Francisco Mart¨ªnez : ¡°Voy a contarle al juez todo lo que s¨¦¡±
El ex ¡®n¨²mero dos¡¯ de Interior relata a EL PA?S que se qued¨® ¡°at¨®nito¡± cuando Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz le detall¨® la operaci¨®n para espiar a B¨¢rcenas
La tarde en la que todo estaba a punto de estallar, Francisco Mart¨ªnez V¨¢zquez, sentado en la terraza de una cafeter¨ªa de Madrid, viaj¨® ocho a?os en el tiempo. Se vio a s¨ª mismo a principios de 2012, con 36 a?os, en un rinc¨®n discreto del hotel AC Cuzco, esperando su primer encuentro con un veterano polic¨ªa llamado Jos¨¦ Manuel Villarejo.
Mart¨ªnez, licenciado en Icade por la Universidad de Comillas y letrado en Cortes, era por aquel entonces jefe de gabinete de Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, un veterano pol¨ªtico catal¨¢n del PP a quien su viejo amigo Mariano Rajoy, que acababa de ganar las elecciones por mayor¨ªa absoluta, hab¨ªa nombrado ministro del Interior. ?Qu¨¦ hac¨ªa Mart¨ªnez, que ya dispon¨ªa de un futuro prometedor y un despacho contiguo al del ministro Fern¨¢ndez D¨ªaz, esperando a un polic¨ªa en un hotel donde nadie los pudiera identificar?
Es lunes 7 de septiembre de 2020. Francisco Mart¨ªnez ya tiene 45 a?os y desde hace meses vive angustiado. Est¨¢ imputado por una operaci¨®n policial secreta ¨Cel llamado caso Kitchen¨C pagada con fondos reservados del Ministerio del Interior con un objetivo inconfesable e ilegal: espiar presuntamente al extesorero del PP Luis B¨¢rcenas y robarle documentos que pudieran perjudicar a Mariano Rajoy y a la c¨²pula del partido.
Mart¨ªnez ha engordado algo en los ¨²ltimos tiempos. Desterrado de la pol¨ªtica, ha regresado a la abogac¨ªa y se ha dedicado a escudri?ar los diarios cada d¨ªa en busca de cualquier indicio sobre su situaci¨®n procesal. La justicia es lenta, pero nada comparable a la lentitud de los d¨ªas esperando una mala noticia. El juez acaba por fin de levantar este lunes el secreto del sumario del caso Kitchen y los medios de comunicaci¨®n reproducen las pruebas que la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n ha reunido contra ¨¦l, que entre enero de 2013 y noviembre de 2016 fue secretario de Estado de Seguridad, algo as¨ª como un viceministro de Interior.
Ah¨ª est¨¢ su vida, expuesta como en un escaparate. 52 folios de papel timbrado en los que los fiscales han reunido retazos de conversaciones intervenidas a los polic¨ªas que espiaron a B¨¢rcenas, reflexiones personales apuntadas en el m¨®vil, mensajes de WhatsApp en los que ped¨ªa ayuda o se lamentaba por su suerte. Entre todos ellos, destaca una frase dirigida a un juez amigo ¨Cel actual presidente de la Audiencia Nacional, Jos¨¦ Ram¨®n Navarro¨C en la que se lamenta: ¡°Como sabes muy bien, mi grand¨ªsimo error en el ministerio fue ser leal a miserables como Jorge o Rajoy o Cospedal¡±. Es un desahogo, pero sobre todo es un aviso a navegantes.
Francisco Mart¨ªnez acaba de engrosar la larga lista de personajes que en un momento dado fueron relacionados con la maquinaria de la corrupci¨®n del PP ¨Cel tesorero Luis B¨¢rcenas, los alcaldes Guillermo Ortega o Arturo Gonz¨¢lez Panero, el diputado Ricardo Costa, los polic¨ªas Jos¨¦ Manuel Villarejo y Enrique Garc¨ªa Casta?o¡¨C y que, una vez ca¨ªdos en desgracia y abandonados por el partido, deciden defenderse tirando de la manta.
¡ªVoy a contarle al juez todo lo que s¨¦.
Es la vieja canci¨®n del arrepentido.
¡ª?Cu¨¢nto crees que me puede caer?¡ª pregunta Mart¨ªnez a su interlocutor delante de un agua con gas.
¡ªNo s¨¦, Paco, el abogado eres t¨².
Mientras avanza la tarde, las noticias caen como pedradas sobre la honra del ex secretario de Estado de Seguridad. Mart¨ªnez rechaza asumir el rol de cerebro de una red corrupta y recuerda con amargura los antecedentes de aquella historia maldita. ¡°Supe de esa operaci¨®n por el ministro. Me llam¨®, no recuerdo si un s¨¢bado o un domingo por la tarde, para decirme que un confidente iba a colaborar con la polic¨ªa para ver lo de B¨¢rcenas. Luego me mand¨® un mensaje por WhatsApp record¨¢ndome el asunto. Ten¨ªa la costumbre de enviarme por escrito las cosas que hab¨ªamos hablado, para que quedase constancia o no se me olvidasen. Yo me qued¨¦ at¨®nito. Habl¨¦ con el director adjunto operativo de la Polic¨ªa, Eugenio Pino, y me dijo que s¨ª, que hab¨ªa un grupo de polic¨ªas con el confidente, que era el ch¨®fer de B¨¢rcenas, y que en esa operaci¨®n estaban el Gordo [comisario Enrique Garc¨ªa Casta?o] y Villarejo. Adem¨¢s, me dej¨® claro que nada por escrito¡±.
En los primeros meses de 2012, cuando Mart¨ªnez tanteaba sus nuevos dominios como jefe de gabinete del ministro del Interior, B¨¢rcenas andaba desesperado por su imputaci¨®n en el caso G¨¹rtel. A¨²n ten¨ªa esperanzas de que el PP ¨Cque le segu¨ªa pagando el sueldo m¨¢s alto del partido y que pese a los esc¨¢ndalos le manten¨ªa el despacho en G¨¦nova 13, la secretaria y el ch¨®fer¨C lo sacara del embrollo. Ahora que gobernaban con una mayor¨ªa absoluta m¨¢s abultada incluso que la de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar en 2000 todo ser¨ªa m¨¢s sencillo. ?l mismo hab¨ªa comprobado durante sus largos a?os de mordidas y esplendor que el poder es capaz de cualquier cosa. As¨ª que se dedic¨® a llamar a algunos de los ministros con la esperanza de que encontrasen una soluci¨®n definitiva a sus problemas, pero pronto descubri¨® que algo estaba cambiando. Algunos ni se pon¨ªan al tel¨¦fono...
Pero otros s¨ª. B¨¢rcenas asegur¨® que en un primer momento el ministro del Interior, Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, maniobr¨® para que la Polic¨ªa escribiese un informe dirigido al juez donde dijera que ¡°Luis el cabr¨®n¡± ¨Cel apodo que supuestamente le hab¨ªa puesto la red¨C no era ¨¦l sino el empresario Luis Delso. El tesorero cre¨ªa que ese detalle le librar¨ªa de las acusaciones que le manten¨ªan imputado en la causa.
Pero aquel intento fracas¨®. Entre otras cosas porque, a finales de 2012, lleg¨® una comisi¨®n rogatoria desde Suiza que destapaba la fortuna que B¨¢rcenas ocultaba en ese pa¨ªs. Poco despu¨¦s, EL PA?S public¨® la contabilidad b manuscrita por B¨¢rcenas durante casi 20 a?os. El PP despidi¨® finalmente a su tesorero con una indemnizaci¨®n, le devolvi¨® sus pertenencias ¨Ddecenas de cajas de material irrelevante y un trineo¨D, pero se qued¨® con los dos ordenadores con los que el extesorero trabajaba y destruy¨® los discos duros.
Una vez rotos de forma tan abrupta todos los v¨ªnculos con el partido, B¨¢rcenas se convirti¨® en la principal amenaza para el Gobierno de Mariano Rajoy, cuya mayor¨ªa absoluta pod¨ªa con todo, menos con los secretos que el tesorero guardaba o dec¨ªa que guardaba. En aquellos tiempos no tan lejanos en que el chantaje se convirti¨® en algo corriente, la sola posibilidad de que alguien pudiese guardar una grabaci¨®n o unas fotos comprometedoras se pod¨ªa utilizar como moneda de cambio. ¡°Y fue entonces¡±, cuenta un alto dirigente del PP de aquella ¨¦poca, ¡°cuando Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, que le deb¨ªa todo lo que era en pol¨ªtica a Rajoy, sinti¨® que su principal cometido al frente de Interior era arreglarle los problemas a su amigo el presidente. Yo no creo que ¨¦l fuera el autor intelectual de la Operaci¨®n Kitchen, pero s¨ª que alguno de aquellos polic¨ªas se la propusiera y ¨¦l aceptara¡±.
No hay que olvidar la confesi¨®n de Francisco Mart¨ªnez. Nada m¨¢s llegar a Interior, uno de los primeros encargos que le hizo Fern¨¢ndez D¨ªaz fue reunirse con el comisario Villarejo para tratar en secreto, fuera de los canales oficiales ¨Cy por supuesto del control judicial¨C, un asunto relacionado con Ignacio Gonz¨¢lez, vicepresidente entonces de la Comunidad de Madrid, y su pol¨¦mico ¨¢tico de Estepona. Era uno de los encargos especiales del ministro. Mart¨ªnez, un hombre acostumbrado a recorrer con soltura los laberintos del Derecho, se aventuraba nada m¨¢s llegar a Interior por las oscuras estancias de las cloacas del Estado.
La Operaci¨®n Kitchen, secreta e ilegal, no pudo ser m¨¢s chapucera e in¨²til, pese a que en ella intervino la c¨²pula policial nombrada por el PP, auxiliada por veteranos comisarios especializados en asuntos turbios. Demasiados testigos para un objetivo tan oscuro. En dicha operaci¨®n participaron, seg¨²n la investigaci¨®n judicial, el entonces m¨¢ximo jefe policial, Eugenio Pino; el jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo, Enrique Garc¨ªa Casta?o; el comisario Jos¨¦ Manuel Villarejo, agente encubierto; y el inspector Andr¨¦s G¨®mez Gordo, polic¨ªa de confianza de Dolores de Cospedal, quien le lleg¨® a nombrar director general cuando fue presidenta de Castilla-La Mancha. Todos ellos al mando de un pelot¨®n de m¨¢s de 50 agentes que, sin conocer la ilegalidad del encargo, se afanaron en hacer seguimientos exhaustivos y absurdos a la mujer de B¨¢rcenas.
¡°Empec¨¦ a recibir informaci¨®n de los polic¨ªas¡±, recuerda ahora Francisco Mart¨ªnez. ¡°Pero no era nada relevante, que si ella [Rosal¨ªa Iglesias, esposa de B¨¢rcenas] iba a la peluquer¨ªa y cosas parecidas¡±.
-?Y de los pagos de fondos reservados para la operaci¨®n que usted controlaba?
-Mi misi¨®n era firmar talones para el pago de esos fondos reservados, pero desde una perspectiva administrativa. Junto conmigo firmaba el coronel Diego P¨¦rez de los Cobos, que era quien se encargaba de supervisar que estuvieran todas las firmas pertinentes, desde la del polic¨ªa que ped¨ªa los fondos para pagar a su confidente hasta la c¨²pula de Interior, uno por uno. Yo daba una cantidad global a la unidad que lo hubiese solicitado, pero ah¨ª no se especificaba ni el contenido de las investigaciones ni el tipo de operaci¨®n. Y en el listado de operaciones pagadas con fondos reservados que a m¨ª me pasaron no hubo ninguna que se denominase Kitchen.
La investigaci¨®n judicial ha confirmado efectivamente que no existe ning¨²n expediente de fondos reservados con ese nombre. Pero es lo de menos. Hay suficiente documentaci¨®n para acreditar que el trabajo secreto se realiz¨®. Adem¨¢s, el comisario Villarejo, famoso por grabarlo todo a la espera de hacerlo valer, ten¨ªa en su domicilio muchos de los recibos mensuales del pago de fondos reservados al ch¨®fer de B¨¢rcenas. Incluso documento sonoro del momento de las entregas "en billetes de 500 euros¡±.
Villarejo llam¨® a Francisco Mart¨ªnez y le dijo que hab¨ªa que colocar al ch¨®fer de B¨¢rcenas en la Polic¨ªa, regalarle un puesto de trabajo para tenerle ¡°trincado¡± y evitar que se ¡°derrotase¡± [confesara en el argot policial] si alg¨²n d¨ªa se descubr¨ªa el pastel. No se sabe qu¨¦ hizo el secretario de Estado, pero Sergio R¨ªos consigui¨® una plaza de polic¨ªa en 2014.
Francisco Mart¨ªnez, acorralado por las evidencias, reconoce ahora que aquel mundo estaba lleno de trampas. ¡°Algunos polic¨ªas nos llamaban para comprometernos con grabaciones subrepticias. Un d¨ªa me llamo El Gordo [Enrique Garc¨ªa Casta?o] y me dijo que el dinero de B¨¢rcenas estaba en las Antillas Holandesas. Se supone que esa informaci¨®n proced¨ªa de las vigilancias a las que era sometida la mujer y al socaire de la informaci¨®n que le proporcionaba el ch¨®fer. Pero ellos buscaban la boca del pol¨ªtico, alguna declaraci¨®n que nos pudiera comprometer para luego utilizarla contra nosotros¡±.
De ese dinero que B¨¢rcenas ocultaba en las Antillas Holandesas nunca m¨¢s se supo. Ni de las grabaciones que supuestamente B¨¢rcenas hizo en La Moncloa durante una cita con el presidente Rajoy o en un restaurante de Sevilla durante un almuerzo con Javier Arenas. Villarejo grababa. B¨¢rcenas grababa. Los pol¨ªticos que los utilizaron nunca sabr¨¢n qu¨¦ dijeron o qu¨¦ no dijeron en su presencia, si la grabadora estaba encendida aquel d¨ªa o si el ruido ambiente ocult¨® para siempre una confesi¨®n comprometedora.
Dos a?os de intensos trabajos a la sombra de la ley para desactivar las bombas que guardaba B¨¢rcenas apenas dieron como resultado unos cuantos documentos muy poco relevantes. El ch¨®fer de B¨¢rcenas, captado como confidente a raz¨®n de 2.000 euros al mes, sustrajo esos papeles a la mujer del extesorero mientras este continuaba preso. Pero el bot¨ªn robado a la familia B¨¢rcenas en la Operaci¨®n Kitchen no era ni mucho menos la ¡°bomba¡± que tem¨ªan los dirigentes del PP. Las bombas de B¨¢rcenas, qui¨¦n hab¨ªa controlado durante 20 a?os las finanzas del PP, hab¨ªan estallado meses antes con la publicaci¨®n de los papeles donde registraba las donaciones de empresarios y los pagos a la c¨²pula del partido; con la difusi¨®n de los mensajes telef¨®nicos que le mand¨® Rajoy, con sus entrevistas donde cont¨® los 20 a?os de financiaci¨®n ilegal y, sobre todo, con su confesi¨®n durante horas ante el juez Pablo Ruz.
Todo parec¨ªa aclarado, con B¨¢rcenas en la c¨¢rcel y las trampas del PP expuestas ante la opini¨®n p¨²blica, cuando Francisco Mart¨ªnez encuentra en el diario Vozp¨®puli una entrevista a Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz. Es el verano de 2019 y Francisco Mart¨ªnez, ya imputado en el caso Kitchen, pasa unos d¨ªas de vacaciones en Mah¨®n. Lo que lee en su m¨®vil lo llena de indignaci¨®n. El exministro del Interior niega cualquier relaci¨®n con el espionaje a la familia de B¨¢rcenas: ¡°Me estoy enterando ahora, no me consta para nada¡±.
El ex secretario de Estado escribe indignado a un amigo: ¡°Est¨¢ en campa?a el muy cabr¨®n. ?T¨² crees que se puede tener tan poca verg¨¹enza? Tendr¨¢ que ir corriendo a confesarse (¡) Est¨¢ haciendo lo mismo que con las grabaciones. Pero esta vez S? se va a arrepentir. Ni imagina lo que le espera¡±.
Francisco Mart¨ªnez conoce muy bien a Fern¨¢ndez D¨ªaz. Cuando se filtraron las conversaciones del ministro con el jefe antifraude catal¨¢n para airear una supuesta cuenta suiza del alcalde de Barcelona Xavier Tr¨ªas, que result¨® ser falsa, Fern¨¢ndez D¨ªaz se defendi¨® con una mentira. Fue al Congreso y se mostr¨® indignado por el hecho de que alguien desconocido hubiera colocado micr¨®fonos en su despacho. Pero dos a?os despu¨¦s escribi¨® un libro de memorias en el que confiesa que hab¨ªa sido ¨¦l mismo quien hab¨ªa autorizado poner micr¨®fonos en su despacho para grabar la conversaci¨®n. El pol¨ªtico catal¨¢n se hab¨ªa labrado a conciencia una imagen de santurr¨®n que, a la luz de los hechos, poco ten¨ªa que ver con su vida real.
Indignado por las declaraciones de su exjefe, Francisco Mart¨ªnez decide defenderse y acude a un notario de Mah¨®n para levantar acta de los mensajes que guarda en su tel¨¦fono m¨®vil y que prueban el conocimiento que, seg¨²n la Fiscal¨ªa, Fern¨¢ndez D¨ªaz ten¨ªa de la Operaci¨®n Kitchen. El notario da fe de algunos mensajes comprometedores para el exministro y Mart¨ªnez guarda el papel a buen recaudo, para cuando sea necesario. La ocasi¨®n se presenta casi un a?o despu¨¦s. El pasado mes de marzo, un d¨ªa antes de que el Gobierno decrete el estado de alarma por la pandemia, unos polic¨ªas entran junto a los fiscales anticorrupci¨®n en la vivienda de Mart¨ªnez. El ex secretario de Estado les ha preparado el documento notarial donde se recogen los mensajes enviados por el ministro del Interior.
-Supongo que esto es lo que ustedes vienen buscando.
Francisco Mart¨ªnez ya es un arrepentido y est¨¢ dispuesto a colaborar con la justicia. Hay documentos descubiertos por la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n que demuestran que durante meses intent¨®, casi suplic¨®, que su partido no le dejase tirado. Ha llegado a prometer a la actual direcci¨®n del PP la misma lealtad que profes¨® a Fern¨¢ndez D¨ªaz, la misma que lo condujo aquella tarde de 2012 a reunirse con Villarejo en un hotel de Madrid, primer paso hacia el precipicio por el que fue despe?¨¢ndose su prometedora carrera como jurista y pol¨ªtico.
Los detalles y los personajes var¨ªan, pero la historia es siempre la misma. Durante 20 a?os, la mayor¨ªa del tiempo con Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar al frente, el PP se financi¨® ilegalmente. Hay m¨¢s de 50 apuntes en los papeles de B¨¢rcenas por m¨¢s de un mill¨®n de euros que han quedado probados tras siete a?os de investigaci¨®n con documentos oficiales y la confesi¨®n de quienes recibieron el dinero. Adem¨¢s, la caja b enriqueci¨® supuestamente a los principales dirigentes del PP, quienes cobraron sobresueldos trimestrales que nunca declararon a Hacienda. B¨¢rcenas ha detallado ante el juez c¨®mo se produc¨ªan estos pagos en dinero negro; los supuestos beneficiarios lo han negado siempre.
Cuando estall¨® el esc¨¢ndalo m¨¢s grave en la historia del PP, altos cargos de ese partido, primero desde la oposici¨®n y luego desde el Gobierno, ejecutaron todo tipo de maniobras para tratar de obstaculizar las investigaciones judiciales y enterrar los delitos cometidos. La ¨²ltima intentona, sin duda la m¨¢s grave, es la llamada Operaci¨®n Kitchen.
Muchos a?os despu¨¦s, aquel encargo maldito se ha convertido en la pesadilla de Mart¨ªnez, que considera que su mayor pecado ha sido el de lealtad. ¡°Ahora estoy muy mal¡±, contaba el viernes a EL PA?S. ¡°Han suspendido mi relaci¨®n con el despacho de abogados en el que trabajaba. Vivimos en la tiran¨ªa de la imagen. Nadie quiere estar cerca de quienes aparecen en los medios. La gente tiene un miedo atroz a la imagen y prefiere sacrificar a un jurista, aunque sea bueno¡±.
Francisco Mart¨ªnez es ya un juguete roto. El PP, que lleg¨® a nombrarle portavoz de la Comisi¨®n Constitucional tras su paso por el Ministerio del Interior y que le enviaba a las tertulias como su m¨¢s cualificado experto en leyes para luego presuntamente dejarlo caer tras hacerle cometer varias ilegalidades. Ahora, Mart¨ªnez est¨¢ dolido. Y piensa defenderse atacando. ¡°Voy a contarle al juez todo lo que s¨¦¡±.
Jorge Fern¨¢ndez. Ministro del Interior entre 2011 y 2016
Francisco Mart¨ªnez. Experto en Derecho y letrado en Cortes
Eugenio Pino. Jefe policial m¨¢ximo durante el mandato de Jorge Fern¨¢ndez
Andr¨¦s G¨®mez Gordo. Inspector de polic¨ªa
Jos¨¦ Manuel Villarejo. Comisario de polic¨ªa
Enrique Garc¨ªa Casta?o. Comisario
Sergio R¨ªos. Ch¨®fer de Luis B¨¢rcenas entre 2013 y 2014
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