24 horas en Sig¨¹enza, un d¨ªa en la Edad Media (con fantasma incluido)

Miguel de Unamuno lo llam¨® doncel, como quien dice un piropo, y con ese nombre se qued¨® el personaje m¨¢s famoso de la localidad alcarre?a de Sig¨¹enza, cuya escultura f¨²nebre se puede ver en una peque?a capilla de su catedral. Pero no, Mart¨ªn V¨¢zquez de Arce no era un chiquillo, sino un caballero santiaguista que muri¨® a los 25 a?os luchando contra los moros en Granada, en 1486, y al que su hermano hab¨ªa dedicado la que, seg¨²n Ortega y Gasset, era ¡°una estatua de las m¨¢s bellas de Espa?a¡± ...

Miguel de Unamuno lo llam¨® doncel, como quien dice un piropo, y con ese nombre se qued¨® el personaje m¨¢s famoso de la localidad alcarre?a de Sig¨¹enza, cuya escultura f¨²nebre se puede ver en una peque?a capilla de su catedral. Pero no, Mart¨ªn V¨¢zquez de Arce no era un chiquillo, sino un caballero santiaguista que muri¨® a los 25 a?os luchando contra los moros en Granada, en 1486, y al que su hermano hab¨ªa dedicado la que, seg¨²n Ortega y Gasset, era ¡°una estatua de las m¨¢s bellas de Espa?a¡± (El Espectador, 1916). Adem¨¢s de la escultura del Doncel, el espectro de do?a Blanca de Borb¨®n en el castillo-parador y otros tesoros art¨ªsticos y leyendas esperan en una de las ciudades m¨¢s tur¨ªsticas de la provincia de Guadalajara.

08.30 Amanecer en el mirador

?Qui¨¦n pudiera ver al Doncel a esta hora, leyendo recostado en la catedral vac¨ªa! ?Ha cerrado quiz¨¢ el libro y duerme, mientras su can y su paje pasean por el claustro? Imposible saberlo, porque el templo no abre hasta las diez y media de la ma?ana. Mientras tanto, nos asomaremos al mirador de la Ronda (1), frente a la puerta del Toril, y veremos c¨®mo el primer sol dora la ciudad amurallada, desde la catedral hasta el castillo. Subiendo luego por el Camino de la Raposera y siguiendo por su firme asfaltado m¨¢s all¨¢ del cementerio, nos adentraremos en el pinar (2) que rodea la ciudad por el este y que atrae como un verde im¨¢n a tantos paseantes seguntinos. En la plataforma Wikiloc se encuentran varias rutas a pie por el pinar de Sig¨¹enza, de dos a tres horas de duraci¨®n.

Despu¨¦s, una de las mejores ideas es ir a reponer energ¨ªas en la pasteler¨ªa Las Delicias (3) (Humilladero, 7): doncelitos, milhojas, yemas...

10.30 La catedral y sus tesoros

M¨¢s de 850 a?os tiene la catedral de Sig¨¹enza (4). Y puede que dentro tenga m¨¢s de 850 tesoros. El mayor: el Doncel. Poco antes de que bautizara la obra Unamuno, Ortega y Gasset hab¨ªa descubierto aquella ¡°hermos¨ªsima escultura funeraria¡± en una capilla de la nave occidental: ¡°Es un guerrero joven, lampi?o, tendido a la larga sobre uno de sus costados. El busto se incorpora un poco apoyando un codo en un haz de le?a; en las manos tiene un libro abierto; a los pies, un can y un paje; en los labios, una sonrisa vol¨¢til (...), dial¨¦ctica. ?Ser¨¢ posible? ?Ha habido alguien que haya unido el coraje a la dial¨¦ctica? (...) Nadie sabe qui¨¦n es el autor de la escultura. Por un destino muy significativo, en Espa?a casi todo lo grande es an¨®nimo¡±.

La catedral atesora tambi¨¦n un greco, una sacrist¨ªa mayor en cuya b¨®veda hay labradas miles de cabezas y un precioso claustro de estilo g¨®tico tard¨ªo. Y, justo enfrente, hay m¨¢s tesoros: los del museo Diocesano de Arte Antiguo (5), con una Inmaculada Concepci¨®n de Zurbar¨¢n, obras de Salzillo, del divino Morales¡­

12.00 La primera piedra: el castillo

Siendo muy antigua, la catedral es una jovenzuela ¨Dun templo doncel¨D comparada con la primera piedra de Sig¨¹enza: el castillo (6). La fortaleza est¨¢ en lo m¨¢s alto y ha sido fortificaci¨®n celt¨ªbera y romana, torre de vig¨ªa visigoda, alcazaba isl¨¢mica, residencia de los obispos seguntinos, asilo, cuartel y hotel de Paradores, que es lo que ahora es. Subiendo a verlo por la calle Mayor, se puede y se debe parar en la iglesia de Santiago (7), una de las dos parroquias rom¨¢nicas de la localidad, de mediados del siglo XII. Desacralizada, alberga el Centro de Interpretaci¨®n del Rom¨¢nico de Guadalajara, un estilo que dej¨® la provincia sembrada de joyas. En las excavaciones efectuadas en su nave han aparecido los restos de un torre¨®n isl¨¢mico anterior al siglo XII.

13.00 La Casa del Doncel

Despu¨¦s de ver el castillo, y toda Sig¨¹enza desde sus torres, bajaremos de nuevo hacia la catedral zigzagueando por las travesa?as, las callejuelas de la ciudad medieval; admiraremos sus puertas ¨Dla del Hierro (8), el Arco del Portal Mayor (9), el Arquillo de San Juan (10)¡­¨D y murallas (la del siglo XII y la del XIV), la juder¨ªa, la morer¨ªa, la plazuela de la C¨¢rcel (11), la iglesia de San Vicente (12) (la otra parroquia rom¨¢nica) y la Casa del Doncel (13). En este antiguo palacio, que fue residencia, no del Doncel pero s¨ª de su familia, los restauradores han dejado al descubierto espl¨¦ndidos arcos de yeser¨ªas policromas mud¨¦jares y bell¨ªsimos artesonados. En lo alto de esta casa tan vetusta ¡ªcompletamente levantada entre la segunda mitad del siglo XV y principios del XVI¡ª, sorprende descubrir algo tan moderno como un detector de tormentas solares, que avisa a los cient¨ªficos horas, e incluso d¨ªas, antes de que las part¨ªculas lleguen a la Tierra.

14.30 ¡°?Camarero: un fino seguntino!¡±

M¨¢s abajo, parada obligada en la plaza Mayor para observar largamente la catedral (atenci¨®n a sus troneras, acribilladas durante la Guerra Civil) mientras se toma en Los Soportales (14) un fino seguntino: gaseosa, verm¨² rojo y espuma o fuerza de la cerveza. Dicen que lo invent¨® un hostelero local en 1947, cuando un torero apodado El Fino le pidi¨® algo que le diera valor, pero no lo emborrachara. Es verdad que un fino no embriaga. Pero dos hacen que se nos dibuje una sonrisilla como la del Doncel. Podemos comer aqu¨ª mismo, pero hay restaurantes mucho mejores en la ciudad y dos, en particular, que destacan sobre el resto: El Doncel (15), que tiene una estrella Michelin, y N?la (16), que est¨¢ en plena Casa del Doncel. Ambos son de cocina moderna, tirando a alta.

16.00 Salinas y alamedas

En los alrededores de Sig¨¹enza hay dos lugares ideales para dar un paseo digestivo. Uno es las salinas de Im¨®n (17), junto al pueblo del mismo nombre y a unos 14 kil¨®metros de Sig¨¹enza. Documentadas a partir de 1139, estas salinas fueron durante siglos las m¨¢s importantes de Castilla, produciendo el 7% de toda la sal que se extra¨ªa en Espa?a. El otro es la hoz del r¨ªo Dulce (18), ca?¨®n famoso por el color oto?al de sus alamedas, en Pelegrina. Si alargamos el paseo acertaremos, porque ver ponerse el sol en cualquiera de ambos lugares es un diez.

18.30 Los dulces de las Clarisas

?Compras interesantes en Sig¨¹enza? Tomen nota. En Alfar del Monte (19) (Mayor, 6), la cer¨¢mica personal¨ªsima de Mar¨ªa de Hijas y Carlos Alonso, los autores de los r¨®tulos de las calles de Sig¨¹enza. En el n¨²mero 9 de la misma calle se encuentra el Taller Edad Media (20), con pintura medieval sobre tabla. Y para merendar, que ya es hora, los dulces del monasterio de las Hermanas Clarisas (21) (Ribera de la Alameda, 2): rosquillas fritas, trufas, pastas de an¨ªs, pastas de miel, mantecados seguntinos, roscos Do?a Blanca, bizcocho Santa Clara¡­

21.30 Hoteles con o sin fantasma

Un lugar b¨¢rbaro para cenar e irse luego a la cama es el Relais & Ch?teaux Molino de Alcuneza (22), un hotel con spa y restaurante de campanillas a seis kil¨®metros de la ciudad. Tampoco se cena mal en el Parador de Sig¨¹enza (23). Pero aqu¨ª dicen que hay un fantasma: do?a Blanca de Borb¨®n, que estuvo encarcelada entre sus paredes cuando era un castillo. Si en vez de espectros queremos ver un bonito paisaje, nos hospedaremos en los Alojamientos Victoria (24), que son unos lofts muy monos en un edificio del siglo XV de la calle Mayor, con vistas al pinar.

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