No nos lo podemos permitir
Las temperaturas consistentes con las pol¨ªticas y compromisos actuales podr¨ªan doblar los 1,5?C, desencadenando riesgos clim¨¢ticos cada vez m¨¢s frecuentes y severos
La realidad es tozuda. 2024 fue un a?o, otro, en el que las emisiones de gases de efecto invernadero crecieron en el mundo, el 2% seg¨²n Global Carbon Budget 2024, sin que las ganancias de eficiencia energ¨¦tica o la penetraci¨®n de renovables en el mix energ¨¦tico bastaran para compensar el efecto de la mayor actividad econ¨®mica. Sin un desacoplamiento significativo, inmediato y sostenido entre crecimiento econ¨®mico y emisiones, cada a?o que pasa parece menos probable lograr...
La realidad es tozuda. 2024 fue un a?o, otro, en el que las emisiones de gases de efecto invernadero crecieron en el mundo, el 2% seg¨²n Global Carbon Budget 2024, sin que las ganancias de eficiencia energ¨¦tica o la penetraci¨®n de renovables en el mix energ¨¦tico bastaran para compensar el efecto de la mayor actividad econ¨®mica. Sin un desacoplamiento significativo, inmediato y sostenido entre crecimiento econ¨®mico y emisiones, cada a?o que pasa parece menos probable lograr emisiones netas nulas a mediados de este siglo: menos del 10% de mantenerse las tendencias actuales, seg¨²n un sencillo ejercicio publicado por BBVA Research.
2024 ejemplifica bien el insuficiente avance en compromisos clim¨¢ticos. La mera existencia de las conferencias de Naciones Unidas es positiva en un escenario geopol¨ªtico en el que el multilateralismo se debilita, pero los resultados de la n¨²mero 29 celebrada en Azerbaiy¨¢n, aun con esa baja expectativa, son simplemente agridulces. Se lograron compromisos en financiaci¨®n para las econom¨ªas en desarrollo, aunque muy insuficientes y dependientes de un crecimiento de la financiaci¨®n privada que s¨®lo llegar¨¢ con una combinaci¨®n de pol¨ªticas por concretar. Adem¨¢s, las pol¨ªticas de precio de emisiones son determinantes para que los positivos acuerdos sobre comercio internacional de cr¨¦ditos de carbono, el art¨ªculo 6 del Acuerdo de Par¨ªs, tengan un impacto relevante.
Y en 2025, ?a qu¨¦ hay que estar atentos? Inmediatamente, al despliegue de pol¨ªticas del nuevo Gobierno de Estados Unidos. Posiblemente cambiar¨¢n las pol¨ªticas energ¨¦ticas y medioambientales, con retrocesos en algunas ayudas establecidas en la Ley de Reducci¨®n de la Inflaci¨®n, menos regulaci¨®n, disminuci¨®n de la financiaci¨®n global para la sostenibilidad y un debilitamiento de los est¨¢ndares de sostenibilidad y responsabilidad social (ESG) empresariales. Sin embargo, la creciente penetraci¨®n de las energ¨ªas renovables ha sido resiliente a los cambios en el Gobierno en ciclos electorales anteriores dada su rentabilidad, adem¨¢s de que la descarbonizaci¨®n podr¨ªa verse apoyada en ciertos nichos (captura de carbono, nuclear) por razones geopol¨ªticas.
A lo largo del a?o habr¨¢ que analizar la ambici¨®n de los nuevos compromisos clim¨¢ticos que los firmantes del Acuerdo de Par¨ªs han de presentar para ser revisados en la COP30 de noviembre, en Brasil. Y la determinaci¨®n actual es claramente insuficiente, como se?ala Naciones Unidas en su reciente Informe sobre la Brecha de Emisiones 2024: ¡°Los pa¨ªses deben aportar una ambici¨®n y una acci¨®n mucho m¨¢s contundentes en la pr¨®xima ronda de Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional, o la meta de 1,5 ¡ãC del Acuerdo de Par¨ªs desaparecer¨¢ en unos pocos a?os¡±. De hecho, las temperaturas consistentes con las pol¨ªticas y compromisos actuales podr¨ªan doblar los 1,5?C, desencadenando riesgos clim¨¢ticos cada vez m¨¢s frecuentes y severos. No nos lo podemos permitir.