Maradona, libros de culto y psicoan¨¢lisis: el piso de Sof¨ªa Achaval, una argentina en Par¨ªs
La dise?adora vive en este apartamento del barrio de Saint-Germain-des-Pr¨¦s rodeada de los libros de Gallimard, la legendaria editorial fundada por el bisabuelo de su marido. El psiquiatra Jacques Lacan ten¨ªa su consulta en otro apartamento del mismo edificio.
Cuando era ni?a, en el Buenos Aires de los a?os ochenta, a Sof¨ªa Achaval le gustaba disfrazarse y maquillarse, inventar personajes. Su hermana mayor coleccionaba ejemplares de Vogue y ella miraba tambi¨¦n la revista argentina Para Ti. ¡°Conoc¨ªa los nombres de todas las modelos y los dise?adores¡±, sonr¨ªe. Pasaba tardes enteras en casa de su t¨ªa abuela. Francesa y sin hijos, era una mujer con especial sensibilidad para los colores y la decoraci¨®n. ¡°Todo era celeste, azul, terciopelo¡±, describe Achaval. ¡°Ten¨ªa una ropa incre¨ªble: unos tapados, unos bijous, unos make-ups¡±. La t¨ªa abuela viv¨ªa en un ...
Cuando era ni?a, en el Buenos Aires de los a?os ochenta, a Sof¨ªa Achaval le gustaba disfrazarse y maquillarse, inventar personajes. Su hermana mayor coleccionaba ejemplares de Vogue y ella miraba tambi¨¦n la revista argentina Para Ti. ¡°Conoc¨ªa los nombres de todas las modelos y los dise?adores¡±, sonr¨ªe. Pasaba tardes enteras en casa de su t¨ªa abuela. Francesa y sin hijos, era una mujer con especial sensibilidad para los colores y la decoraci¨®n. ¡°Todo era celeste, azul, terciopelo¡±, describe Achaval. ¡°Ten¨ªa una ropa incre¨ªble: unos tapados, unos bijous, unos make-ups¡±. La t¨ªa abuela viv¨ªa en un edificio porte?o haussmaniano, el urbanismo t¨ªpico parisiense del siglo XIX. ¡°Era como estar en Par¨ªs¡±, dice.
Otro objeto de fascinaci¨®n, en la misma ¨¦poca, eran los gauchos: los hombres del campo que vest¨ªan con sombreros de fieltro, bombachas, cinturones decorados llamados rastras. Los ve¨ªa durante los fines de semana y las vacaciones en la propiedad familiar en La Pampa. ¡°Desde chica pensaba: ¡®?Qu¨¦ elegancia! ?Qu¨¦ estilo!¡±, recuerda.
A los 22 a?os, aterriz¨® en Par¨ªs para estudiar moda en el prestigioso Studio Ber?ot. Entonces le ocurrieron dos cosas inesperadas. La primera fue que nada le parec¨ªa ex¨®tico en Par¨ªs. Se sent¨ªa en casa. Las calles, las casas, incluso los rituales de la alta burgues¨ªa y de la alta intelectualidad: nada era nuevo para ella. Saint-Germain-des-Pr¨¦s no quedaba tan lejos de La Recoleta. La segunda cosa inesperada fue que, cuando paseaba vestida al estilo gauchesco, los j¨®venes parisienses la paraban y le dec¨ªan: ¡°Quiero este pantal¨®n, este poncho, este bombacho¡±.
El desenlace era inevitable. Cuando, en 2018, y despu¨¦s de trabajar para otros en el mundo de la alta costura y las revistas de moda, Sof¨ªa Achaval cre¨® la marca ?cheval junto a Lucila Sperber, lo que surgi¨® era un compendio de toda esta historia y esta geograf¨ªa. ?cheval es un juego de palabras con el apellido de Sof¨ªa y la locuci¨®n que en franc¨¦s significa ¡°a caballo¡±. La marca convoca las vivencias infantiles y los sue?os de cruzar el charco. Es el esp¨ªritu de los gauchos ¡ªfabrican en Uruguay¡ª en rara alquimia con la ¨¦lite de la moda: Mil¨¢n, sede del showroom de ?cheval donde presentan las colecciones; y Par¨ªs, campamento base de la cofundadora. ¡°Para m¨ª el estilo gauchesco siempre fue una inspiraci¨®n¡±, afirma. ¡°Con Lucila, ten¨ªamos la idea de que hab¨ªa que hacer algo con esto, tan fuerte y tan nuestro. El mundo lo quiere. Nosotras lo transformamos de una manera contempor¨¢nea¡±.
Sof¨ªa Achaval lo cuenta en un sof¨¢ del apartamento de la rive gauche de Par¨ªs donde vive con su marido, el escritor Thibault de Montaigu, y sus hijos, Tadzio y Paloma. Vogue la ha descrito como ¡°una figura botticelliana con cabellos color trigo¡±. Hoy lo ¡°botticelliano¡± se mezcla con lo ¡°maradoniano¡±: el d¨ªa que la visitamos, lleva una camiseta del Boca Juniors, marca ?cheval, con el 10 de Diego Armando Maradona. ¡°?Fan¨¢tica de Maradona!¡±, proclama. Paseamos por la casa: las estanter¨ªas con las colecciones de La Pl¨¦iade de Gallimard, la editorial fundada por el bisabuelo materno de Thibault. Las fotos de la boda en Uruguay, ella vestida de Christian Lacroix (antes se hab¨ªan casado por lo civil en Saint-Tropez). El luminoso ventanal que da al casta?o del patio interior.
En otro apartamento del mismo edificio tuvo su consulta Jacques Lacan, pope del psicoan¨¢lisis. En el pasillo colgaba El origen del mundo, la famosa pintura en la que Gustave Courbet retrat¨® el primer plano del sexo de una mujer. Ahora se expone en el Museo de Orsay, a cuatro pasos de aqu¨ª. En la calle una placa indica: ¡°Lacan practic¨® aqu¨ª el psicoan¨¢lisis desde 1941 hasta su muerte¡±.
¡°Los argentinos se paran enfrente y tratan de entrar¡±, dice Achaval. Porque esta es, tambi¨¦n, una historia de psicoan¨¢lisis: argentino y franc¨¦s. La ¨²ltima novela de Thibault, La gracia, es autobiogr¨¢fica y cuenta una conversi¨®n al cristianismo. Todo empieza con una visita del narrador a una psicoanalista mientras vive con su familia en Buenos Aires. ¡°Yo tambi¨¦n me analizo¡±, confiesa Sof¨ªa. ¡°No me hab¨ªa analizado mucho en mi vida, solo de adolescente. Y ahora, de grande, me dieron ganas, pero m¨¢s que nada como una curiosidad y una investigaci¨®n personal. Como un viaje interno¡±.