Dentro de la gran convenci¨®n de Twitch en ?msterdam, la plataforma que ha revolucionado el entretenimiento ¡®online¡¯

Cada mes, m¨¢s de ocho millones de personas se filman en vivo en Twitch. La plataforma de transmisiones en directo, que pertenece a Amazon, ya compite con los medios tradicionales: en Espa?a, las uvas el a?o pasado las retransmiti¨® en este medio...

Cada mes, m¨¢s de ocho millones de personas se filman en vivo en Twitch. La plataforma de transmisiones en directo, que pertenece a Amazon, ya compite con los medios tradicionales: en Espa?a, las uvas el a?o pasado las retransmiti¨® en este medio Ibai Llanos, que super¨® en visitas a TVE. Los streamers espa?oles son, por cierto, referentes internacionales. En el alfabeto idiosincr¨¢tico de Twitch hay una sigla que se repite para puntualizar: IRL, in real life, en la vida real. Nada m¨¢s pisar Twitch Con, su mayor evento en Europa que se celebr¨® en julio en ?msterdam, a uno se le cruzan cientos de personas que comen, bostezan y charlan con una c¨¢mara encendida al hombro, la portan cual loro. En la ceremonia inaugural, el p¨²blico celebra el carisma de la presentadora, que gesticula con aires de televisi¨®n americana, r¨ªe con el resumen de los momentos virales del a?o y aplaude ante las nuevas herramientas que anuncia el CEO, Emmett Shear. A los pocos segundos, vierten esos mismos gestos en sus m¨®viles, sirvi¨¦ndose de emojis de corazones y manos alzadas.

Twitch celebra sus dos mejores a?os. Los creadores, aplaude Emmett Shear, no han dejado de entremezclar los videojuegos con maquillaje y pol¨ªtica, deporte y m¨²sica, o charlas. Desde las gradas hasta las inmediaciones del recinto, los m¨¢s de 10.000 asistentes dan prueba de ello. DEP al friki vamp¨ªrico y asocial. En este circo de cabellos tintados ¡ªde lilas, verdes, caobas¡ª, los ch¨¢ndales se cruzan con los trajes de iconos manga, y las sandalias de moda con las camisetas de Fortnite.

La plataforma naci¨® con pretensiones de Gran Hermano bajo el nombre de Justin TV. Entre broma y broma, Shear y su amigo Justin decidieron grabar a este ¨²ltimo las 24 horas, los siete d¨ªas de la semana, ¡°incluso en el cuarto de ba?o¡±, como reza su eslogan. Se percataron del fil¨®n que supondr¨ªa abrir la plataforma a que otros subieran su contenido. Result¨® que lo que m¨¢s gustaba a la audiencia era ver a otros jugar a videojuegos. Desde entonces, en paralelo con la profesionalizaci¨®n de los e-sports, Twitch se ha convertido en el referente del recreo electr¨®nico. En Espa?a fue la octava p¨¢gina m¨¢s visitada en 2021, seg¨²n la clasificaci¨®n de Alexa, otra empresa de Amazon.

La pandemia termin¨® por convertir a este gigante en algo casi inclasificable: su contenido no relacionado con videojuegos creci¨® un 60% en 2021. Como explica el streamer mexicano Zilverk, autor de un canal de videojuegos que arranc¨® hace ocho a?os y hoy se asimila m¨¢s a un show de comedia: ¡°Yo tengo que hacer una novela para que mi comunidad se entretenga y quiera venir a la ma?ana siguiente. Las personas que tienen m¨¢s seguidores hoy no han alcanzado tanto el ¨¦xito por el videojuego, sino por sus eventos¡±. La velada de boxeo organizada y retransmitida por Ibai Llanos en su canal bati¨® en mayo el r¨¦cord de audiencias de Twitch (3,3 millones de dispositivos conectados simult¨¢neamente).

El d¨ªa en el Twitch Con avanza hasta culminar con los brillos, los labios contra¨ªdos en playback y las roturas de rodilla de un drag show, s¨ªmbolo de una comunidad que habla con naturalidad sobre temas LGTBI mientras destruye bloques en Minecraft. Hay puestos de maquillaje y de arte manga. Y juegos, muchos juegos. Los hay de mesa y retro. Algunos recrean los escenarios m¨ªticos del cosmos virtual, y otros simulan el sal¨®n de una casa, el metatexto cotidiano que abraza al cibernauta.

La entrada a la convenci¨®n cuesta 65 euros por d¨ªa. Y aun as¨ª, se ven situaciones como la de una pareja de alemanes que debe llevar como m¨ªnimo dos horas apalancada en uno de los sof¨¢s. ?Por qu¨¦ han pagado para estar aqu¨ª tirados? ¡°Un partido de baloncesto tambi¨¦n puedes verlo en tu casa, pero te gusta ir al estadio, ?no?¡±, aseveran. ¡°La comunidad es la cualidad m¨¢gica m¨¢s especial de Twitch¡±, asegura Damian Burns, su vicepresidente: ¡°El p¨²blico y los creadores son uno, y la comunidad es como el abono a un equipo de f¨²tbol. Est¨¢s en cada partido y estableces una relaci¨®n¡±. Suena a clich¨¦ promocional, pero lo cierto es que las reuniones espont¨¢neas brotan por todo el recinto como setas. Entre los planes de futuro de la plataforma est¨¢ potenciar los encuentros presenciales que idean los propios streamers.

Quiz¨¢s sea errada la estampa del ni?o que oculta su timidez tras una pantalla; quiz¨¢s el zeitgeist del siglo XXI trae otras formas de diversi¨®n que van m¨¢s all¨¢ de las hasta hoy aceptadas casi como universales, y en ellas se puede acoger a solitarios y descastados. Para el streamer italiano Pow3r TV, Twitch es su familia: el refugio al que acudi¨® cuando ten¨ªa pocos amigos. Algo similar a lo que cuenta Perxitaa, uno de los streamers espa?oles m¨¢s conocidos que hace 10 a?os aborrec¨ªa la televisi¨®n normal y ahora sale en un anuncio para Movistar: ¡°Es muy bonito convertirse en un referente para gente que tiene sus problemas y durante unas horas se puede evadir y crear comunidad¡±.

La ¨²ltima jornada es un resumen del d¨ªa a d¨ªa twitcheriano. Minecraft Rivals representa el coraz¨®n gamer. Como en una arena romana con revestimiento gal¨¢ctico, compiten varios equipos mixtos, sentados en despachos morados. Son aupados o sepultados por los chillidos del p¨²blico y los comentarios online. Le sucede otra competici¨®n. Esta vez, con retos en la vida real, tipo feria de toda la vida. Las pruebas incluyen acertar a meter objetos en unas ollas. Con contador y comentaristas profesionales. Esto es lo m¨¢s parecido a una mezcla entre la m¨¢s pura sociedad del entretenimiento y el metaverso.