I?aki Urdangarin se prepara para ir a la c¨¢rcel
La infanta Cristina, muy afectada, apenas se deja ver en p¨²blico
Todo comenz¨® en un partido de balonmano en los Juegos de Atlanta en 1996. All¨ª la infanta Cristina se fij¨® en I?aki Urdangarin, el apuesto jugador de la selecci¨®n espa?ola. Horas m¨¢s tarde en una fiesta del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Espa?ol logr¨® que amigos comunes se lo presentaran. El flechazo fue inmediato en ella. ?l tard¨® algo m¨¢s de tiempo en decidirse. Ten¨ªa novia y algunas dudas, pero su familia le ayud¨® a ver las ventajas de una relaci¨®n con la hija del entonces Rey de Espa?a. Ha sido precisamente en otro partido de balonmano, disputado el pasado 28 de febrero en Suiza, el que enfrent¨® al Fraikin BM Granollers con el Wacker Thun en Suiza donde la pareja se ha dejado ver por ¨²ltima vez. Actuaron con aparente naturalidad. Bajaron a saludar a los jugadores y se hicieron fotos. Pero nada es normal en la familia Urdangarin-Borb¨®n desde hace siete a?os. Entonces estall¨® el caso N¨®os, el que arroll¨® la vida de quienes todav¨ªa eran duques de Palma y zarande¨® los cimientos de la familia real espa?ola.
Un a?o despu¨¦s de que la Audiencia Provincial de Palma dictara sentencia de seis a?os y tres meses para Urdangarin, la resoluci¨®n final del proceso judicial se acerca. La cuenta atr¨¢s ha comenzado. El pr¨®ximo d¨ªa 21 de marzo I?aki Urdangarin llegar¨¢ a Palma de Mallorca para conocer la decisi¨®n del Tribunal Supremo tras escuchar los alegatos de la fiscal¨ªa y de los abogados de la defensa. Todo indica que el marido de Cristina de Borb¨®n entrar¨¢ en prisi¨®n.
En este a?o de espera, la Infanta y su familia se han dejado ver poco en Espa?a. Han estado en Vitoria para ver a la familia de Urdangarin, con quien pasaron la Navidad, y han acudido a Barcelona. Cristina de Borb¨®n para reuniones en La Caixa, donde sigue trabajando, e I?aki Urdangarin para reunirse con su abogado. ?l hace a?os que no trabaja, una vez perdi¨® su puesto en Telef¨®nica. Es la Infanta quien mantiene la econom¨ªa familiar con la ayuda de sus padres. Tambi¨¦n han viajado a Espa?a en alguna ocasi¨®n para visitar la finca de los Borb¨®n-Dos Sicilias, con quien adem¨¢s de parentesco de primos, les une una gran amistad.
Pero la brecha familiar contin¨²a. Los Urdangarin-Borb¨®n fueron excluidos de la celebraci¨®n del 80 cumplea?os de don Juan Carlos y para que as¨ª quedara claro y no hubiera lugar a la especulaci¨®n, la Casa del Rey difundi¨® una foto en la que se demostraba que no hab¨ªan estado en la fiesta que convoc¨® en el palacio de La Zarzuela a 80 familiares.
En esos d¨ªas en que se celebraba el cumplea?os de don Juan Carlos, la Infanta, Urdangarin y sus hijos ¡ª Juan, Pablo, Miguel e Irene¡ª se hallaban de viaje en Roma. Hubo turistas que les descubrieron recorriendo las calles de la ciudad y colgaron varias fotos en las redes sociales. Pero ellos no ten¨ªan el prop¨®sito de esconderse, todo lo contrario.
Horas despu¨¦s acud¨ªan a la bas¨ªlica de San Pedro para escuchar una misa oficiada por el papa Francisco. Ocuparon un lugar destacado en el templo, vestidos elegantemente para la ocasi¨®n, como si se tratara de un acto oficial a los que acud¨ªan antes de que el palacio de La Zarzuela les cerrara las puertas. Zarzuela no tuvo nada que ver en el trato que recibieron los Urdangarin- Borb¨®n en esa misa. De hecho, desde el Vaticano se inform¨® de que no hubo privilegios, ni saludo en privado al Pont¨ªfice. Cristina de Borb¨®n y los suyos se han refugiado en la religi¨®n cuando se acerca el final de un caso que ya ha marcado su vida.
Desde hace meses se habla del estado de salud de la hermana menor del Rey. Todas las personas consultadas de su c¨ªrculo m¨¢s cercano aseguran que est¨¢ ¡°destrozada¡± y algunos hablan de depresi¨®n. La Infanta, de 52 a?os, es una mujer de fuerte car¨¢cter y convicciones. Desde el primer minuto ha cerrado filas con su marido en una actitud que raya la cabezoner¨ªa. Nunca ha admitido que su esposo haya tenido un comportamiento err¨®neo cuando hac¨ªa negocios con Diego Torres. Por ello ha deso¨ªdo todos los consejos que su familia le ha dado. Por eso, tambi¨¦n, cort¨® todos los v¨ªnculos con los asesores de La Zarzuela. Se enfrent¨® a su hermano que la desposey¨® del t¨ªtulo de duquesa de Palma y se niega a renunciar a sus derechos din¨¢sticos.
Pero el estado de ¨¢nimo de la Infanta preocupa mucho a su familia. Por eso don Juan Carlos decidi¨® acompa?ar a Ginebra a do?a Sof¨ªa el d¨ªa del 50 cumplea?os de I?aki Urdangarin. Es la primera vez que trascend¨ªa una visita como esta.
Desde que estall¨® el caso N¨®os la familia real hace equilibrios en el alambre para compaginar las obligaciones que conlleva la Corona con sus sentimientos. Do?a Sof¨ªa y la infanta Elena nunca han ocultado su apoyo a do?a Cristina. El Rey em¨¦rito tras un gran distanciamiento inicial ha ido retomando la relaci¨®n con su hija poco a poco. Es alrededor de Felipe VI donde est¨¢n puestos todos los cortafuegos. El palacio de La Zarzuela trabaja para que quede claro que no hay ninguna conexi¨®n entre quien fue duquesa de Palma y el Rey. Pero otra cosa es lo que pase en la intimidad familiar. A todas las personas consultadas conocedoras de la situaci¨®n les resulta muy dif¨ªcil creer que no tengan alg¨²n tipo de contacto, sobre todo ahora que la salud de do?a Cristina est¨¢ afectada por el proceso.
Cuando Urdangarin entre, como est¨¢ previsto, en la c¨¢rcel donde estar¨¢ tres a?os, la Infanta y sus hijos seguir¨¢n de momento en Ginebra. Han sido los m¨¢s peque?os quienes han dejado claro que quieren seguir all¨ª y terminar sus estudios. Regresar a Espa?a ser¨ªa muy dif¨ªcil para todos por la animadversi¨®n que provoca su presencia. Y mudarse a Portugal como estaba previsto ha quedado descartado de momento. El Ag¨¢ Khan, que tiene una fundaci¨®n en Lisboa, ten¨ªa prevista la presencia de la hija de su amigo el rey Juan Carlos a partir del verano pasado. All¨ª la esperaba un trabajo y una casa. Pero ser¨¢ desde Ginebra donde viaje la esposa de Urdangarin para visitarle en la c¨¢rcel.
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