El mundo se adentra en la ¨¦poca de la econom¨ªa de la seguridad
La pandemia, la guerra en Ucrania y la tensi¨®n entre Occidente y China espolean un cambio de paradigma en el que la resiliencia gana terreno frente a la eficiencia
El mundo se adentra en una nueva ¨¦poca econ¨®mica, marcada por un cambio de paradigma en el que los criterios de seguridad nacional, autonom¨ªa estrat¨¦gica y resiliencia ante riesgos de distinta ¨ªndole ganan enteros frente al tradicional objetivo de la eficiencia. La pandemia, la guerra en Ucrania y las crecientes tensiones entre Occidente y China confluyen en impulsar este giro hacia la econom¨ªa de la seguridad tanto en las p...
El mundo se adentra en una nueva ¨¦poca econ¨®mica, marcada por un cambio de paradigma en el que los criterios de seguridad nacional, autonom¨ªa estrat¨¦gica y resiliencia ante riesgos de distinta ¨ªndole ganan enteros frente al tradicional objetivo de la eficiencia. La pandemia, la guerra en Ucrania y las crecientes tensiones entre Occidente y China confluyen en impulsar este giro hacia la econom¨ªa de la seguridad tanto en las pol¨ªticas p¨²blicas como en las decisiones empresariales.
El viraje toma forma en m¨²ltiples ¨¢mbitos, en algunos ya con gran vigor, y en otros de forma incipiente, afrontando dificultades. Las cadenas de suministro manufactureras y energ¨¦ticas se reorganizan; los poderes p¨²blicos estimulan con grandes inversiones el desarrollo nacional de tecnolog¨ªas estrat¨¦gicas o activan mecanismos proteccionistas; la industria del sector de la Defensa y sus aleda?os se encaminan hacia una fase de considerable evoluci¨®n y ampliaci¨®n de capacidades productivas; los flujos financieros avanzan hacia una significativa alteraci¨®n, en t¨¦rminos de inversiones internacionales, de tenencia de bonos, de uso de divisas en el comercio.
¡°Asistimos a un giro global desde un criterio de pura eficiencia a una actitud mucho m¨¢s prudente y equilibrada. El elemento detonante es la realizaci¨®n del potencial que tiene la interdependencia para ser convertida en un arma¡±, comenta Zaki La?di, profesor de Sciences Po especializado en la dimensi¨®n pol¨ªtica de la globalizaci¨®n y asesor s¨¦nior del alto representante de la UE, Josep Borrell.
¡°La situaci¨®n geopol¨ªtica cada vez tiene mayor peso sobre las decisiones de autoridades p¨²blicas y empresas¡±, coincide Judith Arnal, investigadora s¨¦nior asociada en el Real Instituto Elcano. ¡°Estamos en un mundo cada vez m¨¢s polarizado. Este era un tema en el que apenas se hab¨ªa reparado antes ni a nivel p¨²blico ni empresarial, porque se daba por hecho que el ambiente cooperativo derivado de la globalizaci¨®n nos permitir¨ªa acceso a todo lo que necesit¨¢ramos en todo momento, pero los cambios geopol¨ªticos han dado un giro brusco a esta realidad¡±.
¡°Sin duda hay un giro en marcha, que se puede resumir en una competici¨®n para garantizarse acceso a capacidades estrat¨¦gicas. Estas son por supuesto las tecnolog¨ªas avanzadas y los materiales necesarios para ellas, pero tambi¨¦n datos, infraestructuras y otras cosas¡±, observa Tobias Gehrke, l¨ªder de la Iniciativa Geoecon¨®mica del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.
La actualidad ofrece un r¨ªo de noticias alrededor de estas cuestiones. Tan solo esta semana, el martes, EE UU y Jap¨®n sellaron un acuerdo de libre comercio relativo a los minerales para las bater¨ªas de veh¨ªculos el¨¦ctricos y el jueves la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, anunci¨® que Bruselas estudia instrumentos para controlar las inversiones y exportaciones europeas en China en sectores estrat¨¦gicos con la intenci¨®n de evitar que empresas privadas acaben ofreciendo beneficios p¨²blicos trascendentales a una potencia con rasgos inquietantes.
Son solo dos ejemplos de los movimientos que se van desplegando en el terreno econ¨®mico. Como recalc¨® Von der Leyen, el nuevo acento en valores de seguridad y resiliencia no tendr¨ªa por qu¨¦ suponer un giro total, ya que amplias partes de la econom¨ªa no son sensibles. En ellas, las cosas podr¨ªan seguir sin grandes cambios. De hecho, el intercambio de mercanc¨ªas entre EE UU y China alcanz¨® en 2022 una cifra r¨¦cord cercana a los 700.000 millones de d¨®lares.
Sin embargo, la relevancia de los sectores sensibles ¡ªdigital, verde, sanidad, tecnolog¨ªas punteras¡ª y la espiral de tensi¨®n pol¨ªtica amenaza con provocar consecuencias de gran calado. China ha transitado claramente de una ¨¦poca de ¡°reforma y apertura¡± a otra de seguridad y control, y toda su econom¨ªa se est¨¢ reorientando bajo esos conceptos. La Administraci¨®n de Biden tambi¨¦n emite claras se?ales de que esa es su prioridad, y este es el ¨²nico aut¨¦ntico consenso bipartidista en Washington. La UE, como vemos, va reaccionando. Las grandes potencias econ¨®micas, pues, est¨¢n en ello, y las derivadas son m¨²ltiples.
En t¨¦rminos geopol¨ªticos, se vislumbra la consolidaci¨®n por la v¨ªa econ¨®mica de la nueva estructura de un mundo polarizado, fragmentado. Algunos pa¨ªses ¡ªcomo la India, que se puede beneficiar por la reorganizaci¨®n de las cadenas de suministro occidentales y de compra de combustible barato de Rusia¡ª sacar¨¢n ventaja del movimiento. Otros, sufrir¨¢n.
En t¨¦rminos nacionales, se perfila un reforzado papel del Estado en la pol¨ªtica econ¨®mica ¡ªcon dimensi¨®n comunitaria, en el caso de la UE¡ª inimaginable hasta hace poco. No solo su funci¨®n como atenuador de choques sociales es aceptada ya por muchos partidos conservadores ¨Dcomo los tories en el Reino Unido¡ª sino que el intervencionismo en pol¨ªtica industrial se halla en pleno orden del d¨ªa.
En t¨¦rminos de consumo tambi¨¦n es posible que haya consecuencias, ya que, seg¨²n como se desarrolle, el proceso podr¨ªa tener efectos inflacionistas, bien por la v¨ªa de escaladas proteccionistas o por la del cambio en las cadenas . ¡°La distribuci¨®n de las cadenas de valor a nivel global obedece fundamentalmente a razones de eficiencia¡±, argumenta Arnal. ¡°Muchos procesos de producci¨®n se deslocalizaron a China por una raz¨®n de menores costes laborales. Si Occidente es capaz de encontrar aliados alternativos que puedan cumplir estas funciones de manera igualmente eficiente, el impacto no deber¨ªa ser inflacionista. No obstante, este tipo de operaciones de relocalizaci¨®n llevan tiempo y si se quiere acelerar, es probable que s¨ª acabe teniendo un impacto en t¨¦rminos de inflaci¨®n en el corto plazo¡±, dice la experta.
A continuaci¨®n, una mirada a los principales sectores en los que esta tendencia va cobrando cuerpo.
Cadenas de suministro
La reorganizaci¨®n de las cadenas de suministro para no depender en exceso de adversarios es un aspecto central en esta tendencia. En el sector energ¨¦tico, el giro es abrupto. La desconexi¨®n entre UE y Rusia es casi absoluta. Los europeos han sabido sortear el problema con una mezcla de cambio de proveedores y ahorro. El Kremlin ha incrementado sus ventas a China y la India.
¡°La reducci¨®n de la dependencia europea de los hidrocarburos rusos es la ilustraci¨®n perfecta de estos movimientos de desacople. Es un logro realmente notable. Probablemente, no hay un ejemplo hist¨®rico comparable a lo que ha ocurrido, es excepcional¡±, dice La?di.
Todo el enorme esfuerzo para avanzar hacia las energ¨ªas renovables no solo tiene el obvio componente de intento de reducir emisiones, sino tambi¨¦n dependencias. El incremento de las inversiones que se va registrando tiene pues, adem¨¢s de un componente medioambiental, uno geoestrat¨¦gico.
Diferente es el escenario de la dependencia occidental de China en t¨¦rminos de capacidad manufacturera y de materias primas estrat¨¦gicas. Aqu¨ª, la reorganizaci¨®n de las cadenas de suministro se mueve con lentitud. Hay ejemplos tot¨¦micos de cambio, como los aranceles impuestos por la Administraci¨®n de Trump a m¨²ltiples productos chinos o la maniobra de Apple, que ha reubicado en Vietnam y la India parte de sus procesos manufactureros. Pero, en conjunto, es un viraje lento.
¡°La reorganizaci¨®n de las cadenas de suministro sobre la base de conceptos como el reshoring, el nearshoring o el friendshoring (conceptos en ingl¨¦s que describen el repatriar, el acercar o recolocar en pa¨ªses amigos las cadenas) es m¨¢s dif¨ªcil de lo que aparenta, dadas las fuertes interrelaciones econ¨®micas, financieras y comerciales que se han gestado durante las ¨²ltimas d¨¦cadas¡±, dice Arnal.
En concreto, desvincularse de China es especialmente complejo. ¡°El atractivo de la manufactura en China no procede solo de los bajos costes y de estar en un gran mercado¡±, comenta Gehrke, del ECFR. ¡°China ha creado un entorno manufacturero con atributos extraordinarios en t¨¦rminos de infraestructuras, conexiones, acceso a recursos. No se pueden reconstruir condiciones iguales de repente en otros pa¨ªses. Hace falta tiempo y dinero para que la India, Indonesia o Vietnam puedan ofrecer un ecosistema comparable¡±.
Pero el proceso est¨¢ en marcha. Una encuesta llevada a cabo por la consultora McKinsey en la primavera de 2022 entre un centenar de empresas l¨ªderes en el ¨¢mbito de las cadenas de suministros se?alaba que un 80% ya se hab¨ªa activado para incrementar inventario y diversificar proveedores de materias primas, mientras un 44% lo hac¨ªa para regionalizar las cadenas. Estos datos eran muy superiores a los del a?o anterior, y sin duda en gran medida fueron impulsados por la pandemia. La guerra en Ucrania y el deterioro de las relaciones entre EE UU y China espolean esa tendencia.
Como se?ala La?di, la pandemia mostr¨® que productos que dif¨ªcilmente podr¨ªan haberse considerado estrat¨¦gicos antes, como las mascarillas, pueden llegar a serlo, abriendo un campo muy grande a la reflexi¨®n sobre cadenas de suministro.
Tecnolog¨ªas estrat¨¦gicas
Pero son obviamente las tecnolog¨ªas estrat¨¦gicas las que concentran la mayor parte de la atenci¨®n. Aqu¨ª, m¨¢s que en ning¨²n otro sector, se fundamenta la construcci¨®n del poder y de la autonom¨ªa en la escena global. China lleva d¨¦cadas embarcada en un enorme esfuerzo p¨²blico para alcanzar la primac¨ªa. EE UU y Europa confiaron en el desarrollo propiciado por el libre mercado durante tiempo, pero ahora act¨²an con vehemencia desde los poderes p¨²blicos. Aqu¨ª la acci¨®n es vertiginosa.
¡°Hay un doble tipo de acci¨®n¡±, se?ala Gehrke. ¡°Por un lado, est¨¢n las acciones restrictivas, como el veto a la exportaci¨®n de tecnolog¨ªa sensible a China, los controles sobre la inversi¨®n china en empresas estrat¨¦gicas o el freno al despliegue de infraestructura 5G de Huawei. Por el otro, las de incentivo al desarrollo de capacidades aut¨®ctonas¡±, dice el experto.
En este ¨²ltimo segmento, las inversiones son ingentes. EE UU ha tomado la delantera, con grandes sumas destinadas a fomentar el desarrollo tecnol¨®gico y manufacturero nacional en las ¨¢reas de microchips y energ¨ªas renovables. La UE tambi¨¦n se mueve en esos dos carriles; otras importantes econom¨ªas impulsan programas parecidos y China est¨¢ en ello desde hace tiempo con su capitalismo de Estado.
Las potencias occidentales trabajan adem¨¢s para asegurarse una mayor resiliencia en el suministro de minerales necesarios para alimentar esos sectores, ¨¢rea en la que China detiene una posici¨®n dominante.
La acci¨®n es de amplio espectro. ¡°Hoy el foco principal est¨¢ puesto en los microchips y las renovables, pero hay otros muy relevantes que sin duda recibir¨¢n una atenci¨®n creciente, como la inteligencia artificial o la computaci¨®n cu¨¢ntica¡±, opina Gehrke.
Sector financiero
El sector financiero tampoco es inmune a estos cambios econ¨®micos. Se detectan m¨²ltiples v¨ªas de impacto, desde la posici¨®n del d¨®lar en los mercados internacionales hasta los flujos de inversi¨®n privados, desde los sistemas para operaciones bancarias hasta el dep¨®sito de reservas p¨²blicas o la tenencia de bonos de deuda p¨²blica.
¡°La posici¨®n del d¨®lar en el sistema monetario internacional es hegem¨®nica. Casi el 60% de las reservas internacionales est¨¢n denominadas en d¨®lares. Tambi¨¦n lo es como medio de pago: en el per¨ªodo 1999-2019, el d¨®lar represent¨® el 96% de la facturaci¨®n de exportaciones en el continente americano, el 74% en la regi¨®n Asia-Pac¨ªfico, y el 79% en el resto del mundo¡±, dice Arnal. ¡°No obstante, la imposici¨®n de sanciones econ¨®micas por parte de Occidente a Rusia y en particular, la congelaci¨®n de una buena parte de sus reservas internacionales, est¨¢n empujando la desdolarizaci¨®n de econom¨ªas como la china o la rusa. As¨ª, por ejemplo, Putin ha anunciado ya que est¨¢ a favor de emplear el yuan para transacciones entre Rusia y pa¨ªses de Asia, ?frica y Am¨¦rica Latina¡±, prosigue.
Arnal se?ala que la desdolarizaci¨®n de la econom¨ªa global es un proceso que empez¨® hace tiempo y que, probablemente, se ir¨¢ acentuando. ¡°Nos movemos as¨ª en la direcci¨®n de un mundo multimoneda. En cualquier caso, se trata de un proceso paulatino que llevar¨¢ todav¨ªa tardar¨¢ varios a?os¡±.
China, por ejemplo, est¨¢ reduciendo la cuant¨ªa en su poder de bonos de deuda del Tesoro estadounidense. En enero de 2022 sumaba algo m¨¢s de un bill¨®n de d¨®lares. El pasado enero, unos 860.000 millones. Tanto China como Rusia trabajan, con dificultades, para hacer viables y eficaces sistemas de comunicaci¨®n bancarios alternativos al SWIFT.
En cuanto a inversi¨®n directa extranjera, el corte del flujo de capitales occidentales hacia Rusia ha resultado abrupto. M¨¢s incierto se presenta el escenario con respecto a las inversiones occidentales en el mercado chino.
Defensa
El sector industrial de la defensa es otro de los segmentos protagonistas en la ¨¦poca de la econom¨ªa de la seguridad. La guerra en Ucrania y el deterioro de las relaciones entre EE UU y China, junto con otros focos de tensi¨®n, fomentan un incremento de las inversiones que sin duda en los pr¨®ximos a?os dar¨¢ un claro impulso a las empresas del sector.
La facturaci¨®n de las 100 empresas m¨¢s grandes del ramo en concepto de armas vendidas roz¨® los 600.000 millones de d¨®lares en 2021, en la que era una senda ascendente ya antes del empeoramiento del panorama geopol¨ªtico. En el nuevo contexto, las inversiones ya anunciadas para renovar arsenales, ampliarlos y acrecentar capacidad productiva ¡ªpor ejemplo, de munici¨®n¡ª tiene visos de generar un fuerte dinamismo econ¨®mico.
Clima
No solo factores de car¨¢cter geopol¨ªtico espolean esta tendencia. Igual que la pandemia estimul¨® una reflexi¨®n sobre los riesgos de una excesiva dependencia en materia de medicamentos, maquinarias o equipamientos necesarios en ese ¨¢mbito, el cambio clim¨¢tico y sus repercusiones sobre la disponibilidad, por ejemplo, de agua potable o alimentos, es otro factor que es posible acabe ejerciendo un peso creciente.
El mundo entra en una nueva era con m¨²ltiples rasgos problem¨¢ticos y la econom¨ªa, terreno central del que emana la prosperidad y el poder, tiene visos de encarar un consistente cambio de paradigma con respecto a las ¨²ltimas d¨¦cadas.
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