Quesos solidarios, adolescentes sin red y los desvelos del exdirector del instituto de Llanes
Mientras era profesor de instituto, ?ngel ?lvarez Holguera colabor¨® con la Asociaci¨®n El Patiu para cuidar de los alumnos expulsados. Ahora impulsa Inserta Patiu, una queser¨ªa de inserci¨®n para adultos
Dicen que el queso es bueno para los huesos y ayuda a fortalecer el sistema inmunol¨®gico, pero tambi¨¦n puede venir bastante bien para la reinserci¨®n social de personas en riesgo de exclusi¨®n, por ejemplo, en una comarca asturiana envejecida, con poblaci¨®n dispersa y falta de oportunidades para aquellos que m¨¢s necesitan que les echen una mano. As¨ª lo que cree firmemente ?ngel ?lvarez Holguera, que cuenta que cuando dirig¨ªa el instituto p¨²blico de Llanes se le part¨ªa el alma cada vez que ten¨ªa que firmar la expulsi¨®n de alg¨²n alumno por mal comportamiento; ?en qu¨¦ demonios iba a mejorar en algo...
Dicen que el queso es bueno para los huesos y ayuda a fortalecer el sistema inmunol¨®gico, pero tambi¨¦n puede venir bastante bien para la reinserci¨®n social de personas en riesgo de exclusi¨®n, por ejemplo, en una comarca asturiana envejecida, con poblaci¨®n dispersa y falta de oportunidades para aquellos que m¨¢s necesitan que les echen una mano. As¨ª lo que cree firmemente ?ngel ?lvarez Holguera, que cuenta que cuando dirig¨ªa el instituto p¨²blico de Llanes se le part¨ªa el alma cada vez que ten¨ªa que firmar la expulsi¨®n de alg¨²n alumno por mal comportamiento; ?en qu¨¦ demonios iba a mejorar en algo dejar al adolescente en casa durante unos d¨ªas o unas semanas?, se preguntaba.
Aunque parezcan dos asuntos que no tienen nada que ver, est¨¢n perfectamente conectados en un camino que lleva a ?lvarez Holguera desde su despacho de director a la Queser¨ªa Bed¨®n, que el verano pasado se convirti¨® en Inserta Patiu, oficialmente la primera empresa de inserci¨®n social de la comarca del Oriente. Esto significa que, de sus seis trabajadores, dos -Gorka Santiago, de 45 a?os, y Julio G¨®mez, de 55- est¨¢n dentro de un programa formativo que trata de dar herramientas sociales y laborales a personas vulnerables.
Pueden parecer cifras modestas, pero gestos peque?os como estos, nacidos de iniciativas sociales, pueden marcar una gran diferencia en unos pueblos dispersos, con el 23% de la poblaci¨®n en riesgo de exclusi¨®n social, seg¨²n el ¨²ltimo Observatorio de Salud en Asturias, de 2019, que dice tambi¨¦n que un 18,5 de la poblaci¨®n no ha tenido a nadie que le ayudara cu¨¢ndo han necesitado apoyo para el cuidado de menores o personas dependientes o para hacer recados y gestiones.
Pero para empezar a conectar los puntos de esta historia hay que volver a ese despacho donde ?lvarez Holguera ¡ªprofesor santanderino de FP que en 1985 se sac¨® la oposici¨®n en Asturias y en 2007 se convirti¨® en director del instituto¡ª firmaba expulsiones mientras le daba vueltas a c¨®mo el sistema le est¨¢ fallando a los chicos que m¨¢s necesitan su ayuda, sobre todo, a esos que caen bajo el ep¨ªgrafe administrativo de trastornos graves de conducta. All¨ª apareci¨® un d¨ªa Jes¨²s Garc¨ªa Mor¨¢n, presidente de la Asociaci¨®n El Patiu, para hablarle de un programa con el que su ONG atiende precisamente a esos chicos durante los d¨ªas que est¨¢n expulsados, para que no se queden solos, en casa o por la calle.
Es f¨¢cil imaginar que la cosa le gust¨® al profesor, as¨ª que comenz¨® una colaboraci¨®n entre el instituto y la asociaci¨®n que se mantiene hasta hoy. Tal y como se puede comprobar un d¨ªa cualquiera de este curso que est¨¢ a punto de terminar, en el que tres muchachos expulsados charlan con una educadora en la sede del Patiu en Posada de Llanes, una de las 28 parroquias que componen el concejo. ¡°Cuando alguien me cae bien, me cae bien; pero cuando me cae mal, insulto¡±, contesta de forma un tanto cr¨ªptica una chica de 15 a?os sobre las razones de su castigo, mientras sus dos compa?eros, de 15 y 17, se encogen de hombros. Al principio de la ma?ana, han hecho una especie de juego de situaciones en los que trataban de resolver conflictos cotidianos con la ayuda de la monitora y ahora se disponen a lijar y pintar uno de los bancos de madera del jard¨ªn.
Tampoco sorprender¨¢ a nadie, llegados a este punto, que ?lvarez Holguera siguiera, una vez jubilado en 2016, colaborando con esta asociaci¨®n que, adem¨¢s, tiene otros dos programas para adolescentes vulnerables. Uno es preventivo, de atenci¨®n por las tardes (hacen actividades de ocio, refuerzo escolar), y el otro atiende ya todo el d¨ªa a ni?os y ni?as cuyas familias est¨¢n a punto de perder su tutela: solo van a casa a dormir, el resto del tiempo est¨¢n en la escuela o en con los trabajadores de la asociaci¨®n. ¡°En alg¨²n caso, les llevamos ya con el pijama puesto¡±, cuenta una de las trabajadoras de este programa que forma parte de los recursos de la red p¨²blica de Servicios Sociales del Gobierno de Asturias.
A ?lvarez Holguera lo que quitaba entonces el sue?o es qu¨¦ pasa con todos ellos cuando, a medida que van cumpliendo a?os, dejan de recibir este tipo de apoyos y los institutos les pierden de vista. Y as¨ª es como llegamos a la idea de poner en marcha una empresa de inserci¨®n que les acompa?e y les siga dando herramientas para la vida en la siguiente etapa del camino.
Al final, sin embargo, cuando por fin dieron con el negocio adecuado y convencieron a los due?os del Bed¨®n, una queser¨ªa con sus buenos 20 a?os de experiencia, de que les alquilara el negocio para montar Integra Patiu, la realidad se les ech¨® encima; vieron que hab¨ªa necesidades m¨¢s imperiosas que cubrir entre las generaciones m¨¢s talludas. Por eso, en este d¨ªa de marzo, Gorka Santiago, que tiene una discapacidad intelectual, es quien ocupa la plaza de integraci¨®n en la granja de cabras que dan la leche para hacer la mayor parte del queso. Y en la f¨¢brica, es Julio G¨®mez ¡ªcuya complicada biograf¨ªa le hace casi imposible encontrar cualquier otro trabajo¡ª quien se afana en remover y sacar los granos del futuro queso para apisonarlos en los moldes.
?lvarez Holguera, que asesora, como voluntario, en la redacci¨®n del plan econ¨®mico y en la promoci¨®n y venta de los quesos, admite que les est¨¢ costando sacar a flote el proyecto, hacerlo rentable, como primer paso para poder crecer y ayudar a m¨¢s gente, tal vez, algunos de esos j¨®venes que inspiraron la iniciativa. El fundamental apoyo de El Patiu, que funciona principalmente con subvenciones y convenios con la administraci¨®n, se est¨¢ viendo resentido estos d¨ªas por el retraso en los pagos del Gobierno de Asturias. Adem¨¢s, alcanzar las ventas que se hab¨ªan fijado como objetivo necesario ¡ªunos 1.400 kilos al mes¡ª les est¨¢ resultando m¨¢s dif¨ªcil de lo que esperaban.
As¨ª que les est¨¢n echando una mano aqu¨ª y all¨¢. Por ejemplo, un martes de mercado, un grupo de alumnos del ciclo de FP de Administraci¨®n y Finanzas ha colocado un puesto en el centro de Llanes para vender los quesos del Bed¨®n. ¡°Es un proyecto social. El 80% de los beneficios van para mejorar el negocio y el otro 20%, a la asociaci¨®n el Patiu. Tenemos queso de cabra, de vaca y mezcla¡±, cuenta una estudiante a todo el que tiene a bien pararse a escuchar en el puente de la plaza Barqueras. Est¨¢n ayudando a la queser¨ªa al mismo tiempo, pero se trata de un ejercicio de clase en el que trabajan la atenci¨®n al cliente y la redacci¨®n de facturas, explica su profesor, Miguel Rodr¨ªguez.
La actividad ha sido posible, claro, por la intermediaci¨®n de ?lvarez Holguera, que no solo sigue en contacto con su antiguo instituto -trata de poner en una red de apoyo al centro de profesores jubilados-, sino que sigue tratando de enmendar la ausencia de alternativas en el sistema educativo para aquellos chavales que en su d¨ªa tuvo que expulsar. LLeva a?os mandando cartas ¡ªa la anterior ministra de Educaci¨®n, Isabel Cela¨¢, al Gobierno de Asturias¡ª y reuni¨¦ndose con todos los partidos y sindicatos que quieran escucharle para reclamar programas espec¨ªficos, con profesores especializados y contenidos adaptados para los alumnos con trastornos graves de conducta. ¡°No se les da una alternativa. No se analizan las causas, que muchas veces tiene que ver con problemas familiares, sociales, econ¨®micos¡ ?Hasta los reclusos tienen programas de recuperaci¨®n!¡±, protesta.