Nos vamos a arrepentir
En el desencanto antidemocr¨¢tico que estamos viviendo tiene mucho que ver la falsa salida de la crisis de 2008
Lo peor es la ostentaci¨®n de su intransigencia, lo orgullosos que est¨¢n de mostrarse como unos energ¨²menos. Quiero decir que muchos de ellos quiz¨¢ tuvieran antes las mismas ideas, pero no las vociferaban de este modo. Ahora, en cambio, andan sacando pecho y d¨¢ndote con sus ideas en la cabeza todo el rato, metaf¨®rica y literalmente, porque son agresivos con el tono y con los modos, pero tambi¨¦n con los pu?os y los palos. Ya cont¨¦ en un art¨ªculo que hace un par de meses, en el Parque Warner de Madrid, Conchi y Gema, pareja y ma...
Lo peor es la ostentaci¨®n de su intransigencia, lo orgullosos que est¨¢n de mostrarse como unos energ¨²menos. Quiero decir que muchos de ellos quiz¨¢ tuvieran antes las mismas ideas, pero no las vociferaban de este modo. Ahora, en cambio, andan sacando pecho y d¨¢ndote con sus ideas en la cabeza todo el rato, metaf¨®rica y literalmente, porque son agresivos con el tono y con los modos, pero tambi¨¦n con los pu?os y los palos. Ya cont¨¦ en un art¨ªculo que hace un par de meses, en el Parque Warner de Madrid, Conchi y Gema, pareja y madres de dos ni?os de cinco y seis a?os, fueron golpeadas ante sus hijos por 15 cobardes al grito de ¡°puta bollera asquerosa de mierda¡±. Y en torno al Orgullo ha habido varias agresiones: en Madrid, en Murcia, en el Pa¨ªs Vasco, en Extremadura y Andaluc¨ªa¡ Algunos de los ataques han sido brutales y las v¨ªctimas acabaron en el hospital. En cuanto al tema de las mujeres, qu¨¦ decir. Ah¨ª tenemos a Carlos Flores, el candidato de Vox a la presidencia de la Generalitat Valenciana, que fue condenado a un a?o de c¨¢rcel por ¡°violencia ps¨ªquica habitual¡± contra su exesposa. La persigui¨® en su casa, en el colegio de sus hijos y por la calle hasta en 21 ocasiones, grit¨¢ndole entre otras cosas ¡°ladrona¡±, ¡°puta¡± o ¡°te voy a estar jodiendo toda la vida hasta que te mueras y acabe contigo¡±. Hablando de todo esto, Feij¨®o coment¨® en la Cadena SER que Flores ¡°tuvo un divorcio duro¡±. En fin, no ocultan nada de esto, desde luego: recordemos el anuncio electoral en el que Vox arrojaba a la basura el feminismo y la bandera LGTBI. Ya dije que lo peor es, justamente, la jactancia con la que exhiben sus odios.
Esto est¨¢ pasando por desgracia en todo el mundo; una ola de furor irracional y extremismo fan¨¢tico recorre el planeta (fundamentalmente ultraderechista, aunque para m¨ª la ultraizquierda es igual, nada separa al nicarag¨¹ense Daniel Ortega de un neonazi). Y as¨ª, en Finlandia (?Finlandia!) se ha formado un Gobierno de coalici¨®n con la extrema derecha, y en una comarca de Turingia, en Alemania, acaba de ganar por primera vez las elecciones un candidato ultraderechista. He escrito varias veces sobre este fen¨®meno; creo que en el desen?canto antidemocr¨¢tico que estamos viviendo tiene mucho que ver la falsa salida de la crisis de 2008, que empobreci¨® a una cuarta parte de la poblaci¨®n mundial mientras que los ricos responsables de aquel colapso se enriquecieron m¨¢s. Es natural que quienes salieron perjudicados piensen que esta democracia no los representa; el problema es que creen que sus salvadores van a ser los demagogos extremistas. Sucedi¨® igual en la Rep¨²blica de Weimar, cuando las tensiones sociales tras la crisis de 1929 contribuyeron de forma sustancial, me parece, al triunfo de Hitler.
Pero tambi¨¦n creo que ser extremista, dejar fluir el odio y embriagarse de un furor primitivo, es un movimiento social que se ha puesto de moda. Es una especie de ola rebelde retr¨®grada que est¨¢ anegando la Tierra. Todos los avances de la civilidad y de los derechos humanos suponen una represi¨®n, una doma de nuestros instintos peores y m¨¢s b¨¢sicos en aras de un bien mayor. Civilizarse exige esfuerzo, un control del ego¨ªsmo m¨¢s primario, de los rencores m¨¢s cenutrios. Y la tentaci¨®n de la irracionalidad, de quitarse trabas y dejarse ir siempre est¨¢ ah¨ª. Sobre todo, en estos momentos de desconcierto y miedo, con la crisis clim¨¢tica, las pandemias, la presi¨®n migratoria, los vertiginosos cambios tecnol¨®gicos. La gente a?ora regresar a la horda.
Seg¨²n el CIS, en 2019 un 3,8% de los j¨®venes entre los 18 y los 24 a?os pensaban que Vox era el partido m¨¢s cercano a ellos. Hoy la cifra ha subido al 12,4%. Ya digo, la rebeld¨ªa reaccionaria est¨¢ de moda. Tenemos unas elecciones por delante, crispadas por las fake news e incendiadas por el odio. Como dec¨ªa Mu?oz Molina en un reciente y estupendo art¨ªculo, es l¨®gico hartarse del Gobierno (de cualquier Gobierno). Pero cuidado con lo que votas. Me dirijo a toda esa gente que no aguanta a S¨¢nchez y que siente la tentaci¨®n de apagar la raz¨®n y entregarse por un rato a sus emociones m¨¢s primarias. Eso hicieron los brit¨¢nicos con el Brexit, por cierto. Y ahora, siete a?os despu¨¦s, m¨¢s de la mitad de los que votaron irse piensan que ha sido un fracaso: hoy elegir¨ªa quedarse un 58% de la poblaci¨®n. Ojo con las elecciones. Nos vamos a arrepentir, eso os lo digo.