La mujer que ayuda a los ni?os con c¨¢ncer a sobrellevar la quimioterapia jugando
M¨®nica Esteban cre¨® Juegaterapia en 2010, una fundaci¨®n dedicada a tratar de hacer m¨¢s llevadera la estancia en el hospital a ni?os con c¨¢ncer a trav¨¦s del juego y la construcci¨®n de espacios recreativos.
M¨®nica Esteban (Madrid, 49 a?os) quedaba todas las semanas a comer con una amiga al salir de su trabajo como directora creativa en una agencia de publicidad. Su amiga le contaba que una compa?era estaba destrozada porque a su hijo Aar¨®n le hab¨ªan diagnosticado neuroblastoma, un tipo de c¨¢ncer que surge a partir de c¨¦lulas nerviosas inmaduras que hay en varias ¨¢reas del cuerpo. Aar¨®n era un entusiasta de los videojuegos y Esteban pens¨® que podr¨ªa ayudar d¨¢ndole una PSP (PlayStation port¨¢til) que ninguno de sus tres hijos usaba y cuya ¨²nica funci¨®n era acumular polvo en un caj¨®n. Cuando fue al hospital a d¨¢rsela, Sandra, la madre de Aar¨®n, crey¨® que, al ya tener ¨¦l una, era mejor d¨¢rsela al ni?o con el que su hijo compart¨ªa habitaci¨®n, que tambi¨¦n estaba en tratamiento oncol¨®gico y llevaba semanas desanimado. Al coger la PSP se le ilumin¨® la cara, y en los d¨ªas siguientes empez¨® a comer mejor y a levantarse m¨¢s a menudo a caminar.
Aar¨®n falleci¨® en 2012, pero Esteban le tiene muy presente: ¡°Es el ¨¢ngel que me gu¨ªa cuando tengo un mal momento. Cuando se atascan las cosas y me agobio, miro su foto y digo: hay que seguir¡±. Convirti¨® su lucha en un proyecto, la fundaci¨®n Juegaterapia, que ayuda a miles de ni?os con c¨¢ncer a trav¨¦s del juego y que ya ha financiado m¨¢s de 50 proyectos en Espa?a y varios en el extranjero, como la construcci¨®n de zonas recreativas en los hospitales Gemelli (Roma), Pablo Tob¨®n Uribe (Medell¨ªn) y el IPO de Lisboa, la financiaci¨®n de becas de investigaci¨®n en M¨¦xico o la colaboraci¨®n con el Hospital St. Jude (Memphis, EE UU), uno de los m¨¢s avanzados del mundo en oncolog¨ªa pedi¨¢trica.
¡°Al que me traiga una consola le invito a un caf¨¦ y un d¨®nut¡±, dec¨ªa el correo electr¨®nico que Esteban envi¨® a sus compa?eros de oficina despu¨¦s de ver la reacci¨®n de aquel ni?o. Al d¨ªa siguiente comenz¨® a llegar tal cantidad de consolas que le hizo plantearse hablar con Panrico porque, dice riendo, se estaba arruinando de tanto pagar desayunos. Entonces se puso en contacto con la jefa de oncolog¨ªa del madrile?o Hospital Universitario La Paz, que era amiga suya, y le plante¨®: ¡°?Y si recojo consolas y las llevo a tu planta de oncolog¨ªa pedi¨¢trica?¡±. La respuesta fue entusiasta: ¡°S¨ª, por Dios, se aburren much¨ªsimo¡±. Tras la primera entrega, cubri¨® la historia el telediario de La Sexta, que lo sac¨® la v¨ªspera de un Madrid-Bar?a. Esteban recuerda aquel d¨ªa como una aut¨¦ntica locura: ¡°Empezaron a llamar: ¡®Oye, yo tengo una consola que os puede servir¡¡±.
Aunque el proyecto comenz¨® con la ayuda voluntaria de sus compa?eros de trabajo bajo el lema La Quimio Jugando se Pasa Volando, pronto se vio superada. Esteban cuenta que hab¨ªa d¨ªas en los que no com¨ªa porque utilizaba esas horas para limpiar, clasificar y probar las consolas, y que algunas noches le daban las tres de la madrugada: ¡°Fue abrumador compaginar mi trabajo con el proyecto, y siempre he sido bastante exigente conmigo misma. No estaba al 100% en ninguna de las dos cosas y pens¨¦ que deb¨ªa ser valiente porque ten¨ªa algo bueno entre manos¡±. Dej¨® la agencia de publicidad, pero sus compa?eros se quedaron, as¨ª que tuvo que arregl¨¢rselas sola. Acudi¨® a varias grandes empresas de videojuegos a contarles su proyecto y a pedirles ayuda. PlayStation los ayud¨® desde el primer momento.
En una de sus visitas al hospital, una de las madres le dijo que su hijo llevaba tres meses sin salir, y el ni?o no pod¨ªa m¨¢s porque no le daba el aire. Fue al despacho del gerente de La Paz y le propuso construir un jard¨ªn infantil en la azotea. Aprobado el proyecto, se agobi¨® al pensar de d¨®nde sacar¨ªa los fondos. Al programa de Antena 3 El hormiguero, en aquel momento l¨ªder indiscutible de las noches televisivas espa?olas, le gust¨® la idea: ¡°Yo conoc¨ªa a trav¨¦s de una amiga al entonces seleccionador espa?ol Vicente del Bosque, que casi no hab¨ªa concedido entrevistas desde que Espa?a gan¨® el Mundial, y Pablo Motos me propuso publicitar el proyecto si le consegu¨ªa la entrevista. Aquella noche recaudamos los 250.000 euros para el primer jard¨ªn¡±, cuenta Esteban.
El testimonio de uno de los ni?os, Yago, tras salir a jugar en el jard¨ªn de La Paz, fue impactante. Le cont¨® a su madre que hab¨ªa descubierto la lluvia, las hormigas, y hasta su propia sombra. ?l dec¨ªa que era suyo: ¡°?Me han hecho un jard¨ªn!¡±. Aquel fue el primero de los seis proyectos que ya han completado para espacios recreativos en hospitales oncol¨®gicos en Espa?a, a los que se han sumado otros muchos. De la mano de Disney han puesto en marcha la iniciativa En el Hospi Estoy de Cine, con la que han construido ocho salas de cine dentro de hospitales en siete ciudades espa?olas. Pero su proyecto estrella son los Baby Pelones.
En 2013, llam¨® a Esteban la madre de Alba, una ni?a que estaba en tratamiento oncol¨®gico. Con tono de desesperaci¨®n le contaba que hab¨ªan tenido que descolgar los espejos de la casa porque la ni?a estaba pasando por una depresi¨®n al verse sin pelo por los efectos de la quimioterapia. Al ir a visitarla, Esteban se dio cuenta de que hab¨ªa que fabricarles un compa?ero de viaje: ¡°No pueden sentirse raros ni feos, porque no lo son. Yo siempre llevaba un mu?equito de Caillou que hab¨ªa sido de mis hijos en el bolsillo. Era un ni?o calvo, pero nunca en la serie se dice que tuviese c¨¢ncer. Al llegar a la oficina propuse a mis compa?eras hacer un mu?eco calvo para que los ni?os se sintiesen mejor, y todas pensaron que estaba loca y que ninguna juguetera lo iba a fabricar¡±.
Diez a?os despu¨¦s del lanzamiento de los Baby Pelones ¡ªque fabrica Arias, una empresa afincada en la localidad alicantina de Castalla¡ª, han vendido m¨¢s de dos millones de mu?ecos. Los 37 modelos de pa?uelo que lucen los han dise?ado celebridades como Alejandro Sanz, Shakira, Ricky Martin o Luis Fonsi y han sido el gran motor que ha propulsado buena parte de los proyectos de la fundaci¨®n Juegaterapia.