Nueva era europea; vieja desventura espa?ola
El acuerdo europeo reduce los riesgos pol¨ªticos en el sur de Europa pero exige a Espa?a acertar con las reformas
La pandemia es una especie de cisne gris: un acontecimiento altamente probable y con capacidad para poner el mundo patas arriba, pero que aun as¨ª genera una enorme sorpresa cuando se produce; es ¡°algo predecible e impensable a la vez¡±, en palabras del intelectual Ivan Krastev. La historia no tiene libreto, pero los cisnes grises ¡ªy en general las crisis mayores¡ª tienen la capacidad de convertir lo imposible en factible, de cambiar reglas que parec¨ªan escritas en bronce: Merkel dej¨® claro durante la Gran Recesi¨®n aquello de que ¡°no habr¨¢ mutualizaci¨®n de deuda mientras yo viva¡±, pero la covid h...
La pandemia es una especie de cisne gris: un acontecimiento altamente probable y con capacidad para poner el mundo patas arriba, pero que aun as¨ª genera una enorme sorpresa cuando se produce; es ¡°algo predecible e impensable a la vez¡±, en palabras del intelectual Ivan Krastev. La historia no tiene libreto, pero los cisnes grises ¡ªy en general las crisis mayores¡ª tienen la capacidad de convertir lo imposible en factible, de cambiar reglas que parec¨ªan escritas en bronce: Merkel dej¨® claro durante la Gran Recesi¨®n aquello de que ¡°no habr¨¢ mutualizaci¨®n de deuda mientras yo viva¡±, pero la covid ha obligado a la canciller a patrocinar exactamente eso, el embri¨®n de un activo seguro con los primeros mimbres del anatema de la mutualizaci¨®n. Sin algo parecido a un eurobono, el euro est¨¢ condenado a ser una moneda incompleta, hu¨¦rfana de madre, y Europa seguir¨¢ siendo candidata a de cualquier episodio de inestabilidad. Por eso el acuerdo europeo de esta semana es, en fin, un salto adelante formidable, como aquel de Bob Beamon en M¨¦xico ¡¯68, que ofrece un ancla de estabilidad cuando el mundo est¨¢ patas arriba.
Las epidemias (y las crisis) infectan de miedo a la sociedad: por eso era tan importante una respuesta de la casa com¨²n europea. Bruselas, en fin, acaba de regalar un par de a?os de paz a las maltrechas econom¨ªas del Sur. Por el camino de la negociaci¨®n se han ca¨ªdo algunos de los elementos m¨¢s ambiciosos, pero la se?al pol¨ªtica es de primer nivel. A la espera de la letra peque?a, Europa ha dado una lecci¨®n de cohesi¨®n, integraci¨®n y solidaridad. La UE ha favorecido una rebaja fulminante del riesgo pol¨ªtico en todo el continente. Y ha ofrecido una clase magistral en el sinuoso arte de la negociaci¨®n: se han puesto de acuerdo las familias del centroderecha, los socialistas y los liberales, que han incorporado a la liga de los taca?os (los frugales: Pa¨ªses Bajos y compa?¨ªa, sumidos en una suerte de ola pospopulista) e incluso a algunos de los socios del Este, como Polonia y Hungr¨ªa, a pesar del estilo paranoico de sus l¨ªderes.
Al Sur de Europa le toca demostrar ahora que puede hacer las cosas bien ¡ªy acabar con los apestosos t¨®picos que le atribuye el Norte¡ª con ese ca?onazo de dinero: no hay condicionalidad como la de los rescates de hace 10 a?os, pero s¨ª vigilancia e incentivos para hacer reformas. En Espa?a toca apretar los dientes para que los rebrotes del virus y la crisis catalana no provoquen otro l¨ªo, pero sobre todo toca hacer los deberes para concederle a la econom¨ªa espa?ola la posibilidad de romper hacia arriba a partir de la pr¨®xima primavera. Hay que ponerle el cascabel al gato a las agendas verde y digital, acometer el mil veces pospuesto cambio de modelo de la econom¨ªa espa?ola, esas cosas. Y hay que intentar hacerlo con un cierto grado de consenso. La clase pol¨ªtica tendr¨ªa que tratar de estar a la altura del desaf¨ªo que se avecina: una ca¨ªda del PIB superior al 10% este a?o con un d¨¦ficit oce¨¢nico.
Ni Espa?a ni ning¨²n otro pa¨ªs deber¨ªan aplicar ajustes hasta que recupere el nivel de PIB previo a la pandemia: no hay que repetir el error de 2010. Para eso est¨¢ la red de seguridad del BCE, adem¨¢s del dinero fresco europeo. Con esos mimbres est¨¢ al alcance de la mano un presupuesto anticrisis como dios manda ¡ªque es como decir una legislatura larga¡ª, con medidas para resta?ar las cicatrices a corto plazo, y con luces largas para sentar las bases del pr¨®ximo ciclo.
¡°La nueva era: la vieja desventura¡±, dec¨ªa S¨¢nchez Ferlosio. La nueva era europea est¨¢ delante de nuestras narices; la vieja desventura espa?ola se vio ayer en la bronca interminable del Congreso, que una vez m¨¢s no est¨¢ a lo que hay que estar. El arte de la pol¨ªtica depende de la habilidad para la frenada: el Congreso deber¨ªa reducir la velocidad, tomar ejemplo de lo ocurrido estos d¨ªas en Bruselas; discutir de otra manera. De lo contrario esto va a ser como tratar de escalar paredes verticales equipados pol¨ªticamente con chanclas. La pol¨ªtica va de ganar: se trata de ganar, ganar y volver a ganar, que dec¨ªa Luis Aragon¨¦s, y para ello se ha impuesto un modo de hacer pol¨ªtica basado en rehuir los l¨ªos, evitar mencionar las pensiones, la deuda, la necesidad de subir impuestos y los retos ambientales, y el que venga que espabile. Y sin embargo es el momento de pensar exactamente en eso con el fondo de la UE. Toca poner la casa en orden y sacarle brillo: la ventana de oportunidad est¨¢ ah¨ª. No abrirla de par en par ser¨ªa un fracaso may¨²sculo para toda una generaci¨®n de pol¨ªticos.