As¨ª son los profesionales que trabajan para los superricos

Cuentan que un pol¨ªtico conservador de muy buena familia, conocido p¨²blicamente por su buen talante, entr¨® una ma?ana de mediados de los a?os dos mil en su coche oficial y a su ch¨®fer-escolta se le ocurri¨® recibirle comentando el buen d¨ªa que hab¨ªa salido. El pol¨ªtico le replic¨® secamente que ¨¦l era all¨ª el ¨²nico que pod¨ªa decir si hac¨ªa o no buen d¨ªa. A la ma?ana siguiente, ten¨ªa un ch¨®fer nuevo. Ocurriera o no exactamente de esta manera, el interlocutor suele recibir la an¨¦cdota con el deleite del prejuicio confirmado, el del rico y poderoso que trata mal a sus empleados. Sin embargo, seg¨²n ...

Cuentan que un pol¨ªtico conservador de muy buena familia, conocido p¨²blicamente por su buen talante, entr¨® una ma?ana de mediados de los a?os dos mil en su coche oficial y a su ch¨®fer-escolta se le ocurri¨® recibirle comentando el buen d¨ªa que hab¨ªa salido. El pol¨ªtico le replic¨® secamente que ¨¦l era all¨ª el ¨²nico que pod¨ªa decir si hac¨ªa o no buen d¨ªa. A la ma?ana siguiente, ten¨ªa un ch¨®fer nuevo. Ocurriera o no exactamente de esta manera, el interlocutor suele recibir la an¨¦cdota con el deleite del prejuicio confirmado, el del rico y poderoso que trata mal a sus empleados. Sin embargo, seg¨²n los profesionales que han participado en este reportaje, acostumbrados todos ellos a trabajar para este tipo de clientes, la suya es una mala fama en general inmerecida. Lo que s¨ª admiten es que, aparte de la sacrosanta regla de la discreci¨®n ¡ªmuchos de ellos tienen que firmar acuerdos de confidencialidad¡ª, es importante ser capaces de leer correctamente situaciones y estados de ¨¢nimo, es decir, saber cu¨¢ndo toca dar un pasito atr¨¢s y actuar como si no estuvieran all¨ª.

Los muchos y variados oficios que tienen que ver con atender las necesidades de las personas con patrimonios elevados o muy elevados (como los llama la industria que se dedica a atenderlos), independientemente de que el jefe sea m¨¢s o menos majo (eso le pasa a todo el mundo), suelen ser muy exigentes y requerir grandes dosis de flexibilidad y un alt¨ªsimo nivel de especializaci¨®n; prueben a preguntar a Mar¨ªa Sancerni, house manager de grandes mansiones, sobre los tipos de filigrana con los que se puede doblar una servilleta o la punta del rollo del papel higi¨¦nico. A cambio, suelen estar bien pagados y dan acceso a una especie de mundo paralelo de lujo al que solo unos pocos pueden entrar.

Bueno, unos pocos, pero cada vez m¨¢s. Hay en el mundo algo m¨¢s de 626.000 personas con patrimonios superiores a 30 millones de d¨®lares, 113.000 m¨¢s que en 2019, seg¨²n el Informe sobre la Riqueza 2024 de la consultora Knight Frank. Si ponemos que el n¨²mero medio de empleados m¨¢s cercanos por cada una de estas unidades familiares es de 20 ¡ªesa es la cifra que sale de un estudio de Morgan Stanley publicado en 2023 que consult¨® a 300 ricos y superricos de Estados Unidos¡ª, el resultado ser¨ªa un colectivo de unos 12,5 millones de trabajadores.

Ese mismo estudio de Morgan Stanley ofrece una n¨®mina de los empleos m¨¢s habituales que componen su equipo de empleados dom¨¦sticos y de atenci¨®n a sus propiedades, con sus sueldos medios. Por ejemplo, el estate o house manager ¡ªfigura equivalente a la de Sancerni¡ª cobra una media de 151.000 d¨®lares al a?o (incluyendo los bonus). Mientras, el asistente ejecutivo recibe unos 119.000; el mayordomo, 125.000; una ni?era fija, 85.000; un chef privado, 119.000; un jardinero, 67.000; el jefe de seguridad, unos 117.000¡­

No olvidemos, en todo caso, que las medias estad¨ªsticas est¨¢n bien para hacerse una idea de las cosas, pero siempre esconden extremos que pueden estar muy alejados. Por ejemplo, no es lo mismo el personal shoper m¨¢s popular, el que ayuda a elegir e incluso compra directamente el vestuario del cliente, que uno especializado en adquirir ferraris antiguos o relojes de lujo vintages. Por no hablar de quien a ayuda comprar arte. ¡°Somos el nexo de uni¨®n entre todos los agentes: artistas, colecciones privadas, galersitas, museos, medios de comunicaci¨®n...¡±, explica Luc¨ªa Ybarra, que dirige desde hace 12 a?os junto a Rosina G¨®mez-Baeza ¡ª exdirectora de Arcomadrid y Medalla de oro al M¨¦rito de las Bellas Artes¡ª una consultor¨ªa de gesti¨®n de arte llamada Ygbart.

En este punto, aunque con espacios en com¨²n, probablemente ya nos hemos alejado bastante del concepto m¨¢s extendido del personal shoper. De hecho, esta figura ¡ªcon un sueldo medio de unos 100.000 d¨®lares al a?o¡ª se engloba en el mencionado informe en un mismo ep¨ªgrafe junto a las otras variantes m¨¢s comunes dedicadas a la atenci¨®n individual e integral de los superricos: los asistentes personales y los concierges. Estos ¨²ltimos ¡ªno confundir con un conserje, se entiende que por eso se les nombra en franc¨¦s¡ª se encargan de preparar cada detalle de sus viajes de placer, desde reservar las entradas para el museo, una mesa en un restaurante o en la sala vip de la discoteca hasta organizar una excursi¨®n en yate, un p¨ªcnic en un rinc¨®n paradisiaco o contratar un chef privado que se encargue de desayunos, comidas y cenas durante toda su estancia. Lo explica Rebecca Nayler en una lujosa sala de estar de Villa Siroko, en Marbella, una de las 70 propiedades de lujo que gestiona la empresa para la que trabaja como jefa de concierges, The Luxury Villa Collection. ¡°Algunos hu¨¦spedes quieren que les prepares absolutamente todo, pero otros son m¨¢s autosuficientes y solo quieren transporte y catering¡±.

Y ah¨ª es donde entra en juego, por ejemplo, el chef privado Paolo Bertucci. Este milan¨¦s ofrece en Marbella y alrededores sus servicios culinarios, que van de la preparaci¨®n de una cena especial a pasar una temporada con los clientes cocin¨¢ndoles cada una de las comidas del d¨ªa. En estos casos, explica, es crucial obtener toda la informaci¨®n posible de los escasos huecos que el cliente le dedicar¨¢ antes de empezar. ¡°Lo m¨¢s complicado es la comida de los ni?os. Yo trabajo mucho en eso, porque al final el cliente que ve que los ni?os comen siempre se va a ir contento¡±. Y hay sensibles diferencias entre unos ni?os y otros: ¡°Los rusos y los n¨®rdicos, por ejemplo, siempre me piden muchas crudit¨¦s para ellos; un plato con una prote¨ªna, un hidrato de carbono y verduras. Los anglosajones est¨¢n m¨¢s preocupados porque coman algo, aunque sea pizza o hamburguesa¡±.

Nayler y Bertucci est¨¢n especializados en la atenci¨®n a las familias ricas durante sus vacaciones, contextos en los que no suelen ir acompa?ados de sus empleados habituales, cuenta la jefa de concierges. A veces, s¨ª viajan con la ni?era de los chiquillos; muchas de las cuales son enfermeras tituladas, sobre todo cuando los ni?os son beb¨¦s, explica Junaly Dunadapat, de la empresa marbell¨ª de servicios de atenci¨®n sanitaria Care for me.

Cuando los hijos de las familias son un poco mayores, tambi¨¦n puede acompa?arles un tutor a todas partes. Por ejemplo, el primer trabajo de Melissa Claire Harvey fue acompa?ar a una familia durante un a?o sab¨¢tico dando la vuelta al mundo: Suiza, Canad¨¢, el Amazonas peruano, Chile, Argentina (incluida la Patogonia y Perito Moreno), las Gal¨¢pago, Australia, Jap¨®n... Su puesto, como el enfermera o de ni?era, es muy delicado y a veces requiere una flexibilidad, tanto de funciones como de horarios, que ella ha aceptado con alegr¨ªa en ese y otros trabajos a cambio de todo lo dem¨¢s. ¡°Con los ni?os muchas veces llegas a convertirte en una amiga, a veces tambi¨¦n con los padres, pero siempre tienes que mantener cierta distancia profesional. Y tambi¨¦n hay familias con la que no tienes esa relaci¨®n tan directa, que eres su empleado, pero tambi¨¦n est¨¢ bien¡±. Todos sus trabajos como ¡°educadora privada¡± (prefiere ese t¨¦rmino) le han llegado a trav¨¦s de la agencia Tutors International, que se define en su p¨¢gina web como ¡°una compa?¨ªa en tutores privados de ¨¦lite, especializada en tutor¨ªas privadas residenciales¡±.

Las agencias especializadas suelen ser la puerta de entrada casi ineludible para este tipo de empleos. Sirven de filtro de confianza para unos largos y exigentes procesos de contrataci¨®n a los que se pueden llegar a presentar cientos de candidatos. Al final del camino est¨¢ el cliente final, el superrico, que hace la selecci¨®n definitiva, justo antes o una vez contratado. ¡°A veces delegan, pero si cuando les ven no les gustan, piden que lo cambien y punto¡±, explica Mar¨ªa Sancerni. En general, contin¨²a, los servicios de seguridad funcionan en circuitos propios, con empresas especializadas. En estos casos, por m¨¢s que se quieran anunciar, el boca a boca es lo que les hace sacar la cabeza.

As¨ª lo admiten los madrile?os David Gonz¨¢lez y Alberto Torres, del estudio de interiorismo Portobello Street, que entre otras muchas cosas han construido un buen n¨²mero de habitaciones secretas, del p¨¢nico y b¨²nkeres. ¡°Empezamos a hacer habitaciones del p¨¢nico cuando empezaron llegar a Madrid los millonarios latinoam¨¦ricanos. Vienen de una realidad violenta y est¨¢n acostumbrados a tenerlas¡±, explica Gonz¨¢lez. ¡°Los clientes del este de Europa, sin embargo, lo que quieren en general son espacios en los que esconder cosas que nadie, por m¨¢s que se esfuerzce, encuentre nunca si no sabe d¨®nde est¨¢¡±, a?ade Torres.

Son muchas las empresas ¡ªgrandes, medianas y muy peque?as¡ª dedicadas a ofrecer sus servicios en este ¨¢mbito tan lucrativo como competitivo. Probablemente por eso es para ellos tan importante buscar constantemente v¨ªas de especializaci¨®n en un entorno ya hiperespecializado. Por ejemplo, remozando servicios cl¨¢sicos a la luz de nuevas ideas. Es el caso del lifestyle consulting (consultor¨ªa de estilo de vida), un concepto muy de moda pero que se utiliza, en realidad, para referrise a cosas muy distintas, a veces cercanas al ¨¢mbito del coaching ¡ªc¨®mo mejorar tu vida desde el punto de vista del deporte, de la alimentaci¨®n¡­¡ª, otras, a experiencias vacacionales parecidas a las que ofrece Rebecca Nayler. E, incluso, al protocolo: ¡°He trabajado con pol¨ªticos extranjeros, miembros de familias reales e importantes profesionales del mundo de los negocios -hace poco, lo hice con un grupo de banqueros asi¨¢ticos- para ofrecerles una visi¨®n de la etiqueta occidental. Tambi¨¦n he formado al personal dom¨¦stico de personalidades importantes¡±, explica por correo electr¨®nico desde Suiza Julia Esteve Boyd, que ofrece, entre otros servicios el de consultor¨ªa de estilo de vida. Isabel Talavera, por su parte, ha decidido aplicarlo al mundo inmobiliario, a trav¨¦s de su proyecto Absolutely Marbella by Isabel Talavera.

Estos especialistas locales, a lo hora de comprar una casa, son una de esas figuras que se suelen sumar puntualmente a esas otras m¨¢s o menos fijas que ya por s¨ª solas, seg¨²n el estudio de Morgan Stanley, llegan de media a la veintena. Entre unas y otras se acaba creando un entramado complejo y dif¨ªcil de gestionar. Cuenta Juan de Dios Orozco L¨®pez, CEO de La Escuela del Lujo, dedicada a formar todo tipo de perfiles que trabajan en el mundo del lujo y el protocolo, que en el ¨¢mbito anglosaj¨®n son los family office los encargados de gestionar esas complicadas redes. Aunque, seg¨²n algunos expertos, en Espa?a se trata sobre todo de veh¨ªculos de inversi¨®n, los family office son b¨¢sicamente las empresas creadas por las grandes fortunas para gestionar sus patrimonios y, en ocasiones, como dice Orozco, de atender todas las necesidades de la familia, sobre todo si su fortuna viene de muchas generaciones atr¨¢s y se han ido multiplicando los miembros a los que atender.