Orangutana busca sexo en un ¡®Tinder¡¯ para animales
Investigadores y cuidadores usan tabletas con primates. Un parque holand¨¦s se apoya en innovaci¨®n y tecnolog¨ªa para encontrar pareja a una hembra
En Apenheul, un parque holand¨¦s solo para primates en el que se mueven en libertad, hay una orangutana que busca pareja. Samboja, de 11 a?os, lo hace como hombres y mujeres de todo el mundo: viendo fotos de posibles aspirantes en una tableta. Como si fuera Tinder, la red social humana para concertar encuentros. Este es al menos el objetivo de los investigadores, que ahora se est¨¢n centrando en familiarizar a Samboja con la tecnolog¨ªa y estudiar su interacci¨®n con el dispositivo. Al otro lado del Atl¨¢ntico, su cong¨¦nere Puppe se entretiene con un iPad junto a su hijo Budi en el zool¨®gico de Toronto.
Los cuidadores de Samboja esperan acertar con un candidato para ella dado el peligro de extinci¨®n que amenaza a su especie. Si se muestra claramente receptiva a las fotos de un macho en particular, se les puede presentar. ¡°Apenheul y los dem¨¢s zoos con estos primates participan en programas internacionales de conservaci¨®n, y prefieren intercambiar sus ejemplares. Con ello evitan que las hembras se apareen siempre con el mismo, cosa que no suele pasar en la naturaleza¡±, subraya Mariska Kret, especialista en psicolog¨ªa cognitiva y comparativa de la universidad holandesa de Leiden, y encargada de esta investigaci¨®n, que pretende analizar la respuesta emocional de los animales y compararla con la humana. ¡°Si vemos que a Samboja le llama bastante la atenci¨®n un macho, no se descarta organizar una sesi¨®n de v¨ªdeo con ayuda de Skype¡±, a?ade.
El proyecto consiste en entrenar a los animales para que se sienten y miren una pantalla similar a la de un iPad. Y luego pasarles im¨¢genes de escenas positivas (aseo mutuo), neutras (el grupo descansando al aire libre) o negativas (una ri?a), acompa?adas de un punto negro de grandes dimensiones que aparece a un lado o a otro de las fotograf¨ªas y que los orangutanes y bonobos deben tocar. El software utilizado permite analizar la rapidez de los toques dados al punto negro que sigue a la foto, entendida como preferencia por una en particular. Los expertos esperan averiguar si los animales asocian las escenas con lo que representan, y de qu¨¦ manera se interesan por el ¨¢nimo de sus cong¨¦neres. O bien si se emocionan con un animal en especial, a ser posible residente en otro parque, para ampliar el abanico gen¨¦tico. Por ejemplo, ese macho que atraiga a Samboja. Innovaci¨®n y tecnolog¨ªa puestas al servicio de los animales.
En Apenheul, que fue el primer parque del mundo donde los monos pod¨ªan moverse libremente por el bosque, han trabajado ya con los bonobos m¨¢s curiosos. Indicaron su inter¨¦s por momentos positivos y de car¨¢cter social, como despiojarse en grupo o aparearse. ¡°Tienen una hembra alfa, una jefa, no un macho, y son menos agresivos. En sus zonas naturales suele haber comida suficiente sin demasiada competencia. Por eso no se fijan tanto en las instant¨¢neas violentas o negativas. Prefieren las que fomentan la cohesi¨®n social. Los chimpanc¨¦s y nosotros, por el contrario, tendemos a estar alerta por si hubiera peligro. De ah¨ª una mayor inclinaci¨®n hacia im¨¢genes consideradas negativas¡±, indica Kret.
En el caso de los orangutanes ha habido un problema: Samboja, en pleno vigor f¨ªsico, rompi¨® la pantalla t¨¢ctil instalada en un cobertizo del propio parque desbaratando las primeras im¨¢genes registradas. Los investigadores est¨¢n dise?ando una que aguante para proseguir el experimento.
¡°El movimiento de sus ojos nos indicar¨¢ qu¨¦ les atrae¡±, explica Kret. ¡°Su lenguaje corporal, y dentro de poco tambi¨¦n la radiaci¨®n infrarroja de su cara, servir¨¢ para medir su entusiasmo o excitaci¨®n. La m¨ªmica, es decir, si repiten lo que ven, tambi¨¦n ser¨¢ observada. El olor es otro factor esencial, pero no lo a?adiremos por ahora¡±.
Aunque el proyecto cient¨ªfico holand¨¦s es nuevo, las tabletas se han usado con delfines y perros, por ejemplo. No eran tan sofisticadas. En Estados Unidos, la ONG Orangutan Outreach, con sede en Nueva York, contribuye a recaudar fondos para la protecci¨®n de esta especie y la de su entorno original, la selva lluviosa de Sumatra y Borneo. Para los primates que est¨¢n en zoos, tambi¨¦n ha ideado un programa denominado Apps for Apes (aplicaciones para monos) que suministra desde 2012 iPads dentro del pa¨ªs, adem¨¢s de en Australia, Nueva Zelanda, Canad¨¢ y Reino Unido. ¡°Cargados con fotograf¨ªas y programas musicales y de dibujos, sirven para que se diviertan y estimulen, adem¨¢s de mostrar al visitante la necesidad de protegerles¡±, dice Richard Zimmerman, fundador y director de la organizaci¨®n. ¡°A los orangutanes les gusta el iPad porque son muy ma?osos. Un gorila lanzar¨ªa lejos la tableta, y un chimpanc¨¦ lo romper¨ªa. Con el orangut¨¢n la respuesta es inmediata y los tocan. Cuando mostramos los v¨ªdeos donde se les ve jugando con la tableta, siempre hay comentarios sobre lo penoso que resulta que est¨¦n en jaulas. Pero la realidad es que, durante meses, hace mucho fr¨ªo en los parques, y jugando se encuentran activos. Nuestro principal objetivo es su conservaci¨®n porque su h¨¢bitat est¨¢ cada vez m¨¢s amenazado¡±.
Las personas del bosque
Apenheul abri¨® en 1971 y alberga ya 300 primates de 34 especies diferentes. En aquel momento, era el ¨²nico en el mundo donde pod¨ªan vivir en la naturaleza y mezclarse con los visitantes. El orangut¨¢n solo se encuentra en Sumatra y Borneo, y aunque un nuevo recuento de 2016 ha visto que en la primera hay unos 14.000 ejemplares -el doble de lo que se pensaba- y en Borneo varios millares m¨¢s, siguen en peligro de extinci¨®n. Por culpa de la acci¨®n del hombre, que incendia el bosque, tala ¨¢rboles y porque caza furtivamente, y tambi¨¦n por el cambio clim¨¢tico. Las ?personas del bosque?, como las llaman en malayo, no solo dependen de los ¨¢rboles. Las hembras son especiales porque dan a luz una vez cada 8 a?os, el periodo m¨¢s largo del reino animal, seg¨²n los expertos en primatolog¨ªa.
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