Los algoritmos llegan a la negociaci¨®n colectiva
Las empresas usan m¨¢s la tecnolog¨ªa para decidir horarios, evaluar empleados o contratar. La ley exige ahora transparencia
Jeff Bezos anunci¨® la semana pasada que Amazon usar¨¢ un algoritmo para decidir los horarios de sus trabajadores. ¡°Estamos desarrollando un sistema para rotar a los empleados entre puestos que requieren el uso de distintos grupos de m¨²sculos para reducir el volumen de movimientos repetitivos y proteger as¨ª su salud¡±, escrib¨ªa uno de los hombres que encabeza el podio de riqueza mundial.
El futuro del trabajo tambi¨¦n es esto: ...
Jeff Bezos anunci¨® la semana pasada que Amazon usar¨¢ un algoritmo para decidir los horarios de sus trabajadores. ¡°Estamos desarrollando un sistema para rotar a los empleados entre puestos que requieren el uso de distintos grupos de m¨²sculos para reducir el volumen de movimientos repetitivos y proteger as¨ª su salud¡±, escrib¨ªa uno de los hombres que encabeza el podio de riqueza mundial.
El futuro del trabajo tambi¨¦n es esto: algoritmos e inteligencia artificial en la organizaci¨®n de turnos y tareas, en la evaluaci¨®n de los empleados, en decisiones de contrataci¨®n y despidos o en la prevenci¨®n de riesgos laborales¡ El debate sobre el futuro no se ci?e a si habr¨¢ m¨¢s o menos empleo, el asunto que ha consumido m¨¢s esfuerzos (y titulares). Hay algo m¨¢s. ¡°Los algoritmos no afectan solo a las empresas tecnol¨®gicas¡±, advierte Albert Ca?igueral, autor del libro El trabajo ya no es lo que era, consciente de que la popularidad de estas plataformas puede acabar simplificando la concepci¨®n de esta tecnolog¨ªa.
Esa advertencia ha estado presente en la negociaci¨®n entre el Gobierno y los agentes sociales en la ley rider, que debe aprobarse pronto. El segundo art¨ªculo de la norma pactada en marzo establece la obligaci¨®n para todas las empresas de informar a los representantes de los trabajadores sobre los ¡°par¨¢metros, reglas e instrucciones en los que se basan los algoritmos o sistemas de inteligencia artificial que afectan a la toma de decisiones¡± en lo relacionado con las condiciones laborales. Espa?a es as¨ª pionera con esta regulaci¨®n y lo hace contando con sindicatos y empresarios. ¡°Es una novedad que se haga con di¨¢logo social. No hay ninguna experiencia en Europa ni en el mundo¡±, se?ala Luz Rodr¨ªguez, profesora de Derecho Laboral en la Universidad de Castilla-La Mancha.
Se abre as¨ª la puerta a que los algoritmos entren en la negociaci¨®n colectiva, en los convenios y en las relaciones entre sindicatos y empresarios, es decir, all¨ª donde se dirime el conflicto que hay en juego en las relaciones laborales (sueldos, horarios, organizaci¨®n del trabajo y plantillas). Tanto es as¨ª que en la negociaci¨®n con los agentes sociales estuvo presente el convenio de banca firmado recientemente, que va m¨¢s all¨¢ de lo que establece la llamada ley rider. Por ahora, este es el ¨²nico en Espa?a que contiene una cl¨¢usula as¨ª. En cambio, casi todas las fuentes consultadas prev¨¦n que ir¨¢ a m¨¢s. Jos¨¦ Mar¨ªa Mart¨ªnez, secretario general de la Federaci¨®n de Servicios de CC OO y negociador de ese convenio, insiste en el inter¨¦s que ha despertado en empresas de otros sectores.
El secretario de Estado de Empleo, Joaqu¨ªn P¨¦rez Rey, pronostica que este modelo ¡°se va a generalizar¡±. ¡°Es el pr¨®ximo escenario de la negociaci¨®n colectiva¡±, prev¨¦. Gonzalo Pino, secretario de Pol¨ªtica Sindical en UGT, da un paso m¨¢s: ¡°Ya estamos preparando cl¨¢usulas para introducir en los convenios que negociamos. Va a ser un tema central en los pr¨®ximos a?os¡±. En la misma direcci¨®n apunta Joan Coscubiela, director de la Escuela de Trabajo de CC OO, que forma a los cuadros del sindicato: ¡°En la escuela estamos tratando de situar los algoritmos en la negociaci¨®n de los convenios¡±.
Algo similar opina Adri¨¢n Todol¨ª, profesor de Derecho del Trabajo de la Universitat de Val¨¨ncia. No tiene dudas de que ¡°abre una puerta¡± y de que por ella entrar¨¢n muchos convenios. Es habitual que si la ley se?ala un camino en las negociaciones entre sindicatos y empresarios, este se recorra. Esta norma no abre tanto campo como la del teletrabajo, que se?ala mucho espacio a la negociaci¨®n colectiva, pero s¨ª deja huecos a rellenar: ?qu¨¦ informaci¨®n se requerir¨¢?, ?con qu¨¦ periodicidad?, ?bastar¨¢ con hacerlo cuando empiece a usarse el algoritmo?
La voz discrepante la pone Rosa Santos, responsable de relaciones laborales de CEOE: ¡°Solo hemos pactado un derecho de acceso a la informaci¨®n de los representantes de los trabajadores, que, en mi opini¨®n, ya estaba impl¨ªcita en la norma. No creo que tenga que ir a los convenios. Solo hemos puesto al d¨ªa el derecho¡±.
Aunque muchos piensen de forma distinta, s¨ª que hay un elemento que puede dificultar el desarrollo pronosticado: el uso en las empresas de algoritmos e inteligencia artificial no est¨¢ muy desarrollado en Espa?a. En una encuesta de inicios de 2020 de Meta 4, empresa de aplicaciones de Recursos Humanos, y Future of Work Institute, el 81% de empresas consultadas ten¨ªan poco conocimiento de lo que eran los procesos de robotizaci¨®n o no hab¨ªan o¨ªdo hablar de ellos.
Regular sobre estas herramientas tecnol¨®gicas, preferiblemente a trav¨¦s del di¨¢logo social, y dar transparencia es una demanda de la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo en un informe reciente sobre plataformas digitales. Eso busca la UE en la directiva que prepara sobre inteligencia artificial: en ella llama la atenci¨®n sobre los riesgos que pueden suponer al decidir sobre ascensos, despidos o evaluaciones. Tres profesoras de la Universidad de Stanford y del MIT, Katherine C. Kellogg, Melissa A. Valentine y Ang¨¨le Chistin, lo codifican en un art¨ªculo de 2020 agrupando seis tareas que los algoritmos permiten hacer a los empleadores: limitar, recomendar, almacenar (datos), evaluar, recolocar/sustituir y premiar.
¡°Los algoritmos son muy positivos para los empleados cuando est¨¢n bien dise?ados, lo que es la norma¡±, explica Alfonso D¨ªez, de DXC Technology, ¡°su l¨®gica ayuda, por ejemplo, a la prevenci¨®n de riesgos laborales¡±. Podr¨ªa ser uno de los usos de ese caso de Amazon. Este experto de larga trayectoria sigue: ¡°Hay que evitar cualquier uso perverso. La l¨®gica de un algoritmo puede ser correcta, pero en su programaci¨®n puede tener factores modificadores que pueden proceder del an¨¢lisis estad¨ªstico de datos an¨®nimos que pueden incorporar un sesgo por incompletos, o por tratarlos fuera de contexto¡±.
El secretario de Estado, P¨¦rez Rey, lo resume as¨ª: ¡°Estas herramientas van a tener m¨¢s protagonismo en la gesti¨®n de recursos humanos. Y no es importante solo por los mecanismos automatizados. Estos mecanismos tienen sesgos¡±. Uno de estos sesgos es lo que llev¨® a un tribunal en Italia a declarar que un algoritmo de Deliveroo era discriminatorio por no distinguir si el motivo por el que un repartidor se presentaba al trabajo estaba justificado o no.
¡°El riesgo de discriminaci¨®n es lo que ha captado m¨¢s atenci¨®n¡±, apunta Gemma Gald¨®n, directora de ?ticas Consulting, quien cree que el paso dado en la regulaci¨®n es ¡°limitado¡±. Todol¨ª a?ade la falta de autonom¨ªa o la intensificaci¨®n del trabajo.
Luz Rodr¨ªguez cree que lo m¨¢s importante es la transparencia. ¡°No se trata de que las empresas digan c¨®mo son los algoritmos, sino de qu¨¦ marco, qu¨¦ le dejas, de d¨®nde saca los datos, qu¨¦ par¨¢metros, qu¨¦ datos est¨¢n cogiendo y la toma de decisiones final. En definitiva, ?qu¨¦ efectos est¨¢ teniendo?¡±