El pulso entre el Gobierno y Madrid: intrahistoria de un pacto que acab¨® en guerra abierta

Nada nuevo bajo la Puerta del Sol. El d¨ªa despu¨¦s del preacuerdo sanitario entre la Comunidad de Madrid y el Gobierno de Pedro S¨¢nchez todo salt¨® por los aires. La sinfon¨ªa entre los dos partidos que conforman el primer Gobierno de coalici¨®n de la historia de la regi¨®n funciona como un acorde¨®n. A ratos tiende a agruparse ¡ªnunca del todo¡ª y a veces tiende a romperse ¡ªla mayor¨ªa de las veces¡ª. Pero en ...

Nada nuevo bajo la Puerta del Sol. El d¨ªa despu¨¦s del preacuerdo sanitario entre la Comunidad de Madrid y el Gobierno de Pedro S¨¢nchez todo salt¨® por los aires. La sinfon¨ªa entre los dos partidos que conforman el primer Gobierno de coalici¨®n de la historia de la regi¨®n funciona como un acorde¨®n. A ratos tiende a agruparse ¡ªnunca del todo¡ª y a veces tiende a romperse ¡ªla mayor¨ªa de las veces¡ª. Pero en el ¨²ltimo momento, vuelve a sonar la m¨²sica. Esta vez, no. El vicepresidente regional, Ignacio Aguado, de Ciudadanos, se anot¨® un tanto en su sede. Firm¨® el preacuerdo sanitario entre la Puerta del Sol y La Moncloa. Puso fin a una semana de guerras medi¨¢ticas entre ambas Administraciones. Pero el equipo de la presidenta de la Comunidad, Isabel D¨ªaz Ayuso, no estaba conforme. El acorde¨®n se silenci¨® de inmediato.

Ayuso no dijo ni p¨ªo durante casi 24 horas. El grito de silencio dej¨® p¨²blicamente en evidencia a su vicepresidente y portavoz. Aguado, mientras tanto, no ha parado. Entrevista en un plat¨® de televisi¨®n por la ma?ana, rueda de prensa posterior al consejo de Gobierno a mediod¨ªa y mensajes en redes sociales. Por si hab¨ªa dudas de qui¨¦n hab¨ªa logrado ese primer acuerdo, ¨¦l hablaba, incluso, en primera persona: ¡°Satisfecho por haber alcanzado un principio de acuerdo con el Gobierno de Espa?a para abordar de forma conjunta la batalla contra el virus¡±, dijo a los pocos minutos de hacerse p¨²blico el borrador. No hizo ninguna menci¨®n a la presidenta. Tampoco a los populares. Hablaba en nombre de la Comunidad de Madrid. La Puerta del Sol y La Moncloa llegaban a un pacto tras siete d¨ªas infernales con ruedas de prensa y entrevistas solapadas. Ciudadanos oteaba feliz la bandera blanca. No vieron venir la borrasca que se avecinaba.

Inmediatamente despu¨¦s del mensaje de Aguado, fuentes de la Puerta del Sol matizaron esa alegr¨ªa. ¡°Bueno, bueno, a¨²n queda mucho por negociar¡±. Preparaban una tormenta. A las 21.32, el equipo de comunicaci¨®n regional lanz¨® su propia versi¨®n de los hechos. No es la primera vez. Sucede casi siempre. Y evidencia p¨²blicamente lo que varios miembros del Ejecutivo dicen en privado. La Comunidad de Madrid tiene dos gobiernos en uno. El comunicado de Sol fue directo al grano. ¡°El Gobierno regional considera que el preacuerdo ha servido para fortalecer su postura [¡­] La Comunidad de Madrid trasladar¨¢ su propuesta este mi¨¦rcoles¡±. La bandera blanca de Aguado comenz¨® a te?irse de negro. Del preacuerdo, ni rastro.

En la firma de ese documento el martes por parte de Aguado tambi¨¦n estaba presente el consejero de Sanidad, Enrique Escudero, pero prefiri¨® adherirse a la postura de Ayuso y guardar silencio. El borrador del acuerdo ten¨ªa una clave dentro: confinar la capital de Espa?a. El Ministerio de Sanidad, con las medidas preacordadas, propon¨ªa de golpe intervenir Madrid. Era, pr¨¢cticamente, un traje a medida. Esto supon¨ªa traspasar una l¨ªnea roja por los populares. ¡°Madrid no se va a cerrar¡±, es un lema que llevan pregonando desde hace semanas desde el entorno de la presidenta. ¡°No hay que aplicar las medidas que propone Illa porque las nuestras, de momento, funcionan¡±, insist¨ªan hace solo unos d¨ªas.

El equipo de Ayuso conf¨ªa plenamente en sus medidas. No quieren confinar la ciudad por barrios. Quieren, de momento, seguir con su modelo de restricciones a trav¨¦s de zonas b¨¢sicas de salud. Y argumentan, retorciendo much¨ªsimo los datos, que tienen la raz¨®n.

As¨ª se lleg¨® a la ma?ana del mi¨¦rcoles. A primera hora, fuentes regionales apuntaban ya el giro de los acontecimientos. ¡°Ayer [por el martes] no hubo ning¨²n papel ni propuesta firme por escrito, por lo que no se puede hablar de principio de acuerdo¡±. Ayuso marcaba la l¨ªnea de nuevo. El acuerdo de Aguado con el Gobierno acababa de ser tirado a la basura. Y faltaba la traca final.

Cerrar los flecos

Ayuso y Aguado se ve¨ªan las caras en el Consejo de Gobierno por primera vez tras lo acordado con Moncloa. El consejo fue breve. El vicepresidente y portavoz compareci¨® despu¨¦s para anunciar las ¨²ltimas novedades de las consejer¨ªas. Los madrile?os, mientras tanto, esperaban la confirmaci¨®n de la noticia. ?Asume la Comunidad de Madrid el confinamiento de la capital? ¡°Los t¨¦cnicos tienen que cerrar los flecos¡±, contest¨® Aguado. ¡°Entiendo la necesidad informativa de adelantar acontecimientos, pero lo m¨¢s prudente es esperar a la reuni¨®n de esta tarde¡±. Pero, en mitad de la comparecencia, el equipo de comunicaci¨®n de la presidenta solt¨® una bomba en forma de mensaje: ¡°En 30 minutos, la Consejer¨ªa de Sanidad de la Comunidad de Madrid va a hacer p¨²blico un comunicado sobre la posici¨®n que expresar¨¢ en la reuni¨®n de esta tarde en la Comisi¨®n Interterritorial de Sanidad¡±. Es decir, Ayuso acababa de dinamitar lo acordado en directo y durante la rueda de prensa de su portavoz y vicepresidente.

?Sab¨ªa usted que la Consejer¨ªa iba a anunciar ese mensaje? ¡°Yo no. No lo s¨¦. Y lo que est¨¦ pactando la consejer¨ªa con el Gobierno ahora mismo tampoco lo s¨¦¡±, contest¨® al darse cuenta del revuelo medi¨¢tico. Acababa de afrontar otra desautorizaci¨®n p¨²blica de Ayuso. Para colmo, el mensaje de la consejer¨ªa no sali¨® a los 30 minutos, sino que se retras¨® casi una hora. En ¨¦l, la Comunidad, por orden de Ayuso, pon¨ªa trabas a la posibilidad de alcanzar un acuerdo con el Ministerio de Sanidad. Si el Gobierno quiere cerrar Madrid, advert¨ªan en el texto, ¡°se debe tener en cuenta que la ciudad es un conjunto de 21 distritos, de los que 18 superan los 100.000 habitantes, y por tanto, los ¨ªndices no se pueden aplicar, en su conjunto, a toda la ciudad¡±.

Fuentes de Ciudadanos reconocieron que no sab¨ªan nada de todo esto. Que asistieron tambi¨¦n at¨®nitos. Tampoco sab¨ªan qu¨¦ iba a votar, finalmente, la Consejer¨ªa de Sanidad en el Consejo Interterritorial. A las 18.30 se conocieron los resultados. Madrid votaba en contra del acuerdo, junto a Catalu?a, Galicia y Andaluc¨ªa. Es decir, rechazaba las medidas que ella misma hab¨ªa acordado este mi¨¦rcoles con el vicepresidente Aguado. ¡°Es un esc¨¢ndalo que las comunidades socialistas pretendan cerrar Madrid¡±, insistieron fuentes del Gobierno regional tras conocerse el acuerdo. Y apuntaron por d¨®nde van a ir los tiros: ¡°Y ya veremos si es jur¨ªdicamente viable¡±.

El sainete no ha terminado. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, compareci¨® para dar un golpe sobre la mesa. Asegur¨® que las medidas ser¨¢n publicadas ¡°en los pr¨®ximos d¨ªas¡± en el Bolet¨ªn Oficial del Estado como orden ministerial. Y todas las comunidades deben acatarlas, porque se acordaron por mayor¨ªa. Madrid no piensa enterrar el hacha de guerra: el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, asegur¨® que al no haber consenso por parte de todas las comunidades aut¨®nomas, este acuerdo carece de validez jur¨ªdica. Un d¨ªa antes se escuch¨® una melod¨ªa de sinton¨ªa entre Ejecutivos, se hablaba de principio de acuerdo. Era todo un espejismo. La noche del mi¨¦rcoles solo resonaban tambores de guerra.

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