La econom¨ªa de las urbes m¨¢s sostenibles

Copenhague, julio de 2011. Una lluvia intensa hace mella en la ciudad. Los sistemas de drenaje urbano no logran hacer frente a las precipitaciones. Las alcantarillas se desbordan. Las calles y casas se inundan y la movilidad se detiene. Una de las capitales m¨¢s habitables del mundo est¨¢ en jaque. La cat¨¢strofe, por si fuera poco, no termina ah¨ª. Durante las reparaciones de los conductos h¨ªdricos se encuentran contaminantes en la red de abastecimiento potable. Este suceso da ejemplo de qu...

Copenhague, julio de 2011. Una lluvia intensa hace mella en la ciudad. Los sistemas de drenaje urbano no logran hacer frente a las precipitaciones. Las alcantarillas se desbordan. Las calles y casas se inundan y la movilidad se detiene. Una de las capitales m¨¢s habitables del mundo est¨¢ en jaque. La cat¨¢strofe, por si fuera poco, no termina ah¨ª. Durante las reparaciones de los conductos h¨ªdricos se encuentran contaminantes en la red de abastecimiento potable. Este suceso da ejemplo de que agua, ciudades e infraestructuras son un universo ¨²nico. Hoy, m¨¢s que nunca, la buena gesti¨®n de cada uno de estos elementos acarrea un efecto positivo en todos los dem¨¢s.

Sobre todo en un contexto donde el cambio clim¨¢tico ha cobrado velocidad de crucero y ha pasado de ser visto como una saga ¨¢rtica, que tiene sus efectos en lugares remotos, a un problema que est¨¢ en las aceras. Porque de lo que no hay duda es de que el cemento y la urbanizaci¨®n crecen en el planeta. Para 2030, dos tercios de la poblaci¨®n mundial vivir¨¢ en ciudades, seg¨²n la ONU. Ello afectar¨¢ a la movilidad, el consumo y la demanda de recursos naturales. El reto es tit¨¢nico: reformar las urbes para hacerlas m¨¢s inclusivas, seguras y sostenibles. ¡°Implica un cambio de mentalidad¡±, afirm¨® Jos¨¦ Mar¨ªa Ezquiaga, urbanista, durante el encuentro Agua, ciudades e infraestructuras: tres objetivos para construir un nuevo tiempo, organizado por EL PA?S y Ferrovial. Hacerlo no solo depende de las administraciones p¨²blicas, sino tambi¨¦n de la responsabilidad social y ambiental de las empresas, con el capital para transformar el rumbo de la econom¨ªa.

Recursos amables

En este contexto, el concepto de inversi¨®n sostenible se abre paso. ¡°Estamos viendo c¨®mo Europa ha sido muy radical, muy ambiciosa, en sus objetivos hacia 2050¡å, destac¨® Cristina Moral, gerente de Responsabilidad Corporativa y Reporting de Ferrovial. Para ese a?o quiere ser clim¨¢ticamente neutra. Esto exige inversiones considerables, tanto de la Uni¨®n Europea como del sector p¨²blico nacional, as¨ª como del sector privado. ¡°Nos est¨¢ diciendo: ¡®t¨² tienes un rol fundamental en esa transici¨®n¡±, mencion¨® la representante de la firma de infraestructuras durante su intervenci¨®n en el encuentro, celebrado este jueves en Madrid. En ese sentido, las empresas han adoptado los criterios ESG (que se refieren a factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo) a la hora de desembolsar recursos. ¡°Eso hace que su inversi¨®n sea m¨¢s segura, incluso m¨¢s rentable¡±, explic¨® Moral. Para muestra un bot¨®n: un 85% de los inversores y propietarios de activos en 15 econom¨ªas del mundo tiene en cuenta esos factores en sus inversiones, seg¨²n una encuesta del CFA Institute, publicada el a?o pasado.

Los grandes bancos de Espa?a tambi¨¦n est¨¢n mirando con lupa d¨®nde ponen los recursos. ¡°Nos interesa mucho qu¨¦ estamos financiando, qu¨¦ estamos promoviendo¡±, agreg¨® Xavier Oms, director de Movilidad & Vendors CaixaBank Payments & Consumer. Hoy, casi el 70% de las entidades financieras del pa¨ªs, incluyendo bancos y aseguradoras, sabe cu¨¢les son sus Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) prioritarios de la Agenda 2030 promovida por la ONU, de acuerdo con el estudio ODS A?o 6, la Agenda 2030 desde un enfoque sectorial. Aunque solo un 35% las estar¨ªa integrando en las diferentes ¨¢reas de la compa?¨ªa. Para Oms este cambio de rumbo viene impulsado por los ciudadanos. ¡°El consumidor empieza a mirar y a decidir qu¨¦ comprar en funci¨®n de lo que hace la empresa¡±. Pero a¨²n hay un largo trecho por recorrer. Sobre todo hace falta m¨¢s informaci¨®n sobre qu¨¦ tipo de empresas est¨¢n cumpliendo a rajatabla con los objetivos de sostenibilidad que exige Europa. ¡°Al final tampoco disponemos, de la noche a la ma?ana, de todos los datos necesarios para saber si un fondo no contamina¡±, asegur¨® Antonia Conde Fontelo, directora de Gesti¨®n de Activos de Renta 4. ¡°Es imprescindible que las compa?¨ªas vayan asimilando la taxonom¨ªa¡±.

La taxonom¨ªa de las finanzas sostenibles supone un primer paso en torno a la obligaci¨®n de las compa?¨ªas de divulgar la manera y medida en la que sus actividades son asociadas a cuestiones relacionadas con el ¨¢mbito ESG. Tiene sus reglas definidas. Y seis son sus objetivos: la mitigaci¨®n del cambio clim¨¢tico, la adaptaci¨®n a dicha transformaci¨®n, la sostenibilidad y protecci¨®n del agua y recursos marinos, una transici¨®n a la econom¨ªa circular, la prevenci¨®n y control de la contaminaci¨®n y la protecci¨®n y restauraci¨®n de la biodiversidad. ¡°La taxonom¨ªa es clave¡±, subray¨® Elena L¨®pez Gunn, directora de Icatalist, consultora medioambiental. ¡°Si te defines como verde tenemos que saber qu¨¦ hay debajo del cap¨®¡±, agreg¨®. Para Ezquiaga, el mundo todav¨ªa sufre de la polisemia de la palabra ¡°sostenibilidad¡±. ¡°Por ejemplo, hay una normativa estatal que obliga a demostrar la sostenibilidad econ¨®mica de los planes urban¨ªsticos. Pero no es la sostenibilidad entendida como el cuidado del medio ambiente, sino como solvencia¡±.