Adictos a las pel¨ªculas bajo el puente
Un cine informal y barato en Nueva Delhi permite que trabajadores pobres, normalmente conductores de taxi-bicicletas, vean cintas de Bollywood y se relajen tras su dura jornada
Bajo un puente construido hace 140 a?os en la capital India, una sala de cine improvisada permite que los pobres conductores de rickshaws (bicicletas preparadas para llevar pasajeros a modo de taxi) y los trabajadores inmigrantes, se evadan de su dificultad diaria y el calor sofocante. Acceden as¨ª al mundo de la canci¨®n, la danza y romance de Bollywood.
Instalado sobre suelo de hierro oxidado del puente y delimitado por trapos viejos adquiridos a bajo precio en un crematorio cercano, el cine proyecta cuatro pel¨ªculas al d¨ªa. Los creadores de esta sala reunieron sus ahorros para alquilar un viejo televisor y v¨ªdeo reproductor de discos compactos (DVD), y cobran 10 rupias (13 c¨¦ntimos de euro), una cent¨¦sima parte del precio de una entrada para el cine en Delhi. Mohammad Noor Islam, un comerciante de chatarra, es uno de los habituales en el cine bajo el puente y asegura que ver pel¨ªculas le ayuda a mantenerse alejado de vicios como las drogas y el juego. "Las pel¨ªculas son mucho mejores. Muchos hombres se enganchan a los juegos de azar, las drogas y el alcohol, y pasan su tiempo bebiendo y fumando", cuenta. "Pero algunos de nosotros, que no nos entregamos a estos vicios, venimos aqu¨ª, al cine. Somos adictos a las pel¨ªculas ", relata Islam, quien lleg¨® a Delhi hace casi cuatro d¨¦cadas cuando solo ten¨ªa 10 a?os.
El interior oscuro y ventoso de la sala de cine supone un alivio para los trabajadores que soportan altas temperaturas durante el d¨ªa. "Cuando estamos viendo una pel¨ªcula, se nos olvidan nuestro propios problemas. Antes siempre estaba tenso, pero cuando me sent¨¦ por primera vez en el cine, sent¨ª que mi tensi¨®n se aliviaba", recuerda Manoj Kumar, un conductor de rickshaw. Al caer la noche, la sala de cine se convierte en un refugio nocturno que proporciona un poco de comodidad a quienes acuden.
El fundador teme que el lugar pueda ser desmantelado y clausurado por las autoridades, pues opera ilegalmente
Ishfaq, uno de los cofundadores del cine, regenta un puesto de comida cerca. Y pens¨® que el puente era un excelente lugar para que la gente pudiera relajarse despu¨¦s de horas de trabajo duro. "Es amplio y abierto, est¨¢ fresco y corre una brisa agradable porque est¨¢ cerca del r¨ªo Yamuna", explica el comerciante, que ofrece comidas a 5 y 10 rupias (6,5 y 13 c¨¦ntimos de euros). En un d¨ªa normal, alrededor de unas 100 personas acuden a la sala de cine, a ver pel¨ªculas y descansar. Con todo, Ishfaq teme que el lugar pueda ser desmantelado y clausurado por las autoridades, pues opera ilegalmente.
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