La educaci¨®n tiene menos que ver con la igualdad de lo que creen
Un t¨ªtulo universitario pocas veces es garant¨ªa de ¨¦xito econ¨®mico. No s¨¦ si somos conscientes de esta realidad
El presidente estadounidense Joe Biden dice que est¨¢ ¡°plante¨¢ndose seriamente¡± aliviar la deuda estudiantil, lo cual es probable que signifique que se avecina una reducci¨®n importante de los compromisos adquiridos por los alumnos. Por un lado, Biden lo prometi¨® en la campa?a de 2020. Por otro, es una prioridad progresista a la que puede dar respuesta mediante una acci¨®n ejecutiva, un aspecto importante si se tiene en cuenta la extrema dificultad de conseguir algo a trav¨¦s de un Senado dividido a partes iguales.
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El presidente estadounidense Joe Biden dice que est¨¢ ¡°plante¨¢ndose seriamente¡± aliviar la deuda estudiantil, lo cual es probable que signifique que se avecina una reducci¨®n importante de los compromisos adquiridos por los alumnos. Por un lado, Biden lo prometi¨® en la campa?a de 2020. Por otro, es una prioridad progresista a la que puede dar respuesta mediante una acci¨®n ejecutiva, un aspecto importante si se tiene en cuenta la extrema dificultad de conseguir algo a trav¨¦s de un Senado dividido a partes iguales.
?Cu¨¢nta ayuda va a ofrecer a los estudiantes? No tengo ni idea. ?Cu¨¢nta deber¨ªa ofrecer? Soy partidario de llegar tan lejos como las realidades pol¨ªticas lo permitan, pero entiendo que una condonaci¨®n demasiado generosa podr¨ªa producir una reacci¨®n adversa. Y no estoy seguro de saber d¨®nde se deber¨ªa trazar la raya.
Lo que creo que s¨¦ es que gran parte de esa reacci¨®n contraria a las propuestas de reducir la deuda estudiantil se basa en una premisa falsa: la creencia de que los estadounidenses que han ido a la universidad suelen ser miembros de la ¨¦lite econ¨®mica.
La falsedad de esta proposici¨®n salta a la vista de quienes fueron explotados por instituciones depredadoras con ¨¢nimo de lucro que los empujaron a endeudarse para obtener unos t¨ªtulos m¨¢s o menos in¨²tiles. Lo mismo puede decirse de los que se endeudaron para estudiar, pero nunca consiguieron sacar un t¨ªtulo, que no son pocos. De hecho, alrededor del 40% de los receptores de pr¨¦stamos para estudiantes nunca terminaron su formaci¨®n.
Pero incluso entre los que la completaron, un t¨ªtulo universitario pocas veces es garant¨ªa de ¨¦xito econ¨®mico, y no estoy seguro de hasta qu¨¦ punto se tiene conciencia de esta realidad.
De lo que s¨ª se tiene una conciencia generalizada es de que Estados Unidos se ha convertido en una sociedad mucho m¨¢s desigual a lo largo de los ¨²ltimos 40 a?os, m¨¢s o menos. En cambio, en qu¨¦ consiste esa desigualdad creciente no es tan conocido. No dejo de encontrarme con personas aparentemente bien informadas que creen que, sobre todo, estamos ante una brecha cada vez mayor entre quienes poseen una educaci¨®n superior y los dem¨¢s.
Esta visi¨®n ten¨ªa algo de verdadera en las d¨¦cadas de 1980 y 1990, aunque ni siquiera entonces explicaba los enormes aumentos de ingresos en la zona alta de la distribuci¨®n, es decir, el ascenso del 1%, y m¨¢s a¨²n entre el 0,01%. Sin embargo, lo cierto es que, desde el a?o 2000, la mayor¨ªa de los titulados universitarios han visto c¨®mo sus ingresos se estancaban o incluso disminu¨ªan.
El Instituto de Pol¨ªtica Econ¨®mica llev¨® a cabo un an¨¢lisis muy ¨²til de estos datos justo antes de la pandemia. Entre 1979 y 2000 se daba una coincidencia aproximada entre el aumento de uno de los indicadores de la desigualdad general ¡ªes decir, la diferencia entre los salarios en el percentil 95 y los del trabajador medio¡ª y su c¨¢lculo de la ventaja salarial media de los trabajadores con estudios universitarios. Por el contrario, desde 2000, la desigualdad salarial ha seguido aumentando, mientras que la prima universitaria apenas ha variado.
Es m¨¢s, no todos los titulados superiores han tenido la misma experiencia. A algunos les ha ido bastante bien, mientras que muchos no han visto ninguna mejora sustancial en sus ingresos.
Actualmente, los estadounidenses que se encuentran dentro del percentil 95 no se consideran ricos, porque no lo son, y desde luego no en comparaci¨®n con los consejeros delegados de las grandes empresas, los inversores de fondos de alto riesgo y dem¨¢s ¨¦lite salarial. Pero s¨ª que han visto aumentar significativamente sus ingresos. En cambio, el t¨ªpico licenciado universitario ¡ªque es, recordemos, una persona que acab¨® sus estudios y recibi¨® un t¨ªtulo oficial¡ª no.
As¨ª es como lo veo yo: gran parte de la deuda estudiantil que pesa sobre millones de estadounidenses puede atribuirse a falsas promesas.
Algunas de esas promesas eran estafas puras y duras. Piensen en la Universidad Trump. Incluso aquellos que no fueron directamente enga?ados, fueron atra¨ªdos por los mensajes de la ¨¦lite que les aseguraban que un t¨ªtulo universitario era un billete al ¨¦xito econ¨®mico. Demasiados de ellos no se dieron cuenta de que las circunstancias de su vida posiblemente imposibilitar¨ªan que acabaran los estudios. A los estadounidenses acomodados de clase media-alta les cuesta entender lo dif¨ªcil que puede resultar para los j¨®venes de familias m¨¢s pobres con ingresos inestables el seguir estudiando. Muchos de los que lograron terminar descubrieron que la recompensa econ¨®mica era mucho menor de lo que pensaban.
Y demasiados de los que fueron v¨ªctimas de las falsas promesas acabaron cargando con grandes deudas.
Por supuesto, hay muchos estadounidenses que han sufrido las consecuencias de la creciente desigualdad. Yo no dir¨ªa que los endeudados para pagar estudios sean m¨¢s v¨ªctimas que, por ejemplo, los camioneros que han visto caer sus salarios reales o las familias atrapadas en zonas rurales y peque?as ciudades estadounidenses en declive. Y deber¨ªamos ayudarlos a todos.
Por desgracia, la mayor¨ªa de las cosas que podr¨ªamos y deber¨ªamos estar haciendo por los estadounidenses necesitados ¡ªcomo, por ejemplo, la ampliaci¨®n de la desgravaci¨®n fiscal por hijos¡ª no pueden llevarse a cabo con 50 senadores republicanos, m¨¢s Joe Manchin. En cambio, aliviar la deuda estudiantil es algo que Biden puede hacer, as¨ª que deber¨ªa hacerlo.
Paul Krugman es premio Nobel de Econom¨ªa. ? The New York Times, 2022. Traducci¨®n de News Clips