El tomate, entre dos fuegos
Espa?a perdi¨® un 30% de ventas en la UE por la masiva oferta marroqu¨ª a bajos precios y la mayor eficiencia productiva de los invernaderos en Pa¨ªses Bajos
Con un volumen de 1,5 millones de toneladas, el tomate es el buque insignia en las producciones de los invernaderos espa?oles, especialmente almerienses, y punta de lanza para abrir y consolidar los mercados de la exportaci¨®n. Esta posici¨®n dominante de Espa?a en este tipo de producciones se halla amenazada desde dos frentes opuestos, norte y sur. De un lado, por las exportaciones masivas a bajos precios de Marruecos. De otra parte, por las mayores producciones en otros pa¨ªses comunitarios donde Espa?a coloca sus exportaciones, bi...
Con un volumen de 1,5 millones de toneladas, el tomate es el buque insignia en las producciones de los invernaderos espa?oles, especialmente almerienses, y punta de lanza para abrir y consolidar los mercados de la exportaci¨®n. Esta posici¨®n dominante de Espa?a en este tipo de producciones se halla amenazada desde dos frentes opuestos, norte y sur. De un lado, por las exportaciones masivas a bajos precios de Marruecos. De otra parte, por las mayores producciones en otros pa¨ªses comunitarios donde Espa?a coloca sus exportaciones, bien por el boom de los invernaderos m¨¢s eficientes o por las condiciones m¨¢s favorables que ofrece el cambio clim¨¢tico. En cualquier caso, lo que sucede en el tomate, entienden los productores, supone un aviso para toda la llamada huerta espa?ola.
El acuerdo actualmente en vigor entre la Uni¨®n Europea y Marruecos contempla la posibilidad de exportar a los pa¨ªses comunitarios en condiciones arancelarias preferentes, un volumen de 285.000 toneladas a un precio de entrada de 0,46 euros por kilo que no se mueve desde hace m¨¢s de dos d¨¦cadas, si bien tiene la posibilidad de superar ese volumen a un precio superior. Bas¨¢ndose en esa disposici¨®n, Marruecos elev¨® sus exportaciones a los pa¨ªses comunitarios en 2020 a 518.000 toneladas frente a las 310.000 toneladas de hace una d¨¦cada. En el caso de Espa?a, las importaciones de tomate marroqu¨ª pasaron en el mismo periodo de 20.000 a 77.000 toneladas.
Este aumento de la presencia de la producci¨®n marroqu¨ª en los mercados comunitarios se ha traducido en un descenso generalizado de los precios y, en el caso de Espa?a, en la ca¨ªda de ventas en un 30% al pasar de algo m¨¢s de un mill¨®n de toneladas a las 711.000 toneladas del ¨²ltimo a?o.
¡°Al igual que ha sucedido con la alubia verde donde Marruecos copa el mercado, no podemos competir con la producci¨®n marroqu¨ª del tomate redondo est¨¢ndar por nuestras diferencias de costes y sus condiciones de acceso a los mercados¡±, se?ala el director general del grupo Bonnysa, Jorge Brotons. ¡°En nuestro caso nos hemos visto obligados, en unos casos a una reconversi¨®n varietal para ofrecer productos de mayor valor a?adido y en otros a un cambio a productos tropicales. El sector necesita una mayor protecci¨®n frente a terceros pa¨ªses, pero adem¨¢s un proceso de reconversi¨®n de los invernaderos para ser m¨¢s eficientes¡±, a?ade.
Desde la Federaci¨®n de Productores y Exportadores de Frutas y Hortalizas el director Jos¨¦ Mar¨ªa Pozancos se?ala la dificultad para competir con las producciones de tomate marroqu¨ª por los menores costes en mano de obra y por la ineficacia de un precio de entrada 0,46 euros por kilo muy inferior a unos costes de producci¨®n medios de 0,55 euros, y que se halla congelado desde hace dos d¨¦cadas y que denunciaba ante la Comisi¨®n la eurodiputada socialista Clara Aguilera. Desde el sector productor se considera muy dif¨ªcil en el marco comunitario elevar esos precios de entrada por lo que se reclama la posibilidad de establecer cl¨¢usulas de salvaguarda en funci¨®n de la situaci¨®n del mercado. Pozancos entiende que no se est¨¢ cumpliendo tampoco la filosof¨ªa del acuerdo con Marruecos cuando se indica que el mismo deber¨ªa respetar las corrientes comerciales tradicionales y no distorsionar los mercados.
Ayudas p¨²blicas indirectas
Un segundo frente al que se enfrenta el tomate, y en general la mayor parte de las producciones de invernadero conocidas como de fuera de temporada, es el incremento de las producciones en los invernaderos en los pa¨ªses del norte de la Uni¨®n Europea, especialmente en Pa¨ªses Bajos o B¨¦lgica o por el auge del cultivo debido al cambio clim¨¢tico que afecta tambi¨¦n a otras producciones. En los ¨²ltimos a?os se ha registrado una explosi¨®n de nuevas instalaciones de ¨²ltima generaci¨®n, en muchos casos con ayudas p¨²blicas indirectas para uso de energ¨ªa que permiten en la actualidad producir m¨¢s de 40 kilos de tomate por metro cuadrado, frente a los 15 kilos de media que se obtienen en Espa?a. A esta desventaja se suma el coste del transporte desde Espa?a a los puntos de consumo. Esta situaci¨®n de mayor eficiencia en otros pa¨ªses ha dado lugar a que Espa?a, a pesar de liderar la producci¨®n con m¨¢s de 1,5 millones de toneladas de esta oferta, importe unas 165.000 toneladas donde, junto a las 77.000 toneladas de Marruecos, se suman otras 30.000 de Pa¨ªses Bajos, 33.000 a Portugal y otras 15.00 a B¨¦lgica.
Espa?a dispone oficialmente de unas 50.000 hect¨¢reas de invernaderos fundamentalmente en Almer¨ªa, Canarias y Levante, aunque en muchos casos se llama invernadero a una estructura cubierta de pl¨¢stico. Se trata de un sector en buena parte muy envejecido y necesitado de un plan de reconversi¨®n global que reclama desde hace a?os el sector. En la actualidad, sobre la base de los fondos comunitarios de recuperaci¨®n, la Administraci¨®n ha asignado un total de 122 millones de euros para este fin, volumen que desde el sector se estima totalmente insuficiente si se considera que la inversi¨®n necesaria para modernizar una hect¨¢rea de invernadero supone unos 400.000 euros.