Bruselas castigar¨¢ con multas a las plataformas digitales que toleren contenidos ilegales
La Comisi¨®n prev¨¦ sanciones millonarias para las empresas que difundan mensajes con llamadas al odio, anuncios de productos falsificados o campa?as de desinformaci¨®n
La Comisi¨®n Europea ultima un proyecto legislativo que establecer¨¢ una vigilancia supranacional de las grandes plataformas digitales y castigar¨¢ la presencia de contenido ilegal en sus p¨¢ginas aunque el origen del material sea una tercera persona u otra empresa independiente. Las multas, previsiblemente millonarias, acabar¨¢n en Europa con la cuasiimpunidad de multinacionales como Facebook, eBay o Twitter, que suelen desentenderse de la presencia en ...
La Comisi¨®n Europea ultima un proyecto legislativo que establecer¨¢ una vigilancia supranacional de las grandes plataformas digitales y castigar¨¢ la presencia de contenido ilegal en sus p¨¢ginas aunque el origen del material sea una tercera persona u otra empresa independiente. Las multas, previsiblemente millonarias, acabar¨¢n en Europa con la cuasiimpunidad de multinacionales como Facebook, eBay o Twitter, que suelen desentenderse de la presencia en sus redes de llamadas al odio, ofertas de productos falsificados, o campa?as de flagrante desinformaci¨®n destinadas a desacreditar o desestabilizar los poderes p¨²blicos.
¡°Seremos extremadamente estrictos¡±, avisa el comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, durante un encuentro con EL PA?S y otros tres diarios europeos a pocas semanas de que Bruselas aprueba su paquete legislativo para intentar poner orden en la selva digital. Los departamentos de Breton y de la vicepresidenta de la Comisi¨®n, Magrethe Vestager, ultiman una reforma que conf¨ªan en aprobar el pr¨®ximo 2 de diciembre y que, seg¨²n el organismo comunitario, pondr¨¢ fin a la circulaci¨®n online de contenidos y bienes que est¨¢n prohibidos en la actividad diaria fuera de la Red.
El plan incluye una norma de servicios digitales, bautizada como Digital Services Act o DSA, que obligar¨¢ a las grandes plataformas digitales a responder de manera inmediata a las quejas o denuncias sobre los contenidos que albergan y retirarlos tan pronto como sean requeridas por las autoridades.
Bruselas hab¨ªa confiado hasta ahora en un c¨®digo voluntario, suscrito por plataformas como Facebook, YouTube o Twitter. Pero ante la pasividad y la lentitud en ciertos casos ha decidido imponer por ley las nuevas exigencias y obligaciones. La impunidad tiene los d¨ªas contados, seg¨²n la Comisi¨®n.
¡°Jam¨¢s en la historia una empresa ha impuesto su conducta al Estado sino al rev¨¦s¡±, se?ala Breton. ¡°Estamos decididos y lo vamos a hacer. Ahora hay plataformas sist¨¦micas y debemos organizar mejor cu¨¢l es su impacto en nuestra econom¨ªa, en nuestra sociedad, nuestra democracia y nuestro Estados de derecho¡±, advierte.
La nueva norma de servicios digitales permitir¨¢ a las plataformas extracomunitarias elegir el pa¨ªs europeo desde el que desean de operar. Pero estar¨¢n sujetas a unas directrices comunes para toda Europa y su vigilancia tendr¨¢ un car¨¢cter paneuropeo y no puramente nacional. Y las plataformas integradas verticalmente, que ofrecen sus propios servicios adem¨¢s de ofrecer los de otros, dejar¨¢n de ser consideradas como meros intermediarios: ser¨¢n consideradas responsables del contenido que circula por sus p¨¢ginas.
El proyecto prev¨¦ la creaci¨®n de un ¨®rgano de supervisi¨®n supranacional compuesto por la autoridad del pa¨ªs donde se radique la multinacional, pero con presencia tambi¨¦n de las autoridades de los pa¨ªses de destino de sus servicios. Y de manera significativa, en ese colegio de supervisores participar¨¢ la Comisi¨®n Europea, para velar por una dimensi¨®n comunitaria en el control de unas empresas que operan de manera simult¨¢nea en todo el mercado interior.
¡°Cuando se detecte una violaci¨®n sist¨¦mica de las reglas europeas, el ¨®rgano de supervisi¨®n podr¨¢ sancionar a las plataformas¡±, detallan en el departamento de Breton. En principio, las multas depender¨ªan de cada pa¨ªs. Pero Bruselas no descarta que sea la propia Comisi¨®n, y no las autoridades nacionales, la que imponga las sanciones, una potestad que ya existe en el caso de las violaciones de competencia pero que apenas se ha utilizado en otros terrenos.
Fuentes comunitarias apuntan como precedente la reciente directiva sobre emisiones de CO2 en el sector del autom¨®vil. Por primera vez en automoci¨®n, ese reglamento faculta a la Comisi¨®n a imponer directamente sanciones a los fabricantes que superen los l¨ªmites de CO2 previstos en la directiva, una competencia que hasta ahora reca¨ªa en las autoridades nacionales.
El gigantesco fraude de Volkswagen, que truc¨® millones de motores para falsear los datos de emisiones, llev¨® a la UE a centralizar en la Comisi¨®n la autoridad sancionadora, en detrimento de unas autoridades nacionales en las que parec¨ªa haberse producido cierta tolerancia con un sector clave para la econom¨ªa y el empleo de los pa¨ªses donde tiene m¨¢s presencia.
La centralizaci¨®n de las sanciones podr¨ªa ahora permitir que el continente afronte de manera conjunta la vigilancia de unas multinacionales que parecen desbordar la capacidad de reacci¨®n de las autoridades nacionales. La legislaci¨®n sobre contenidos ilegales en Internet seguir¨¢ siendo nacional. Pero la DSA establecer¨¢ las obligaciones comunes de reacci¨®n y anticipaci¨®n que las plataformas deber¨¢n seguir en cualquier lugar de Europa.
Bruselas calcula que el cambio legislativo impondr¨¢ un cambio de actitud en las plataformas sist¨¦micas, que deber¨¢n destinar mayores recursos a la vigilancia de sus propias redes y al cumplimiento de las obligaciones legales europeas. Breton compara el proyecto legislativo de la Comisi¨®n a las medidas adoptadas para regular y exigir responsabilidades a los grandes bancos tras la crisis financiera.
¡°Me recuerda a la crisis bancaria, cuando hab¨ªa grandes bancos que estaban poniendo en riesgo la estabilidad de algunos pa¨ªses, pero se resist¨ªan a aceptar mayores controles porque se consideraban demasiado grandes como para que se les dejara caer¡±, rememora Breton. El comisario de Mercado Interior cree que ahora algunas plataformas reaccionan con la misma indiferencia a las peticiones de responsabilidad ¡°porque se consideran demasiado grandes como para preocuparse¡±.
Breton no acusa a ninguna empresa en concreto. Pero cree que en algunos casos la violaci¨®n de las reglas es intencionada, como cuando recurren a algoritmos para dar prominencia a contenidos pol¨¦micos, aunque contribuyan a la desinformaci¨®n, con el prop¨®sito de aumentar el tr¨¢fico y la facturaci¨®n por publicidad. En otros casos, dice el comisario, se trata de puro desconocimiento o negligencia.
¡°Hace poco le pregunt¨¦ al directivo de una plataforma cu¨¢ntas personas ten¨ªa para moderar contenidos en la Rep¨²blica checa. Y me contest¨® todo orgulloso que dos. ?Dos personas para todo un pa¨ªs!¡±, se admira Breton con evidente disgusto. ¡°Hace falta contratar m¨¢s gente, no basta con los algoritmos¡±. "Los bancos tambi¨¦n se resistieron en su d¨ªa, pero ahora tienen cientos o miles de personas trabajando en los departamentos de cumplimiento de la normativa¡±, recuerda el comisario franc¨¦s.
¡°Deben adaptarse a Europa. Y no al contrario¡±
El proyecto de la DSA llegar¨¢ acompa?ado de una segunda norma, la Digital Market Act o DMA, que intentar¨¢ abortar de antemano el riesgo de que las plataformas se conviertan en puntos de acceso insoslayables para sus respectivos mercados digitales. A diferencia de las leyes de competencia, que castigan a posteriori los abusos de posici¨®n dominante, el nuevo arma se activar¨¢ de manera preventiva
Ambos textos legales est¨¢n siendo rematados por Vestager y Breton. ¡°Entendemos muy bien el mercado, conocemos a todos sus actores y sabemos cu¨¢l es su conducta, incluida la de las plataformas que consideramos que no est¨¢n respetando nuestros valores y nuestra legislaci¨®n¡±, afirma el franc¨¦s.
El comisario recuerda que ¨¦l mismo procede del sector (durante 11 a?os dirigi¨® la multinacional tecnol¨®gica ATOS) y que ha sido socio o cliente de las grandes plataformas y conoce personalmente a sus dirigentes. ¡°Hablo a menudo con ellos, con alguno casi todas las semanas, y les insisto en que deben cambiar, que deben adaptarse a Europa y no al contrario¡±.
Breton no se arredra ante las cr¨ªticas a los intentos anteriores de la Comisi¨®n de intentar poner orden en un mundo digital que avanza a mucha mayor velocidad que la maquinaria legislativa de Bruselas. La directiva de comercio electr¨®nico de principios de siglo se vio superada por la emergencia de las plataformas. El reciente reglamento de protecci¨®n de datos, considerado un ¨¦xito por Bruselas cuando entr¨® en vigor en 2018, ni siquiera contemplaba el desarrollo de la Inteligencia Artificial, que ahora es ya la nueva frontera en la gesti¨®n de datos. Y las sanciones multimillonarias contra Google no han impedido que el buscador siga copando m¨¢s del 90% de su mercado en Europa.
¡°No, Europa no es naive¡±, repite una y otra vez el comisario europeo. Y reconoce que la ofensiva legislativa no solo pretende meter en cintura a las plataformas actuales, centradas en la explotaci¨®n de datos personales, sino preparar tambi¨¦n el terreno para la siguiente revoluci¨®n, que a su juicio pasar¨¢ por la explotaci¨®n de los ingentes datos industriales.
¡°Los datos industriales son el nuevo envite y Europa ser¨¢ el campo de batalla porque es la mayor potencia industrial del planeta¡±, se?ala Breton. Y se muestra convencido de que la armonizaci¨®n legislativa en Europa a trav¨¦s de la DSA y la DMA crear¨¢ un marco propicio para que la segunda generaci¨®n de plataformas digitales cuente tambi¨¦n con grandes operadores europeos, pr¨¢cticamente inexistentes en la primera.