No hay que obsesionarse con la deuda p¨²blica
EE UU, con su enorme econom¨ªa y sus impuestos bajos, no tiene un problema de sostenibilidad fiscal
El Gobierno de Estados Unidos tiene una deuda de m¨¢s de 34 billones de d¨®lares. ?Sab¨ªan que nuestro Gobierno debe 34 billones de d¨®lares? ?Hablamos de 34 billones de d¨®lares! Cada vez que escribo sobre pol¨ªtica econ¨®mica, recibo muchos correos y muchos comentarios pregunt¨¢ndome b¨¢sicamente por qu¨¦ no hablo m¨¢s de la deuda nacional. As¨ª que pens¨¦ que podr¨ªa ser ¨²til explicar c¨®mo veo la cuesti¨®n de la deuda p¨²blica y por qu¨¦ no ocupa un lugar preponderante en mis preocupaciones.
En concreto, perm¨ªtanme hacer tres o...
El Gobierno de Estados Unidos tiene una deuda de m¨¢s de 34 billones de d¨®lares. ?Sab¨ªan que nuestro Gobierno debe 34 billones de d¨®lares? ?Hablamos de 34 billones de d¨®lares! Cada vez que escribo sobre pol¨ªtica econ¨®mica, recibo muchos correos y muchos comentarios pregunt¨¢ndome b¨¢sicamente por qu¨¦ no hablo m¨¢s de la deuda nacional. As¨ª que pens¨¦ que podr¨ªa ser ¨²til explicar c¨®mo veo la cuesti¨®n de la deuda p¨²blica y por qu¨¦ no ocupa un lugar preponderante en mis preocupaciones.
En concreto, perm¨ªtanme hacer tres observaciones. En primer lugar, aunque 34 billones de d¨®lares es una cifra muy elevada, da mucho menos miedo de lo que muchos imaginan si se sit¨²a en un contexto hist¨®rico e internacional. En segundo lugar, en la medida en que la deuda es una preocupaci¨®n, hacerla sostenible no ser¨ªa en absoluto dif¨ªcil en t¨¦rminos de econom¨ªa pura y dura; es casi enteramente un problema pol¨ªtico. Por ¨²ltimo, los que afirman estar profundamente preocupados por la deuda son, con demasiada frecuencia, unos hip¨®critas; el nivel de su hipocres¨ªa raya a menudo en lo surrealista.
?Hasta qu¨¦ punto asusta la deuda? Es una cifra alta, incluso si excluimos la deuda que es b¨¢sicamente dinero que una rama del Gobierno debe a otra; la deuda en manos de los ciudadanos sigue rondando los 27 billones de d¨®lares. Pero nuestra econom¨ªa tambi¨¦n es enorme. Hoy en d¨ªa, la deuda como porcentaje del PIB no es algo sin precedentes, ni siquiera en Estados Unidos: es aproximadamente la misma que al final de la Segunda Guerra Mundial. Es considerablemente inferior a la cifra que se registra en Jap¨®n en estos momentos y muy inferior al coeficiente de deuda del Reino Unido al final de la Segunda Guerra Mundial.
Pero, ?acaso no ha habido muchas crisis de deuda en la historia? Bueno, casi todas las crisis de deuda que he podido encontrar en la historia implicaban a un pa¨ªs que se endeudaba en la moneda de otro, lo que lo hac¨ªa vulnerable a una crisis de liquidez cuando los prestamistas, por la raz¨®n que fuere, hu¨ªan hacia las salidas y el pa¨ªs no pod¨ªa imprimir efectivo para pagarles hasta que se calmara el p¨¢nico. De hecho, la crisis del euro se disip¨® r¨¢pidamente despu¨¦s de que Mario Draghi, entonces presidente del Banco Central Europeo, dijera cuatro palabras ¡ª¡±lo que haga falta¡±¡ª que daban a entender que el banco proporcionar¨ªa efectivo a las naciones deudoras sometidas a presiones.
El ¨²nico ejemplo claro que conozco de una crisis nacional provocada por una deuda elevada contra¨ªda en la propia moneda del pa¨ªs es el de Francia en 1926, y esa historia es extremadamente complicada. As¨ª y todo, hasta muchos de los que no creemos que el nivel actual de deuda vaya a provocar una implosi¨®n financiera y econ¨®mica, no podemos evitar sentirnos un poco intranquilos ante los pron¨®sticos que muestran un aumento constante de la deuda como porcentaje del PIB a lo largo de los pr¨®ximos 30 a?os. Por tanto, ?qu¨¦ habr¨ªa que hacer para disipar esta inquietud?
Tengan en cuenta que los gobiernos, a diferencia de los particulares, nunca tienen que pagar su deuda. ?C¨®mo pagamos la deuda de la Segunda Guerra Mundial? No lo hicimos. La deuda federal cuando John F. Kennedy asumi¨® el cargo era ligeramente superior a la de 1946. Pero la deuda como porcentaje del PIB hab¨ªa descendido mucho, gracias al crecimiento y a la inflaci¨®n.
Entonces, ?qu¨¦ har¨ªa falta para estabilizar la deuda como porcentaje del PIB durante los pr¨®ximos 30 a?os? Bobby Kogan y Jessica Vela, del Centro para el Progreso Estadounidense, trabajando con cifras de la Oficina Presupuestaria del Congreso, calculan que tendr¨ªamos que aumentar los impuestos o recortar el gasto en un 2,1% del PIB. Eso no es mucho. Estados Unidos recauda un porcentaje mucho menor de su PIB en impuestos que la mayor¨ªa de los dem¨¢s pa¨ªses ricos; recaudar dos puntos porcentuales m¨¢s no cambiar¨ªa el hecho de que somos un pa¨ªs de impuestos bajos y es improbable que perjudicara a la econom¨ªa. Si estabilizar la deuda parece dif¨ªcil, es solo porque, con lo dividida que est¨¢ nuestra pol¨ªtica, hasta los pasos m¨¢s peque?os hacia la responsabilidad son extremadamente dif¨ªciles de dar.
Y por pol¨ªtica profundamente dividida me refiero sobre todo a los republicanos, que proclaman los males de la deuda al tiempo que aplican pol¨ªticas que ponen la sostenibilidad fiscal a largo plazo a¨²n m¨¢s lejos de nuestro alcance. En un an¨¢lisis relacionado, Kogan y Vela estiman que prorrogar permanentemente las rebajas fiscales de Trump de 2017 empeorar¨ªa considerablemente las perspectivas fiscales. Sin embargo, es dif¨ªcil encontrar republicanos en el Congreso que se opongan a dicha pr¨®rroga.
Y lo que es a¨²n peor, los republicanos de la C¨¢mara de Representantes presionan para recortar dr¨¢sticamente el presupuesto del Servicio de Impuestos Interno (IRS), lo que privar¨ªa a este organismo de los recursos que necesita para tomar medidas en¨¦rgicas contra los ricos que defraudan impuestos. Es decir, al tiempo que vociferan por el d¨¦ficit presupuestario, pretenden recortar los impuestos e intentan bloquear los esfuerzos para recaudar los tributos que los estadounidenses de altos ingresos deben conforme a la ley actual.
De modo que el problema es la pol¨ªtica ¡ªy m¨¢s concretamente, la pol¨ªtica de derechas¡ª y no el tama?o de la deuda.
Lo que explica por qu¨¦ no hablo m¨¢s de la deuda. Estados Unidos, con su enorme econom¨ªa y sus impuestos relativamente bajos, no se enfrenta a un problema fundamental de sostenibilidad fiscal. Con voluntad pol¨ªtica, podr¨ªamos resolver los problemas de deuda con bastante facilidad. En la medida en que la deuda constituye un problema, es un reflejo de la disfunci¨®n pol¨ªtica, principalmente de la radicalizaci¨®n del Partido Republicano. Esa radicalizaci¨®n me preocupa profundamente por varias razones, empezando por el destino de la democracia. La deuda federal no es ni mucho menos una de las primeras de la lista.
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