Cuando el confinado es migrante
La labor policial para garantizar la cuarentena divide a un barrio de Bilbao con fuerte presencia extranjera
La anormal normalidad del confinamiento se refleja en los balcones del barrio bilba¨ªno de San Francisco, una zona con alta tasa de inmigrantes y bajo nivel socioecon¨®mico. All¨ª se mezclan banderas del Athletic, ikurri?as y ense?as a favor de los refugiados. Las patrullas policiales desfilan constantemente y unas ancianas observan desde su terraza c¨®mo ocho agentes entran en un portal. Media hora despu¨¦s, un hombre abandona el inmueble con un aviso de sanci¨®n. Los uniformados lo acusan de quebrantar la cuarentena, algo que aseguran que ocurre bastante en esas calles. El confinamiento y l...
La anormal normalidad del confinamiento se refleja en los balcones del barrio bilba¨ªno de San Francisco, una zona con alta tasa de inmigrantes y bajo nivel socioecon¨®mico. All¨ª se mezclan banderas del Athletic, ikurri?as y ense?as a favor de los refugiados. Las patrullas policiales desfilan constantemente y unas ancianas observan desde su terraza c¨®mo ocho agentes entran en un portal. Media hora despu¨¦s, un hombre abandona el inmueble con un aviso de sanci¨®n. Los uniformados lo acusan de quebrantar la cuarentena, algo que aseguran que ocurre bastante en esas calles. El confinamiento y las formas policiales para garantizarlo dividen al barrio.
El episodio que ha marcado la controversia vecinal ocurri¨® el pasado el 29 de marzo. Un v¨ªdeo, cuya autora fue multada por increpar a los agentes, muestra c¨®mo dos ertzaintzas amonestan a un transe¨²nte inmigrante y, tras discutir, lo golpean y lo retienen. Una mujer se les enfrenta y asegura que el joven es su hijo y que padece problemas psicol¨®gicos. ¡°Llevadme con ¨¦l¡±, implora con un deje ¨¢rabe. Es entonces cuando, mientras ella sigue gritando, recibe varios porrazos y cae al suelo. Con varios polic¨ªas ya en la zona, la inmovilizan entre insultos de los testigos.
Una de las multadas por esos insultos relata que ¡°tres de los cinco¡± responsables de notific¨¢rselo acudieron a su casa ¡°sin protecci¨®n y sin respetar las medidas de seguridad¡±. ¡°No firm¨¦ una de las denuncias porque dec¨ªa que les llam¨¦ ¡°drogados¡±, cuando yo nunca dije eso¡±, critica. La consejera de Seguridad del Gobierno vasco, Estefan¨ªa Beltr¨¢n de Hereida, anunci¨® una investigaci¨®n. El responsable de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento bilba¨ªno, Adolfo Alustiza, apoy¨® al cuerpo y asegur¨® que las palabras de SOS Racismo eran una ¡°absoluta irresponsabilidad¡±.
Lo que hizo la plataforma SOS Racismo fue publicar un comunicado, suscrito por 46 organizaciones, que condenaba ¡°abusos y agresiones¡±. El colectivo denunciaba ¡°paradas racistas por perfil ¨¦tnico¡± y ¡°multas injustificadas por falso incumplimiento del estado de alarma¡±. La respuesta se la dio San Fran Auzokideak, la asociaci¨®n vecinal de San Francisco, harta de un ¡°incumplimiento sistem¨¢tico¡± del confinamiento que provoca que los residentes teman ¡°salir a la calle para no toparse con grupos de personas¡±.
La calle reacciona dividida. Una estanquera molesta califica de ¡°romer¨ªa¡± que haya tanta gente por las aceras. Un hombre que viene de comprar con su hijo destaca que, al principio de la epidemia, los soportales de la plaza del Coraz¨®n de Mar¨ªa estaban muy concurridos, pese a tener una comisar¨ªa cerca. Ahora ya no. Otra vecina, Cristina ?lvarez, se indigna por algo que estima que ocurre mucho: ¡°No hay criterio para pedir los salvoconductos¡±. A ella nunca se lo han solicitado, pero s¨ª se lo reclamaron a un inmigrante que caminaba a su lado. Bego?a, que espera ante una tienda, comenta que hace unos d¨ªas ¡°solo pararon a un negro¡± en una cola.
La pol¨¦mica ha salpicado al estamento policial. El sindicato abertzale ELA, con muchos agentes en sus filas, suscribi¨® las denuncias de ¡°brutalidad¡± expuestas por SOS Racismo, aunque m¨¢s tarde recul¨®. Un grupo de agentes se queja de estos ataques. Lo hacen ante su veh¨ªculo, que ha recibido varios salivazos mientras ellos estaban en otra parte.
Actuaciones desmedidas en Espa?a
La plataforma Defender a quien defiende, integrada por diversas asociaciones solidarias, ha denunciado ante el ministerio del Interior, que comanda Fernando Grande-Marlaska, una recopilaci¨®n de intervenciones policiales que entienden desmedidas ante el confinamiento. El escrito remitido presenta siete casos, entre los que se encuentra el de San Francisco (Bilbao), donde relatan, apoy¨¢ndose en v¨ªdeos o declaraciones personales, posibles abusos policiales. Los sucesos recogidos tuvieron lugar en Palma de Mallorca, Madrid, Tenerife, Barcelona, Alicante y Murcia.
Defender a quien defiende exige "que los cuerpos policiales tengan
instrucciones claras de mediaci¨®n ante las intervenciones que se produzcan en el
contexto de estado de alarma" y se apoya en que el Defensor del Pueblo "est¨¢ recibiendo el testimonio de muchas personas que se enfrentan a una situaci¨®n muy angustiosa¡± a causa de ¡°expresiones de desacuerdo con algunas medidas adoptadas o con comportamientos puntuales de las autoridades y administraciones competentes".