Cuando David gan¨® a Goliat: 20 a?os de la primera acci¨®n colectiva en defensa de los derechos de los consumidores
A¨²n quedan cerca de tres millones de euros por devolver de la sentencia pionera contra Gas Natural Andaluc¨ªa por cobrar cantidades indebidas a m¨¢s de 100.000 familias andaluzas
Es marzo de 2003. Al Servicio de Consumo del Ayuntamiento de C¨®rdoba llegan unas cuantas quejas de varias familias que ven que Gas Natural Andaluc¨ªa les est¨¢ cobrando conceptos indebidos en sus facturas del gas: ¡°Derechos de alta¡± y ¡°Canon de finca¡±. La oficina municipal decide dar parte a la Fiscal¨ªa, que acaba interponiendo la primera acci¨®n colectiva en defensa de los derechos de los consumidores en Espa?a. El resultado, tras un farragoso proceso judicial: la empresa ¡ªahora Nedgia Andaluc¨ªa, filial del ...
Es marzo de 2003. Al Servicio de Consumo del Ayuntamiento de C¨®rdoba llegan unas cuantas quejas de varias familias que ven que Gas Natural Andaluc¨ªa les est¨¢ cobrando conceptos indebidos en sus facturas del gas: ¡°Derechos de alta¡± y ¡°Canon de finca¡±. La oficina municipal decide dar parte a la Fiscal¨ªa, que acaba interponiendo la primera acci¨®n colectiva en defensa de los derechos de los consumidores en Espa?a. El resultado, tras un farragoso proceso judicial: la empresa ¡ªahora Nedgia Andaluc¨ªa, filial del grupo Naturgy¡ª acab¨® siendo condenada a devolver 10.671.823,88 euros a las m¨¢s de 100.000 familias andaluzas afectadas. 20 a?os despu¨¦s de aquel hito, cerca de tres de esos millones a¨²n est¨¢n por repartir entre los afectados que no han sido localizados. ¡°Fue la victoria de David contra Golitat¡±, cuenta a EL PA?S el fiscal que llev¨® el caso, Fernando Santos Urbaneja.
Santos es un fiscal que, en sus propias palabras, ¡°sali¨® mal¡±: no le interesaban las grandes causas criminales, sino las cuestiones en principio m¨¢s mundanas, pero que afectan al inter¨¦s p¨²blico y social, ¡°que no se manifiestan solo en el derecho penal¡±. Experto en consumo, el caso parec¨ªa hecho para ¨¦l. Lo primero que determin¨® es que los conceptos cobrados eran indebidos: ninguna autoridad hab¨ªa habilitado a la empresa para facturar un derecho de alta por cada vez que contrataba el gas, ni mucho menos para cobrar un ¡°canon de finca¡±, que era b¨¢sicamente ¡°un alquiler por el cuarto del gas¡±.
A partir de ah¨ª, comienza el laberinto judicial: una primera sentencia estimatoria, un recurso de la empresa que la Audiencia Provincial rechaza y hasta 18 recursos de apelaci¨®n en el a¨²n m¨¢s farragoso proceso de ejecuci¨®n, que a¨²n no ha terminado. La empresa lleg¨® a llevar el asunto hasta el Tribunal Supremo, pero antes de que este se pronunciara, desisti¨® de su recurso. Y, entre proceso y proceso, la sentencia que condena a Gas Natural Andaluc¨ªa deviene, por fin, firme en 2007, quedando por resolver lo m¨¢s importante: ?C¨®mo devolver los millones de euros cobrados indebidamente a las miles de familias que probablemente no saben que tienen derecho a ser resarcidas? Y, sobre todo, ?cu¨¢nto hab¨ªa que devolver exactamente a esas familias?
Sin una cantidad determinada, no se pod¨ªa ejecutar el fallo. En ese momento interviene la parte privada de esta historia, sin la que, defiende Santos, el caso no habr¨ªa salido adelante. ¡°Navegando en internet me encontr¨¦ la firmeza de la sentencia¡±, cuenta Jos¨¦ Mar¨ªa Segura, abogado y presidente de la asociaci¨®n de consumidores de Ja¨¦n ?EA!. La asociaci¨®n se person¨® en la causa y realiz¨® ¡°una labor de chinos¡±: determinar todas las cantidades que Gas Natural Andaluc¨ªa hab¨ªa cobrado indebidamente a partir de las m¨¢s de 600.000 facturas que la empresa deposit¨® en formatos pdf en el Juzgado. Un perito inform¨¢tico tuvo que dise?ar un algoritmo para extraer la informaci¨®n de todos los documentos ¡ªque no se pod¨ªan tratar directamente porque no permit¨ªan copiar sus datos y que, recuerda Segura, recog¨ªa los conceptos indebidos bajo nombres diferentes¡ª. Despu¨¦s de muchas idas y venidas, consiguieron poner un dato final en la tabla de Excel donde estaban todos los afectados: 10.671.823,88 euros.
Establecida la cantidad, buena parte de las devoluciones fueron simples: como el 80% de los afectados segu¨ªa siendo cliente de la empresa, el Juzgado orden¨® que se les reintegrase directamente la cantidad cobrada indebidamente. As¨ª, miles de familias andaluzas se encontraron con que su compa?¨ªa de gas les devolv¨ªa un dinero que ellos nunca hab¨ªan reclamado, gracias a la acci¨®n de una oficina de consumo, un fiscal de C¨®rdoba y una asociaci¨®n de Ja¨¦n cuyo nombre ni conoc¨ªan. El problema, sin embargo, vino con todos esos afectados que no segu¨ªan siendo clientes, muchos de los cuales siguen sin haber sido localizados. Los jueces determinaron que esa ser¨ªa, nuevamente, una tarea de ?EA!.
¡°Fue un martirio¡±, recuerda Segura. Gas Natural Andaluc¨ªa envi¨® una carta a todos los afectados indic¨¢ndoles que deb¨ªan dirigirse a la asociaci¨®n para recuperar su dinero, y esta ¡ªque, en realidad, era b¨¢sicamente Segura¡ª empez¨® a recibir cientos de llamadas y mensajes diarios de consumidores que quer¨ªan recuperar un dinero de cuya existencia no hab¨ªan sido conscientes hasta entonces. Algunos, incluso, pensaban que les iban a cobrar esa cantidad. ¡°Hab¨ªa un hombre que todos los d¨ªas me enviaba el mismo mensaje: s¨¦ que ten¨¦is mi dinero¡±, recuerda el abogado entre risas. Al final, y otra vez con la ayuda del perito inform¨¢tico, desarrollaron una herramienta para realizar directamente las transferencias, y devolvieron los tres millones sobrantes al Juzgado, que ha estado tramitando las devoluciones hasta ahora. Todas las semanas, cientos de familias siguen recibiendo estas cantidades.
Acciones colectivas en Espa?a
Los dos juristas defienden que el caso fue ¡°una aventura jur¨ªdica¡±. Aunque la primera intervenci¨®n del fiscal fue gracias a una norma de reciente aprobaci¨®n, muchos de los pasos se dieron a ciegas. ¡°Fuimos poniendo los ra¨ªles a medida que avanz¨¢bamos¡±, recuerda Santos, que lamenta que no haya habido un desarrollo normativo de las acciones colectivas en defensa de los consumidores. Adem¨¢s, las pr¨®ximas elecciones probablemente retrasen la transposici¨®n de la normativa europea que busca desarrollarlas como en otras jurisdicciones: ¡°Estamos a a?os luz de pa¨ªses como Estados Unidos, con sus class actions. All¨ª, por ejemplo, todos los afectados por el diesel gate de Volkswagen est¨¢n ya indemnizados. La clave, apunta el fiscal, son los da?os punitivos: ¡°La consecuencia de infringir un da?o a un consumidor en esos pa¨ªses es que la empresa tendr¨¢ que devolver cinco veces la cantidad¡±.
Dos d¨¦cadas despu¨¦s de aquel evento pionero, sus protagonistas coinciden en que este hito fue la consecuencia de un encuentro de individuos e instituciones, privadas y p¨²blicas, dispuestos a superar todos los obst¨¢culos del sistema. Uno de esos individuos, el perito inform¨¢tico Fernando Parra, que consigui¨® desenmara?ar la monta?a de papeleo, muri¨® antes de ver el resultado de su trabajo, lamenta Segura. ¡°Quiz¨¢ lo m¨¢s admirable es la intervenci¨®n de ?EA!¡±, defiende Santos, ¡°nosotros lo hicimos por obligaci¨®n, pero la asociaci¨®n lo hizo por vocaci¨®n¡±. ¡°Aquello fue un s¨ªmbolo. Necesitamos s¨ªmbolos de que las cosas pueden ser, si no, queda la desesperanza¡±, concluye, orgulloso, el fiscal.
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