un m¨¦todo casero, con ingredientes pr¨®ximos y mucha paciencia permitieron que las morcillas de Fuente Andrino entraran en el mercado, pusieran el lugar en el mapa y, lo m¨¢s importante, dieran atractivo al pueblo. Los herederos del proyecto se llaman Roberto Rom¨¢n y Ana Abia, de 46 y 44 a?os, y eran profesores en Santander hasta que les lleg¨® la llamada de la morcilla hace 15. La pareja decidi¨® abandonar el claustro, instalarse en Fuente Andrino y mantener el negocio. All¨ª han nacido Luc¨ªa, de 14 a?os, y Cayetana, de 11. Estas j¨®venes palentinas han logrado que, m¨¢s de 20 a?os despu¨¦s, haya ni?os en el lugar y que el autob¨²s escolar, que las lleva respectivamente a Carri¨®n de los Condes y a Osorno, recorra de nuevo este asfalto.
La producci¨®n de las morcillas, que realizan en la parte de atr¨¢s de la casa de sus padres, tambi¨¦n se ha visto castigada por el coronavirus. La cuarentena mengu¨® el consumo porque no hab¨ªa bares ni restaurantes donde pedir unas raciones; la demanda de los hogares permiti¨® la supervivencia de la marca: pasaron de elaborar 700 kilos de morcilla al d¨ªa a vender unos 450 kilos. Ana Abia, no obstante, considera que la pandemia puede traer ciertos beneficios a iniciativas as¨ª: ¡°El confinamiento hizo que la gente redescubriera las tiendas peque?as y valorara lo rural¡±. Su marido remata: ¡°Hay que defender a los pueblos¡±.
Ellos son los primeros interesados en que los entornos rurales sigan activos. Si no, las ni?as no tendr¨¢n un colegio donde estudiar; tampoco servicios sanitarios. Cayetana lleva m¨¢s de un a?o sin pediatra en la comarca y sin visos de recuperarlo. Su padre destaca su fidelidad a la econom¨ªa circular: ¡°Vivimos de esa gente, buscamos lo cercano porque acaba repercuti¨¦ndonos positivamente a nosotros¡±. La sangre de sus morcillas procede de Salda?a (a 30 kil¨®metros), la cebolla crece en Due?as (a 70) y la manteca es zamorana. Solo las particularidades sanitarias hacen que las tripas con las que envuelven el fruto de su trabajo procedan de Argentina o Brasil. El arroz, bromea la pareja, es valenciano porque el suelo castellanoleon¨¦s no se prodiga mucho en este sentido.
Su nicho de mercado, insisten, es lo cercano, lo tradicional. Sus principales clientes son las carnicer¨ªas de los pueblos, los bares de la zona o restaurantes locales, aunque alg¨²n pedido llega desde el extranjero, como un hostelero asturiano afincado en Irlanda. Rom¨¢n insiste en ¡°ser honestos¡± con un producto que en la calle se vende a unos 5,5 euros por kilo.
Las ni?as explican en la sala de producci¨®n, donde se trabaja desde primera hora, que la mayor quiere ser matrona y la menor profesora de infantil. Roberto y Ana las apoyar¨¢n hagan lo que hagan, pero apuntan que ¡°queda mucho y todo puede cambiar¡±. Esta pareja desea que el emprendimiento pueda apuntalar los cimientos del entorno rural. El hombre lamenta que la crisis sanitaria haya frustrado su plan de contratar a otra persona, pero comenta que una futura sala de despiece en Osorno beneficiar¨¢ a la empresa porque obtendr¨¢n productos de calidad a una distancia escasa. As¨ª, la morcilla que gan¨® la medalla de oro del concurso nacional de 2011 podr¨¢ seguir dando de comer a Fuente Andrino.
P¨¦rdida de habitantes
La demograf¨ªa no enga?a y Castilla y Le¨®n lo sufre. El Instituto Nacional de Estad¨ªstica calcu?la que esta comunidad perder¨¢ 240.000 habitantes de aqu¨ª a 2035: un 10% de ca¨ªda poblacional que tambi¨¦n padecer¨¢ Asturias. Ambas autonom¨ªas se encuentran hist¨®ricamente vinculadas al sector primario. Espa?a, entretanto, ganar¨¢ un mill¨®n de habitantes de distribuci¨®n desigual. Zamora lidera las tasas de despoblaci¨®n nacionales, pues la provincia ha perdido desde 1950 al 40% de sus residentes: pas¨® de 316.493 a 172.539 en 2019. Solo tres poblaciones, aparte de la capital, rebasan los 2.000 vecinos.
Este es el contexto al que se enfrentan quienes deciden emprender en esta provincia. Una de las iniciativas punteras para recuperar el empleo rural y darle valor cualitativo procede del ingeniero agr¨®nomo Vicente Merino, que ha encontrado en la producci¨®n de bioetanol un mecanismo para revitalizar la zona. La planta multifuncional se instalar¨¢ en Barcial del Barco, un peque?o n¨²cleo cerca de Benavente, y generar¨¢ 250 puestos directos y 500 indirectos en los 18 meses que tarde en construirse. Una vez est¨¦ operativa, conllevar¨¢ 180 empleos y 2.000 indirectos. El alcalde del pueblo, Carlos Neches, lo resume en un ¡°se nos ha aparecido la Virgen¡±.
Esta instalaci¨®n generar¨¢ 160.000 metros c¨²bicos anuales de este combustible sostenible, que requerir¨¢ empleo de calidad: profesionales en ingenier¨ªa, ¨¢reas jur¨ªdicas, espacios comerciales, recursos humanos, seguridad, laboratorios o medio ambiente. Asimismo, los agricultores del entorno proporcionar¨¢n 250 descargas de camiones de remolacha y 60 de ma¨ªz por d¨ªa que provocar¨¢n la salida de 20 cisternas de bioetanol diarias. La remolacha proceder¨¢ de un radio de 60 kil¨®metros, que podr¨ªa ampliarse, y los agricultores recibir¨¢n 42 euros por tonelada en un suministro ya firmado hasta 2035. El precio medio actual se queda en 37 euros por tonelada, ayudas agrarias incluidas. Estos fondos extra, informa Merino, se guardar¨¢n por si hicieran falta en momentos de apuro o, si todo funciona bien, para distribuirse.
Este tub¨¦rculo y la esperanza que genera en estos lugares ha recibido el apoyo de m¨¢s de 133 Ayuntamientos zamoranos, salmantinos y leoneses, adem¨¢s del de plataformas agrarias que tienen mucho que ganar con la biorrefiner¨ªa. Los n¨²meros intimidan en un sector que lleva a?os de penurias: han obtenido una inversi¨®n privada de 167 millones de euros y el benepl¨¢cito de la Comisi¨®n Europea. Han firmado un importante contrato con una multinacional asi¨¢tica interesada en la primera d¨¦cada de producci¨®n. Un potos¨ª para Zamora.
El regidor de Barcial del Barco sabe que tanto el suyo como otros pueblos tienen mucho margen de desarrollo. Sue?an con que esta planta prospere tanto como apuntan las previsiones e incluso pueda alojar las pr¨¢cticas de estudiantes universitarios de ingenier¨ªas o carreras relacionadas con lo agrario. M¨¢s del 50% de los castellanoleoneses que abandonan su regi¨®n poseen formaci¨®n avanzada que no encuentra acomodo all¨ª. La comarca zamorana crecer¨¢ si los futuros trabajadores se asientan en las localidades cercanas y revitalizan la econom¨ªa.
Autocaravanas
La covid-19 ha supuesto que otros emprendedores vean una oportunidad para sus iniciativas. Isabel Rodr¨ªguez, de 48 a?os, que gestiona Autocaravanas Sanabria, en Ilanes de Sanabria (74 habitantes), llevaba apenas un a?o operativa cuando la pandemia sacudi¨® el mundo. La cuarentena ralentiz¨® el ritmo de su peque?a empresa, aunque julio y agosto han servido para recuperar algo de actividad. Rodr¨ªguez administra dos autocaravanas y ha tenido que aplazar su plan de adquirir una tercera. Esta nueva situaci¨®n ha provocado que muchos clientes hayan optado por unas vacaciones en familia en las que llevarse ¡°la casa a cuestas¡±. ¡°O nos divorciamos o nos unimos¡±, le confes¨® un grupo antes de recorrer Zamora. Todo sali¨® bien a raz¨®n de 160 euros diarios en temporada alta.
Los hijos de esta zamorana tienen 22 y 27 a?os y residen en Valladolid y Salamanca, aunque sin olvidar sus or¨ªgenes. ¡°Todo con tal de volver a Sanabria¡±, resalta su madre. La m¨¢s joven oposita para Guardia Civil y el mayor es fisioterapeuta y contempla, ante el envejecimiento de la comarca, poder trabajar de lo suyo all¨ª. Rodr¨ªguez cuenta que los amigos de estos j¨®venes quisieran instalarse en la tierra donde se criaron. Para ello conf¨ªan en el impacto de las conexiones de AVE hacia el norte, que incluir¨¢n una estaci¨®n en el cercano Otero de Sanabria. La empresaria contempla publicitarse u ofrecer las autocaravanas seg¨²n los viajeros bajen del ferrocarril. El objetivo de los j¨®venes es que el tren les permita romper la din¨¢mica de ¨¦xodo poblacional.
Alberto Pascual, de 43 a?os, sigui¨® la senda familiar marcada por las granjas porcinas de su padre en la comarca de La Mora?a (?vila). Este ingeniero agr¨ªcola lleva trabajando con su hermano unos 20 a?os con el foco puesto en el crecimiento ¡°cuantitativo y cualitativo¡± para diferenciarse en el mercado a base de compromiso social y medioambiental. El Ministerio de Agricultura les ha reconocido su implicaci¨®n con el bienestar animal. La compa?¨ªa, llamada Grupo Kerbest, cuenta con unos 50 empleados para cuidar de los aproximadamente 40.000 cerdos y 100.000 pollos de estas instalaciones ubicadas en varios pueblos.
¡°Hemos querido ser un punto de atracci¨®n en la zona y profesionalizar el sector¡±, sostiene Pascual, a trav¨¦s de la Fundaci¨®n Kerbest, mecanismo que permite ayudar a otros emprendedores rurales a lanzarse al negocio. Es el caso de un chaval de 16 a?os que comenz¨® con ellos hace un tiempo y despu¨¦s emprendi¨® por su cuenta tras aprender a buscar financiaci¨®n o trazar un plan de viabilidad. Un curso de ¡°c¨®mo hacerse empresario¡±. No es competencia, sino ¡°sinergias¡±, matiza el ingeniero. ¡°Buscamos generar un ecosistema porque nos beneficia tener a gente en los pueblos¡±, a?ade, puesto que han visto en estos a?os c¨®mo negocios relacionados con sus plantas han ido brotando en estas tierras abulenses. La industria porcina genera 161.300 empleos directos en Espa?a en 86.200 granjas, seg¨²n la interprofesional del sector porcino, Interporc.
Una de las premisas en Kerbest pasa por potenciar el conocimiento espec¨ªfico de un entorno habitualmente anclado a lo tradicional. Para ello han reabierto, en colaboraci¨®n con la Junta castellanoleonesa, un centro de Formaci¨®n Profesional que ya suma 25 alumnos que quieren compatibilizar quedarse en el pueblo con una educaci¨®n avanzada. Pascual aspira a que esta red de trabajadores se asiente en sus pueblos, crezcan las familias y se genere vida en forma de colegios, tiendas o el retorno de servicios que se han ido perdiendo. ¡°Este talento se tiene que quedar en el campo¡±, zanja.
La cara oscura
La historia de Viviana Palacios (38 a?os) y V¨ªctor Gonz¨¢lez (34) es una historia de vida y de advertencias. Suyo es Iv¨¢n, el primer ni?o nacido en Valcuende (Le¨®n) en 64 a?os, alumbrado en plena pandemia. All¨ª solo viven sus progenitores y dos personas m¨¢s, ambas mayores. La pareja se incorpor¨® a la actividad agraria hace un lustro gracias a unas ayudas auton¨®micas y ahora gestionan 60 vacas donde antes hab¨ªa seis novillas. Pero Gonz¨¢lez reitera la dureza del gremio: ¡°Te tiene que gustar¡±. Los sacrificios de cuidar de los animales todos los d¨ªas, la soledad y la escasez de servicios pueden espantar a aquellos que, cargados de buenas intenciones y pocas experiencias, creen sencillo este emprendimiento.
La familia vive de esta explotaci¨®n de ganado extensivo que vende a cebaderos. El objetivo es completar el ciclo de criar al ternero, alimentarlo y venderlo bajo sellos ecol¨®gicos. Valcuende tiene prado y no piensos; adem¨¢s, ¡°las vacas est¨¢n a su aire¡±. Ambos desean quedarse all¨ª y jubilarse, pero con un ojo puesto en la Pol¨ªtica Agraria Com¨²n Europea y otro en la cuenta corriente. ¡°Hay mucho gasto con las vacas¡±, observa el ganadero, y la vida ha cambiado mucho desde aquellos tiempos en los que su abuelo crio a ocho hijos, de los cuales cuatro estudiaron, con el dinero del campo.
V¨ªctor Gonz¨¢lez avisa de la importancia de que el mundo rural disponga de unas prestaciones b¨¢sicas. Que el bar m¨¢s pr¨®ximo est¨¦ a 10 kil¨®metros importa mucho menos que los problemas de conectividad, que dificultaron el teletrabajo de los for¨¢neos que acudieron a Valcuende durante el verano. Por eso este ganadero, que reconoce a sus vacas por su cara, dice que no vale cualquiera para ello: ¡°Seguro que de la mucha gente que viene de veraneo muy poca tendr¨ªa la capacidad de quedarse¡±.