Traicionar a Ucrania y hacer grande a Am¨¦rica de nuevo
Estados Unidos no es ni mucho menos el ¨²nico pa¨ªs que soporta la carga de la ayuda financiera al pa¨ªs invadido
Resulta que el Gobierno federal no se cerr¨® el pasado fin de semana, aunque es posible que tengamos que volver a pasar por todo esto dentro de seis semanas. El entonces presidente de la C¨¢mara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy, acab¨® haciendo lo obvio: presentar a la C¨¢mara un proyecto de ley de financiaci¨®n que solo pod¨ªa aprobarse con los votos dem¨®cratas, porque la l¨ªnea dura de su partido no estaba dispue...
Resulta que el Gobierno federal no se cerr¨® el pasado fin de semana, aunque es posible que tengamos que volver a pasar por todo esto dentro de seis semanas. El entonces presidente de la C¨¢mara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy, acab¨® haciendo lo obvio: presentar a la C¨¢mara un proyecto de ley de financiaci¨®n que solo pod¨ªa aprobarse con los votos dem¨®cratas, porque la l¨ªnea dura de su partido no estaba dispuesta a pactar nada viable. Y el proyecto de ley no inclu¨ªa ninguno de los recortes de gastos que los republicanos han estado exigiendo, a excepci¨®n de algo importante y malo: la interrupci¨®n de la ayuda a Ucrania.
Pero ?por qu¨¦ han salido as¨ª las cosas? Michael Strain, del American Enterprise Institute, un grupo de expertos de derechas, pero en su mayor¨ªa no partidarios del ¡°Haz que Estados Unidos vuelva a ser grande¡±, o MAGA por sus siglas en ingl¨¦s, ha bautizado el enfrentamiento fiscal como ¡°cierre Seinfeld¡±, o sea, un cierre por nada. La frase es buena, pero si empezamos con las referencias a la cultura popular, creo que ser¨ªa mejor llamarlo cierre ¡°apagado de red¡±, como cuando la gente grita: ¡°?Estoy muy cabreado y no pienso aguantarlo m¨¢s!¡±.
Nada salvo un golpe de Estado puede apaciguar esta rabia incipiente. Pero est¨¢ claro que McCarthy pens¨® que podr¨ªa suavizar el rechazo a su acuerdo si los dem¨®cratas traicionaban a Ucrania, o al menos fing¨ªan traicionarla. Est¨¢ claro que eso es lo que quieren los del MAGA. Pero ?por qu¨¦?
A pesar de lo que puedan pretender voces como la de Elon Musk contrarias a Ucrania, no es una cuesti¨®n de dinero.
Los partidarios de la l¨ªnea dura de la derecha, tanto en el Congreso como fuera de ¨¦l, afirman estar molestos por la cantidad que gasta Estados Unidos en apoyar a Ucrania. Pero si realmente les importara la carga financiera de la ayuda, har¨ªan un m¨ªnimo esfuerzo por hacer bien las cuentas. No, la ayuda a Ucrania no est¨¢ socavando el futuro de la Seguridad Social, ni haciendo imposible la seguridad de nuestra frontera, ni consumiendo el 40% del producto interior bruto de Estados Unidos.
?Cu¨¢nto estamos gastando realmente en apoyar a Ucrania? En los 18 meses posteriores a la invasi¨®n rusa, la ayuda estadounidense ascendi¨® a 77.000 millones de d¨®lares. Puede parecer mucho, y lo es si lo comparamos con las ¨ªnfimas sumas que solemos destinar a la ayuda exterior. Pero el gasto federal total asciende actualmente a m¨¢s de seis billones de d¨®lares al a?o, o m¨¢s de nueve billones cada 18 meses, de modo que la ayuda a Ucrania representa menos del 1% del gasto federal (y menos del 0,3% del PIB). La parte militar de ese gasto equivale a menos del 5% del presupuesto de defensa de Estados Unidos.
Por cierto, Estados Unidos no es ni mucho menos el ¨²nico pa¨ªs que soporta la carga de la ayuda a Ucrania. En el pasado, Donald Trump y otros se han quejado de que las naciones europeas no gastan lo suficiente en su propia defensa. Pero en lo que respecta a Ucrania, las naciones e instituciones europeas han asumido colectivamente compromisos de ayuda considerablemente mayores que los nuestros. Concretamente, la mayor parte de los pa¨ªses europeos ¡ªFrancia, Alemania y el Reino Unido, entre ellos¡ª han prometido una ayuda que supone un porcentaje mayor del PIB que lo que ha ofrecido Estados Unidos.
Pero volvamos a los costes del apoyo a Ucrania: teniendo en cuenta lo peque?a que es esa partida presupuestaria, las afirmaciones de que la ayuda a ese pa¨ªs europeo impide hacer otras cosas necesarias, como asegurar la frontera, no tienen sentido. Los tipos del MAGA no son conocidos por hacer bien las cuentas, o ya puestos, por preocuparse de hacerlas bien, pero dudo que ni siquiera ellos crean realmente que los costes monetarios de ayudar a Ucrania son inasumibles.
Y los beneficios de ayudar a una democracia asediada son enormes. Recordemos que, antes de la guerra, Rusia era ampliamente reconocida como una gran potencia militar, a la que la mayor¨ªa de los estadounidenses consideraban una amenaza fundamental (y cuyo Ej¨¦rcito no concienciado socialmente ensalzaban algunos republicanos). Ahora esa potencia se ha visto humillada.
La resistencia inesperadamente eficaz de Ucrania ante la agresi¨®n rusa tambi¨¦n ha puesto sobre aviso a otros reg¨ªmenes autocr¨¢ticos que podr¨ªan haberse sentido tentados de emprender guerras de conquista y que est¨¢n viendo que las democracias no son tan f¨¢ciles de dominar. Dicho sin rodeos, los fracasos de Rusia en Ucrania seguramente han reducido las posibilidades de que China invada Taiw¨¢n.
Por ¨²ltimo, lo que hasta los republicanos sol¨ªan llamar el mundo libre se ha visto claramente reforzado. La OTAN ha estado a la altura de las circunstancias, desconcertando a los c¨ªnicos y sumando miembros. Las armas occidentales han demostrado su eficacia.
Son grandes beneficios a cambio de unos desembolsos que representan una peque?a fracci¨®n de lo que gastamos en Irak y Afganist¨¢n; y no olvidemos que son los ucranios los que est¨¢n luchando y muriendo. Entonces, ?por qu¨¦ los pol¨ªticos del MAGA quieren cortar el grifo a Ucrania?
Por desgracia, la respuesta es obvia. Digan lo que digan los republicanos de la l¨ªnea dura, quieren que gane el presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin. Consideran que la crueldad y la represi¨®n del r¨¦gimen de Putin son caracter¨ªsticas admirables que Estados Unidos deber¨ªa emular. Apoyan a un aprendiz de dictador en el pa¨ªs y simpatizan con dictadores de verdad en el extranjero.
As¨ª que no presten atenci¨®n a todas esas quejas sobre lo mucho que estamos gastando en Ucrania. El coste real de la ayuda no las justifica, y a la gente que dice estar preocupada por el coste no le importa realmente el dinero. B¨¢sicamente, son enemigos de la democracia, tanto en el extranjero como en Estados Unidos.
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