Brasil, ante la COP30
La conferencia de Bak¨² cerr¨® en falso y el peso pol¨ªtico de ese fracaso se proyecta sobre la pr¨®xima, que se celebrar¨¢ el a?o que viene en Belem do Par¨¢, en la desembocadura del Amazonas
El t¨¦rmino geopol¨ªtica est¨¢ de moda. Aunque acostumbra a ser utilizado cuando se analizan tensiones y conflictos por el control de los recursos y las rutas comerciales del futuro, su vertiente ecol¨®gica se est¨¢ volviendo cada vez m¨¢s significativa
En un planeta caracterizado por inquietantes crisis ambientales, las conferencias clim¨¢ticas (COP) organizadas por Naciones Unidas se han convertido en escenarios privilegiados para calibrar la evoluci¨®n de los equilibrios internacionales
En noviembre pasado se celebr¨® en Baku, Azerbaiy¨¢n, la COP29. All¨ª qued¨® demostrado que la fractura que separa al Norte del Sur Global tiene un componente ecol¨®gico insoslayable. Una de sus claves es financiera. El costo de las metas establecidas por la ONU para reducir las emisiones globales de carbono asciende, de aqu¨ª a 2035, a unos 1.300 billones de d¨®lares
En Baku, a muchos pa¨ªses del Sur Global proveedores de materias primas cr¨ªticas y al mismo tiempo afectados por el cambio clim¨¢tico, les pareci¨® inaceptable que a los pa¨ªses del Norte les sea asignada apenas una cuarta parte de la factura clim¨¢tica global y que cualquier debate sobre desarrollo quede diluido
La COP29 cerr¨® en falso y el peso pol¨ªtico de ese fracaso se proyecta sobre la COP30, que se celebrar¨¢ el a?o que viene en Belem do Par¨¢, en la desembocadura del Amazonas. Malas noticias para el presidente de Brasil, Luiz In¨¢cio Lula da Silva, que siempre ha considerado ese evento una de las grandes oportunidades geopol¨ªticas de su tercer mandato
Su gran apuesta se llama Fondo Amazonia. Lula lo cre¨® en 2008 con intenci¨®n de canalizar, a trav¨¦s de su Gobierno y no de la ONU, inversiones no reembolsables para proyectos locales orientadas a reducir las emisiones de carbono. Brasil mantiene el control pol¨ªtico del Fondo pese a que la liquidez proviene del exterior. Eso permite mantener bajo control posibles recelos internos hacia cualquier iniciativa con potencial para cuestionar, aunque sea m¨ªnimamente, la soberan¨ªa del pa¨ªs sobre la Amazonia
Ahora sin embargo, pensando en la COP30, el panorama cambia: el Gobierno de Lula se plantea compartir el Fondo Amazonia con los otros pa¨ªses sudamericanos que comparten esa gigantesca cuenca. Hablamos de un ¨¢rea sometida a una presi¨®n medioambiental terrible con eventos que van desde la deforestaci¨®n a gran escala a grandes incendios pasando por tala y miner¨ªa ilegal, p¨¦rdida acelerada de biodiversidad, degradaci¨®n irreversible de suelos, contaminaci¨®n de r¨ªos y acu¨ªferos, etc.
Por eso Brasil tambi¨¦n quiere aprovechar la COP30 para incrementar los recursos del Fondo. Se trata de tener capacidad para promover, coordinadamente, la transformaci¨®n de la matriz productiva que la Amazonia necesita. Si algo est¨¢ claro desde la perspectiva brasile?a es que ninguna iniciativa conservacionista unilateral o limitada en medios es pol¨ªticamente sostenible. Hay que actuar ambiciosa y multilateralmente y eso es lo que Brasilia ha estado haciendo desde que Lula asumi¨® la presidencia en enero de 2023
El desaf¨ªo mayor trasciende, en estos momentos, el clima enrarecido heredado de la COP29. Preocupa, tambi¨¦n, la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos: el Fondo Amazonia podr¨ªa no alcanzar los recursos que Brasil considera necesarios. La carta de Lula, en ese marco, se llama China: Pek¨ªn tiene m¨²sculo financiero y un interesante balance entre reducci¨®n de emisiones y mantenimiento de elevadas tasas de crecimiento. Sus fortalezas son, adem¨¢s, compatibles con necesidades operativas concretas: tiene know how en reforestaci¨®n, renovables, econom¨ªa verde, etc¨¦tera.
En la pr¨¢ctica, independientemente de lo que el a?o que viene suceda en la COP de Belem, un discreto Grand Jeu parece haberse desencadenado: Brasil y China acaban de acordar profundizar su relaci¨®n. Ambos pa¨ªses pretenden centrarse en la Transformaci¨®n Ecol¨®gica y el Desarrollo Verde aunque, tambi¨¦n, en la construcci¨®n de infraestructuras cr¨ªticas como un ferrocarril transandino que conectar¨ªa el puerto brasile?o de Santos, en el Atl¨¢ntico Sur, con el de Chancay, en el Pac¨ªfico peruano
Lo interesante es que, mientras eso sucede, otros pa¨ªses tienen otras prioridades y miran en otras direcciones. Quiz¨¢s consideren que para la COP30 falte mucho o asuman que una excesiva implicaci¨®n de Brasil con China podr¨ªa dejar a Brasilia atrapada en la inc¨®moda rivalidad de Washington con Pek¨ªn. Tambi¨¦n podr¨ªa ser que piensen que, como dec¨ªa Strausz-Hup¨¦, todo lo ¡°importante¡± sucede entre los 20¡ã y los 60¡ã de latitud Norte
Una perspectiva cada vez m¨¢s discutible: la COP de Belem, que se celebrar¨¢ cerca de la l¨ªnea del ecuador tiene potencial para convertirse en un vector que ayude a comprender c¨®mo variables geopol¨ªticas que hasta ahora no eran consideradas est¨¢n reconfigurando el sistema mundial
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