El PP manipula informes de La Moncloa para culpar a S¨¢nchez de la pandemia
Los populares utilizan la filtraci¨®n de frases incompletas de las notas del Departamento de Seguridad Nacional
La filtraci¨®n de fragmentos de los informes diarios que el Departamento de Seguridad Nacional (DSN) remiti¨® al Gobierno entre enero y marzo pasados ha servido al l¨ªder del PP, Pablo Casado, para acusar a Pedro S¨¢nchez de deso¨ªr las alertas sobre la pandemia. Sin embargo, lo que se ha filtrado de las notas, que parlamentarios del PP examinaron en el b¨²nker del DSN en La Moncloa, son frases incompletas que alteran su significado. El episodio ha quebrado la confianza entre los dos grandes partidos en un campo muy sensible: la segurida...
La filtraci¨®n de fragmentos de los informes diarios que el Departamento de Seguridad Nacional (DSN) remiti¨® al Gobierno entre enero y marzo pasados ha servido al l¨ªder del PP, Pablo Casado, para acusar a Pedro S¨¢nchez de deso¨ªr las alertas sobre la pandemia. Sin embargo, lo que se ha filtrado de las notas, que parlamentarios del PP examinaron en el b¨²nker del DSN en La Moncloa, son frases incompletas que alteran su significado. El episodio ha quebrado la confianza entre los dos grandes partidos en un campo muy sensible: la seguridad nacional.
El pasado 31 de julio, cuatro diputados del Grupo Popular, encabezados por su portavoz en la Comisi¨®n Mixta de Seguridad Nacional, Juan Antonio Callejas, se encerraron en el b¨²nker de La Moncloa y examinaron, durante horas, los informes de situaci¨®n que el Departamento de Seguridad Nacional (DSN) envi¨® diariamente al presidente del Gobierno, los cuatro vicepresidentes, nueve ministros y cinco secretarios de Estado en las semanas previas a la eclosi¨®n de la pandemia del coronavirus en Espa?a. El 30 de septiembre, dos de estos diputados, junto a tres senadores del PP, regresaron para completar la lectura de m¨¢s de 200 documentos. Por su parte, los diputados de Vox Macarena Olona y Carlos Hugo Fern¨¢ndez-Roca bajaron el 21 de septiembre al refugio subterr¨¢neo para revisar los mismos textos.
El 5 de octubre, el diario El Mundo publicaba que Pedro S¨¢nchez hab¨ªa recibido 11 alertas del Departamento de Seguridad Nacional sobre la peligrosidad del coronavirus entre el 24 de enero y el 14 de marzo y que las hab¨ªa deso¨ªdo permitiendo la manifestaci¨®n feminista del 8-M. La informaci¨®n se ilustraba con algunas frases de las notas que pocos d¨ªas antes hab¨ªan tenido en sus manos los parlamentarios del Grupo Popular y de Vox. En La Moncloa no tienen ninguna duda de que la filtraci¨®n procedi¨® del PP. Entre otros motivos porque, aunque no se permiti¨® hacer copias ni fotos de los documentos (los visitantes tuvieron que dejar sus m¨®viles antes de bajar al b¨²nker), los populares tomaron notas de su contenido, mientras que los de Vox se limitaron a leerlos.
El d¨ªa 5, tras la publicaci¨®n de la noticia en El Mundo, Olona escribi¨® en su cuenta de Twitter: ¡°Quien ha filtrado esta informaci¨®n demuestra que le preocupa muy poco la Seguridad Nacional. Quien ha interpretado y publicado los informes demuestra poco rigor con la realidad¡±. Por el contrario, el secretario general del PP, Teodoro Garc¨ªa Egea, pidi¨® la comparecencia en el Congreso de la vicepresidenta Carmen Calvo y del jefe de Gabinete del presidente del Gobierno, Iv¨¢n Redondo, para dar cuenta de unos informes que, a su juicio, probaban que S¨¢nchez fue advertido de la amenaza que supon¨ªa el coronavirus y, al permitir el 8-M, puso ¡°la ideolog¨ªa por delante de la salud¡±. Por su parte, el presidente del PP, Pablo Casado, exigi¨® en un tuit ¡°responsabilidades por ocultar 11 alertas oficiales y saber cu¨¢ntos muertos y parados se hubieran evitado sin esas mentiras¡±. Una acusaci¨®n tan grave que resulta dif¨ªcil pensar que se basaba solo en la informaci¨®n period¨ªstica.
El PP llevaba desde marzo peleando por acceder a los informes diarios del DSN. Su diputado Juan Antonio Callejas alegaba que esos documentos no est¨¢n clasificados en ninguna de las categor¨ªas previstas en la ley de secretos oficiales. El Gobierno replicaba que toda la informaci¨®n que maneja el Sistema de Seguridad Nacional es de ¡°uso oficial¡± y, por tanto, de difusi¨®n limitada a sus usuarios. Lo cierto es que, si las notas hubieran estado clasificadas como secretas, no se hubieran podido remitir cada ma?ana a las ocho, a trav¨¦s del correo electr¨®nico, a los tel¨¦fonos m¨®viles de ministros y altos cargos, como se hace ahora, sino que hubieran debido transmitirse a trav¨¦s de canales reforzados de comunicaci¨®n, lo que hubiera demorado su distribuci¨®n.
Tampoco el contenido de estas notas, que se difunden diariamente desde 1992, requer¨ªa tal grado de protecci¨®n. Estos informes, de un m¨¢ximo de dos folios, son elaborados durante la noche por el centro de alertas del DSN, integrado por nueve funcionarios que se relevan en tres turnos. Sus notas no incluyen valoraci¨®n alguna y se limitan a recopilar novedades agrupadas en tres bloques: las sucedidas durante la noche, que se presentan en primer lugar; las de las ¨²ltimas 24 horas y las previsiones del d¨ªa. Sus fuentes son casi siempre abiertas y el origen de cada dato se indica expresamente: Ministerio de Sanidad, Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), Gobierno chino, etc La diferencia con una agencia de noticias es que se centran en asuntos que afecten a la seguridad nacional y solo transmiten informaciones confirmadas por organismos oficiales.
En el caso de la pandemia, todas las notas que se han difundido corresponden a noticias publicadas en la prensa de esos d¨ªas: la declaraci¨®n de emergencia sanitaria internacional de la OMS, las advertencias del FMI, las restricciones en Italia, Francia, Suiza o Israel; o la suspensi¨®n de una conferencia de la Uni¨®n por el Mediterr¨¢neo (UMP) en Barcelona.
La frase m¨¢s inquietante es una incluida en la nota del 7 de marzo, v¨ªspera de la marcha feminista: ¡°El incremento de casos en las ¨²ltimas horas ha sido mayor de lo habitual¡±. Sin embargo, en contra de lo que sugiere el PP, no procede de ninguna fuente de informaci¨®n privilegiada, sino de la rueda de prensa que el d¨ªa anterior ofreci¨® el director del Centro de Coordinaci¨®n de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Sim¨®n.
Bien es verdad que la frase completa de Sim¨®n ten¨ªa un sentido muy diferente a la versi¨®n mutilada. ¡°El incremento de casos en las ¨²ltimas horas ha sido mayor de lo habitual. Sin embargo, se trata de casos que se concentran en una comunidad aut¨®noma y en dos n¨²cleos de transmisi¨®n bien identificados. Por tanto, el riesgo de transmisi¨®n comunitario o el incremento de focos no conocidos o sin v¨ªnculo no han aumentado significativamente¡±, afirm¨®.
Lo mismo sucede con otra afirmaci¨®n lapidaria que aparece en la filtraci¨®n que ha servido al PP para arremeter contra el Gobierno: ¡°No se descarta que la cifra de fallecidos ascienda en las pr¨®ximas horas¡±. En realidad, la frase que el DSN copi¨® del Ministerio de Sanidad no termina ah¨ª, sino que contin¨²a: ¡°conforme las comunidades aut¨®nomas vayan notificando al Ministerio de Sanidad nuevos casos¡±. Es decir, no advert¨ªa de que habr¨ªa m¨¢s muertes, aunque realmente las hubo, sino de que subir¨ªa la estad¨ªstica.
El contenido completo de estas frases se puede conocer porque el DSN, adem¨¢s de incluirlas en sus informes diarios de situaci¨®n, las reprodujo en una secci¨®n de su web denominada ?ltima hora, donde todav¨ªa hoy se pueden consultar. Sorprende al examinar estos informes que se hayan filtrado algunas partes de su contenido y se hayan silenciado otras m¨¢s relevantes, como la afirmaci¨®n que el DSN recogi¨® el 6 de marzo, 48 horas antes del 8-M. ¡°La tasa global [de contagios] en Espa?a es de un caso por cada 250.000 habitantes¡±, aseguraba. Es decir, una tasa 1.800 veces inferior a la que actualmente padece Madrid (750 casos por 100.000 habitantes) donde el PP se ha opuesto a la declaraci¨®n del estado de alarma.
El hecho de que diputados y senadores tuvieran que encerrarse en un b¨²nker blindado para conocer una informaci¨®n disponible casi toda ella en la propia web del DSN solo se puede entender desde la premisa de que las notas dirigidas a los miembros del Consejo de Seguridad Nacional son siempre reservadas, aunque no lo sea su contenido. Lo que se silencia al evitar el acceso a estos informes no es que se difunda una noticia que ya es de conocimiento p¨²blico, sino que se sepa que se ha considerado tan fiable y relevante como para comunicarla al presidente, quien ya no puede alegar que la ignora.
Lo sucedido tendr¨ªa ribetes de esperpento si no fuera por el dramatismo de la situaci¨®n y porque, en el fragor de la batalla, se ha quebrado la confianza entre los dos principales partidos en un asunto extremadamente sensible (la seguridad del Estado), que hasta ahora se hab¨ªa mantenido al margen de la bronca partidista incluso en las etapas de mayor polarizaci¨®n. Ser¨¢ muy dif¨ªcil, admiten fuentes gubernamentales, recuperar la complicidad que exist¨ªa cuando Jos¨¦ Enrique Serrano era mano derecha de Zapatero y Jorge Moragas de Mariano Rajoy y los fontaneros del Gobierno y la oposici¨®n compart¨ªan confidencias sobre la amenaza yihadista o el reto independentista catal¨¢n.