Los tuits de Ana Bot¨ªn se convirtieron en prueba contra el Banco Santander en el ¡®caso Orcel¡¯

Cuatro mensajes que la presidenta del Banco Santander, Ana Bot¨ªn, public¨® en Twitter en 2018 se han convertido en una prueba clave contra la entidad financiera en la condena que la obliga a indemnizar con 68 millones de euros al banquero italiano Andrea Orcel por su fichaje frustrado como consejero delegado, seg¨²n consta en la ...

Cuatro mensajes que la presidenta del Banco Santander, Ana Bot¨ªn, public¨® en Twitter en 2018 se han convertido en una prueba clave contra la entidad financiera en la condena que la obliga a indemnizar con 68 millones de euros al banquero italiano Andrea Orcel por su fichaje frustrado como consejero delegado, seg¨²n consta en la sentencia a la que ha tenido acceso EL PA?S. El juez destaca que los tuits de la presidenta ¡°resultan especialmente elocuentes¡± para confirmar que el directivo fue contratado. El Santander, al que le ha ca¨ªdo como un mazazo esta decisi¨®n del Juzgado de Primera Instancia n¨²mero 46 de Madrid por todas las implicaciones que supone, recurrir¨¢ a la Audiencia Provincial y ha dicho que ¡°conf¨ªa en ganar el recurso, como ya ha ocurrido en las dos querellas penales planteadas en los tribunales en relaci¨®n con este asunto¡±.

La indemnizaci¨®n a Orcel se desglosa en 35 millones por los incentivos a largo plazo que no ha conseguido al frustrarse su fichaje, 17 millones por el bonus de incorporaci¨®n acordado, 10 millones por da?os morales y reputacionales y 5,8 millones por las dos anualidades establecidas como objetivos de retribuci¨®n, seg¨²n la sentencia. Adem¨¢s, el juez Javier S¨¢nchez Beltr¨¢n establece que se deben pagar estas cantidades ¡°incluyendo los intereses legales m¨¢s dos puntos¡± en el tipo de inter¨¦s y condena a costas al banco.

La clave del caso est¨¢ en la carta-oferta del 24 de septiembre de 2018, aprobada por el consejo al d¨ªa siguiente, que para el juez ¡°es un contrato v¨¢lido y perfecto¡± porque tiene una oferta, la aceptaci¨®n de la otra parte, el consentimiento de los que intervienen y una causa, entendida como finalidad directa, que es la contrataci¨®n de Orcel. El juez entiende que cumple con los cuatro art¨ªculos clave del C¨®digo Civil. Y a?ade: ¡°En este sentido resultan especialmente elocuentes las declaraciones de Bot¨ªn en su cuenta de Twitter particular¡± y cita cuatro mensajes.

¡°Bienvenido Andrea¡±

Los dos primeros son del 25 de septiembre de 2018 y en ellos Bot¨ªn dice: ¡°Encantada de que Andrea Orcel se una a nosotros como CEO del Grupo. A medida que continuamos transformando Santander, su experiencia es invaluable. Bienvenido Andrea¡±.

Este mensaje estuvo precedido de otro de la cuenta oficial del Santander, que retuite¨® Bot¨ªn, y que dec¨ªa: ¡°Andrea Orcel, nombrado consejero delegado del Santander a principios de 2019. Jos¨¦ Antonio ?lvarez ser¨¢ el nuevo presidente ejecutivo de Santander Espa?a y el ¨²nico vicepresidente del Grupo con un cargo ejecutivo¡±.

Al d¨ªa siguiente, Bot¨ªn public¨® otro mensaje: ¡°Ayer nombramos a Andrea Orcel como nuevo CEO del Grupo. Ayudar¨¢ a acelerar la ejecuci¨®n de nuestra estrategia¡±. Otro de los mensajes de la presidenta es del 4 de octubre de 2018: ¡°Destaco el excelente trabajo que ha realizado mi equipo y que es genial que Andrea se una a Jos¨¦ Antonio y a m¨ª para entregar nuestra visi¨®n: una plataforma de servicios financieros abierta y responsable¡±.

El precedente de Dia

El auto tambi¨¦n se hace eco de una entrevista de Bot¨ªn en la agencia Bloomberg en la que dijo: ¡°Jos¨¦ Antonio¡±, en referencia a ?lvarez, ¡°Andrea y yo misma somos el mejor equipo para los pr¨®ximos a?os¡±. No es la primera vez que Bot¨ªn tiene un problema por un tuit. El 20 de mayo de 2019, a las 17.20, con el mercado todav¨ªa abierto, public¨®: ¡°Finalmente el Presidente de Letter One se ha comprometido a trabajar para eliminar la discriminaci¨®n entre bonistas y bancos de Dia, lo que creemos es un tratamiento justo. Santander de manera responsable ha decidido apoyar a Dia y sus empleados¡±. La CNMV investig¨® el caso para una posible sanci¨®n por no recurrir a un hecho relevante, como suele ser habitual para este tipo de informaciones. Finalmente, solo hubo una advertencia ante las dudas de que el tuit hubiera influido en la cotizaci¨®n.

Al margen de los mensajes, el auto cita una frase del acta del consejo de administraci¨®n del 18 de diciembre de 2018 en la que se refiere a ¡°la nueva contrataci¨®n¡± de Orcel y rebate los argumentos de defensa del Santander. Dice que su contrato fue aprobado formalmente ¡°por unanimidad¡± y que se le nombr¨® consejero, en sustituci¨®n de Juan Miguel Villar Mir. El magistrado desmonta la necesidad de que el nombramiento deber¨ªa ser ratificado por la junta de accionistas porque se celebr¨® en abril y la carta de anulaci¨®n de la contrataci¨®n fue en enero de 2019. Tambi¨¦n afirma que la junta de accionistas no tiene competencias para ratificar este nombramiento.

El BCE dio el visto bueno ¡°informalmente¡±

Sobre la necesidad de recibir el visto bueno del Banco Central Europeo (BCE), una condici¨®n que no lleg¨® a recibir Orcel y que esgrimi¨® el Santander, el juez recuerda las palabras de Bot¨ªn recogidas en el acta de la comisi¨®n de nombramientos: ¡°Ana Bot¨ªn inform¨® a la comisi¨®n que tanto el BCE como el Banco de Espa?a hab¨ªan comunicado, informalmente, que no tienen objeciones al nombramiento de Orcel¡±.

Por ¨²ltimo, el auto tambi¨¦n rechaza el argumento del banco de que la contrataci¨®n estaba sujeta a que UBS, la entidad suiza de la que proced¨ªa el directivo, pagara al menos el 50% de la retribuci¨®n en diferida pendiente que perder¨ªa por ir al Santander. El italiano dijo que si no se la pagaba UBS, deber¨ªa hacerlo el banco espa?ol. ¡°De los correos electr¨®nicos entre Bot¨ªn y Orcel no se deduce que el Santander se replantear¨ªa seguir adelante con la incorporaci¨®n de Orcel¡± por esta causa. Y recuerda que Axel Weber, presidente de UBS, declar¨® en el juicio que la pol¨ªtica del banco es no pagar el bonus diferido ¡°cuando un empleado se marcha por propia voluntad¡±.