Brooklyn Fitboxing: un f¨¦rtil negocio a base de mamporros
La cadena factura alrededor de 30 millones de euros, entre gimnasios propios y franquiciados, y suma 174 centros desde su lanzamiento en 2014
En la oscarizada Million Dollar Baby, el personaje interpretado por Morgan Freeman dice que a veces la mejor manera de dar un pu?etazo es retrocediendo, pero que, si se retrocede demasiado, se deja de pelear. Por una idea similar naveg¨® Pablo Nebrera cuando en los primeros d¨ªas de 2014 convirti¨® uno de los gimnasios para mujeres que hab¨ªa puesto en marcha unos a?os atr¨¢s en la primera versi¨®n de los centros de entrenamiento Brooklyn Fitboxing. El gancho fue certero. Hoy la cadena, especializad...
En la oscarizada Million Dollar Baby, el personaje interpretado por Morgan Freeman dice que a veces la mejor manera de dar un pu?etazo es retrocediendo, pero que, si se retrocede demasiado, se deja de pelear. Por una idea similar naveg¨® Pablo Nebrera cuando en los primeros d¨ªas de 2014 convirti¨® uno de los gimnasios para mujeres que hab¨ªa puesto en marcha unos a?os atr¨¢s en la primera versi¨®n de los centros de entrenamiento Brooklyn Fitboxing. El gancho fue certero. Hoy la cadena, especializada en combinar rounds de boxeo contra un saco con ejercicios funcionales, cuenta con 174 centros, entre propios y franquicias, y ha sumado m¨¢s de 70 aperturas en los ¨²ltimos tres a?os.
Brooklyn tiene 153 puntos en Espa?a y 21 en el extranjero, entre Italia, Argentina, Rusia, Irlanda y Portugal, 20 en construcci¨®n y 8 espacios en otros clubes que no son de la marca. La compa?¨ªa, con una facturaci¨®n de toda la red (gimnasios propios y franquiciados) que ronda los 30 millones de euros ¡ªalrededor de ocho millones en el caso de la central¡ª, ha crecido a un ritmo del 30% anual en los dos ¨²ltimos a?os, un incremento que conf¨ªan en mantener e incluso superar. En el plazo de un lustro se han propuesto contar con 500 centros, 150.000 usuarios ¡ªfrente a los 60.000 actuales¡ª y elevar los ingresos hasta los 100 millones.
Uno de los pilares de su expansi¨®n, cuenta Nebrera en las oficinas de la compa?¨ªa en Madrid, es la rentabilidad. ¡°Nos preocupamos porque el franquiciado sea rentable. Y ah¨ª est¨¢ la clave del negocio¡±, asegura. ¡°Gracias a ello, lo que ha sucedido es que muchos han empezado a montar m¨¢s centros. Repiten. M¨¢s del 60% de los franquiciados son multifranquiciados. Y esa ha sido la principal fuente de crecimiento¡±, a?ade.
La pandemia afect¨® a todo el sector de los gimnasios ¡ªredujo los ingresos de la industria en Espa?a un 43% en 2020 y un 32% en 2021 respecto a 2019, seg¨²n un an¨¢lisis de Deloitte¡ª, pero no logr¨® noquear a Brooklyn Fitboxing. ¡°Los franquiciados obten¨ªan mucha menos rentabilidad, pero consegu¨ªan aguantar¡±, apunta el fundador. ¡°Y dec¨ªan: si esto en pandemia funciona, sigo abriendo. Y hemos seguido creciendo¡±. El precio de la franquicia oscila entre los 125.000 y los 200.000 euros. Nebrera asegura que rechazan cada mes tres o cuatro solicitudes bas¨¢ndose en an¨¢lisis de viabilidad.
La franquicia era un modelo con el que el consejero delegado se sent¨ªa c¨®modo: su anterior aventura empresarial segu¨ªa esta din¨¢mica y el proyecto con el que cerr¨® sus estudios de Ingenier¨ªa Industrial fue un manual de una cadena de pizzer¨ªas. Al no contar con un gran m¨²sculo financiero propio o el respaldo de un grupo inversor, este sistema le permiti¨® crecer desde el principio. Actualmente, el n¨²mero de centros propios de Brooklyn Fitboxing no llega al 10%, pero buscan alcanzar una proporci¨®n del 20% al 80%.
El pasado mes de febrero cerraron una ronda de financiaci¨®n de 10 millones con la que quieren acercarse a esa meta de centros propios con su expansi¨®n internacional. En pa¨ªses como Argentina y Rusia operan a trav¨¦s de m¨¢ster franquicias, pero en Italia, donde ya est¨¢n presentes, y Francia y Alemania, donde se estrenar¨¢n el a?o que viene, es la central la primera en tocar tierra. Su idea es abrir en cada uno de los tres pa¨ªses alrededor de ocho centros propios, que les permitan estar en contacto con la realidad del negocio y validar y afianzar la propuesta antes de ofrecer licencias.
Otra parte del dinero captado en la ronda de financiaci¨®n, cuenta Nebrera, servir¨¢ para reforzar y mejorar la modalidad de entrenamiento en casa. ¡°El home training fue una reacci¨®n de supervivencia en la pandemia¡±, asegura. ¡°Y la experiencia fue brutal¡±. Aunque trasladar su actividad al hogar a trav¨¦s del mundo digital fue una respuesta coyuntural, en Brooklyn creen que la combinaci¨®n de ambos planos forma parte del futuro del sector. Con esta opci¨®n aspiran a llegar tanto a aquellos que buscan un sistema mixto, en locales y en casa, como a los que por lejan¨ªa no pueden ser miembros de un club.
Aunque lleve por nombre un distrito de Nueva York, Brooklyn abri¨® sus puertas en el madrile?o barrio de Arganzuela en enero de 2014. Nebrera, nacido en Sevilla hace 47 a?os y criado en Madrid, hab¨ªa montado una d¨¦cada antes la citada cadena de gimnasios para mujeres que se llamaba 30 Minutos, al estilo de los Curves de Estados Unidos, que hab¨ªa llegado a tener entre 25 y 30 locales. La compa?¨ªa fue encajando los golpes que llegaron despu¨¦s, como la crisis de 2008, la de deuda de 2012 y la subida del IVA de los gimnasios ese mismo a?o, y acab¨® herida. ¡°Yo me encuentro en una situaci¨®n empresarial bastante complicada en torno a los a?os 2012 y 2013, y ah¨ª me doy cuenta de que tengo que crear algo nuevo y que hay que reinventarse¡±, explica.
Por aquel entonces se hab¨ªa apuntado a un gimnasio de boxeo del que le hab¨ªa convencido la parte de entrenamiento, pero no la experiencia de cliente, y vio una oportunidad. ¡°Quitamos el contacto, quitamos agresividad, metimos m¨²sica, limpieza, metimos experiencia de cliente y metimos tecnolog¨ªa¡±, cuenta. En siete u ocho d¨ªas convirtieron un 30 Minutos en un Brooklyn 1.0.
¡®Efecto Big Mac¡¯
En las sesiones, que combinan elementos de boxeo y fitness, los golpes se dan a un saco al ritmo de la m¨²sica, en forma de series. Hay entrenador, pero la secuencia se marca en una pantalla. Con esta metodolog¨ªa, Nebrera buscaba lo que llama el efecto Big Mac, un aspecto, dice, fundamental para la escalabilidad. Al igual que la hamburguesa de McDonald¡¯s sabe pr¨¢cticamente igual en cualquier restaurante del mundo, el entrenamiento de Brooklyn deb¨ªa ser igual en un centro en Buenos Aires que en uno en Santander.
Luego dieron un paso para que el cliente disfrutase m¨¢s de la experiencia con una tecnolog¨ªa propia cuyo desarrollo les dio alg¨²n que otro quebradero de cabeza al principio e introdujeron sensores en los sacos que miden distintos par¨¢metros. ¡°Eso realmente hizo que la gente empezara a engancharse, porque se picaban con ellos mismos¡±. La batalla contra uno mismo dio paso a ligas de equipos que, a su vez, desembocaron en una competici¨®n final. ¡°Esa ha sido una de las grandes l¨ªneas que ha hecho que la gente reconozca la marca Brooklyn como algo divertido y distinto y crease comunidad¡±, se?ala.
Siete de cada 10 usuarios de Brooklyn son mujeres: ¡°Yo ven¨ªa de ese segmento, entonces sab¨ªa que enganchar a las mujeres iba a ser una de las claves del ¨¦xito¡±. Y aunque la edad media de los clientes est¨¢ entre los 35 y los 45 a?os, hay cada vez m¨¢s nuevas incorporaciones que rondan los 25, atra¨ªdas por la parte experiencial y tecnol¨®gica.