Elon Musk retira la oferta de compra por Twitter
El magnate da por concluida la operaci¨®n alegando diversas violaciones al acuerdo de adquisici¨®n. La tecnol¨®gica anuncia que recurrir¨¢ a los tribunales
Elon Musk levanta de la mesa su oferta de compra por Twitter. El magnate, que agit¨® a Silicon Valley ofreciendo 44.000 millones de d¨®lares por la red social, cambia de opini¨®n alegando que se han producido varias violaciones al acuerdo de adquisici¨®n, seg¨²n ha informado este viernes la agencia Reuters. Es el final de un culebr¨®n que se ha extendido durante tres meses, un tiempo en el que ha despertado much¨ªsimo inter¨¦s la posibilidad de que el hombre m¨¢s rico del mundo se convirtiera adem¨¢s en un bar¨®n digital equipado de un altavoz qu...
Elon Musk levanta de la mesa su oferta de compra por Twitter. El magnate, que agit¨® a Silicon Valley ofreciendo 44.000 millones de d¨®lares por la red social, cambia de opini¨®n alegando que se han producido varias violaciones al acuerdo de adquisici¨®n, seg¨²n ha informado este viernes la agencia Reuters. Es el final de un culebr¨®n que se ha extendido durante tres meses, un tiempo en el que ha despertado much¨ªsimo inter¨¦s la posibilidad de que el hombre m¨¢s rico del mundo se convirtiera adem¨¢s en un bar¨®n digital equipado de un altavoz que habr¨ªa multiplicado su capacidad de influir en la opini¨®n p¨²blica mundial. La tecnol¨®gica ha respondido con una amenaza de recurrir la decisi¨®n de Musk ante los tribunales.
La ruptura del acuerdo, que en teor¨ªa supondr¨¢ para Musk un desembolso de 1.000 millones de d¨®lares por incumplir lo pactado, no es una sorpresa total. Con el paso de los meses, la operaci¨®n se volvi¨® cada vez m¨¢s improbable a ojos de los expertos, que vieron en el ambiente muchos signos que pon¨ªan en duda que Musk cumpliera con el pago de 54,20 d¨®lares por t¨ªtulo. La cifra de usuarios falsos presentes en Twitter se erigi¨® como el principal escollo que termin¨® por dividir los caminos entre las partes. El due?o de Tesla exig¨ªa que estos fueran menos del 5% de los usuarios totales. Cuando recibi¨® los datos de la c¨²pula de Twitter, no crey¨® en la informaci¨®n.
El futuro de la operaci¨®n parece ahora destinada a los tribunales. Bret Taylor, presidente de Twitter, ha asegurado en la red social que est¨¢n ¡°comprometidos a cerrar la transacci¨®n¡± en el precio y los t¨¦rminos que fueron pactados desde el 13 de abril, cuando Musk comunic¨® a sus interlocutores la intenci¨®n de comprar la empresa. ¡°Planeamos una acci¨®n legal para ejecutar el acuerdo de fusi¨®n. Confiamos en prevalecer en el tribunal de equidad de Delaware¡±, escribi¨® Taylor en referencia a una muy recurrida corte que resuelve disputas internas de las corporaciones radicadas en el Estado del este de Estados Unidos, un destino popular por sus laxas regulaciones tributarias.
Este mismo jueves llegaron nuevas se?ales que disminu¨ªan las posibilidades de ¨¦xito de la operaci¨®n. The Washington Post afirmaba en una exclusiva que gente cercana a Musk rechazaba el n¨²mero de cuentas de spam proporcionado por Twitter, un factor clave para medir las posibilidades de monetizaci¨®n de la red social. La empresa de San Francisco, sin embargo, hab¨ªa defendido sus n¨²meros, asegurando en una llamada con varios periodistas que los bots son menos del 5% de los usuarios diarios. El magnate, en cambio, estima que las cuentas de spam se acercan al 20% de la comunidad.
Los asesores del empresario creen que las cifras entregadas por Twitter no son verificables. La tecnol¨®gica ha asegurado que ser¨ªa muy dif¨ªcil para un auditor externo corroborar el n¨²mero dado a Musk. Esta, argumentan, se desprende de informaci¨®n privada de los usuarios y que Twitter no comparte: direcciones de IP, datos de geolocalizaci¨®n e informaci¨®n de contacto como son n¨²meros m¨®viles o direcciones de correo.
Las acciones de Twitter han reaccionado a la decisi¨®n de Musk de romper el acuerdo con ca¨ªdas del 6% en las operaciones posteriores al cierre de mercado. La compa?¨ªa hab¨ªa resistido mejor que sus pares la crisis burs¨¢til de los ¨²ltimos meses: en lo que va de a?o se deja un 13% de su valor, la mitad que el ¨ªndice tecnol¨®gico Nasdaq, pero ahora est¨¢ por ver cu¨¢nto le penalizar¨¢ la espantada de Musk.
El culebr¨®n comenz¨® con solo cuatro palabras vertidas, precisamente, en Twitter. ¡°He hecho una oferta¡±, escribi¨® Musk el 14 de abril. Al escueto mensaje ven¨ªa el documento que hab¨ªa sido presentado ante el regulador para hacerse con la empresa fundada en San Francisco. La compra fue un as bajo la manga que el magnate se hab¨ªa guardado. D¨ªas antes, el empresario hab¨ªa anunciado que hab¨ªa adquirido el 9,2% de los t¨ªtulos de la empresa.
Con esa compra, Musk se convirti¨® en el mayor accionista. El perfil del empresario hizo saltar las alarmas. En las siguientes horas, el consejo maniobr¨® con una estrategia para evitar que se hiciera por las malas de la compa?¨ªa y que no pasara de hacerse con el 15% de la propiedad. Para controlarlo, la c¨²pula ampli¨® el consejo con un asiento que se le ofreci¨® a Musk.
El visionario hombre de negocios cambi¨® de opini¨®n y rechaz¨® entrar al consejo. En cambio, decidi¨® redoblar la apuesta haciendo la oferta de adquisici¨®n y prometiendo sacarla de Bolsa para hacerla privada. Musk encontr¨® al interior de la compa?¨ªa un respaldo muy importante. Jack Dorsey, uno de los fundadores de la tecnol¨®gica y su consejero delegado hasta noviembre, le dio la bienvenida y lo respald¨® como la gu¨ªa que necesitaba la red social para dejar de seguir los designios de Wall Street.
Aquello fue el inicio de un proceso en el que deshoj¨® la margarita. La primera se?al en serio lleg¨® a mediados de mayo, cuando Musk anunci¨® que paralizaba la compra de forma temporal ¡°a la espera de detalles que respalden el c¨¢lculo de que las cuentas falsas o de spam realmente representan el 5% de los usuarios¡±.
Desde entonces, ese ha sido el principal tema contencioso entre las partes. O al menos lo ha sido p¨²blicamente. Esto a pesar de que Twitter, una vez que el consejo dio luz verde a la compra, ha mostrado en todo momento la disposici¨®n de llevar el acuerdo a buen puerto. Esto a pesar de un entorno econ¨®mico poco promisorio para los negocios, con la presi¨®n inflacionaria m¨¢s alta en d¨¦cadas y la amenaza de una recesi¨®n que ha hecho especular al propio Musk con masivos recortes en sus empresas.