Constructores de utop¨ªas que conquistan el mundo
Navegar m¨¢s limpio. Enchufarse a un jard¨ªn. Detectar con un bot¨®n una dolencia mientras se duerme. Bucear en el cerebro. So?ar con curarlo. Sumergir ordenadores para atajar su gasto energ¨¦tico. Ideas para un futuro mejor. Ejecutadas por investigadores, emprendedores e ingenieros espa?oles. Esta es su historia.
Las tecnolog¨ªas digitales tienen un largo futuro detr¨¢s de s¨ª. Llevaban a?os llegando. Comprar desde casa, trabajar en cualquier lugar o relacionarse virtualmente, llegar¨ªa. De repente, lleg¨®. El comercio electr¨®nico super¨® en 2020 las previsiones para 2025. El teletrabajo, no estipulado la segunda semana de marzo de 2020, era obligatorio la tercera. La tecnolog¨ªa convert¨ªa nuestros hogares en aulas, oficinas o tiendas. Cuid¨¢bamos, compart¨ªamos y hasta desped¨ªamos a nuestros seres queridos a trav¨¦s de una pantalla. Un virus...
Las tecnolog¨ªas digitales tienen un largo futuro detr¨¢s de s¨ª. Llevaban a?os llegando. Comprar desde casa, trabajar en cualquier lugar o relacionarse virtualmente, llegar¨ªa. De repente, lleg¨®. El comercio electr¨®nico super¨® en 2020 las previsiones para 2025. El teletrabajo, no estipulado la segunda semana de marzo de 2020, era obligatorio la tercera. La tecnolog¨ªa convert¨ªa nuestros hogares en aulas, oficinas o tiendas. Cuid¨¢bamos, compart¨ªamos y hasta desped¨ªamos a nuestros seres queridos a trav¨¦s de una pantalla. Un virus, biol¨®gico y no digital, nos llevaba directos, como en un salto cu¨¢ntico en el tiempo, a ese futuro digital que tantos pronosticaban. Ahora que el futuro fue ayer, toca preguntarnos qu¨¦ podemos esperar ma?ana. En un escenario complejo, de infinitos futuros posibles, la tecnolog¨ªa define los probables, pero las personas debemos construir los deseables. Modelos ideales que, como el horizonte, puede que por mucho que avancemos no logremos alcanzar, pero nos sirven para seguir caminando. Un pu?ado de cient¨ªficas y emprendedores espa?oles se han acercado un poco m¨¢s a ¨¦l.
La salud, ese prop¨®sito
La catedral que dejaremos a los que vendr¨¢n tiene, sin duda, pilares tecnol¨®gicos, pero muy alejados de la visi¨®n ultraliberal del bul¨ªmico Silicon Valley. Otro modelo es posible. El de ¡°solucionar problemas relevantes de forma responsable¡±, que defiende Ana Maiques, cofundadora y consejera delegada de Neuroelectrics, una start-up que ha creado gorros de estimulaci¨®n cerebral que hoy utilizan centros de investigaci¨®n en 45 pa¨ªses. ¡°El uso que hacemos de la tecnolog¨ªa no es neutro. Los emprendedores elegimos. Nosotros tuvimos ofertas millonarias para centrarnos en la aplicaci¨®n de nuestra tecnolog¨ªa a los videojuegos. Pero no era lo que quer¨ªamos. Despu¨¦s de 20 a?os investigando en esto, ?quieres que sirva para entretener a adolescentes o para salvar vidas?¡±. Elon Musk y algunos gigantes tecnol¨®gicos utilizan tecnolog¨ªa parecida en nuevas herramientas de productividad y experiencias de entretenimiento. La misma tecnolog¨ªa con prop¨®sitos muy diferentes.
Esther Rodr¨ªguez-Villegas es catedr¨¢tica en el Imperial College de Londres y lleva a?os investigando en circuitos de baja potencia. Esa es la base de los wearables (dispositivos que llevamos en contacto con el cuerpo) m¨¦dicos que hoy dise?a. Investigaci¨®n de impacto para tecnolog¨ªa con prop¨®sito. Si la ciencia es el viaje de ida, que permite ver m¨¢s all¨¢, la tecnolog¨ªa es el de vuelta, que pone lo aprendido a disposici¨®n de cuantas m¨¢s personas mejor. ¡°Por eso pasamos del laboratorio al emprendimiento. Montar dos empresas, Acurable y TainiTec, es la consecuencia de querer materializar en la sociedad lo que investigamos¡±, afirma Rodr¨ªguez-Villegas. En su primer a?o en Londres descubri¨® Chalfont, el pueblo fundado por enfermos de epilepsia en el siglo XIX. All¨ª vio ni?os con pesados cascos, mujeres cableadas en cama y un gran problema de esos que le encanta resolver: evitar la muerte s¨²bita en estos enfermos. La b¨²squeda de soluciones a ese problema llev¨® a la resoluci¨®n de otro: la detecci¨®n de la apnea del sue?o. Una de esas enfermedades silenciosas que reducen la calidad de vida de millones de personas. El 80% de los enfermos est¨¢ sin diagnosticar. Descansar mal puede producir accidentes graves, dormirse al volante es una de las causas m¨¢s frecuentes de los choques mortales de tr¨¢fico. Acurable comercializa un peque?o sensor que, colocado en el cuello, permite diagnosticar esa dolencia. Con ¨¦l gan¨® en 2015 el Xprize, uno de los premios m¨¢s prestigiosos del mundo, que reconoce ¡°avances radicales en beneficio de la humanidad¡±.
El de la apnea no ser¨¢ el ¨²ltimo problema que solucione Rodr¨ªguez-Villegas. Dispositivos como el que ya comercializan podr¨ªa servir para diagnosticar de forma precoz otros trastornos. Pero al tratarse de productos m¨¦dicos, las exigencias son m¨¢ximas, y el proceso de autorizaci¨®n, lento. Justo en esa fase se encuentra hoy Neuroelectrics. Realizando ensayos cl¨ªnicos para enfermos de epilepsia. Los resultados preliminares son prometedores. Diez sesiones de 20 minutos de estimulaci¨®n cerebral reducen el 50% los ataques en ni?os. Simult¨¢neamente, tienen otro estudio cl¨ªnico sobre depresi¨®n y proyectos en fase precl¨ªnica sobre el alzh¨¦imer. ¡°Como humanos podemos identificar galaxias a a?os luz de distancia, pero a¨²n no hemos descubierto el misterio de esos 1,3 kilos de materia que se alojan entre nuestras orejas¡±, afirmaba Barack Obama en 2013 en la presentaci¨®n del proyecto Brain. Son 4.500 millones de d¨®lares (unos 3.800 millones de euros) en 15 a?os para llegar al rinc¨®n m¨¢s desconocido de la naturaleza: nuestro cerebro. Los 86.000 millones de neuronas formando una tupida red que Ram¨®n y Cajal defini¨® como ¡°selvas impenetrables¡±. Un n¨²mero del orden de magnitud del de estrellas en la V¨ªa L¨¢ctea (unos 200.000 millones) con un funcionamiento del que sabemos tan poco como del espacio exterior. El s¨ªmil astrof¨ªsico no es gratuito. Ana Maiques y su socio, el f¨ªsico Giulio Ruffini, formaron en 2001 Starlab, que aplicaba la f¨ªsica a la investigaci¨®n del cerebro y el espacio en el Observatorio Fabra de Barcelona. Un viaje que termina en Boston, al otro lado del Atl¨¢ntico, para crear observatorios digitales para mirar las neuronas.
Acurable y Neuroelectrics forman parte de la revoluci¨®n tecnol¨®gica que vive la salud. ?rganos artificiales como el p¨¢ncreas que desarrolla el m¨¦dico Eduardo Jorgensen y su empresa, Medicsen; inteligencia artificial aplicada al an¨¢lisis de historias cl¨ªnicas como la que utiliza la start-up madrile?a Savana; big data para la detecci¨®n temprana del c¨¢ncer como hace la vallisoletana Amadix, o exoesqueletos que permiten a ni?os con par¨¢lisis recuperar la movilidad como Atlas 2030, desarrollado por Elena Garc¨ªa Armada, investigadora del CSIC y fundadora de Marsi Bionics. Mejoras exponenciales que la tecnolog¨ªa est¨¢ aportando a la salud tratando la enfermedad con un enfoque multidisciplinar. ¡°Nosotros estudiamos el cerebro como un gran circuito el¨¦ctrico. Aplicamos la f¨ªsica y las matem¨¢ticas para entender un sistema fisiol¨®gico. En nuestro equipo hay bi¨®logos, f¨ªsicos, ingenieros y m¨¦dicos¡±, afirma Maiques. Y es que esa catedral que dejaremos crece como un bazar: plural, abierto, diverso, complejo y vivo.
Salvar el planeta
Tras un a?o centrados en el reto m¨¢s urgente del ¨²ltimo siglo, no podemos perder de vista el m¨¢s importante: la emergencia clim¨¢tica. Hay innovaciones que buscan ayudar en el camino hacia el a¨²n lejano horizonte de la descarbonizaci¨®n. Como explica Pablo Vidarte, fundador de Bioo, ¡°el cambio hacia un futuro m¨¢s verde tiene a la sostenibilidad como eje central y a la tecnolog¨ªa como poderosa herramienta¡±. Fund¨® su primera empresa a los 16 a?os y lo tiene claro: ¡°La ¨¦poca de las start-ups ego¨ªstas pas¨®, necesitamos soluciones innovadoras que mejoren la calidad de vida. Nosotros lo hacemos fusionando naturaleza y tecnolog¨ªa con interruptores biol¨®gicos o bater¨ªas que se enchufan al suelo para generar electricidad a partir de la vegetaci¨®n¡±. Su objetivo es transformar las ciudades y la agricultura. Si las plantas pueden generar energ¨ªa para alimentar dispositivos y sensores de las ciudades inteligentes, la presencia de m¨¢s zonas verdes ser¨ªa imprescindible. El sue?o de una urbe en la que su vegetaci¨®n alimenta sus servicios ciudadanos a¨²na como pocas esa visi¨®n europea del futuro digital y sostenible. En la agricultura, cada vez m¨¢s sensorizada para optimizar los recursos, una fuente de alimentaci¨®n natural, gratuita y sin necesidad de reemplazo ofrece infinitas posibilidades.
Las energ¨ªas renovables son el eje de multitud de proyectos de innovaci¨®n tecnol¨®gica. Rated Power, en Madrid, desarrolla software para acelerar la construcci¨®n de plantas solares. Las baldosas fotovoltaicas de la sevillana Solum utilizan la energ¨ªa del astro rey para alimentar bicicletas y patinetes o motos el¨¦ctricas de reparto como las de la tambi¨¦n sevillana Scoobic o la vizca¨ªna Nuuk Mobility. Todas ellas pueden utilizar cargadores de Wallbox, fabricante espa?ol que lidera el mercado mundial. Pero el impacto ambiental del transporte no es solo un problema de las ciudades ni son solo los veh¨ªculos con ruedas los que contaminan. ¡°El Banco Mundial calcula que un solo gran buque de transporte mar¨ªtimo produce tanto azufre como 50 millones de autom¨®viles. Antes de la entrada en vigor de la regulaci¨®n de 2020, los 16 mayores buques del mundo quemando fuel¨®leo emit¨ªan m¨¢s di¨®xido de azufre que todos los coches del planeta juntos¡±, explica Cristina Aleixendri, cofundadora y COO de Bound4blue.
El conjunto de la industria naval, que se qued¨® fuera de los Acuerdos de Par¨ªs, es responsable de aproximadamente el 2,2% de todas las emisiones mundiales de gases contaminantes, con unos 800 millones de toneladas al a?o. ¡°No somos conscientes de la relevancia del transporte mar¨ªtimo. Si miramos a nuestro alrededor, casi todo lo que vemos estuvo alguna vez en un barco. Como producto terminado o como materia prima para fabricarse, en alg¨²n momento, surc¨® los oc¨¦anos¡±, apunta Aleixendri. Su propuesta para hacerlo m¨¢s sostenible es volver a utilizar el viento, el m¨¢s tradicional de los m¨¦todos de navegaci¨®n.
Cuando era ni?a, no le gustaban las matem¨¢ticas, pero le explicaron que pod¨ªan servir para cambiar el mundo. Buscando esas profesiones, escribi¨® desde su Hotmail a la NASA para preguntar. F¨ªsicas, matem¨¢ticas e ingenieras de cualquier nacionalidad ser¨ªan bienvenidas, contestaron los de Houston. Se decidi¨® por la tercera y acab¨® encontrando en la ingenier¨ªa esos problemas que le encanta resolver. Dise?ando barcos generadores de hidr¨®geno, ella y sus socios concibieron una vela aerodin¨¢mica capaz de reducir el consumo de combustible hasta un 30% en todo tipo de barcos. La primera de ellas ya surca los oc¨¦anos, la segunda impulsar¨¢ este a?o La Naumon, el barco de La Fura dels Baus. ¡°Las velas que dise?amos en Bound4blue se parecen m¨¢s a la cola de un avi¨®n. Son dispositivos aerodin¨¢micos que aprovechan diferencias de presi¨®n para propulsar el barco¡±. Son aut¨®nomas. Un sistema inform¨¢tico y un conjunto de sensores controlan y manejan la vela para obtener la m¨¢xima propulsi¨®n. El siguiente paso, volver a la idea de partida. Las velas son uno de los elementos de un sistema de generaci¨®n limpia de hidr¨®geno: barcos con velas aerodin¨¢micas y turbinas sumergidas capaces de producir el que muchos consideran el combustible del futuro. Para conseguirlo es importante la inversi¨®n p¨²blica pero tambi¨¦n privada, subraya: ¡°Los fondos de capital riesgo europeos pecan precisamente de no asumir riesgos. Les asusta el dinero y, sobre todo, el tiempo que estos proyectos necesitan¡±. La apuesta por una industria sostenible es clave para construir la prosperidad en el medio y largo plazo.
Sostenibilidad, siempre
La tecnolog¨ªa es una herramienta fundamental para avanzar en los objetivos de desarrollo sostenible. Pero su implantaci¨®n no es neutra en lo que a estos objetivos se refiere. La tecnolog¨ªa tiene sesgos, crea brechas, automatiza la desigualdad y favorece modelos de consumo poco responsables. Hoy, multitud de instituciones, colectivos y comunidades tratan de combatir estos efectos. Quiz¨¢s uno de los menos conocidos es el impacto en el medio ambiente. Sirva un ejemplo: una sola transacci¨®n en bitcoin, esa criptomoneda de la que todo el mundo habla y casi nadie entiende, consume m¨¢s energ¨ªa que un hogar medio en una semana. Con m¨¢s de 300.000 transacciones al d¨ªa, el bitcoin usa m¨¢s electricidad que pa¨ªses enteros como Irlanda o Marruecos. Esa es solo una de las aplicaciones de los centros de datos. Enormes edificios llenos de servidores. Salas de m¨¢quinas que son a la transformaci¨®n digital lo que las f¨¢bricas fueron a la industrial. Suponen ya m¨¢s del 1% del consumo el¨¦ctrico mundial. Especialmente en Asia, consumen energ¨ªa generada en centrales t¨¦rmicas muy contaminantes. Es urgente reducir su consumo, sobre todo las ingentes cantidades de energ¨ªa que necesitan para refrigerar los equipos electr¨®nicos.
Una empresa barcelonesa parece haber encontrado una soluci¨®n: enfriamiento por inmersi¨®n. ¡°Sumergir los equipos en un fluido biodegradable no conductor el¨¦ctrico permite ahorrar el 90% de la energ¨ªa de refrigeraci¨®n¡±, explica Daniel Pope, fundador y consejero delegado de Submer, otro emprendedor precoz. A los 16 a?os ya ofrec¨ªa servicios de alojamiento web en su casa. Lleg¨® a alojar 20.000 en distintos centros de datos. Siempre pens¨® que ten¨ªa que haber otra manera de atajar el gasto energ¨¦tico de la refrigeraci¨®n. Hoy ¡°su manera¡± la utilizan supercomputadores y grandes centros de datos en m¨¢s de 20 pa¨ªses. ¡°Si no hacemos nada, el impacto global en sostenibilidad ser¨¢ nefasto¡±, alerta. ¡°Son fundamentales los modelos de econom¨ªa circular que surgen de aprovechar la energ¨ªa calor¨ªfica generada¡±. El coraz¨®n de la digitalizaci¨®n tambi¨¦n puede ser verde.