Claire Foy: ¡°No me puedo creer que Elton John sepa qui¨¦n soy¡±
La actriz que ha saltado a la fama por 'The Crown' reh¨²ye de la fama aunque reconoce algunos de sus beneficios
Claire Foy insiste en que nadie la reconoce por la calle. Ni siquiera en Londres, donde ya hab¨ªa despuntado en series brit¨¢nicas desde 2008 (Little Dorrit, The Promise, Upstairs Downstairs) antes de su ¨¦xito mundial como una joven reina Isabel de Inglaterra en The Crown. Dice que es porque justo despu¨¦s de rodar el show de Netflix tuvo que te?irse de rubia. ¡°Creo que es porque parezco alguien normal, como la hermana o prima de alguien¡±, se justifica. Tambi¨¦n puede ser porque esa piel blanca y sus grandes ojos son absolutamente camale¨®nicos. Y, definitivamente, tiene que ver con su sellada privacidad y su falta de inter¨¦s en tener una vida social p¨²blica que se traduce tambi¨¦n en su nula presencia en las redes sociales.
Cuando no est¨¢ rodando, que en los dos ¨²ltimos a?os ha pasado pocos d¨ªas, Foy (1984, Stockport) se encierra en su casa del barrio londinense de Wood Green con su marido, el tambi¨¦n actor Stephen Campbell Moore (les han llegado a llamar los Brangelina ingleses), y su hija de 2 a?os.
Foy estaba embarazada de casi seis meses cuando hizo el casting para The Crown. Y cree que su estado tuvo que ver con conseguir el papel. ¡°Estaba totalmente distra¨ªda¡±, recuerda. A pesar de que empez¨® a trabajar pr¨¢cticamente al salir de la escuela de interpretaci¨®n, la actriz est¨¢ convencida de que conseguir este tipo de proyectos tiene que ver m¨¢s ¡°con la suerte que con el talento¡±. Quien ha trabajado con ella hasta ahora lo niega. Cuando lleg¨® al plat¨® de The Crown, lo hizo como madre primeriza con una beb¨¦ de cuatro meses a la que daba el pecho en cada descanso. Nuevamente, vuelve a ver como algo afortunado poder compaginar su maternidad con el trabajo. ¡°Mi trabajo me permite algo as¨ª¡±, asegura. Pero tambi¨¦n fue una prueba de profesionalidad que se ha sumado a la buena reputaci¨®n que se ha labrado en la industria.
Antes de estrenarse hace un a?o como la reina Isabel, en Reino Unido Claire Foy ya era una cara familiar hasta el punto de que la prensa inglesa la hab¨ªa llegado a describir como ¡°la nueva Sienna Miller¡± o ¡°la nueva Keira Knightley¡±. Algo a lo que la actriz siempre se resisti¨®. ¡°La fama me parece algo abstracto que no creo que me llegue¡±, dec¨ªa hace siete a?os, cuando negaba esas comparaciones. ¡°Ser¨ªa terrible ser Sienna o Keira y acabar convertida en una persona perseguida por paparazis, me gustar¨ªa tener sus carreras pero no lo que las acompa?a. Hay demasiada obsesi¨®n con la apariencia en Hollywood¡±.
Ha contado que, aunque le encante la ropa y le obsesionen las revistas de moda, arreglarse para las alfombras rojas le ¡°resulta extra?o¡±. Ella perdi¨® su obsesi¨®n por su aspecto cuando a los 17 a?os le sali¨® un tumor benigno en el ojo que le desfigur¨® la cara y, asegura, le ha dejado ¡°uno distinto del otro¡±. ¡°Algo as¨ª te da perspectiva, ya no pasas tanto tiempo mir¨¢ndote al espejo¡±, ha contado. Una experiencia que tambi¨¦n le hizo agarrarse a la vida y lanzarse a probar suerte como actriz.
Ahora, despu¨¦s de haber ganado un Globo de Oro, a unas semanas de estrenar la segunda y su ¨²ltima temporada de The Crown y con su primera pel¨ªcula post Netflix ya estrenada, Una raz¨®n para vivir, junto a Andrew Garfield, esa fama que no ve¨ªa llegar ya lo ha hecho. ¡°Es una locura, no me puedo creer que gente como Elton John o Helen Mirren sepan qui¨¦n soy por mi trabajo¡±, dice. Mirren, con quien comparte el papel de reina de Inglaterra, le escribi¨® una carta de felicitaci¨®n ¡°con palabras incre¨ªbles que no ten¨ªa por qu¨¦ decir¡±.
Ha trabajado ya con Steven Soderbergh y est¨¢ rodando a las ¨®rdenes de Damien Chazelle (La La Land) en un biopic sobre Neil Armstrong en el que Ryan Gosling ser¨¢ el astronauta y ella interpreta a su esposa. Y, en cuanto acabe ese rodaje, se meter¨¢ en la piel de Lisbeth Salander, la nueva encarnaci¨®n de la antihero¨ªna de la saga Millennium.
Probablemente tiene uno de los presentes y futuros m¨¢s prometedores de la industria, pero Foy insiste en que no piensa en la fama y el ¨²nico lujo que se ha permitido es un piano de segunda mano. ¡°Llevo tiempo en esto, lo he visto desde fuera y s¨¦ c¨®mo funciona, s¨¦ que es muy variable. La gran diferencia es la gente con la que puedo hablar ahora y los papeles para los que me consideran¡±, sostiene. Que no la reconozcan por la calle ni la persigan los paparazis le ayuda a sentir que nada ha cambiado en su vida.
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