La escuela en la era covid: c¨®mo sacar adelante a la generaci¨®n que deber¨¢ pagar las deudas de la pandemia
Expertos, alumnos y profesores de todo el mundo cuentan su experiencia y esbozan los retos a los que se enfrenta el sistema educativo
Millones de profesores de todo el mundo se han afanado y siguen haci¨¦ndolo para atender a millones de alumnos que se juegan su futuro. Las situaciones, evidentemente, son muy distintas en cada zona y cada pa¨ªs del planeta: desde Espa?a, que ahora pelea por tratar de reabrir las aulas con seguridad, pasando por Senegal, donde la joven Ramatoulaye Diallo, de 13 a?os, ha estado meses conectada a la escuela ¨²nicamente a trav¨¦s del m¨®vil de su madre; por L¨ªbano, con constantes cortes de luz que hacen todav¨ªa m¨¢s complicado a Maha Katerji ense?ar ingl¨¦s a distancia; hasta la escuela de Estados Unidos en la que el maestro Daniel Herrero est¨¢ preocupado especialmente por c¨®mo evaluar la ense?anza online; desde China, donde Li Zonghou, de 11 a?os, ha pasado el verano haciendo deberes para recuperar el tiempo perdido, hasta Francia, donde la profesora de infantil Emilie Trouv¨¦ celebra el v¨ªnculo que ha logrado crear con las familias de sus alumnos durante el confinamiento¡ Sin embargo, a pesar de todas las diferencias, se trata de un desaf¨ªo global para el que muchas de las soluciones est¨¢n interconectadas y que, adem¨¢s, ya ha dejado ense?anzas que pueden servir para todos.
Desigualdad creciente
Por ejemplo, que la desigualdad, exacerbada durante la pandemia, es el gran enemigo al que combatir, tanto en los pa¨ªses pobres como en los ricos; que la tecnolog¨ªa es el gran aliado de los profesores y de las familias para hacerlo; y que nunca m¨¢s una situaci¨®n como esta deber¨ªa coger al sistema tan desprevenido. ¡°Se necesitan planes de contingencia para garantizar la continuidad educativa en situaciones de crisis. Hay bastantes indicadores que sugieren que vamos a tener que convivir con esta pandemia durante un cierto tiempo y tal vez con otras en el futuro. Es importante que los sistemas escolares cuenten, por consiguiente, con planes de contingencia que contribuyan a que los sistemas educativos ganen en resiliencia¡±, defiende Francesc Pedr¨®, director del Instituto Internacional de la Unesco para la Educaci¨®n Superior en Am¨¦rica Latina y el Caribe, anteriormente responsable de la secci¨®n de Pol¨ªticas Educativas del organismo.
¡°Es importante que los sistemas escolares cuenten con planes de contingencia¡±Francesc Pedr¨®, director del Instituto Internacional de la Unesco para la Educaci¨®n Superior en Am¨¦rica Latina y el Caribe
Ser¨¢ un esfuerzo ingente de adaptaci¨®n a un contexto de pandemia que pondr¨¢ en tensi¨®n los presupuestos educativos: no solo es posible que no se invierta el dinero extra necesario para las mejoras, sino que se acabe recortando para atender cuestiones que pueden parecer (y en ocasiones tal vez lo sean) m¨¢s urgentes. Pero, si se da con las soluciones adecuadas, coinciden numerosos especialistas, podr¨ªan cambiar para siempre los sistemas escolares, con impactos mayores sobre la relaci¨®n de la sociedad con la educaci¨®n, al romper por la v¨ªa tecnol¨®gica los l¨ªmites f¨ªsicos de las escuelas y tambi¨¦n los tiempos de presencia en ellas de los alumnos. Las familias, en este camino, ser¨ªan una pieza fundamental, no solo en lo que respecta a la adaptaci¨®n en t¨¦rminos de conciliaci¨®n, sino por las exigencias de apoyo que requieren los contextos h¨ªbridos de ense?anza, lo que obliga a incluirles en cualquier plan de mejora futura si se pretende mitigar, ahora y en el futuro, las crecientes desigualdades sociales que est¨¢ provocando la pandemia.
Y, si se da con las respuestas adecuadas ¨Dsobre todo en lo que tiene que ver con la personalizaci¨®n de las necesidades de ense?anza de cada pa¨ªs, cada centro, cada alumno¨D, ¡°no solamente compensar los retrasos, sino lograr un nuevo sistema educativo que sea un poco m¨¢s resiliente, m¨¢s equitativo¡±, aporta Saavedra durante una entrevista por videoconferencia.
Resistencias y oportunidades
Otros expertos, sin embargo, no son demasiado optimistas al respecto. ¡°Es inevitable pensar que tanto los docentes como las familias querr¨¢n volver a la situaci¨®n de febrero, porque todos estaban en ese momento en una situaci¨®n de equilibrio en sus respectivas zonas de confort. Ahora estos equilibrios se han roto¡±, afirma el especialista de la Unesco Francesc Pedr¨®. Augura, eso s¨ª, ¡°una transformaci¨®n lenta pero profunda¡± en aquellos pa¨ªses ¡°donde los docentes cuentan con una cultura profesional proclive a prestar atenci¨®n a los resultados de la investigaci¨®n emp¨ªrica¡±.
Por eso, asegura que el primer paso de cualquier mejora es investigar qu¨¦ ha pasado en estos ¨²ltimos meses, qu¨¦ ha funcionado y qu¨¦ no y por qu¨¦. Se trata de aprovechar este gigantesco experimento ¡°sobre las ventajas de la atenci¨®n individualizada y sobre el papel de la tecnolog¨ªa¡±. Un experimento que, por ejemplo, ha puesto a prueba ¡°la capacidad de las escuelas de seguir manteniendo est¨¢ndares altos en t¨¦rminos de logros de aprendizaje con menos horas de instrucci¨®n, con tama?os de grupos m¨¢s reducidos. Cu¨¢nto de esto se conserve, o no, podr¨¢ ser considerado una prueba de fuego acerca de la capacidad de los sistemas, no de innovar puntualmente, sino de avanzar hacia una verdadera transformaci¨®n¡±, a?ade el experto.
¡°No podemos volver a lo mismo de antes. Esta es una tendencia a largo plazo¡±Wenge Guo, profesora de Tecnolog¨ªas de la Educaci¨®n de la Universidad de Pek¨ªn
El experimento, sin duda, no tiene precedentes, con uno de cada nueve profesores dando clase a distancia a la vez en todo el mundo. En Europa, para dos tercios de los docentes, la de los ¨²ltimos meses ha sido su primera experiencia de ense?anza a distancia, seg¨²n una encuesta del pasado mayo hecha por la Comisi¨®n Europea a m¨¢s de 4.000 profesionales de la educaci¨®n. ¡°No podemos volver a lo mismo de antes. La nueva divisi¨®n social del trabajo en la era de Internet est¨¢ redise?ando la cooperaci¨®n social y mundial; este proceso se ha visto ahora impulsado por la covid-19. Esta es una tendencia a largo plazo¡±, asegura Wenge Guo, profesora de Tecnolog¨ªas de la Educaci¨®n de la Universidad de Pek¨ªn.
As¨ª, esa colosal experiencia docente puede servir para sortear las dificultades m¨¢s inminentes, preparar esos planes de contingencia para el futuro de los que hablaba Pedr¨® y ver c¨®mo la ense?anza online podr¨ªa completar de una manera eficaz en el futuro y de forma permanente a la presencial. Sobre todo, en primaria y los primeros cursos de secundaria, etapas en las que ¡°es poco probable que el aprendizaje a distancia y en l¨ªnea sea muy eficaz a menos que est¨¦ cuidadosamente dise?ado¡±, explica Giorgio di Pietro, especialista del Joint Research Centre (JRC), ¨®rgano cient¨ªfico que asesora a la Comisi¨®n Europea.
La hora de los profesores
Saavedra insiste en que ¡°ni todo es malo en la educaci¨®n en l¨ªnea, ni todo es bueno en la presencial, ni lo uno es de buena calidad y lo otro no... Cada uno puede servir mejor en unas materias que en otras, o para unos alumnos que para otros, que pueden sentirse m¨¢s motivados en su casa que en la clase¡±. Pero manejar esa diversidad ser¨¢ harto complicado y requerir¨¢, como siempre, de buenos maestros. ¡°La educaci¨®n es una experiencia social. Si alguna vez se pens¨® que, con la inteligencia artificial, con la tecnolog¨ªa y el machine learning, los maestros podr¨ªan ser reemplazados, ahora ha quedado claro que eso no va a ser cierto¡±, a?ade Saavedra.
¡°Si alguna vez se pens¨® que, con la inteligencia artificial y la tecnolog¨ªa, los maestros podr¨ªan ser reemplazados, ahora ha quedado claro que eso no va a ser cierto¡±Jaime Saavedra, m¨¢ximo responsable para el ¨¢mbito educativo del Banco Mundial
Profesores que necesitan apoyo y que necesitan, por supuesto, formaci¨®n para aprovechar mejor las tecnolog¨ªas, tanto en la ense?anza presencial como en las modalidades h¨ªbridas, destaca Di Pietro, que adem¨¢s recuerda que la Comisi¨®n est¨¢ culminando la actualizaci¨®n de su Plan de Acci¨®n de Educaci¨®n Digital para ayudar a los pa¨ªses miembros a abordar todos estos desaf¨ªos. ¡°La ense?anza en l¨ªnea es algo nuevo, que puede aumentar la carga de trabajo de los profesores. Las escuelas deben establecer un sistema de apoyo a la ense?anza en l¨ªnea para ayudar a los profesores a superar los obst¨¢culos¡±, destaca la profesora Wenge Guo.
¡°Necesitamos reabrir las escuelas de forma segura. Pero necesitamos las herramientas y la formaci¨®n para conectar e involucrar a profesores y estudiantes en cualquier circunstancia¡±, aporta David Edwards, secretario general de la Internacional de la Educaci¨®n, organizaci¨®n sindical que aglutina a organizaciones de todo el mundo de maestros y empleados del sector. Edwards reclama consensos sociales amplios en ese camino ¡ª"las escuelas no son supermercados ni salas de hospital; son espacios ¨²nicos"¡ª y pide apoyo y respeto para unos profesionales que en algunos momentos de la pandemia han sido cuestionados: ¡°Al igual que millones de trabajadores en todo el mundo, los educadores se han mantenido en el trabajo siempre que ha sido posible: dando lecciones a trav¨¦s de aplicaciones de v¨ªdeo en B¨¦lgica, grabando transmisiones de radio en la Rep¨²blica del Congo, conduciendo autobuses escolares con wifi m¨®vil para proporcionar puntos de acceso en ubicaciones remotas de Estados Unidos...¡±.
L?BANO Maha Katerji (40 a?os). Profesora: ¡°Esta crisis es un desaf¨ªo y una frustraci¨®n¡±
Hace casi dos d¨¦cadas que Maha Katerji ense?a ingl¨¦s como lengua extranjera. La ¨²ltima, en la escuela p¨²blica de secundaria de Ras Beirut, en la capital libanesa. A sus 40 a?os, la pandemia ha resultado ser ¡°tanto un desaf¨ªo como una frustraci¨®n¡±. La frustraci¨®n pesa m¨¢s en un pa¨ªs donde se superpone la crisis sanitaria a la econ¨®mica y a la pol¨ªtica y social, y donde ni los docentes est¨¢n formados en t¨¦cnicas digitales ni los estudiantes disponen de medios.
Por eso, a esta profesora le preocupa enormemente que la ense?anza en l¨ªnea dispare la desigualdad educativa entre sus alumnos. Las endebles infraestructuras del pa¨ªs, con hasta 22 horas de cortes diarios de electricidad, complica el uso de Internet ¡°para aquellos ya pocos hogares que se pueden costear el acceso y un ordenador en el que han de turnarse todos los hermanos¡±, explica. / NATALIA SANCHA
Colombia. Juliana Abello (8 a?os): ¡°Siento que aprendo menos"
¡°He extra?ado el colegio, ver a mis amigos y a mis profesores. Almorzar con mis amigas. Quiero volver a la vida normal¡±, cuenta Juliana Abello Z¨²?iga, estudiante de ocho a?os del liceo franc¨¦s de Bogot¨¢. Todos los d¨ªas se re¨²ne temprano por videollamada durante una hora con su profesora y algunos de sus compa?eros, despu¨¦s le mandan tareas que imprime y estudia. ¡°Siento que aprendo menos. Es diferente¡±, valora sobre el ¨²ltimo semestre, marcado por las cuarentenas y medidas de confinamiento que en Bogot¨¢ apenas se acaban de levantar. ¡°Lo que s¨¦ es que vamos a comenzar virtual, y no me emociona mucho¡±, dice sobre el tercer grado que est¨¢ a punto de iniciar. ¡°Espero que sea este a?o que pueda volver al colegio, porque no me parece muy ¡®ch¨¦vere¡¯ conocer a mis profesores y a mis compa?eros por una llamada¡±, apunta.
En Colombia, los colegios privados, como el franc¨¦s, est¨¢n atentos a las l¨ªneas del Ministerio de Educaci¨®n y de los colegios p¨²blicos, que todav¨ªa no retoman las clases presenciales en un pa¨ªs que acaba de pasar en agosto el mes m¨¢s cr¨ªtico de la pandemia, de acuerdo con las proyecciones de las autoridades sanitarias. / SANTIAGO TORRADO
Pa¨ªses Bajos. Xaime Slingerland Rodal (14 a?os): "Espero que los profesores sean comprensivos"
¡°En marzo, todo cambi¨® de un d¨ªa para otro¡±, reflexiona Xaime Slingerland Rodal, de 14 a?os, que acaba de empezar tercero de la secundaria en el Stedelijk Gymnasium de Leiden. ¡°Al final, te acostumbras, aunque prefiero la disciplina de ir al colegio¡±, dice. Xaime vive con sus padres y su hermana menor, Noa, y admite que tuvo que hacer m¨¢s preguntas de lo habitual a los profesores porque la concentraci¨®n no es la misma a distancia.
Ahora regresa ilusionado a las aulas y espera que dure: ¡°Otro a?o as¨ª no ser¨ªa bueno, en la clase aprendo mejor¡±. Entiende que los profesores quieran abordar el nuevo temario, pero tambi¨¦n espera que sean ¡°comprensivos¡±: ¡°Todos tenemos lagunas en lo que aprendimos desde casa¡±. A pesar de la distancia obligada, cree que las amistades se han reforzado: ¡°Nos ha pasado lo mismo y nos entendemos¡±. / ISABEL FERRER
Rusia: Lilia Saz¨®nova (51 a?os), profesora de artes visuales: "He aprendido lo importante que es ver los ojos de los ni?os"
Lilia Saz¨®nova, de 51 a?os, ense?a artes visuales desde hace m¨¢s de tres d¨¦cadas en un instituto de la rep¨²blica de Mari-El, en el Volga. Cuando en abril se suspendieron las clases presenciales, no pudo ense?ar su asignatura en l¨ªnea, en tiempo real, sino que publicaba los materiales en la web del centro. Lo m¨¢s dif¨ªcil ha sido llevar una buena organizaci¨®n del tiempo; "tambi¨¦n he aprendido lo importante que es ver los ojos de los ni?os¡±, resume.
¡°Muchos ni?os, sobre todo en las familias numerosas, ten¨ªan problemas para acceder a la Red o no ten¨ªan un ordenador disponible para seguir las clases¡±, comenta la profesora, que tiene unos 1.000 alumnos cada curso. La profesora explica que trat¨® de poner pautas a los alumnos tambi¨¦n para que hicieran ejercicio f¨ªsico, pausas para escuchar m¨²sica y otras actividades. / MAR?A R. SAHUQUILLO
Senegal. Ramatoulaye Diallo (13 a?os): ¡°No quiero que ning¨²n hombre me mantenga¡±
Cuando le dijeron que se suspend¨ªan las clases, a Ramatoulaye Diallo, de 13 a?os, se le vino el mundo encima. ¡°Estaba desesperada, muy triste¡±, asegura sentada en el peque?o y austero sal¨®n de su casa del barrio de Medina, en Dakar, la capital senegalesa. ¡°Ten¨ªa miedo a perder todo el a?o¡±, a?ade. Pero el profesor Kane se puso manos a la obra. Como la ni?a, la menor de siete hermanos, no tiene ordenador, cada d¨ªa le mandaba y le correg¨ªa los deberes por WhatsApp a trav¨¦s del tel¨¦fono de su madre. El pr¨®ximo curso, que empezar¨¢ en noviembre con un mes de retraso, su clase ya no ser¨¢ de 50 alumnos, sino de 18, y la mascarilla ser¨¢ tan obligatoria como los libros de texto que alquila en el cole por un euro y medio al a?o. Todo sea por alcanzar su sue?o: ser arquitecta; o azafata de vuelo; o agente secreto ¡°como en las pelis¡±. ¡°No quiero que ning¨²n hombre me mantenga¡±, concluye. / JOS? NARANJO / SYLVAIN CHERKAOUI (Fotograf¨ªa)
Francia. Emilie Trouv¨¦ (40 a?os), profesora de infantil: "Voy a potenciar los v¨ªnculos con las familias por Internet"
Cuando comenz¨® el confinamiento y dej¨® de ver a sus alumnos de infantil de una escuela de Burdeos, uno de los miedos de Emilie Trouv¨¦ era perder el v¨ªnculo que ten¨ªan en clase. Por eso, se dedic¨® a enviales fotos y v¨ªdeos. ¡°Les preguntaba c¨®mo les iba y les ped¨ªa que me mandaran tambi¨¦n im¨¢genes del trabajo que estaban haciendo, para ver si avanzaban bien y para motivarles, porque tras 15 d¨ªas estaban hartos¡±. El reencuentro f¨ªsico con sus alumnos no le preocupa, porque en Francia el curso pasado ya acab¨® de forma presencial. ¡°Pese a todo, vivimos un buen fin de curso, as¨ª que incluso con mascarilla estoy contenta de volver a clase¡±. De lo bueno que se lleva del confinamiento es el mayor contacto con los padres. ¡°Se ha creado un v¨ªnculo. Voy a potenciar esas relaciones por Internet que nos permiten estar en contacto¡±. / SILVIA AYUSO
Estados Unidos. Daniel Herrero (39 a?os), profesor de primaria: ¡°Algunos docentes no est¨¢n preparados para los dispositivos"
Daniel Herrero, profesor espa?ol en Delaware, pas¨® la mitad del curso pasado dando clase por Internet a trav¨¦s de Zoom. Y al menos durante las primeras seis semanas de este curso tambi¨¦n ser¨¢n por videoconferencia. ?l lo lleva bien, pero algunos compa?eros, generalmente m¨¢s mayores, no. ¡°Algunos profesores est¨¢n agobiados porque no est¨¢n preparados para los dispositivos tecnol¨®gicos¡±, dice. Herrero echa de menos las clases presenciales, pero est¨¢ entusiasmado por el nuevo curso. Cada d¨ªa ve a sus alumnos durante cuatro horas. Ha notado que es m¨¢s complejo evaluar a los alumnos y que los resultados de sus ex¨¢menes han cambiado. ¡°Sin la presencia, hay algo que se escapa¡±, dice. Pero tambi¨¦n ha encontrado ventajas en la educaci¨®n a distancia: ¡°Los ni?os no se pueden distraer con otros compa?eros¡±. / SONIA CORONA
China. Li Zonghou (11 a?os): "Con las clases 'online' hay menos deberes"
Li Zonghou tiene 11 a?os y acaba de comenzar el equivalente a 2? de ESO. Vive con sus padres en una zona residencial al norte de Pek¨ªn, no muy lejos de su colegio. El curso pasado, tras varias semanas de clases online, los estudiantes regresaron a las aulas a finales de abril, aunque un rebrote en la capital los devolvi¨® a sus casas en junio. Zonghou prefiere la educaci¨®n digital: ¡°Porque as¨ª tenemos menos deberes¡±. No le importa que eso le impida pasar menos tiempo con sus compa?eros. ¡°Todav¨ªa podemos charlar por Internet¡±, explicaba cuando todav¨ªa estaba en sus vacaciones de verano, un periodo en el que, en cualquier caso, no dejo de trabajar.
Zonghou ten¨ªa una lista de actividades diarias organizadas por el colegio para preparar la vuelta a clase; las tres m¨¢s importantes eran chino, ingl¨¦s y matem¨¢ticas. Tambi¨¦n hab¨ªa espacio para el deporte y ocupaciones elegidas entre ¨¦l y sus padres. Otros idiomas, por ejemplo. Zonghou estudia espa?ol, por lo que tambi¨¦n responde al nombre de Carlos, y hebreo, ya que ¡°se qued¨® fascinado por el alfabeto tras un viaje familiar a Israel¡±, rememora su padre. Su aut¨¦ntica pasi¨®n, no obstante, es la aviaci¨®n. En su escritorio hay una reproducci¨®n a escala de una nave de Air China. Ante la pregunta de su futura profesi¨®n, exclama en espa?ol sin dudar: ¡°?Piloto!¡±. / JAIME SANTIRSO
Siga EL PA?S EDUCACI?N en Twitter o Facebook
Ap¨²ntese a la Newsletter de Educaci¨®n de EL PA?S