Terrorismo rural
Las comunidades peque?as, maltratadas y descompuestas por la precariedad pueden fomentar lo mejor o lo peor del ser humano
La magn¨ªfica As bestas, de Rodrigo Sorogoyen, sigue cosechando triunfos (el ¨²ltimo, hasta el momento en que escribo esto, el C¨¦sar franc¨¦s a la mejor pel¨ªcula extranjera). Como saben, la historia est¨¢ basada en un crimen real sucedido en 2010 en una aldea gallega. Martin Verfondern, holand¨¦s nacionalizado espa?ol, fue asesinad...
La magn¨ªfica As bestas, de Rodrigo Sorogoyen, sigue cosechando triunfos (el ¨²ltimo, hasta el momento en que escribo esto, el C¨¦sar franc¨¦s a la mejor pel¨ªcula extranjera). Como saben, la historia est¨¢ basada en un crimen real sucedido en 2010 en una aldea gallega. Martin Verfondern, holand¨¦s nacionalizado espa?ol, fue asesinado por un miembro de la ¨²nica otra familia que habitaba en el pueblo. La principal causa del encono fue la negativa de Martin a vender a una compa?¨ªa energ¨¦tica el derecho a instalar molinos e¨®licos. Antes de que lo mataran, Martin sufri¨® diversos ataques y amenazas de lo que ¨¦l denomin¨® en un v¨ªdeo ¡°terrorismo rural¡±.
As bestas refleja libremente pero con fuerza sobrecogedora ese ambiente claustrof¨®bico, violento y aterrador. Algunas personas han criticado la pel¨ªcula diciendo que es una visi¨®n peyorativa del campo hecha por gente de ciudad, una opini¨®n con la que no puedo estar m¨¢s en desacuerdo. Hay una escena central en el filme, un largo parlamento del colosal actor Luis Zahera, que te hace entender las razones de la rabia que le tienen al extranjero; la verdad de la dur¨ªsima vida rural, del abandono en el que viven, de la total ignorancia con la que, en efecto, miramos el campo desde la ciudad. De hecho, sostener que la pel¨ªcula es una visi¨®n peyorativa de lo rural me parece precisamente una muestra de esa ignorancia; un topicazo m¨¢s en la antigua tradici¨®n del menosprecio de corte y alabanza de aldea.
El mundo rural es diverso y est¨¢ muy herido. Esta Espa?a vac¨ªa, como dec¨ªa Sergio del Molino, tiene agonizantes pueblos remotos que atraviesan una situaci¨®n social y cultural tan extrema que puede suceder cualquier cosa. Lara Pedregal es una mujer de 46 a?os que reside desde hace cuatro en una diminuta aldea con tan solo tres habitantes (ella y un matrimonio vecino) en el concejo asturiano de Teverga. Es fil¨®loga y ten¨ªa un herbolario en Gij¨®n, pero lo dej¨® todo para atender durante tres a?os y medio a su padre, enfermo con un tumor muy destructivo. Cuando muri¨® el padre se traslad¨® a la casa de la aldea, de propiedad familiar, en donde vive en condiciones econ¨®micas muy austeras, cuidando ancianos a domicilio. Adem¨¢s es animalista, una postura valiente y muy dif¨ªcil en un entorno cada vez m¨¢s extremista y alborotado (cazadores y ganaderos andan en pie de guerra en toda Espa?a por la reciente inclusi¨®n del lobo dentro de las especies protegidas, entre otras cosas). No obstante, Lara dice que, salvo un incidente aislado que ocurri¨® hace tres a?os y medio a causa de un caballo herido, no ha tenido roces ni discusiones con la gente de la zona, aunque en sus redes, como es natural, exponga sus ideas animalistas. Pero una noche del pasado mes de enero, a la una de la madrugada, la perra de Lara empez¨® a ladrar. Y a la ma?ana siguiente, cuando sali¨® de casa, la mujer encontr¨® su coche cubierto de grandes pintadas que dec¨ªan: ¡°No lobos no zorras caza s¨ª¡±,
La min¨²scula aldea de Lara est¨¢ en lo alto del monte ¡°y que en mitad de la noche suba alguien hasta aqu¨ª para hacerte eso te hace pensar que es alguien que no est¨¢ muy bien¡±, me dice por tel¨¦fono. El periodista Chema Ord¨®?ez sac¨® un reportaje sobre el hecho en La Nueva Espa?a y un medio digital procaza tambi¨¦n se hizo eco diciendo cosas como que Lara discute a menudo y presenta denuncias contra sus vecinos: ¡°Es absolutamente falso. Cualquiera puede ir a comprobar con la Guardia Civil que la ¨²nica denuncia que he puesto es la de las pintadas en mi coche. Yo no me meto con nadie, hago mi vida intentando no molestar a nadie. Adem¨¢s, mi padre era cazador y mis hermanos son cazadores y pescadores, entiendo el elemento emocional que hay detr¨¢s y en cierta medida respeto a quien lo hace dentro de los l¨ªmites legales¡±.
Tuvo que quitar ella misma la pintura de su viejo pero imprescindible Skoda; tard¨® dos semanas y se dej¨® las manos destrozadas. Me la imagino all¨¢ arriba en el monte, sola, recuerdo As bestas y se me pone mal cuerpo. ¡°Me da fortaleza cierta formaci¨®n human¨ªstica. Me refugio en los libros¡±. Las comunidades peque?as, maltratadas y descompuestas por la precariedad pueden fomentar lo mejor del ser humano, la cohesi¨®n y la ayuda mutua como forma de supervivencia, o pueden dar lugar a la desesperaci¨®n, la rabia linchadora y la brutalidad ciega. Este campo feroz tambi¨¦n existe.