El hedor de la negaci¨®n del cambio clim¨¢tico
No es dif¨ªcil ver algunos desenlaces terribles en un futuro no muy lejano, incluso antes de que llegue la cat¨¢strofe global total
Puede que esto les parezca un poco raro, pero cuando pienso en mis a?os de adolescencia, a veces los asocio con un leve olor a aguas residuales. Cuando estaba en el instituto, mi familia viv¨ªa en la costa sur de Long Island, donde pocas casas estaban conectadas al alcantarillado. La mayor¨ªa ten¨ªan fosas s¨¦pticas, y siempre parec¨ªa haber alguna desbordada en alg¨²n lugar en la direcci¨®n en que soplaba el viento.
La mayor parte del condado de Nassau acab¨® teniendo alcantarillado. Pero muchos hogares estadounidenses, sobre todo en el sureste, no est¨¢n conectados al alcantarillado, y cada vez hay m¨¢s fosas s¨¦pticas desbordadas, a una escala mucho mayor que la que yo recuerdo de mi vagamente maloliente ciudad natal, lo cual es repugnante y tambi¨¦n una amenaza para la salud p¨²blica.
?Cu¨¢l es la causa? El cambio clim¨¢tico. The Washington Post informaba la semana pasada de que ¡°el nivel del mar ha subido al menos 15 cent¨ªmetros desde 2010¡å a lo largo de las costas del Golfo y del sur del Atl¨¢ntico. Puede que esto no parezca mucho, pero hace que se eleve el nivel de las aguas subterr¨¢neas y aumenta el riesgo de que se desborden las fosas. La incipiente crisis de las aguas residuales es solo una de las muchas cat¨¢strofes que podemos esperar a medida que el planeta contin¨²e calent¨¢ndose, y no est¨¢ ni mucho menos entre las primeras de la lista. Pero me parece que ilustra de forma gr¨¢fica dos puntos. En primer lugar, es probable que los da?os del cambio clim¨¢tico sean m¨¢s graves de lo que incluso los pesimistas han tendido a creer. En segundo lugar, la mitigaci¨®n y el ajuste ¡ªque van a ser necesarios, porque seguir¨ªamos abocados a grandes efectos clim¨¢ticos incluso si tom¨¢ramos medidas inmediatas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero¡ª ser¨¢n mucho m¨¢s dif¨ªciles, como cuesti¨®n pol¨ªtica, de lo que deber¨ªan ser.
Sobre el primer punto: calcular los costes del cambio clim¨¢tico y, en relaci¨®n con ello, los costes que imponen los contaminadores cada vez que emiten una tonelada m¨¢s de di¨®xido de carbono requiere fusionar los resultados de dos disciplinas. Por un lado, necesitamos que los f¨ªsicos calculen cu¨¢nto calentar¨¢n el planeta las emisiones de gases de efecto invernadero, en qu¨¦ manera cambiar¨¢n los patrones meteorol¨®gicos, y otras cosas por el estilo. Por el otro lado, necesitamos que los economistas calculen de qu¨¦ manera afectar¨¢n estos cambios f¨ªsicos a la productividad, los costes sanitarios y dem¨¢s.
De hecho, hay una tercera dimensi¨®n: el riesgo social y geopol¨ªtico. ?C¨®mo haremos frente, por ejemplo, a millones o decenas de millones de refugiados clim¨¢ticos? Pero no creo que nadie sepa cuantificar esos riesgos.
En cualquier caso, el aspecto f¨ªsico de este cometido parece muy s¨®lido. Por supuesto, durante d¨¦cadas ha habido una campa?a destinada a desacreditar la investigaci¨®n sobre el clima y, en algunos casos, a difamar a cient¨ªficos del clima a t¨ªtulo individual. Pero si uno se aleja de las calumnias, se da cuenta de que la climatolog¨ªa ha sido uno de los grandes triunfos anal¨ªticos de la historia. Los climat¨®logos predijeron correctamente, con d¨¦cadas de antelaci¨®n, un aumento sin precedentes de las temperaturas mundiales.
El aspecto econ¨®mico del esfuerzo parece m¨¢s dudoso. Y no es porque los economistas no lo hayan intentado. De hecho, en 2018, William Nordhaus recibi¨® un Nobel en gran medida por su trabajo en ¡°modelos de evaluaci¨®n integrados¡± que intentan unir la ciencia del clima y el an¨¢lisis econ¨®mico.
Sin embargo, con el debido respeto ¡ªse da la casualidad de que Nordhaus fue mi primer mentor en econom¨ªa¡ª, hace tiempo que me preocupa que estos modelos infravaloren los costes econ¨®micos del cambio clim¨¢tico, porque muchas cosas en las que uno no pensaba podr¨ªan salir mal. La perspectiva de que parte de Estados Unidos quede inundada por las aguas residuales no estaba en mi lista. En los ¨²ltimos estudios se observa una tendencia a elevar las previsiones sobre los da?os del cambio clim¨¢tico. La incertidumbre sigue siendo enorme, pero es de suponer que las cosas ser¨¢n a¨²n peor de lo que pens¨¢bamos.
Entonces, ?qu¨¦ vamos a hacer al respecto? Incluso si tom¨¢ramos medidas dr¨¢sticas para reducir las emisiones ahora mismo, muchas de las consecuencias de las emisiones pasadas, como aumentos del nivel del mar mucho mayores de los que hemos visto hasta ahora, ya est¨¢n, por as¨ª decirlo, asumidas. As¨ª que vamos a tener que tomar una amplia gama de medidas para mitigar los da?os, entre ellas la ampliaci¨®n de los sistemas de alcantarillado para limitar la creciente marea de, bueno, lodo.
?Pero tomaremos esas medidas? Al principio, el negacionismo clim¨¢tico ten¨ªa que ver con los intereses de los combustibles f¨®siles, y hasta cierto punto, sigue siendo as¨ª. Pero tambi¨¦n se ha convertido en un frente en la guerra cultural, con pol¨ªticos como Ron DeSantis de Florida que por lo visto han decidido que hasta el mero hecho de mencionar el cambio clim¨¢tico es cosa de progres.
Ahora imaginemos la colisi¨®n entre esa clase de pol¨ªtica y la urgente necesidad de un gasto p¨²blico considerable en todo, desde diques hasta sistemas de alcantarillado, para limitar el da?o clim¨¢tico. Un gasto de esa envergadura requerir¨¢ casi con toda seguridad nuevos ingresos fiscales. ?Cu¨¢nto creen que tardar¨¢n en consentirlo los guerreros culturales de la derecha?
Por eso, estoy muy preocupado por el futuro del clima. Probablemente no haremos lo suficiente para limitar las emisiones. El presidente Joe Biden ha hecho mucho m¨¢s que cualquiera de sus predecesores, pero sigue sin ser bastante, y Donald Trump ha prometido a los ejecutivos petroleros que, si gana, revocar¨¢ gran parte de lo que ha hecho Biden. Aparte de eso, es poco probable que hagamos lo suficiente para limitar los da?os.
En resumen, no es dif¨ªcil ver algunos desenlaces terribles en un futuro no muy lejano, incluso antes de que llegue la cat¨¢strofe global total. Se avecinan cosas malas, y ya estamos empezando a olerlas.
Paul Krugman es premio Nobel
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