Delitos grav¨ªsimos

Es comprensible que el env¨ªo a prisi¨®n de la mitad del exgobierno de Catalu?a cause inquietud frente al l¨®gico y mayoritario deseo de recuperar cuanto antes la normalidad democr¨¢tica y social. Pero en estos graves momentos cabe recordar lo fundamental: que los ¨²nicos responsables de que la justicia haya reaccionado de manera tan contundente son los pol¨ªticos y l¨ªderes sociales que, como trama golpista civil bien organizada, han actuado vulnerando la ley de manera reiterada y consciente. Los ¨²nicos responsables de que la justicia participe, ya inevitablemente, en la campa?a electoral catalana del 21-D son ellos con la presunta comisi¨®n de delitos de extrema gravedad.

El auto de la juez Carmen Lamela apenas deja resquicio de duda sobre la obstinaci¨®n y la reincidencia delictiva de los que, sorteando el ordenamiento jur¨ªdico, se propusieron ya en octubre de 2015 una hoja de ruta bien planificada para llegar hasta la independencia. No se trata, como algunos arguyen, de enviar a la c¨¢rcel a pol¨ªticos por sus ideas, sino por un desacato reiterado a las resoluciones del Tribunal Constitucional contrarias a las leyes que el independentismo iba aprobando. Para ello, los acusados no han dudado en promover la agitaci¨®n social, orientada, como dice el auto judicial, ¡°a generar inestabilidad pol¨ªtica y econ¨®mica que forzara al Estado a aceptar la negociaci¨®n de la separaci¨®n¡±.

El cuanto peor, mejor, va a ser en esta campa?a el mantra m¨¢s preciado del rupturismo. El bloque secesionista no ha dudado en desprestigiar a Espa?a (pa¨ªs a abatir) sembrando la duda sobre la independencia de la justicia y se?alando como ¡°presos pol¨ªticos¡± a los l¨ªderes sociales Jordi S¨¤nchez y Jordi Cuixart, agitadores necesarios en su plan rupturista. Los ocho pol¨ªticos que la juez ha enviado ahora a prisi¨®n no son los primeros que sufren c¨¢rcel en este pa¨ªs. Cabe recordar que muchos de los que les han precedido pertenecen al partido gobernante, el de Mariano Rajoy, lo que demuestra la independencia judicial y no lo contrario. Porque los pol¨ªticos no pueden estar excluidos del peso de la ley que marca el C¨®digo Penal.

Los ¨²nicos responsables de la contundencia de la justicia son los pol¨ªticos que han vulnerado la ley

La contundencia de la justicia, parad¨®jicamente, favorece a la causa independentista en su l¨®gica victimista, pero resulta esencial comprender que el ritmo del aparato judicial es tambi¨¦n independiente del que marca la pol¨ªtica y que no cabe, en democracia, m¨¢s que acatarlo. Solo la pol¨ªtica ser¨¢ capaz de resolver con vocaci¨®n de permanencia el conflicto catal¨¢n, pero no hay pol¨ªtica posible y democr¨¢tica sin justicia y sin respetar y aplicar el peso de la ley.

El dram¨¢tico desenlace judicial del proc¨¦s prueba la extrema gravedad de la situaci¨®n en la que nos encontramos. Aun as¨ª, no debe haber cabida para el miedo. La democracia espa?ola no puede caer en la trampa de las amenazas matonistas del independentismo catal¨¢n, siempre aireando la posibilidad de la revuelta violenta y masiva contra las decisiones del Estado de derecho. El expresidente Artur Mas ha recurrido de nuevo a tal estrategia cuando, junto a la Audiencia Nacional, advert¨ªa ayer de que ¡°cuanta m¨¢s gasolina y le?a se eche al fuego, el fuego se har¨¢ mayor¡±. Son amenazas que ahora se vuelven en contra de los acusados por cuanto apuntalan el posible delito de rebeli¨®n del que se les acusa. Porque, como alega la juez Lamela, puede haber delito de rebeli¨®n en la incitaci¨®n a las manifestaciones de fuerza y tumultuosas, como las del d¨ªa 21 de septiembre. ¡°Si hay buena voluntad y se acepta la nueva realidad, no habr¨¢ colisi¨®n entre polic¨ªas¡±, lleg¨® a decir el consejero de Interior Joaquim Forn tras el 1-O en unas declaraciones recogidas en el auto judicial.

La democracia no puede caer en las trampas de las amenazas matonistas del independentismo

Nos aguardan tiempos dif¨ªciles en los que conviene no dejarse arrastrar por la grosera din¨¢mica que promueven Puigdemont y los suyos. Una democracia que ha demostrado su madurez en esta crisis no puede dejarse intimidar por las bravuconadas de unos pol¨ªticos dispuestos a hacer saltar por los aires el ordenamiento legal y menos todav¨ªa por decisiones judiciales ajustadas a derecho, por muy inoportunas que parezcan en un contexto de tanta tensi¨®n pol¨ªtica.

Tambi¨¦n de esta tensi¨®n pol¨ªtica y social son responsables en exclusiva Carles Puigdemont y los suyos, que desoyendo su destituci¨®n han desafiado al Estado desde el s¨¢bado actuando como si estuvieran en funciones. El expresident Puigdemont es, adem¨¢s, doblemente responsable por cuanto la juez ha tenido en cuenta su cobarde y rid¨ªcula fuga a B¨¦lgica para decretar la prisi¨®n al resto en evitaci¨®n de su posible huida. El exconseller Santi Vila tuvo la lucidez de dimitir para no verse involucrado en la declaraci¨®n unilateral de independencia. De ah¨ª que reciba un trato diferenciado y se le haya impuesto fianza. Los dem¨¢s hubieran podido imitarle, dimitiendo o convocando elecciones, como se les ofreci¨® insistentemente. Pero prefirieron seguir adelante a sabiendas de la gravedad de los delitos que comet¨ªan y as¨ª enfangarnos a todos en un agudo problema pol¨ªtico y penal que ahora la pol¨ªtica deber¨¢ gestionar de la forma m¨¢s inteligente posible.