Fabrizio Romano, el or¨¢culo italiano del mercado de fichajes de f¨²tbol
En el f¨²tbol, la rumorolog¨ªa en torno a los traspasos de jugadores es una obsesi¨®n creciente para infinidad de hinchas. Es un g¨¦nero informativo en s¨ª mismo donde reina este joven napolitano.
La tramoya emocional que sujeta el f¨²tbol suele estar hecha de aspiraciones y deseos. Pero hay una categor¨ªa menor, una filial de ese universo, basada fundamentalmente en los sue?os. El calciomercato, una de las principales adicciones de los hinchas cuando se vac¨ªan las gradas en verano, surge de esa grieta entre el final de temporada y el comienzo de la siguiente. Una difusa frontera entre la imaginaci¨®n y la realidad donde los clubes preguntan, hacen ofertas, intentan rearmarse con nuevos jugadores y terminan fichando lo que pueden permitirse. Lo sorprendente es que en ese tiempo los ...
La tramoya emocional que sujeta el f¨²tbol suele estar hecha de aspiraciones y deseos. Pero hay una categor¨ªa menor, una filial de ese universo, basada fundamentalmente en los sue?os. El calciomercato, una de las principales adicciones de los hinchas cuando se vac¨ªan las gradas en verano, surge de esa grieta entre el final de temporada y el comienzo de la siguiente. Una difusa frontera entre la imaginaci¨®n y la realidad donde los clubes preguntan, hacen ofertas, intentan rearmarse con nuevos jugadores y terminan fichando lo que pueden permitirse. Lo sorprendente es que en ese tiempo los aficionados est¨¢n dispuestos a creer lo que haga falta, como si fueran ni?os. El periodismo siempre fue en esos periodos una clasificaci¨®n de rumorolog¨ªa que colmaba el vac¨ªo interior de tantos durante los parones vacacionales. Pero hace alg¨²n tiempo, un napolitano con buenos contactos decidi¨® poner orden convirti¨¦ndose en la referencia mundial de este fen¨®meno. Si lo dice ¨¦l, es cierto.
Fabrizio Romano (N¨¢poles, 29 a?os) tiene m¨¢s de 8 millones de seguidores en Twitter y 7,2 millones en Instagram, cifras solo al alcance de superestrellas. Habla cinco idiomas y su voz se ha convertido en la sentencia definitiva en el vaporoso mundo de los fichajes, un g¨¦nero period¨ªstico con cada vez m¨¢s adeptos. ¡°En Italia es el pan de cada d¨ªa. Te paran por la calle. Y ya no te preguntan por un resultado, por un pron¨®stico. La gente quiere saber cu¨¢nto pagar¨¢ un club a determinado jugador. Est¨¢n enamorados del calciomercato porque saben que puede suceder cualquier cosa. Se van a dormir pensando que un jugador va al equipo rival y cuando se levantan ha fichado por el suyo. Est¨¢ todo ligado a la dimensi¨®n de los sue?os. Antes los aficionados iban al quiosco esperando encontrar al jugador que quer¨ªan en la primera p¨¢gina del peri¨®dico. Ahora se ha pasado a la obsesi¨®n de obtener noticias diarias de ese jugador, aquella cl¨¢usula, el salario¡ Quieren saberlo todo, incluso asuntos que no son interesantes. Al final, son elementos que ayudan a creer en algo que quieres que suceda¡±, explica en una conversaci¨®n telef¨®nica desde su casa en Mil¨¢n.
Romano, que conserva un cierto acento napolitano, fue un ni?o prodigio cuando esta profesi¨®n era capaz de aportar pocas certidumbres. A los 17 a?os, escrib¨ªa en una peque?a web y un aspirante a agente que sobreviv¨ªa como camarero en un bar cercano a la Mas¨ªa del Bar?a le llam¨® una tarde. El tipo quer¨ªa que publicase una historia sobre dos perlas de la cantera azulgrana que pretend¨ªa representar: Mauro Icardi y Gerard Deulofeu. Romano cumpli¨® e hizo su primer amigo en este mundo. Un tipo que luego le dar¨ªa su primera gran exclusiva: el traspaso de Icardi a la Sampdoria y luego al Inter. Aqu¨ª comenz¨® su leyenda y un estilo de trabajo que han imitado luego decenas de especialistas en el mercado futbol¨ªstico. Un mundo tan adictivo que, para muchos, la temporada se convierte en ese relleno que los clubes se empe?an en colocar entre un mercato y otro. ¡°S¨ª, es un problema. La situaci¨®n ha enloquecido. Los tifosi han pasado de vivirlo como un sue?o a una obsesi¨®n. Muchas personas me mandan mensajes para saber cu¨¢nto ser¨¢ la cl¨¢usula de un determinado jugador dentro de tres a?os. Han empezado a vivir el f¨²tbol como si fueran parte de la directiva. A veces, cuando me preguntan por el precio final de una venta, les digo: ¡®Disfruta al jugador como aficionado, que no te quite el sue?o si ha costado uno o dos millones m¨¢s. Habr¨ªa que volver a algunos aspectos tradicionales del f¨²tbol¡±. Sin embargo, el espect¨¢culo en torno a los fichajes ha crecido tanto ¡ªv¨¦ase el circo medi¨¢tico en torno al supuesto fichaje de Mbapp¨¦ por el Real Madrid¡ª que lo que sucede en el terreno de juego, a veces, pasa a un segundo plano.
El mercato es emoci¨®n y tambi¨¦n adrenalina, se juega hasta el ¨²ltimo segundo. El agente de Diego Milito ¡ªhoy es el de Lukaku¡ª lanz¨® su contrato con el Inter de Milan por encima de la puerta de la oficina en 2008 cuando quedaban dos segundos para el cierre. En Espa?a sucedi¨® tambi¨¦n lo del fax del portero David de Gea y su frustrado fichaje por el Real Madrid cuando sonaba ya la campana. O lo de Rivaldo con el Bar?a, en el ¨²ltimo suspiro del 31 de agosto.
El fen¨®meno naci¨® en los a?os cincuenta. Futbolistas como Gigi Riva, que nunca abandon¨® el Cagliari pese al inter¨¦s de los grandes clubes italianos, fueron objeto de especulaci¨®n cada verano. La negociaci¨®n de Maradona, a?os m¨¢s tarde, fue ya retransmitida por la prensa, y el pase de Roberto Baggio a la Juve en 1990 provoc¨® disturbios en Florencia. Pero formalmente podr¨ªa decirse que este espect¨¢culo se lo invent¨® un se?or al que le gustaban mucho las se?oras y los coches r¨¢pidos. Se llamaba Raimondo Lanza di Trabia, fue un noble bastardo y presidente del Palermo. Sol¨ªa encontrarse en el lujoso hotel Gallia de Mil¨¢n con otros directivos. Y el vest¨ªbulo se convirti¨® en sede de todo tipo de transacciones de jugadores e instaur¨® la tradici¨®n de cerrar estas operaciones en los lobbies de la capital lombarda. Siempre cerca de la estaci¨®n central, de plaza de la Rep¨²blica o de la zona de Monte Napoleone. Seis o siete hoteles donde es f¨¢cil encontrar todav¨ªa a directores deportivos tomando caf¨¦ con un agente. Firmar y coger el siguiente tren. Y en ese lugar forj¨® tambi¨¦n su leyenda Romano.
N¨¢poles, claro, no era el mejor sitio para desarrollar su profesi¨®n. As¨ª que a los 18 a?os tuvo que mudarse solo a la capital lombarda para recorrerse los bares, cocteler¨ªas y lobbies donde los agentes reparten el pescado futbol¨ªstico con directivos de clubes. Sucede desde el 1 de junio hasta el 31 de agosto, tiempo en el que se cuece el principal mercado. ?l era entonces casi un ni?o, as¨ª que todos se fijaron en ¨¦l. ¡°En el calciomercato todo est¨¢ ligado a las relaciones personales con agentes, jugadores, intermediarios y directivos. Intento tener una relaci¨®n muy humana con esas personas. Que no sea solo una relaci¨®n para pedir cosas. Cuando cierra el mercado, viajo a los partidos de Champions League. El d¨ªa 23 de diciembre dedico la tarde a llamar a todo el mundo para felicitar la Navidad. Es importante tener una relaci¨®n de confianza¡±.
El equilibrio y la promiscuidad con las fuentes siempre son complicados. Porque tantos fichajes dependen, justamente, del secreto en el que se desenvuelva la negociaci¨®n. Romano ha logrado convertirse en un elemento m¨¢s del proceso y no ser visto como un cuerpo extra?o que pueda mandar al garete un fichaje de decenas de millones de euros. Porque, m¨¢s all¨¢ de la idea de los sue?os, detr¨¢s de cada contrataci¨®n hay una planificaci¨®n deportiva que puede comprometer el ¨¦xito del club. Ah¨ª est¨¢n este a?o los fichajes de Haaland por el M¨¢nchester City o la renovaci¨®n de ?Mbapp¨¦ con el PSG. ¡°Saben que conmigo ser¨¢n respetados. Prefiero no llegar primero a una noticia que arruinar la relaci¨®n con una fuente o perder el respeto de un club o un agente. Y lo han entendido todos. Y eso ayuda mucho, porque se f¨ªan de ti y te cuentan las cosas con antelaci¨®n¡±.
Romano, sin embargo, tambi¨¦n defiende el negocio, crecido en los ¨²ltimos a?os al calor de las descomunales comisiones que est¨¢n convirtiendo el f¨²tbol en una burbuja autodestructiva para los clubes (las cifras de los contratos de Haaland o ?Mbapp¨¦ hablan por s¨ª solas). El poder que han adquirido agentes como el fallecido Mino Raiola o Jorge Mendes es tremendo. Pero m¨¢s preocupante parece la irrupci¨®n de comisionistas de todo pelaje. ¡°Es f¨¢cil decir que los agentes son el diablo y que los hinchas les ataquen porque son terceras partes del juego. Y s¨ª, puede haber un problema de reglamentaci¨®n, que tengan mucho poder. Pero muchas veces estas historias llegan de los clubes, que esconden que casi siempre son ellos quienes necesitan a los agentes y les pagan esas comisiones alt¨ªsimas porque quieren traer a toda costa a un jugador y no saben c¨®mo hacerlo¡±.
El mundo de Fabrizio Romano es una mezcla de medios tradicionales y redes sociales. A los 19 a?os, empez¨® a trabajar en la cadena Sky y escribe para cabeceras internacionales como The Guardian. Luego comenz¨® a explotar su magnetismo en redes para dar sus noticias y monetizar la publicidad de sus transmisiones. Cada vez que debajo de un post escribe ¡°Here we go¡± [all¨¢ vamos], significa que el acuerdo de turno est¨¢ cerrado. ?El dinero? ¡°Mantengo las noticias gratis. Para m¨ª es sagrado. Aunque tenga 300 millones de followers. Cuando se paga por algo, debes tener el 100% de garant¨ªas de que es bueno, aunque sea un caf¨¦. Y en el calciomercato no puedes tenerla. Un jugador puede cambiar de idea en un segundo. Y hacer pagar por eso ser¨¢ siempre equivocado¡±. Visto as¨ª, puede que su informaci¨®n sea lo ¨²nico gratuito en el calciomercato.