Cuidar nuestras casas para que ellas cuiden de nosotros
El 15% de la poblaci¨®n europea habita en una vivienda con goteras, humedades en paredes, suelos o cimentaci¨®n, con deterioro en carpinter¨ªas o elementos estructurales, seg¨²n CSCAE
Primero fue Badalona. Despu¨¦s, Santa Coloma de Gramenet. En un mes, el derrumbe de un edificio de viviendas, en el barrio del Raval, en Badalona, que, luego, ha obligado a evacuar otros seis, y el riesgo a que pudiera colapsar otro inmueble, en Santa Coloma de Gramenet, debido a una enorme grieta en su estructura interna, ha llevado a desalojar a cientos de personas de sus viviendas, sin hablar ...
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Primero fue Badalona. Despu¨¦s, Santa Coloma de Gramenet. En un mes, el derrumbe de un edificio de viviendas, en el barrio del Raval, en Badalona, que, luego, ha obligado a evacuar otros seis, y el riesgo a que pudiera colapsar otro inmueble, en Santa Coloma de Gramenet, debido a una enorme grieta en su estructura interna, ha llevado a desalojar a cientos de personas de sus viviendas, sin hablar de la desgraciada p¨¦rdida de tres vidas humanas. Aunque las causas del derrumbe se investigan, los seis edificios desalojados en Badalona fueron construidos a la vez, en 1959, mientras que el de Santa Coloma data de la d¨¦cada de los setenta.
En Espa?a, las normas t¨¦cnicas que regularon la seguridad en las estructuras edificatorias se aprobaron entre los a?os 1961 y 1976, pero, sobre todo, la falta de una cultura del mantenimiento de viviendas y edificios que s¨ª est¨¢ arraigada en otros pa¨ªses de nuestro entorno, nos pueden pasar factura ahora.
En nuestro pa¨ªs, m¨¢s del 55% de las viviendas que conforman el parque edificado se construyeron antes del a?o 1980. Son unos 10 millones de hogares con m¨¢s de cuarenta a?os a los que, al deterioro normal por el paso de los a?os, y acelerado por la ausencia de una cultura del mantenimiento, hay que a?adir que carecen de unos m¨ªnimos de eficiencia energ¨¦tica y de un aislamiento t¨¦rmico adecuado, lo que, en muchas ocasiones, se traduce en humedades en las paredes y constituye factores de riesgo para la salud de las personas y, en ciertos casos, tambi¨¦n para la seguridad de los edificios.
Como recoge la Gu¨ªa ciudadana de impulso a la rehabilitaci¨®n, del Observatorio 2030 del CSCAE, el 15% de la poblaci¨®n europea habita en una vivienda con goteras, humedades en paredes, suelos o cimentaci¨®n, con deterioro en carpinter¨ªas o elementos estructurales. Alrededor del 30% padecen ruidos procedentes del exterior de sus hogares (tr¨¢fico, locales de ocio, tiendas, obras, vecinos, ascensores en el edificio, cierres ruidosos, etc¨¦tera) que pueden generar situaciones de estr¨¦s. El 20% dice no disponer de una vivienda que proteja del calor excesivo en verano y el 13% carece de una vivienda que proporcione calor suficiente en invierno. De hecho, es bastante corriente que muchas viviendas sumen m¨¢s de un factor de riesgo para la salud, de forma que producen un efecto acumulativo a lo largo de los a?os que aumenta el riesgo total.
Las caracter¨ªsticas de nuestras viviendas, los materiales con los que est¨¢n construidas, la calidad del aire interior, si hace fr¨ªo o calor en ellas, su accesibilidad o el excesivo ruido tienen un impacto directo en nuestras vidas; en nuestra seguridad y en nuestra salud a nivel f¨ªsico, pero tambi¨¦n psicol¨®gico y emocional. Si bien ese impacto no se produce de forma instant¨¢nea, s¨ª se va acumulando a lo largo de los a?os. Por eso, es tan importante su estado de conservaci¨®n y el uso que hacemos de ellas.
En el marco de los programas de ayuda a la rehabilitaci¨®n residencial financiados con fondos europeos a trav¨¦s del Plan de Recuperaci¨®n, Transformaci¨®n y Resiliencia, para aquellos edificios construidos antes de 2006, existe el Libro del Edificio Existente (LEE). Esta herramienta proporciona informaci¨®n a los/as propietarios/as y usuarios/as de la vivienda sobre el estado en el que ¨¦sta se encuentra, las actuaciones necesarias para su conservaci¨®n y su planificaci¨®n en el tiempo, en funci¨®n de los recursos de sus habitantes.
El Libro del Edificio Existente se est¨¢ implementando en algunos proyectos vinculados a las ayudas, pero, ante las necesidades del parque de viviendas y edificios de nuestro pa¨ªs ¡ªuno de los m¨¢s envejecidos del continente¡ª, ser¨ªa adecuado hacerlo extensivo a todas las viviendas anteriores al a?o 2006, con un marco normativo que lo regule, como una garant¨ªa de seguridad y desahogo. Un buen mantenimiento, realizado de una forma sostenida en el tiempo y apoyado en un chequeo t¨¦cnico peri¨®dico, es una inversi¨®n en prevenci¨®n.
No solo es eficiente desde un punto de vista econ¨®mico, sino que evita riesgos y tragedias como las que, por desgracia, hemos tenido que lamentar estas ¨²ltimas semanas. Los edificios no son eternos. Por eso, conocer nuestras casas y cuidarlas es condici¨®n sine qua non para que duren lo m¨¢ximo posible y puedan ser ese refugio que cuida de nosotros y de quienes queremos.
Es por estos motivos, entre otros, que arquitectos y vecinos ponemos en valor la iniciativa RehabilitAcci¨®n Ciudadana, un proyecto conjunto en el que estamos implicados para sensibilizar a la poblaci¨®n sobre la necesidad de mantener y rehabilitar viviendas y edificios, a la vez que solicitamos de las diferentes Administraciones y estamentos oficiales la reducci¨®n de la burocracia en las ayudas p¨²blicas y oficiales. Que ¨¦stas no penalicen a quienes han tomado conciencia sobre la necesidad de rehabilitar y que se tengan en cuenta la realidad de los barrios y familias vulnerables, encontrando soluciones adecuadas a cada situaci¨®n.
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