El halc¨®n sin garras
Siempre, hasta en su carta de despedida, recel¨® o se opuso a las bajadas de tipos de inter¨¦s. Se estrell¨® contra sus colegas y contra la realidad
Jens Weidmann, el gran halc¨®n del BCE y gobernador del Bundesbank desde hace diez largos a?os, se ir¨¢ a casa a final de a?o. No solo por despecho, al perder (en 2019) la presidencia del banco europeo ¡ªla ten¨ªa en las yemas de los dedos¡ª por un juego de carambolas.
Recuerden que Christine Lagarde se alz¨® al puesto que ¨¦l ansiaba, al frustrarse la candidatura del sociata holand¨¦s Frans Timmermans para la Comisi¨®n, y se col¨® Ursula von der Leyen: dos alemanes, en Bruselas y Fr¨¢ncfort, habr¨ªan sido demasiados.
No solo por eso, y bien se ha cuidado de quedar elegante, aplazando dos a?...
Jens Weidmann, el gran halc¨®n del BCE y gobernador del Bundesbank desde hace diez largos a?os, se ir¨¢ a casa a final de a?o. No solo por despecho, al perder (en 2019) la presidencia del banco europeo ¡ªla ten¨ªa en las yemas de los dedos¡ª por un juego de carambolas.
Recuerden que Christine Lagarde se alz¨® al puesto que ¨¦l ansiaba, al frustrarse la candidatura del sociata holand¨¦s Frans Timmermans para la Comisi¨®n, y se col¨® Ursula von der Leyen: dos alemanes, en Bruselas y Fr¨¢ncfort, habr¨ªan sido demasiados.
No solo por eso, y bien se ha cuidado de quedar elegante, aplazando dos a?os su renuncia. La torcida apuesta del joven, t¨ªmido y altivo Weidmann carece de futuro. No est¨¢ Angela para apoyarle. Y ser¨ªa amargo el plan de cubrir los 8 a?os restantes de mandato contemplando su natural poltrona ocupada por otra. M¨¢s glamurosa.
La pena humana del poderoso por no llegar a todopoderoso da para una sugestiva trama. Pero la falta de expectativa y el cansancio que le jubilan reflejan el pertinaz fracaso de sus propuestas. Tejen, as¨ª, una lecci¨®n de pol¨ªtica monetaria en carne viva.
Perdi¨® todos sus grandes envites restrictivos contra la pol¨ªtica monetaria expansiva de Mario Draghi, llegado al tim¨®n del BCE tambi¨¦n en 2011. Perdi¨® al inicio, en 2012, cuando el italiano aplic¨® su ¡°har¨¦ todo lo que sea para salvar al euro¡± al crear el programa OMT de compra de deuda p¨²blica de los pa¨ªses vulnerables. Weidmann se opuso. Ayud¨® ante el Tribunal Constitucional alem¨¢n a los ultras que lo recurrieron. Y pese al resquemor de Karlsruhe, el Tribunal de Justicia de la UE lo valid¨®. Fue la catapulta de los distintos planes de quantitative easing, de compra de activos.
En 2014 declaraba al Frankfurter que convertir¨ªan al BCE en ¡°reh¨¦n pol¨ªtico de los Estados¡±. En 2019, dijo al Die Zeit que eran ¡°legales¡± y una herramienta m¨¢s del banco. El salto de una a otra frase secuencia el viaje al abismo de su pol¨ªtica.
Al restallar la pandemia, pretendi¨® sin ¨¦xito (18/3/2020), que el programa PEPP de compras apoyase los bonos privados y apenas los p¨²blicos. Al fin se sum¨® a la aplastante mayor¨ªa. Siempre, hasta en su carta de despedida, recel¨® o se opuso a las bajadas de tipos de inter¨¦s. Se estrell¨® contra sus colegas y contra la realidad.
Y s¨®lo se apunt¨® a la revisi¨®n de la estrategia de pol¨ªtica monetaria (8/7/2021) para recortar su flexibilidad y solemnizar su renuencia a tolerar largos per¨ªodos de inflaci¨®n superior al 2% sin alzas de tipos.
En diciembre acudir¨¢ a su ¨²ltima reuni¨®n con la c¨²pula del BCE. Dirimir¨¢ la pugna entre los nerviosos halcones reaccionarios, partidarios de subir tipos aunque la inflaci¨®n sea transitoria; y las palomas pacientes, imperturbables si no crece la inflaci¨®n da?ina, la subyacente (sin energ¨ªa ni alimentos). A ella llegar¨¢ el halc¨®n jefe ya sin garra. Sus sucesores ¡ªles detallar¨¦, y reiremos¡ª no podr¨¢n empeorarlo. Las garras de esa pol¨ªtica quedaron romas.