El derecho a la protesta en tiempos de pandemia
El derecho de manifestaci¨®n provoca un intenso debate jur¨ªdico en el estado de alarma, mientras los expertos auguran un estallido de las movilizaciones
"Para nosotros el Primero de Mayo es un d¨ªa de reivindicaci¨®n por la memoria hist¨®rica del movimiento obrero. Planteamos una caravana de menos de 100 coches por el centro de Vigo, a las 11 de la ma?ana, que no hay tr¨¢fico. ?bamos a ir todos identificados, ?eh?: una persona por coche, con mascarillas y guantes, sin bajarnos¡±. Ricardo Castro, secretario general del sindicato gallego Central Unitaria de Traballadores (CUT), contaba el viernes con estupor que la justicia hubiera prohibido su caravana reivindicativa por el centro de Vigo. ¡°No pon¨ªamos en riesgo la salud de nadie. Los jueces est¨¢n a...
"Para nosotros el Primero de Mayo es un d¨ªa de reivindicaci¨®n por la memoria hist¨®rica del movimiento obrero. Planteamos una caravana de menos de 100 coches por el centro de Vigo, a las 11 de la ma?ana, que no hay tr¨¢fico. ?bamos a ir todos identificados, ?eh?: una persona por coche, con mascarillas y guantes, sin bajarnos¡±. Ricardo Castro, secretario general del sindicato gallego Central Unitaria de Traballadores (CUT), contaba el viernes con estupor que la justicia hubiera prohibido su caravana reivindicativa por el centro de Vigo. ¡°No pon¨ªamos en riesgo la salud de nadie. Los jueces est¨¢n actuando de manera restrictiva con los derechos fundamentales¡±, clamaba al otro lado del tel¨¦fono, antes de advertir: ¡°Iremos a Estrasburgo¡±, en referencia al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
De forma parad¨®jica, la justicia permiti¨® en Arag¨®n una protesta muy similar a la vetada en Galicia: una caravana de 30 coches recorri¨® el mismo d¨ªa las calles de Zaragoza. El Tribunal Superior de Justicia de Navarra autoriz¨® tambi¨¦n una protesta de seis sindicalistas en Pamplona. Fueron la excepci¨®n: en general, los sindicatos optaron por protestas virtuales en vez de llamar a las calles. El D¨ªa del Trabajador, con sus contradicciones judiciales, puso en evidencia las dificultades del derecho a la protesta en tiempos de pandemia.
Por primera vez en democracia, un virus altamente contagioso impacta en el ejercicio de los derechos fundamentales de reuni¨®n y manifestaci¨®n, que en las democracias funcionan como un importante l¨ªmite al poder. El desaf¨ªo ha desatado un intenso debate jur¨ªdico, que ha llegado hasta el Tribunal Constitucional, mientras los expertos en movimientos sociales auguran un pr¨®ximo estallido de las movilizaciones.
El embrollo jur¨ªdico parte de que el estado de alarma no permite suspender derechos fundamentales. El Constitucional decret¨® en la sentencia 83/2016 que ¡°a diferencia de los estados de excepci¨®n y de sitio, la declaraci¨®n de estado de alarma no permite la suspensi¨®n de ning¨²n derecho fundamental¡±. Es posible restringir los derechos, sin suspenderlos, pero algunos juristas alertan de que los tribunales vienen impidiendo de facto el derecho de manifestaci¨®n. ¡°Est¨¢n argumentando que no se puede celebrar ninguna manifestaci¨®n porque el decreto de estado de alarma no lo permite expresamente, y eso es un disparate¡±, advierte el profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Sevilla Joaqu¨ªn Ur¨ªas. Las delegaciones del Gobierno est¨¢n prohibiendo protestas de todo tipo por todo el pa¨ªs con ese argumento.
¡°No hay raz¨®n para que mientras dure la vigencia del estado de alarma se deba prohibir el derecho de manifestaci¨®n. Depende de las circunstancias de car¨¢cter sanitario¡±, coincide el catedr¨¢tico de Derecho Constitucional de la Universidad Pompeu Fabra Marc Carrillo. La doctrina del alto tribunal dice que en t¨¦rminos generales es posible impedir una manifestaci¨®n cuando existan ¡°razones fundadas¡± de que pueda suponer peligro para las personas o bienes. ?Hasta qu¨¦ punto hay razones fundadas de que una caravana de coches con conductores ataviados con mascarilla y guantes supone riesgos de contagio por coronavirus? El Constitucional, con una fuerte divisi¨®n interna, como ha publicado EL PA?S, resolvi¨® esta cuesti¨®n de una forma bastante gen¨¦rica: ¡°En el estado actual de la investigaci¨®n cient¨ªfica, cuyos avances son cambiantes con la evoluci¨®n de los d¨ªas, no es posible tener ninguna certeza sobre las formas de contagio¡±.
En cambio, otros tribunales dudan incluso de la constitucionalidad de un confinamiento tan estricto con el decreto de alarma. El Tribunal Superior de Justicia de Arag¨®n, en la sentencia en la que permite la caravana de coches en Zaragoza, apunta a la ¡°m¨¢s o menos cuestionable constitucionalidad¡± del art¨ªculo del decreto que regula las restricciones de movimiento. Los jueces de Arag¨®n creen que por la ¡°intensidad¡± con la que se afecta a la libre circulaci¨®n de ciudadanos, ¡°evoca m¨¢s abolici¨®n o suspensi¨®n que limitaci¨®n¡± de un derecho.
El debate se ha resuelto de manera distinta en otros pa¨ªses europeos. El Constitucional alem¨¢n defendi¨® desde el primer momento las protestas en la pandemia. En la plaza Syntagma, en Atenas, centenares de seguidores del sindicato comunista griego PAME se manifestaron el Primero de Mayo con mascarilla y distancias de seguridad.
Por ahora, en Espa?a predomina tambi¨¦n la autocontenci¨®n social. En los ¨²ltimos 70 a?os no se recuerda un mes de abril tan tranquilo: normalmente en este mes de celebran entre 3.000 y 4.000 protestas.
Pero los expertos avisan de que el pa¨ªs es una olla a presi¨®n. ¡°Adem¨¢s de retomarse conflictos anteriores ¡ªpensionistas, mujeres, ecologistas, tractores¡ª tendremos un aumento disparado de conflictos sindicales y laborales ante el desastre econ¨®mico y social que viene. Va a haber un boom¡±, anticipa el profesor de Sociolog¨ªa de la UNED Ram¨®n Adell Argil¨¦s, experto en movimientos sociales. A medio plazo el escenario puede ser todav¨ªa m¨¢s inestable. ¡°Da la sensaci¨®n de que se est¨¢ cocinando, con otros valores y estilos, otro 15-M: un tipo de protesta transversal de cabreo general en donde las ideolog¨ªas pasen a un segundo plano¡±, augura el profesor, que recuerda que en la historia, tras las pandemias o las cat¨¢strofes se generan grandes cambios, ¡°en ocasiones hasta procesos revolucionarios¡±. De momento, la protesta est¨¢ en cuarentena, pero no por mucho tiempo.
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