De futbolistas, ramoncines, pasionarias, vallecanos, quinquis, escritores y presidarios
Ahora donde la quieren liar es en Vallecas, haciendo un homenaje a Felines, a quien yo iba a entrevistar en las duchas, cuando ?el f¨²tbol caliente de Vallecas?, y all¨ª vamos a ir el domingo con Ramonc¨ªn -ya les dar¨¦ a ustedes noticia de la fiesta-, que vengo de Londres y le he tra¨ªdo a nuestro punk manchego unos nuevos modelos de imperdible para escroto comprados expresamente en King's Road.
Ramonc¨ªn dicen que andaba enli¨¢ndose con Diana Polakov, pero no le veo yo a ¨¦ste con una chorva en particular, que es el D'Annunzio de Vallecas y sabe aquello de que ?elegir es limitarse?. Con la diversidad por sirena de la vida, los vallecanos han montado este n¨²mero pluriformo perverso en que Dolores Ib¨¢rruri se va a exponer una vez m¨¢s a las apreturas de las vecindonas del barrio, que ya en otra ocasi¨®n le pararon el marcapasos, de tanto cari?o.
Espa?a es ahora un esperpento que puede acabar bien. Con Franco era un sainete que pod¨ªa acabar mal. Los vallecanos nos quieren por hijos adoptivos o predilectos. Ramonc¨ªn lo ha dicho bien:
-Yo soy de Atocha, pero digo que soy de Vallecas porque pega m¨¢s duro.
Tiene m¨¢s sentido de la autobiograf¨ªa y la posteridad que Pedro de Lorenzo. Ramonc¨ªn es, como Azor¨ªn -su cacof¨®nico- y Amador de los R¨ªos (el bi¨®grafo de los r¨ªos de Espa?a) un hombre que va escribiendo su propia biograf¨ªa a medida que la vive. En cambio yo he dudado siempre entre ser un ni?o de derechas vallisoletano o un quinqui natal de la Ribera de Curtidores, que tambi¨¦n conviene marear un poco a los eruditos, aunque ahora el Espasa, donde me sacan, ya lo deja claro.
Va a estar tambi¨¦n el quinqui del PSOE Eleuterio S¨¢nchez el Lute. No creo yo que sea el m¨¢s peligroso de los quinquis socialistas. El PSOE esconde en su partido quinquis del SEU, por ejemplo, que le pueden pegar la espantada a Felipe en cualquier momento, y que son los que le esconden los retratos de Marx y se los cambian por uno de Cantarero del Castillo, en cuanto se va de viaje.
Lo que le voy a decir a Eleuterio, en la fiesta del domingo, es que ¨¦l estaba mejor de buen salvaje, como un Rousseau de Alcal¨¢ de Guadaira, como un Emilio robagallinas, sin otro contrato social que el que ten¨ªa con la Chelo, porque yo mismo iba para quinqui de bien hasta que me dieron a leer cuatro libros. En cuanto oigas la palabra cultura, echa mano a la chaira, Eleuterio, como el otro, que esto que llaman cultura es buen porte y buenos modales para abrirte las puertas principales del establishment. Ay si a m¨ª se me diesen como a ti las gallinas, Eleuterio. Pero s¨®lo se me dan las se?oritas. Y no todas.
Y finalmente yo. ?Qu¨¦ tengo yo que ver con el gran barrio de Vallecas? Picasso dijo que si la pobreza pudiera comprarse, ¨¦l se arruinar¨ªa. Valle-Incl¨¢n dijo que ¨¦l era carlista por est¨¦tica. Yo creo que Hoyos y Vinent era republicano por est¨¦tica y de todos modos le dieron mul¨¦, que las est¨¦ticas no salvan. Yo soy vallecano por est¨¦tica. Me fascina la belleza fea del gran barrio y el tiempo metaf¨ªsico que all¨ª corre, que es el tiempo medido por el hambre.
A Vallecas suelo ir a ver a Llanos, a Diez Alegr¨ªa, a Iniesta, el obispo rojo, que habla de sexo en Bazaar, entre gl¨²teos privilegiados. Mis ¨²nicos curas est¨¢n entre los marginales. M¨¢s por marginales que por curas. A Angel Nieto, con ser vallecano, no le van a nombrar nada el domingo, me parece, que tiene fama de especulador en el barrio.
Alguna vez he pensado irme a vivir un a?o a Vallecas para escribir un libro vallecano, pero enseguida me ha repugnado la premeditaci¨®n del proyecto, la artificiosidad, la sofisticaci¨®n de una pobreza aceptada para transformarla en best-seller (a lo mejor ni eso). ?Ser¨ªa mi gran servicio a Vallecas? Ser¨ªa mi gran traici¨®n.
Mientras Vallecas est¨¦ ah¨ª y as¨ª, no hay alcalde leg¨ªtimo en Madrid. Si los cinco troncos del domingo aceptamos la fiesta vallecana, es para que Madrid se entere de lo que es el West Side Story vallecano. Una verguenza para la onceava potencia industrial del mundo. Pero ya nos pegaremos un homenaje de punk guarro, Ramonc¨ªn, con su guitarra de rebajas y las mozas del barrio, que tienen senos como de loza de taz¨®n.
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