El gran cambiazo
El fraude ya no consiste en maquillar unas estad¨ªsticas de verg¨¹enza, por ejemplo, que uno de cada cinco alumnos espa?oles no entiende lo que lee, sino cambiar la naturaleza y orientaci¨®n de la escuela
En los c¨®mics de Mortadelo y Filem¨®n, hay un motivo recurrente: el del ¡°cambiazo¡±. Se produce cuando un caco o un malhechor se acerca por detr¨¢s a su presa y cambia, con un r¨¢pido movimiento, un collar de perlas por una berenjena colgada, o un reloj de oro por una tira de choricitos. Eso es ¡°dar el cambiazo¡±, realizar un truco y dejar algo inadecuado en el lugar que antes ocupaba alg¨²n tipo de objeto valioso.
A ra¨ªz de lo que ha escrito ...
En los c¨®mics de Mortadelo y Filem¨®n, hay un motivo recurrente: el del ¡°cambiazo¡±. Se produce cuando un caco o un malhechor se acerca por detr¨¢s a su presa y cambia, con un r¨¢pido movimiento, un collar de perlas por una berenjena colgada, o un reloj de oro por una tira de choricitos. Eso es ¡°dar el cambiazo¡±, realizar un truco y dejar algo inadecuado en el lugar que antes ocupaba alg¨²n tipo de objeto valioso.
A ra¨ªz de lo que ha escrito Xavier Mass¨® en su nuevo libro (El fin de la educaci¨®n. La escuela que dej¨® de ser, Akal), parece que eso es lo que acaba de pasar en Espa?a con el sistema educativo. El fraude ya no consiste en falsear o maquillar unas estad¨ªsticas de verg¨¹enza, por ejemplo, que uno de cada cinco alumnos espa?oles no entiende lo que lee, sino cambiar la naturaleza y la orientaci¨®n final de una instituci¨®n que serv¨ªa para universalizar los ideales de la Ilustraci¨®n para que desempe?en una funci¨®n diferente: mantener a las clases subalternas ancladas en la marginalidad.
Y esto mientras se van atribuyendo a la escuela cada vez m¨¢s funciones para las que no est¨¢ preparada, para que colapse, para que todos olvidemos para qu¨¦ naci¨® nuestro sistema educativo originalmente y cuele esta red de asistencia infrafinanciada que tendremos a partir de ahora.
La idea es tonificante e inquietante a la vez: tonifica porque alguien explica, por fin, y por medio de amenas demostraciones filos¨®ficas, el descuartizamiento que se acaba de consumar; inquietante, porque no parece que exista ning¨²n tipo de freno en la operaci¨®n de compra y venta de nuestra educaci¨®n p¨²blica. El problema no consiste ya en determinar qu¨¦ pedagog¨ªa es mejor para homologar Espa?a a los pa¨ªses de su entorno. No se trata de una diatriba m¨¢s contra la novolatr¨ªa magufa actualmente en boga. Me temo que el problema sea bastante m¨¢s profundo.
La cosa ya va de c¨®mo nos hemos dejado arrancar el sentido igualitario de la educaci¨®n por el sentido igualador por abajo, la cosa va de que, por ejemplo, ¡°si unos van a aprender m¨¢s f¨ªsica que otros, y saber f¨ªsica proporciona ventajas desiguales frente a los que no saben, entonces que nadie aprenda f¨ªsica¡±. As¨ª lo plantea Mass¨®: nos acaban de dar el cambiazo. La cosa va de que el pedagogismo postmoderno encarnado en leyes y decretos persigue el conocimiento factual. Parece surrealista, pero est¨¢ pasando, y no lo podemos frenar, porque esta pol¨ªtica antidemocr¨¢tica forma parte de un rodillo globalizador que afecta, en menos o mayor medida, a todos los pa¨ªses de nuestro entorno.
El problema es que si nos homologamos con los Estados europeos, caeremos en sus mismos errores, porque el antiintelectualismo populista y utilitario les ha afectado tambi¨¦n de lleno. ¡°Ocurre entonces¡±, contin¨²a Mass¨®, ¡°que en nombre de la igualdad de oportunidades se suprime, se niega, la realidad que la hac¨ªa posible. No es un problema de colectivismo, es un problema de totalitarismo¡±. Como no todos pod¨ªan, o como no todos quer¨ªan, aprovechar las oportunidades de un sistema acad¨¦mico universal, nos quedamos todos sin oportunidades. Y se impone la equivalencia entre ¨¦lite econ¨®mica y ¨¦lite cultural y cient¨ªfica. S¨®lo podr¨¢n estudiar los ricos porque a los pobres se les ha convencido de que estudiar y pensar es una opresi¨®n. Y que, por lo tanto, su ¨²nica opci¨®n es conformarse completamente con las condiciones de vida que les impongan quienes s¨ª han tenido acceso a estudios y a herramientas de control y gobernanza.
En el lugar en el que hab¨ªa un sistema educativo democr¨¢tico e igualitarista, leyes como la LOGSE, la LOMCE y la LOMLOE han dejado una berenjena o una cadenita de choricitos. All¨ª donde deber¨ªamos tener una escuela exigente adaptada a las necesidades de la sociedad del conocimiento, tenemos una red asistencial que victimiza y marginaliza a los condenados a empleos infrahumanos, o al paro. Pero no hay modo de que un adefesio infrafinanciado parezca un sistema potente, faltan las plantillas s¨®lidas, faltan los espacios e iniciativas paradis¨ªacas que se describen en las teor¨ªas: estamos legislando contra natura, porque estamos obligando a la escuela a dejar de educar.
La educaci¨®n academicista jam¨¢s se olvid¨® del desarrollo personal del alumnado. Siempre han existido tutores ejemplares, clases de ¨¦tica, literaturas que pon¨ªan al alcance del estudiante los grandes problemas de la vida y de la sociedad. Lo que ocurre hoy es que una burocracia abstrusa ha convertido las clases en centros de d¨ªa exclusivamente l¨²dicos. La clase pol¨ªtica y sus clientes han hecho zas y han cambiado la transmisi¨®n de saberes por la autoayuda infantil. En primaria estas reformas no me parecen del todo mal, siempre que no culpabilicen ni residualicen a nuestras maestras. En secundaria ya me parece demasiado evidente que nos est¨¢n dando a todos gato por liebre, y que el objetivo (el ¡°fin¡±, dir¨ªa Mass¨®) es que el alumnado espa?ol de clase media o baja no sepa desenvolverse suficientemente en el mundo que le rodea. Y por eso tenemos que dejar de enga?ar, y tenemos que plantearnos seriamente un regreso a la realidad.
Mi preocupaci¨®n principal es: ?lo saben las familias? ?Se informa a las familias espa?olas de qu¨¦ tipo de subeducaci¨®n fracasada se imparte contra el futuro de sus hijos? Lean El fin de la educaci¨®n para darse cuenta de d¨®nde estamos, para juzgar qu¨¦ hay de aprovechable tras tanta demagogia. Y acaso alg¨²n d¨ªa empezaremos a organizarnos contra tanta hipocres¨ªa disfrazada de humanitarismo para reclamar de una vez pol¨ªticas responsables.
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