La geopol¨ªtica gu¨ªa la br¨²jula de Airbus
El mayor fabricante de aviones del mundo bascula hacia su filial militar, sin descuidar su negocio comercial, el m¨¢s rentable
Pocas empresas pueden bascular sus negocios en funci¨®n de c¨®mo se mueve el tablero internacional. Airbus, el mayor fabricante de aviones del mundo, un cetro en constante ¡ªy f¨¦rrea¡ª disputa con su competidora estadounidense Boeing, es una de ellas: cuando las aguas de la geopol¨ªtica est¨¢n calmas, como en las tres ¨²ltimas d¨¦cadas, su divisi¨®n de aviaci¨®n comercial crece; en tiempos de sobresalto constante, como ahora, con dos guerras a las puertas del Viejo Continente, es su actividad de defens...
Pocas empresas pueden bascular sus negocios en funci¨®n de c¨®mo se mueve el tablero internacional. Airbus, el mayor fabricante de aviones del mundo, un cetro en constante ¡ªy f¨¦rrea¡ª disputa con su competidora estadounidense Boeing, es una de ellas: cuando las aguas de la geopol¨ªtica est¨¢n calmas, como en las tres ¨²ltimas d¨¦cadas, su divisi¨®n de aviaci¨®n comercial crece; en tiempos de sobresalto constante, como ahora, con dos guerras a las puertas del Viejo Continente, es su actividad de defensa la que florece. Lejos de caer, las acciones de este gigante europeo ¡ªcasi 43.000 millones en ingresos; casi 8.000 aeronaves en su cartera de pedidos¡ª, suben un 5% desde el inicio de la guerra entre Israel y Ham¨¢s. Y un 10% desde que Vlad¨ªmir Putin dio la orden de invadir Ucrania.
¡°Me cuesta decir que es el momento m¨¢s dulce para la industria militar, porque es producto de la brutal situaci¨®n en la que estamos inmersos, pero lo que es cierto es que la industria de defensa est¨¢ siendo reconocida de nuevo como esencial: como un sector que la Uni¨®n Europea necesita¡±, desliza el consejero delegado de la filial de Airbus para Defensa y Espacio, Michael Schoellhorn (Lagerlechfeld, 1965), en conversaci¨®n con EL PA?S, desde la sede de Airbus en Getafe, un gigantesco complejo industrial ¡ªel tercero mayor del consorcio europeo¡ª. ¡°Y ese no ha sido siempre el caso¡±.
El tono europeo empez¨® a cambiar, seg¨²n desgrana el ejecutivo alem¨¢n, hace casi una d¨¦cada: con la invasi¨®n rusa de Crimea en 2014. Fue, sin embargo, el a?o pasado, con los primeros bombardeos sobre Kiev, cuando ¡°la mayor¨ªa de pol¨ªticos y ciudadanos empezaron verdaderamente a reconocer que la idea de que la paz ser¨ªa eterna hab¨ªa llegado a su fin¡±. Schoellhorn tacha de ¡°algo na¨ªf¡± la l¨ªnea seguida hasta entonces por la UE. ¡°Y a¨²n queda una gran dosis de ingenuidad: todo el orden mundial est¨¢ cambiando¡±.
Para Airbus ¡ªque tiene como primeros accionistas a los Estados alem¨¢n, franc¨¦s y espa?ol (10,8%, 10,8% y 4,1%, respectivamente)¡ª este giro radical supone, tambi¨¦n, una oportunidad. Los gobiernos del bloque est¨¢n aumentando a marchas forzadas sus presupuestos de defensa, con la meta del 2% del PIB entre ceja y ceja. Y eso se traduce en m¨¢s pedidos. ¡°Ha aumentado mucho el inter¨¦s, est¨¢ claro: [los pa¨ªses] han pasado de un ¡®a ver qu¨¦ podemos hacer con las restricciones presupuestarias¡¯ a preguntarnos si podemos aumentar nuestra capacidad de producci¨®n si hace falta¡±.
En el caso del consorcio europeo, el aceler¨®n es evidente: los pedidos de su rama de Defensa y Espacio rozaron los 8.500 millones de euros en los nueve primeros meses de 2023, un 6% m¨¢s. ¡°Estamos creciendo a buen ritmo, pero algunos procedimientos [burocr¨¢ticos] siguen siendo demasiado lentos¡±. Eso hace, argumenta, que la nueva realidad geopol¨ªtica no se est¨¦ trasladando tan r¨¢pido como cabr¨ªa pensar a su libro de pedidos, ¡°una cifra que tiende a ser bastante arbitraria, porque depende mucho de si una gran entrega de aviones se produce un mes antes o despu¨¦s¡±.
Senda alcista
Hay, sin embargo, una realidad palmaria. Tras varios a?os de relativa debilidad, los pedidos y las entregas de aviones y sat¨¦lites militares han retomado la senda alcista, reequilibrando el reparto de pesos de puertas para adentro. ¡°La importancia de Airbus Defence se ha amplificado, y ser¨¢ un pilar importante, tanto por sus mayores flujos de caja como por su mayor rentabilidad. Y las expectativas son altas, tambi¨¦n, en la parte aeroespacial¡±, desgrana el ejecutivo alem¨¢n durante la conversaci¨®n en un despacho con vistas a la pista de aterrizaje que comparten con la base militar vecina. ¡°Pero, por supuesto, no tenemos ninguna intenci¨®n de reducir nuestro negocio principal, que es el de aviaci¨®n comercial¡±, apostilla.
En las ¨²ltimas semanas se ha producido un segundo aldabonazo para el negocio militar: la guerra entre Israel y Ham¨¢s, que ha estirado la cotizaci¨®n de los grandes fabricantes mundiales de munici¨®n e instrumentos de defensa. Y Airbus no es excepci¨®n. ¡°Prefiero no referirme al impacto individual de una guerra en concreto¡¡±, elude Schoellhorn. Reconoce, sin embargo, lo mollar: ¡°El sentimiento de falta de seguridad est¨¢ creciendo en todo el planeta: estamos en una situaci¨®n de guerra. Y eso refuerza la idea de que, como europeos, tenemos que hacer m¨¢s; pensando, tambi¨¦n, en lo que est¨¢ por llegar en la ¨²ltima d¨¦cada. No ser¨¢ f¨¢cil¡±.
El jefe de la divisi¨®n de Defensa de Airbus echa en falta, no obstante, una mayor colaboraci¨®n en el seno de la UE: ¡°No estamos donde deber¨ªamos estar. En gran medida, porque la industria militar ha sido siempre muy nacional y las reivindicaciones de soberan¨ªa han crecido mucho desde la pandemia¡±. La suma de todos los presupuestos europeos de defensa es, enfatiza, la mitad del estadounidense pese a que el n¨²mero de sistemas es cinco veces mayor. ¡°Eso da?a nuestra competitividad. Hacen falta m¨¢s proyectos [conjuntos] y, a largo plazo, consolidaci¨®n industrial¡±. Prefiere, con todo, quedarse con ¡°lo bueno¡±: los programas transnacionales como el FCAS [el caza europeo], el Eurofighter o el A-400M.
El pasado 1 de noviembre fue todo menos festivo en el cuartel general de Airbus en Toulouse. El diario brit¨¢nico The Times aireaba una posible salida de Alemania del ic¨®nico FCAS, valorado en m¨¢s de 100.000 millones de euros, y desataba la zozobra. Poco despu¨¦s llegar¨ªa el desmentido de las autoridades alemanas. ¡°Berl¨ªn lo ha negado p¨²blicamente: no es cierto y se lo tomaron como una farsa¡±, dice Schoellhorn pocos d¨ªas despu¨¦s.
Aunque reconoce ¡°fricciones¡± en el futuro caza europeo ¡ª¡±todo el mundo sabe que ha habido diferencias de opini¨®n, especialmente durante las duras negociaciones entre Francia y Alemania, y entre Airbus y Dassault¡±¡ª, descarta cualquier riesgo de que Alemania abandone el programa, del que ¡°sigue y seguir¨¢ siendo firme defensora¡±: ¡°No hay ninguna raz¨®n para pensar que ninguna de las partes quiera salirse: el respaldo pol¨ªtico es fuerte, tanto en Alemania como en Francia y en Espa?a¡±. Lo que, a su juicio, s¨ª deja claro la filtraci¨®n es que el FCAS ¡ªcuyo primer vuelo de prueba est¨¢ previsto para 2028 o 2029¡ª ¡°sigue teniendo enemigos¡±.
En la planta noble de Airbus preocupa mucho m¨¢s el reciente bloqueo alem¨¢n a la entrega de Eurofighters a Arabia Saud¨ª. ¡°Es un problema para nosotros, en muchos sentidos como el industrial, porque para asegurar la cadena de suministro y la competitividad necesitamos que se produzcan y se entreguen un m¨ªnimo de unidades¡±, explica Schoellhorn. ¡°No es solo una cuesti¨®n de negocio para nosotros: estamos velando por la arquitectura europea de seguridad¡±.
El primer ejecutivo de Airbus Defence defiende a capa y espada no trabajar ¨²nicamente con los pa¨ªses afines. ¡°Por supuesto que estamos intentando profundizar con democracias como Corea del Sur, Australia o Jap¨®n¡ Pero Europa no puede ser selectiva, metiendo al resto en el saco de naciones que no son lo suficientemente buenas para tratar con nosotros¡±. En ¨²ltima instancia, avisa, el riesgo es perder influencia en el mundo: ¡°La venta de armamento no solo es un negocio; es pol¨ªtica exterior¡±.
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