La universidad de Maastricht obligar¨¢ a cursar una asignatura para combatir el acoso sexual
El campus holand¨¦s adopta la medida tras realizar un sondeo interno en el que el 47% del alumnado report¨® al menos un incidente relacionado con el sexo
La universidad holandesa de Maastricht quiere combatir el acoso y la conducta sexual inapropiada en su seno, y el pr¨®ximo curso acad¨¦mico habr¨¢ una nueva asignatura obligatoria dedicada a ello en los programas de primer a?o de carrera. El centro, uno de los m¨¢s populares de Pa¨ªses Bajos, suma unos 8.000 nuevos estudiantes anuales, y la medida es in¨¦dita a escala nacional. El anuncio de ¡°las clases sobre ...
La universidad holandesa de Maastricht quiere combatir el acoso y la conducta sexual inapropiada en su seno, y el pr¨®ximo curso acad¨¦mico habr¨¢ una nueva asignatura obligatoria dedicada a ello en los programas de primer a?o de carrera. El centro, uno de los m¨¢s populares de Pa¨ªses Bajos, suma unos 8.000 nuevos estudiantes anuales, y la medida es in¨¦dita a escala nacional. El anuncio de ¡°las clases sobre MeeToo¡±, como ya son llamadas coloquialmente, se produce despu¨¦s de que un sondeo interno efectuado entre 2020 y 2021 mostrase que un 46,9% del alumnado hab¨ªa reportado al menos un incidente de violencia sexual ¨Den un 9,8% de los casos hubo violaci¨®n¨D durante sus estudios.
La asignatura obligatoria se est¨¢ perfilando en estos momentos, y puede consistir en un seminario, o bien un taller de varias sesiones, organizado durante la semana de presentaci¨®n de las clases. ¡°Estamos ante un problema que no es privativo de la Universidad de Maastricht, pero quer¨ªamos disponer de cifras concretas para poder tomar cartas en el asunto¡±, dice Koen Agustijn, su portavoz. Seg¨²n la encuesta, a la que contestaron 2.474 alumnos aut¨®ctonos e internacionales, los comportamientos sexuales inadecuados se produjeron sobre todo en las casas de estudiantes. Tambi¨¦n pas¨® en los restaurantes, bares o clubes que frecuentan. ¡°Un 86,7% de los preguntados dijeron que el causante de la violencia sexual fue un var¨®n, y un 8,1% se?alaron a una mujer¡±. Seg¨²n Agustijn, la mayor parte de los incidentes tienen lugar fuera de las instalaciones universitarias, ¡°pero los inscritos pasan largas horas en locales acad¨¦micos, y es importante crear un entorno seguro y que sepan a qui¨¦n acudir para contar lo ocurrido¡±.
A la periodista y escritora Milou Deelen, de 27 a?os, le parece que la iniciativa de Maastricht es una buena forma de abrir un di¨¢logo entre los estudiantes, ¡°porque las cifras de acoso sexual y violaci¨®n que hemos visto son muy altas, y hay que hacer algo para cambiar las cosas¡±, asegura en conversaci¨®n telef¨®nica. Ella fue injuriada durante sus estudios por sus propios compa?eros, y en 2017, cuando ten¨ªa 21 a?os, removi¨® conciencias con su denuncia de la misoginia de Vindicat, una asociaci¨®n de estudiantes de la universidad de Groningen (al norte del pa¨ªs), de la que formaba parte. Las nuevas clases obligatorias har¨¢n hincapi¨¦ en la prevenci¨®n y subrayar¨¢n la importancia de reportar este tipo de incidentes a las personas de apoyo designadas por el propio rectorado, ¡°y esa parte no ser¨¢ f¨¢cil¡±, apunta. ¡°A muchos les averg¨¹enza lo ocurrido, o bien ignoran la existencia de esa figura. Cuando yo estudiaba, no sol¨ªa hablarse de acoso sexual, o bien se restaba importancia cuando afloraba, y el consumo de alcohol en esa etapa es relevante. No me refiero a una violaci¨®n, por supuesto. Por eso espero que el proyecto de Maastricht vaya m¨¢s all¨¢ de unas clases introductorias¡±.
En 2021, Amnist¨ªa Internacional (AI) present¨® su propia encuesta sobre abusos sexuales en el mundo acad¨¦mico holand¨¦s en su conjunto. Efectuada sobre una muestra de 1.059 alumnos, indicaba que un 11% de las estudiantes ¡°hab¨ªan sido violadas en Pa¨ªses Bajos durante sus estudios; lo mismo ocurri¨® con el 1% de los varones¡±. Un 67% tuvieron despu¨¦s problemas psicol¨®gicos, f¨ªsicos o de relaci¨®n social, y solo un 3% explic¨® su caso a la figura de confianza. La ONG concluy¨® que ¡°la violaci¨®n es un gran problema en este entorno, y es preciso crear una cultura del consentimiento donde solo s¨ª sea s¨ª¡±. Ese mismo a?o, public¨® un manifiesto para que los centros de educaci¨®n superior asumieran sus responsabilidades, titulado Let?s talk about yes (Hablemos del s¨ª, en espa?ol). La Universidad de Maastricht fue una de las primeras en firmarlo, y Milou Deelen considera ¡°muy importante crear una atm¨®sfera donde los alumnos puedan hablar entre ellos, y se subraye que hay comportamientos intolerables¡±.
Hay a¨²n otro estudio, publicado en abril de 2022. A cargo esta vez de la mayor organizaci¨®n estudiantil (ISO, en sus siglas neerlandesas), se?ala que un 20% de los alumnos ha sido v¨ªctima de un episodio donde ha peligrado su seguridad, ya sea por culpa de discriminaci¨®n, vejaciones, chantaje o bien acoso sexual. Un 64% no inform¨® acerca de los hechos debido a que, en su mayor¨ªa (un 84%) asumieron que lo sucedido no era lo bastante grave. En un 9% de los casos, el comportamiento inapropiado fue de tinte sexual, incluida la violaci¨®n. Estas cifras son de car¨¢cter nacional y est¨¢n basadas en un sondeo efectuado entre 7.650 alumnos de universidades y polit¨¦cnicas. ISO representa los intereses de cerca de 800.000 matriculados en la educaci¨®n superior, y el trabajo recoge, de forma an¨®nima, relatos como este: ¡°Ten¨ªa una cita con mi tutor que se retras¨®, y propuso hablar mientras tom¨¢bamos algo. Una vez en el bar del restaurante, me toc¨® el trasero. Enfadada, le pregunt¨¦ qu¨¦ se hab¨ªa cre¨ªdo. ?l reaccion¨® como si fuese algo normal¡±. O bien este otro: ¡°Estudio Fisioterapia y algunas pr¨¢cticas se hacen en ropa interior en clase. No es un problema, pero a veces, cuando hago ejercicios de piernas, me dicen que si me comporto as¨ª en la cama, o que les gustar¨ªa verme en acci¨®n¡±.
Ambientes seguros
Terri van der Velden, portavoz de ISO, se?ala que no se hab¨ªa prestado atenci¨®n al problema de lo que denomina ¡°inseguridad social¡± a escala universitaria, ¡°y es posible que otros centros sigan la evoluci¨®n de Maastricht para luego implantar algo similar si funciona el proyecto de sus clases obligatorias¡±. Confirma que ¡°los que no denuncian episodios de acoso sexual pueden creer que no es lo bastante importante¡±, y en algunas ocasiones, el causante puede ser tambi¨¦n ¡°un superior jer¨¢rquico¡±. De ah¨ª que la organizaci¨®n abogue por ¡°elaborar una gu¨ªa amplia aplicable a todo el pa¨ªs, que no olvide en su relaci¨®n de supuestos la discriminaci¨®n o el bullying¡±. Tambi¨¦n se?ala como beneficiosa la posibilidad de crear ¡°un centro fuera del ¨¢mbito de la universidad, al que todos los estudiantes puedan acudir para reportar estos problemas en igualdad de derechos¡±.
El anuncio desde Maastricht ha coincidido con la presentaci¨®n del plan del Gobierno holand¨¦s destinado a crear un ambiente seguro a escala nacional. Seg¨²n la Oficina Central de Estad¨ªstica, 1,8 millones de personas mayores de 16 a?os ¨Dde 17,8 millones de habitantes¨D padecieron en 2022 violencia sexual f¨ªsica, o bien fueron hostigadas con esa intenci¨®n por Internet. Un 52% eran mujeres entre 18 y 24 a?os. Por otra parte, entre enero y mayo de 2022, el personal y los alumnos de 46 universidades e institutos de investigaci¨®n de 15 pa¨ªses europeos ¨Dentre ellos Espa?a¨D participaron en un estudio sobre violencia de g¨¦nero en el mundo acad¨¦mico. Un 62% de los consultados admitieron haber sufrido al menos una forma de violencia sexual en el curso de sus estudios. Fue la mayor encuesta de su clase llevada a cabo en el Espacio Europeo de Investigaci¨®n, que aglutina los recursos cient¨ªficos de la UE.
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