Miedo a los piratas en la ruta alternativa a Suez
El golfo de Guinea concentra m¨¢s de la mitad de los asaltos a barcos en todo el mundo. Los agresores son grupos armados nigerianos con una mayor organizaci¨®n desde tierra
El pasado 23 de enero iba a ser un rutinario d¨ªa m¨¢s para la tripulaci¨®n del barco portacontenedores Mozart que hac¨ªa la ruta entre Lagos (Nigeria) y Ciudad del Cabo (Sud¨¢frica). Sin embargo, cuando se encontraba a 98 millas al noroeste de Santo Tom¨¦, hombres armados en una lancha r¨¢pida se acercaron a su costado, subieron a bordo e iniciaron una refriega en la que muri¨® una persona y 15 marineros fueron secuestrados. No fue un incidente aislado. ...
El pasado 23 de enero iba a ser un rutinario d¨ªa m¨¢s para la tripulaci¨®n del barco portacontenedores Mozart que hac¨ªa la ruta entre Lagos (Nigeria) y Ciudad del Cabo (Sud¨¢frica). Sin embargo, cuando se encontraba a 98 millas al noroeste de Santo Tom¨¦, hombres armados en una lancha r¨¢pida se acercaron a su costado, subieron a bordo e iniciaron una refriega en la que muri¨® una persona y 15 marineros fueron secuestrados. No fue un incidente aislado. Desde hace una d¨¦cada, el golfo de Guinea, en la costa centro-oeste de ?frica, se ha convertido en el epicentro mundial de la pirater¨ªa mar¨ªtima, una actividad criminal en alza protagonizada por bandas armadas casi siempre de origen nigeriano que ha ido aumentando de intensidad hasta el punto de representar una seria amenaza para el tr¨¢fico mar¨ªtimo y la actividad comercial y pesquera en estas aguas.
¡°La evoluci¨®n es clara. ?ltimamente hemos asistido a secuestros de hasta 20 tripulantes que luego son llevados a tierra desde barcos atacados hasta a unas 200 millas n¨¢uticas de la costa. Eso requiere de un cierto nivel de organizaci¨®n que antes no exist¨ªa¡±, asegura desde Londres Michael Howlett, director de la Oficina Mar¨ªtima Internacional (IMB, por sus siglas en ingl¨¦s), el organismo de la C¨¢mara Internacional de Comercio especializado en criminalidad mar¨ªtima. Seg¨²n su ¨²ltimo informe, en 2020 se produjeron 195 asaltos a barcos en todo el mundo, de los que 164 tuvieron ¨¦xito y 31 fracasaron, un 20% m¨¢s que en 2019. De ellos, nada menos que 84 tuvieron lugar en el golfo de Guinea, en el oc¨¦ano Atl¨¢ntico, las aguas m¨¢s peligrosas del planeta.
El reciente cierre provisional del canal de Suez por el accidente del Ever Given ha vuelto a poner el foco sobre la necesidad de combatir la pirater¨ªa en una regi¨®n atravesada por importantes rutas comerciales y de donde se almacenan el 3,2% de las reservas de petr¨®leo mundiales, con Nigeria, Angola y Guinea Ecuatorial como principales productores.
Detr¨¢s de esta pirater¨ªa se encuentran, fundamentalmente, grupos armados nigerianos del delta del N¨ªger, una zona de explotaci¨®n petrol¨ªfera que sufre una gran degradaci¨®n ambiental que ha destruido buena parte de la actividad pesquera y agr¨ªcola y donde han florecido bandas de delincuentes que se dedican al robo de crudo, tanto en tierra como en el medio fluvial y marino. Seg¨²n el Departamento de Seguridad Nacional espa?ol, los principales objetivos son buques petroleros, de carga o incluso plataformas petrol¨ªferas que son atacadas para pedir un rescate posterior, robar sus bienes o secuestrar a parte de la tripulaci¨®n. Estos piratas del siglo XXI utilizan embarcaciones r¨¢pidas en sus abordajes y suelen ir armados con fusiles tipo Kalashnikov, machetes y alg¨²n lanzagranadas.
Para impedir ser asaltados y siguiendo las recomendaciones de los organismos internacionales, los armadores han ido adoptando medidas como la contrataci¨®n de empresas de seguridad cuyos efectivos, fuertemente armados, viajan a bordo. Otro recurso que se usa cada vez m¨¢s es la habilitaci¨®n de habitaciones del p¨¢nico completamente blindadas, pero dotadas de radio y agua y comida para semanas, donde los marineros se pueden encerrar hasta que los agresores abandonen la embarcaci¨®n o acudan en su ayuda. En ocasiones ni as¨ª escapan del peligro. Los tripulantes del Mozart se metieron en ella y tras seis horas de intentos los asaltantes lograron abrir la puerta.
El pasado mes de febrero el secretario general de la Organizaci¨®n Mar¨ªtima Internacional, Kitack Lim, hac¨ªa un llamamiento a gobiernos, empresas y organismos mundiales para que adoptaran medidas urgentes ante ¡°la escalada¡± de ataques en esta regi¨®n. No era la primera vez. Ya en 2011 y 2012 el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprob¨® dos resoluciones instando a los pa¨ªses de la zona a desarrollar una estrategia com¨²n y a la comunidad internacional a prestarles apoyo. Fruto de todo ello se firm¨® en 2013 la Declaraci¨®n de Yaund¨¦, que reclamaba el despliegue de una fuerza internacional similar a la que ha logrado reducir de manera notable la pirater¨ªa en el Cuerno de ?frica, al menos por ahora.
¡°Pero hay diferencias entre la pirater¨ªa en uno y otro lugar¡±, aseguran fuentes de la Armada espa?ola, cuya patrullera desplegada en la zona durante unos ocho meses al a?o ha participado ya en varios rescates. ¡°Somalia es un estado fallido. Los piratas ten¨ªan campamentos en tierra, en zonas que estaban bajo su control. Secuestraban barcos enteros y los conduc¨ªan hasta all¨ª para pedir rescate. La tripulaci¨®n pod¨ªa estar semanas o meses retenida hasta que el armador pagaba. En el golfo de Guinea s¨ª hay Estados que pueden imponer la ley. Por eso los ataques son r¨¢pidos para robar combustible, dinero o aparatos electr¨®nicos. Si, de paso, hay tripulantes europeos o filipinos aprovechan y se los llevan a lugares ocultos en tierra para pedir rescate. Es m¨¢s pillaje que otra cosa, pero puede ser muy violento¡±, a?ade la misma fuente.
Adem¨¢s de Espa?a, otros pa¨ªses europeos, como Portugal o Italia, tienen acuerdos bilaterales con los Estados de la regi¨®n para desplegar barcos militares. Sin embargo, las cifras revelan que no es suficiente. El aumento de la pirater¨ªa no se ha visto acompa?ado de una misi¨®n internacional como ocurri¨® en Somalia hace m¨¢s de una d¨¦cada. El problema, coinciden los expertos, es la coordinaci¨®n entre numerosos actores. ¡°Es complejo¡±, asegura Howlett; ¡°se han hecho numerosos seminarios y encuentros en los que incidimos en la necesidad de incrementar los medios de vigilancia. En Somalia fue relativamente sencillo porque pr¨¢cticamente no hab¨ªa Estado, pero en el golfo de Guinea hay que contar con el necesario acuerdo de gobiernos funcionales, es necesaria una estrategia regional¡±.
La preocupaci¨®n europea es l¨®gica. Esta zona es estrat¨¦gica para el Viejo Continente desde el punto de vista comercial. Desde 2014 la Uni¨®n Europea ha invertido unos 55 millones de euros en seguridad en el golfo de Guinea, financiando no solo la presencia de patrulleros sino dotando y formando a los Ej¨¦rcitos nacionales. Sin embargo, faltan muchos medios. Muchos de los pa¨ªses ribere?os no tienen siquiera radares de vigilancia y, en ocasiones, tienen problemas hasta para llenar de combustible sus embarcaciones. Nigeria es consciente del problema, ha endurecido sus leyes y existen ¨®rdenes estrictas de perseguir a estos criminales, pero este pa¨ªs se enfrenta a enormes desaf¨ªos en materia de seguridad en todo su territorio como se ha puesto de manifiesto recientemente con los cinco secuestros consecutivos de escolares en el norte y oeste del pa¨ªs.