El chiste lo dice todo: "Entrar en la habitaci¨®n de mi hijo es como ir a Ikea. Voy a echar un vistazo y salgo con seis vasos, dos platos y cuatro toallas". Vamos, que el caso de su hijo no es ¨²nico. Ni especialmente grave. Mercedes Bermejo, especializada en psicodiagn¨®stico y psic¨®loga Infanto- Juvenil y de Familia en Psic¨®logos Pozuelo, lo explica as¨ª: "La adolescencia es una etapa evolutiva en muchos casos de sensaci¨®n de caos. Por lo que el umbral de tolerancia del desorden o suciedad es m¨¢s alto que en etapas de vida m¨¢s avanzadas".
No se preocupe, es muy posible que se pase con la edad. Aunque Jos¨¦ Antonio Marina, fil¨®sofo, escritor, pedagogo y presidente de la Fundaci¨®n Educativa Universidad de Padres aclara: "En los programas de la Universidad de Padres nos interesamos mucho por los ni?os desorganizados, que muchas veces tienen problemas espaciales o temporales. Durante la adolescencia, el problema del desorden aumenta, pero no surge de nuevo. Se hace m¨¢s patente porque los adolescentes obedecen menos, se mueven m¨¢s, tienen m¨¢s cosas a su disposici¨®n, y tienen muchos intereses 'urgentes'. Hay que recordar que lo que hace dif¨ªcil ordenar es que, para hacerlo, hay que cesar en una actividad m¨¢s entretenida".
Consejo: "El orden es un h¨¢bito", recuerda Marina, "y por eso debe fomentarse desde la infancia, como el lavarse los dientes o lavarse las manos antes de comer. Los comportamientos autom¨¢ticos resultan f¨¢ciles, porque no hay que estar tomando decisiones continuamente"